of_ =recuerdo=.
conservarla como
un recuerdo.
como recuerdo de que me hizo prisionero.
Tal como yo la recuerdo era ya muy vieja.
Aun me parece un sueño cuando lo
recuerdo.
recuerdo, _m._, remembrance, recollection, memory.
Pedro,--como recuerdo de que también fui prisionero de Vd.
En todas sus obras, si
mal no recuerdo, sólo unas dos veces está escrito el nombre de Cristo.
Bien claro lo recuerdo: era el crudo mes del hielo,
y su espectro cada brasa moribunda enviaba al suelo.
of_ =recorrer=
=recuerdo= _m._ souvenir, remembrance
=referir= to refer, relate, tell
=refirieron= _3 pl.
Ahora que recuerdo: ¿Están adelantados los trabajos del
ferrocarril panamericano que algún dÃa[25] unirá Nueva York con Buenos
Aires?
Una tarde abrió aquella
caja de colores, y le impresionó vivamente el recuerdo
de aquella triste tarde en que iba a despedirse de objeto
tan querido.
Me apresuré á levantarla, cogiéndola, si mal no recuerdo,
por una pierna, y me informé minuciosamente de si habÃa padecido alguna
fractura ú otra herida grave.
Pero recuerdo que la goma,
mezclada a su vez con cierta clase de papel forma la «fibra», substancia
que está destinada a un uso ilimitado como sucedánea del cuero.
Pero mi corazón es más brillante que todas
las estrellas del cielo, porque brilla para Annie,
abrasado por la luz del amor de mi Annie, por
el recuerdo de los bellos ojos luminosos de mi
Annie....
En la conversación familiar, y cuando desea mostrarse cariñoso, sea con
los que están presentes o con algún amigo cuyo recuerdo le asalta,
emplea términos de su invención o diminutivos que dan una flexibilidad
singular a las palabras.
Entre las numerosas imágenes que adornaban su
cuarto, la viejecita reverenciaba muy en particular un san Antonio de
talla, recuerdo de mi tÃa y muy milagroso, según fama, pues no habÃa
objeto perdido que no pareciese en cuanto le encendÃan una candela.
La fatalidad me ha
traÃdo al pueblo donde vivió Teresa; habito esta morada llena con su
recuerdo; vengo á pasar los primeros dÃas de mi matrimonio en la casa
donde ella murió, y un secreto presentimiento me dice que Cristina no
llegará á ser esposa mÃa.
En su
marcha ascendiente, la locomotora jadea y palpita, y en
las primeras horas de la tarde llegamos a las montañas 15
donde sólo se conserva el recuerdo del calor tropical, volviendo
a prestar[332] sus servicios los abrigos y las mantas.
Cuando el viaje de su protector
le lleva a Londres, la escuela del dómine Brondeby es para él como un
lugar fantástico que despierta en su sér extrañas reminiscencias;
después, en la fuerza de su genio, el recuerdo de aquella morada y del
viejo profesor han de hacerle producir una de sus subyugadoras páginas.
Pareciome el aire entonces,
por incógnito incensario
que un querube columpiase
de mi alcoba en el santuario,
perfumado--«Miserable sér--me dije--Dios te ha oÃdo
y por medio angelical,
tregua, tregua y el olvido del recuerdo de Leonora
te ha venido hoy a brindar:
¡bebe!
Ni sé tampoco en tan terribles horas
En qué pensaba ó qué pasó por mÃ;
Sólo recuerdo que lloré y maldije,
Y que en aquella noche envejecÃ.[2]
[Footnote 1: This poem is composed of hendecasyllabic verses of
both classes, with a heptasyllabic verse closing the first stanza,
and a pentasyllable verse closing the second stanza.
Las mismas gentes ricas tienen a este modesto
plato nacional tal apego, que cuando viajan por Europa, la ausencia del
puchero destruye en parte el encanto que produce la cocina sabia,[4] y
se consideran dichosos si logran encontrar en alguna parte el recuerdo
de la patria ausente y del hogar abandonado en medio de los cálidos
vapores que aquél exhala.
Mis lágrimas
corrieron al ver la inocente y cándida alegrÃa con que los descendientes
de los antiguos dueños del suelo americano renuevan en una pantomima
tradicional la imagen de su destrucción, el recuerdo ominoso y amargo
del tiempo en que sus abuelos fueron casi exterminados y vilmente
esclavizados por aquellos hombres terribles, que en su concepto,
manejaban el rayo.
Pero el Tuerto, á quien el llanto de su padre y el recuerdo de sus hijos
estaban martirizándole el alma, temiendo ceder al cabo al peso de la
aflicción que ya enturbiaba sus ojos, al ver el poco efecto que en el
patrón habÃan hecho las órdenes anteriores,
--¡Larga!--gritó con ruda y tremenda voz, dominando con ella los
alaridos de tierra, y fijando su torva mirada en el viejo marino.
