Lo prometo, si ello es necesario para
mi salvación.
--Te lo prometo, madre.
--El año que viene, respondió el organista, prometo daros gusto, pues
por todo el oro de la tierra no volverÃa á tocar este órgano.
--¡Bueno!--decÃa, cuando al venir el alba solÃa ir a
recogerse, después de su ronda nocturna:--está bien;
no he pillado al ladrón ahora, pero si alguna noche de
éstas le atrapo, prometo no dejarle hueso en su lugar.
¿Lo prometes?
--Tan necesaria es, que si no me prometes devolver
la vaca robada, no te absuelvo.
La reputación no le viene, sino muy tarde, cuando ya
las fatigas del estudio, la lucha por la vida y las torturas de las
pasiones han alterado su fisonomÃa primitiva; apenas deja sino una
máscara usada, marchita, donde cada dolor ha puesto por estigma una
magulladura o una arruga.»
Desde niño, Poe «prometÃa una gran belleza.»
Sus compañeros de colegio hablan de su agilidad y robustez.
--¡Vaya un chasco que nos ha dado el tÃo Traga-santos!--decÃan los de
Barbaruelo.--¡Con un canto en los hocicos nos podremos hoy dar
porque{106-4} ayer no hubiese existido en el mundo semejante hombre,
pues si ayer no cayeron más que cuatro gotas, de seguro se debe á
manejos de ese tunante, pues el cielo estaba tan cargado, que prometÃa
un diluvio!
La reputación no le viene, sino muy tarde, cuando ya
las fatigas del estudio, la lucha por la vida y las torturas de las
pasiones han alterado su fisonomÃa primitiva; apenas deja sino una
máscara usada, marchita, donde cada dolor ha puesto por estigma una
magulladura o una arruga.»
Desde niño, Poe «prometÃa una gran belleza.»
Sus compañeros de colegio hablan de su agilidad y robustez.
--¡Vaya un chasco que nos ha dado el tÃo Traga-santos!--decÃan los de
Barbaruelo.--¡Con un canto en los hocicos nos podremos hoy dar
porque{106-4} ayer no hubiese existido en el mundo semejante hombre,
pues si ayer no cayeron más que cuatro gotas, de seguro se debe á
manejos de ese tunante, pues el cielo estaba tan cargado, que prometÃa
un diluvio!
p._
=prometÃ= _1 sing.
lo que les
prometÃ; ya todas se han remozado.
20
--Porque prometà decir siempre la verdad.
--¿A quién lo prometiste?
ind._
=prometió= _3 sing.
Le prometió grandes sumas de dinero para construir su palacio.
La niña prometió con lágrimas lo que su madre pedÃa, y ésta, tranquila y
resignada, expiró a poco.
El astuto juez vió el caballo y se prometió
a sà mismo hacerlo pasar ocultamente a su poder,
con el humanitario fin de vencer la terquedad de su
dueño en no querer venderlo.
Él prometió traerlos, y en su corazón hizo propósito firmÃsimo de no
volver sin ambas bestias; pero aquel dÃa, que era el 23, los asuntos y
quehaceres se le aumentaron de tal modo, que no tuvo un punto de reposo.
Era
mucho el fuego oratorio de aquel hombre, por manera
que algunos de los más remisos prometieron pagar, no
sólo las primicias de ese año, sino también las que habÃan
olvidado anteriormente.
No 10
hubo en mucho tiempo fiestas populares de ninguna
clase, porque no habÃa gente menuda que las animara,
y a los tristes vecinos les pesó mucho el no haber
cumplido[148] lo que prometieron al flautista maravilloso.
Vo no creo en Dios, y para darte una prueba voy á
cumplirte lo que te he prometido; porque aunque poco rezador, soy
amigo de no faltar á mis palabras.
--Muy bien,--dijo el rey,--la cuestión es muy simple; he prometido la
princesa al caballero que la encontrase.
El 60
padre no querÃa, pero al fin la llevó al jardÃn y la dejó en la casa
como habÃa prometido al oso.
II
Las llamas rojas y azules se enroscaban chisporroteando á lo largo del
grueso tronco de encina que ardÃa en el ancho hogar; nuestras sombras,
que se proyectaban temblando sobre los ennegrecidos muros, se
empequeñecÃan ó tomaban formas gigantescas, según la hoguera despedÃa
resplandores más ó menos brillantes; el vaso de saúco, ora vacÃo, ora
lleno y no de agua, como cangilón de noria, habia dado tres veces la
vuelta en derredor del cÃrculo que formábamos junto al fuego, y todos
esperaban con impaciencia la historia de _La cruz del diablo_, que á
guisa de postres de la frugal cena que acabábamos de consumir, se nos
habÃa prometido, cuando nuestro guÃa tosió por dos veces, se echó al
coleto un último trago de vino, limpióse con el revés de la mano la
boca, y comenzó de este modo:
--Hace mucho tiempo, mucho tiempo, yo no sé cuánto, pero los moros
ocupaban aún la mayor parte de España, se llamaban condes[1] nuestros
reyes, y las villas y aldeas pertenecÃan en feudo á ciertos señores,
que á su vez prestaban homenaje á otros más poderosos, cuando acaeció
lo que voy á referir á ustedes.[2]
[Footnote 1: condes = 'counts,' 'earls.' The word conde comes from
the Latin _comes, comitem_, 'companion,' and during the Roman empire
in Spain was a title of honor granted to certain officers who had
jurisdiction over war and peace.
19 Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto
(siendo ya de casi cien años), ni la matriz muerta de Sara;
20 Tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza: antes fué
esforzado en fe, dando gloria á Dios,
21 Plenamente convencido de que todo lo que habÃa prometido, era también
poderoso para hacerlo.
El 60
padre no querÃa, pero al fin la llevó al jardÃn y la dejó en la casa
como habÃa prometido al oso.
II
Las llamas rojas y azules se enroscaban chisporroteando á lo largo del
grueso tronco de encina que ardÃa en el ancho hogar; nuestras sombras,
que se proyectaban temblando sobre los ennegrecidos muros, se
empequeñecÃan ó tomaban formas gigantescas, según la hoguera despedÃa
resplandores más ó menos brillantes; el vaso de saúco, ora vacÃo, ora
lleno y no de agua, como cangilón de noria, habia dado tres veces la
vuelta en derredor del cÃrculo que formábamos junto al fuego, y todos
esperaban con impaciencia la historia de _La cruz del diablo_, que á
guisa de postres de la frugal cena que acabábamos de consumir, se nos
habÃa prometido, cuando nuestro guÃa tosió por dos veces, se echó al
coleto un último trago de vino, limpióse con el revés de la mano la
boca, y comenzó de este modo:
--Hace mucho tiempo, mucho tiempo, yo no sé cuánto, pero los moros
ocupaban aún la mayor parte de España, se llamaban condes[1] nuestros
reyes, y las villas y aldeas pertenecÃan en feudo á ciertos señores,
que á su vez prestaban homenaje á otros más poderosos, cuando acaeció
lo que voy á referir á ustedes.[2]
[Footnote 1: condes = 'counts,' 'earls.' The word conde comes from
the Latin _comes, comitem_, 'companion,' and during the Roman empire
in Spain was a title of honor granted to certain officers who had
jurisdiction over war and peace.
19 Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto
(siendo ya de casi cien años), ni la matriz muerta de Sara;
20 Tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza: antes fué
esforzado en fe, dando gloria á Dios,
21 Plenamente convencido de que todo lo que habÃa prometido, era también
poderoso para hacerlo.