Decirte que durante estos diez años el recuerdo de Teresa me ha
perseguido constantemente, serÃa faltar á la verdad; he amado á otras
mujeres, y hace cuatro años estuve á punto de casarme con una hermosa
joven; pero la desgracia hizo que un mes antes de verificarse nuestro
enlace, los padres encontrasen un pretendiente á la mano de mi amada
mejor que yo, éste me fué preferido por ellos, y la novia tuvo que
someterse á la voluntad de sus tiranos.
Antes de entrar
al corazón del monstruo, recuerdo la ciudad, que vio en el poema bárbaro
el vidente Thogorma:
_Thogorma dans ses yeux vit monter des murailles de fer dont
s'enroulaient des spirales des tours et des palais cerclés d'arain sur
des blocs lourds; ruche énorme, géhenne aux lúgubres entrailles oú
s'engouffraint les Forts, princes des anciens jours._
* * * * *
Semejantes a los Fuertes de los dÃas antiguos, viven en sus torres de
piedra, de hierro y de cristal, los hombres de Manhattan.
La
recuerdo como si la viera: un maiten enorme tendia parte de sus ramas
sobre la casita blanca con techo de totora; en el corredor, eternamente
la Andrea,{191-1} su mujer, lavando en la artesa una ropa mas blanca que
la nieve; una montura llena de pellones y amarras colgada sobre un
caballete de palo; y dos gansos chillones y provocativos en la puerta,
amagando eternamente nuestras medias rojas que parecian
indignarles.{191-2}
Cada año, cuando a vuelta de los exámenes llegábamos a las casas de los
Sauces, nuestra primera visita era a la Andrea, que suspendia el
jabonado de la ropa para lanzar un par de gritos de sorpresa y llorar
despues como una chica consentida.
La primera que pasa es Irene, la dama
brillante de palidez extraña, venida de allá, de los marea lejanos; la
segunda es Eulalia, la dulce Eulalia, de cabellos de oro y ojos de
violeta, que dirige al Cielo su mirada; la tercera es Leonora, llamada
asà por los ángeles, joven y radiosa en el Edén distante; la otra es
Francés, la amada que calma las penas con su recuerdo; la otra es
Ulalume, cuya sombra yerra en la nebulosa región de Weir, cerca del
sombrÃo lago de Auber; la otra Helen, la que fué vista por la primera
vez a la luz de perla de la Luna; la otra Annie, la de los ósculos y las
caricias y oraciones por el adorado; la otra Annabel Lee, que amó con un
amor envidia de los serafines del Cielo; la otra Isabel, la de los
amantes coloquios en la claridad lunar; Ligeia, en fin, meditabunda,
envuelta en un velo de extraterrestre esplendor...
--Ya recuerdo.
=recuerdo=, _pres.
=recuerdo=, _m._, recollection.
=recuerdo=, _m._, remembrance, memory.
=recuerdo,= souvenir, memory, remembrance.
[90.10] =su recuerdo===el recuerdo de ella=.
--¡Nunca se borrará ese recuerdo de mi memoria!
=recuerdo=, _m._, remembrance;
keepsake, token.
=recuerdo=, _m._, remembrance; =--s=, kind regards.
--En este momento sólo recuerdo el caso de RÃo de Janeiro.
--Yo apreciaré tu recuerdo, marido mÃo,--dijo la mujer
llorando.
=mal,= _m._, harm, evil, wrong, disease; _adv._, badly; =si -- no
recuerdo,= if I remember rightly.
5
--Conserva uno, si quieres, para recuerdo,--le
dijo;--pero los restantes es preciso que hoy mismo
los repartas entre tus hermanos.
--SÃ; recuerdo haberte oÃdo decir que en una ciudad de Estados Unidos,
cierta compañÃa, deseando suplantar a otra ya establecida, instaló
gratuitamente sus aparatos--que eran más perfeccionados que los de la
empresa competidora--en los domicilios de los abonados de éstas,
concediéndoles un servicio gratis por tres meses, a tÃtulo de
prueba[28]....
Es un espÃritu
ingenioso, un escritor elegante y castizo, que recuerda los bellos
tiempos de la literatura española.
Pero mientras ella mira en tu corriente,--que
resplandece y tiembla, ¿por qué el más
hermoso de todos rÃos recuerda a uno de sus
adoradores?
RIMAS: XIII
Tu pupila es azul, y cuando rÃes,
Su claridad süave me recuerda
El trémulo fulgor de la mañana
Que en el mar se refleja.
Otra dama
recuerda la extraña impresión de sus ojos: «Los ojos de Poe, en verdad,
eran el rasgo que más impresionaba, y era a ellos a los que su cara
debÃa su atractivo peculiar.
Floating on waves of harmony I hear
A stir of kisses, and a sweep of wings;
Mine eyelids close--"What pageant nears?"
"'Tis Love that passes by!"
]
XIII[1]
Tu pupila es azul, y cuando rÃes,
Su claridad suave me recuerda
El trémulo fulgor de la mañana
Que en el mar se refleja.
¡Cuando uno recuerda aquellos tiempos...!»
Celinina iba con ellos, y como por primera vez andaba en aquellas
altitudes, se atolondraba un poco.
III
Pocas palabras nos dijimos, era
como una confidencia Ãntima y muda;
palabras serias, pensamientos graves
que la memoria para siempre turban;
no recordamos que era el triste octubre,
que era la noche (¡noche infausta y única!)
no recordamos la región del Auber
que tanto conoció mi desventura,
ni el bosque fantasmático del Weir,
la región espectral de la pavura.
Todos recuerdan
Sus ilusiones:
Las impresiones
Del corazón.
Encontrábanse entonces alguno u otro defecto en las
obras de los clásicos griegos y latinos; pero hoy se buscan y
desentierran faltas de personas vivientes: citábanse los nombres de los
difuntos de siglos atrás[5] para encomiarlos; hoy se recuerdan los
nombres y apellidos de los que en nuestros dÃas murieron, para hollar su
memoria y deslustrar sus pasadas acciones ...; _¡o tempora!
26 Mas el Consolador, el EspÃritu Santo, al cual el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os
he dicho.
Contaremos brevemente
el peregrino caso, advirtiendo que esto quizás parecerá en extremo
pueril á algunos; pero á los que tal crean, les recordaremos que nada es
tan ocasionado á puerilidades como un Ãntimo y puro dolor, de esos en
que no existe mezcla alguna de intereses de la tierra, ni el desconsuelo
secundario del egoÃsmo no satisfecho.
Padre habÃa{116-1} en la comunidad que no recordaba ya el sabor
del agua; pero que sabÃa en cambio de memoria las vigas del refectorio
con todas sus cabeceras, entalles y labores.....
Una mañana, al volver á casa, encontré, al pasar por una de las
habitaciones, á una muchacha de quince á diez y seis años, á la que
nunca recordaba haber visto, cosiendo con el mayor afán.
No se 20
detuvo en parte alguna, y en cuanto entregó la cesta
a su abuela querida, emprendió su viaje de regreso.[151]
Caminaba por la orilla del dique que protegÃa al
vecindario próximo, y recordaba lo que su padre le habÃa
dicho varias veces acerca de[152] los sacrificios que 25
habÃa costado el construirlo, del importante servicio
que el dique hacÃa, y de las desgracias que causarÃa
el mar si aquella obra se destruyera.
Embebido en mis pensamientos, me sorprendà varias veces á mÃ
mismo riendo como un pobre hombre de mis propias ideas, y moviendo
maquinalmente los labios: algún tropezón me recordaba de cuando en
cuando que para andar por el empedrado de Madrid no es la mejor
circunstancia la de ser poeta ni filósofo; más de una sonrisa maligna,
más de un gesto de admiración de los que á mi lado pasaban, me hacÃa
reflexionar que los soliloquios no se deben hacer en público; y no pocos
encontrones que al volver las esquinas di con quien tan distraÃda y
rápidamente como yo las doblaba,{132-3} me hicieron conocer que los
distraÃdos no entran en el número de los cuerpos elásticos, y mucho
menos de los seres gloriosos é impasibles.
¿Qué recordaba
el ciego?
* * * * *
Al dia siguiente fuà al cerro, solo, y me arrodillé al lado de la verja
de madera con que se habia rodeado una modesta crucecita que recordaba
el sitio del asalto.{200-1} Allà recé por el alma de Juan Neira, el mas
valeroso, bueno y leal de los servidores.
Padre habÃa{116-1} en la comunidad que no recordaba ya el sabor
del agua; pero que sabÃa en cambio de memoria las vigas del refectorio
con todas sus cabeceras, entalles y labores.....
Una mañana, al volver á casa, encontré, al pasar por una de las
habitaciones, á una muchacha de quince á diez y seis años, á la que
nunca recordaba haber visto, cosiendo con el mayor afán.
No se 20
detuvo en parte alguna, y en cuanto entregó la cesta
a su abuela querida, emprendió su viaje de regreso.[151]
Caminaba por la orilla del dique que protegÃa al
vecindario próximo, y recordaba lo que su padre le habÃa
dicho varias veces acerca de[152] los sacrificios que 25
habÃa costado el construirlo, del importante servicio
que el dique hacÃa, y de las desgracias que causarÃa
el mar si aquella obra se destruyera.
Embebido en mis pensamientos, me sorprendà varias veces á mÃ
mismo riendo como un pobre hombre de mis propias ideas, y moviendo
maquinalmente los labios: algún tropezón me recordaba de cuando en
cuando que para andar por el empedrado de Madrid no es la mejor
circunstancia la de ser poeta ni filósofo; más de una sonrisa maligna,
más de un gesto de admiración de los que á mi lado pasaban, me hacÃa
reflexionar que los soliloquios no se deben hacer en público; y no pocos
encontrones que al volver las esquinas di con quien tan distraÃda y
rápidamente como yo las doblaba,{132-3} me hicieron conocer que los
distraÃdos no entran en el número de los cuerpos elásticos, y mucho
menos de los seres gloriosos é impasibles.
¿Qué recordaba
el ciego?
* * * * *
Al dia siguiente fuà al cerro, solo, y me arrodillé al lado de la verja
de madera con que se habia rodeado una modesta crucecita que recordaba
el sitio del asalto.{200-1} Allà recé por el alma de Juan Neira, el mas
valeroso, bueno y leal de los servidores.
Al oÃr tristÃsimos
lamentos ¿qué recordó Casilda?
Tras aquellos recios muros oyó Casilda tristÃsimos lamentos, y entonces
recordó que allà gemÃan, hambrientos y cargados de cadenas, los pobres
nazarenos, por quienes en Castilla lloraban padres, hermanos, esposas,
amadas.
Lo cierto es que en el
recodo del verde sendero encontró una fuente donde mil veces habÃa
bebido siendo rapaz, y junto á la fuente una moza como unas flores,
alta, blanca, rubia, risueña; que el caminante le pidió agua, y la moza,
aplicando el jarro al caño de la fuente, y sosteniéndolo después, con
bÃblica gracia, sobre el brazo desnudo y redondo, lo inclinó hasta la
boca de Sebastián, encendiéndole el pecho con un sorbo de agua frÃa, una
sonrisa deliciosa y una frase pronunciada con humildad y cariño: «Beba,
señor, y que le sirva de salú.»{47-2}
Siguió su camino el indiano, y á pocos pasos se le escapó un suspiro,
tal vez el primero que no le arrancaba el cansancio fÃsico; pero al
llegar al pueblo recordó la promesa, y se propuso buscar sin dilación á
su feróstica prometida y casarse con ella, asà fuese el coco.
_Conjúguense en el presente de indicativo_ se asomó, parecieron, iba,
tropezaron, recordó.
III
Pocas palabras nos dijimos, era
como una confidencia Ãntima y muda;
palabras serias, pensamientos graves
que la memoria para siempre turban;
no recordamos que era el triste octubre,
que era la noche (¡noche infausta y única!)
no recordamos la región del Auber
que tanto conoció mi desventura,
ni el bosque fantasmático del Weir,
la región espectral de la pavura.
Desde luego recuerde Ud.
No se
conoce el término de su vida; nadie ha visto hasta ahora un ombú seco de
vejez,[1] ni hay tradición que recuerde la edad juvenil de algunos.
--Ninguno importante que yo recuerde.
Desde luego recuerde Ud.
No se
conoce el término de su vida; nadie ha visto hasta ahora un ombú seco de
vejez,[1] ni hay tradición que recuerde la edad juvenil de algunos.
--Ninguno importante que yo recuerde.
Es un espÃritu
ingenioso, un escritor elegante y castizo, que recuerda los bellos
tiempos de la literatura española.
Pero mientras ella mira en tu corriente,--que
resplandece y tiembla, ¿por qué el más
hermoso de todos rÃos recuerda a uno de sus
adoradores?
RIMAS: XIII
Tu pupila es azul, y cuando rÃes,
Su claridad süave me recuerda
El trémulo fulgor de la mañana
Que en el mar se refleja.
Otra dama
recuerda la extraña impresión de sus ojos: «Los ojos de Poe, en verdad,
eran el rasgo que más impresionaba, y era a ellos a los que su cara
debÃa su atractivo peculiar.
Floating on waves of harmony I hear
A stir of kisses, and a sweep of wings;
Mine eyelids close--"What pageant nears?"
"'Tis Love that passes by!"
]
XIII[1]
Tu pupila es azul, y cuando rÃes,
Su claridad suave me recuerda
El trémulo fulgor de la mañana
Que en el mar se refleja.
¡Cuando uno recuerda aquellos tiempos...!»
Celinina iba con ellos, y como por primera vez andaba en aquellas
altitudes, se atolondraba un poco.
Desde luego recuerde Ud.
No se
conoce el término de su vida; nadie ha visto hasta ahora un ombú seco de
vejez,[1] ni hay tradición que recuerde la edad juvenil de algunos.
--Ninguno importante que yo recuerde.