parecer (pareciendo)

Presente

English
I seem, am seeming
yo
parezco
pareces
Ud./él/ella
parece
nosotros, -as
parecemos
vosotros, -as
parecéis
Uds./ellos/ellas
parecen

Futuro

English
I will seem
yo
pareceré
parecerás
Ud./él/ella
parecerá
nosotros, -as
pareceremos
vosotros, -as
pareceréis
Uds./ellos/ellas
parecerán

Imperfecto

English
I was seeming, used to seem, seemed
yo
parecía
parecías
Ud./él/ella
parecía
nosotros, -as
parecíamos
vosotros, -as
parecíais
Uds./ellos/ellas
parecían

Pretérito

English
I seemed
yo
parecí
pareciste
Ud./él/ella
pareció
nosotros, -as
parecimos
vosotros, -as
parecisteis
Uds./ellos/ellas
parecieron

Condicional

English
I would seem
yo
parecería
parecerías
Ud./él/ella
parecería
nosotros, -as
pareceríamos
vosotros, -as
pareceríais
Uds./ellos/ellas
parecerían

Presente perfecto

English
I have seemed
yo
he parecido
has parecido
Ud./él/ella
ha parecido
nosotros, -as
hemos parecido
vosotros, -as
habéis parecido
Uds./ellos/ellas
han parecido

Futuro perfecto

English
I will have seemed
yo
habré parecido
habrás parecido
Ud./él/ella
habrá parecido
nosotros, -as
habremos parecido
vosotros, -as
habréis parecido
Uds./ellos/ellas
habrán parecido

Pluscuamperfecto

English
I had seemed
yo
había parecido
habías parecido
Ud./él/ella
había parecido
nosotros, -as
habíamos parecido
vosotros, -as
habíais parecido
Uds./ellos/ellas
habían parecido

Pretérito anterior

English
I had seemed
yo
hube parecido
hubiste parecido
Ud./él/ella
hubo parecido
nosotros, -as
hubimos parecido
vosotros, -as
hubisteis parecido
Uds./ellos/ellas
hubieron parecido

Condicional perfecto

English
I would have seemed
yo
habría parecido
habrías parecido
Ud./él/ella
habría parecido
nosotros, -as
habríamos parecido
vosotros, -as
habríais parecido
Uds./ellos/ellas
habrían parecido

Presente

English
I seem, am seeming
yo
parezca
parezcas
Ud./él/ella
parezca
nosotros, -as
parezcamos
vosotros, -as
parezcáis
Uds./ellos/ellas
parezcan

Imperfecto

English
I seemed, was seeming
yo
pareciera
parecieras
Ud./él/ella
pareciera
nosotros, -as
pareciéramos
vosotros, -as
parecierais
Uds./ellos/ellas
parecieran

Futuro

English
I will seem
yo
pareciere
parecieres
Ud./él/ella
pareciere
nosotros, -as
pareciéremos
vosotros, -as
pareciereis
Uds./ellos/ellas
parecieren

Presente perfecto

English
I have seemed, seemed
yo
haya parecido
hayas parecido
Ud./él/ella
haya parecido
nosotros, -as
hayamos parecido
vosotros, -as
hayáis parecido
Uds./ellos/ellas
hayan parecido

Futuro perfecto

English
I will have seemed
yo
hubiere parecido
hubieres parecido
Ud./él/ella
hubiere parecido
nosotros, -as
hubiéremos parecido
vosotros, -as
hubiereis parecido
Uds./ellos/ellas
hubieren parecido

Pluscuamperfecto

English
I had seemed
yo
hubiera parecido
hubieras parecido
Ud./él/ella
hubiera parecido
nosotros, -as
hubiéramos parecido
vosotros, -as
hubierais parecido
Uds./ellos/ellas
hubieran parecido

Afirmativo

English
Seem!
yo
parece
Ud./él/ella
parezca
nosotros, -as
vosotros, -as
pareced
Uds./ellos/ellas
parezcan

Negativo

English
Don't seem!
yo
no parezcas
Ud./él/ella
no parezca
nosotros, -as
vosotros, -as
no parezcáis
Uds./ellos/ellas
no parezcan

Al oir estas palabras el pastor, que caminaba delante de mí para mostrarme la senda, se detuvo un poco, y fijando en los míos sus asombrados ojos, como para conocer si me burlaba, exclamó con un acento de buena fe pasmosa:--¡Que no le parezco á usted de edad bastante para haberla conocido!
=parecer=, (_pres._ =parezco=), to appear, seem; =--se=, to resemble.
qué le parece?
Me parece que sucedió ayer.
me parece que ahí viene Lola!
Aun me parece un sueño cuando lo recuerdo.
No parece sino que fueras niño de pecho.
VARIANTS: =A lo que parece=; =según parece=.
El marqués necesita mucho servicio ¿no le parece?
Ya me parece que llevo lo menos una semana tendido.
Ramón, le dije un día desde la cama; parece que le gusta á V.
Todo lo que vemos o nos parece, no es sino un ensueño en un ensueño!
Entonces llamó a un pintor amigo, y le dijo: --¿Qué le parece a Vd.
Lo cual parece menos inverosímil que el desprendimiento de Sebastián.
A primera vista esta frase parece algo ridícula, sin embargo es verdad.
En el primero, el artista parece haber querido hacer una cabeza simbólica.
Por la parte del sur es de tal modo apacible que parece un lago dormido.
vamos, que me parece que esta noche va á darnos que contar para muchos días.
Ya descubro el campanario de la iglesia, y me parece oír el repicar de las campanas.
Pero el diablo, que á lo que parece no se encontraba satisfecho de su obra, sin duda.
Su modo de dormir es un misterio, y hasta parece que el sueño no fuese para él una necesidad.
Si los hombres son diferentes, la vegetación de nuestros Andes parece que toca en los extremos.
se puso algo tarde.--¿No les parece á ustedes que está algo ahumado este estofado?--¿Qué quieres?
Aunque en el mapa parece pequeño, sin embargo es tres veces más grande que el Estado de Washington.
Será a causa de esto que es fácil entender «una ballena,» cuando se grita, «una va llena,» ¿no le parece?
Ved, como parecido al Leteo, el lago parece adormecerse a sabiendas y por nada del mundo quisiera despertar.
Otro peregrino saca un salchichón, que parece una escopeta, y se pone á comer rajas y á tararear un himno piadoso.
Porque no me parece de tanta edad como para haber vivido en el tiempo en que las brujas andaban todavía por el mundo.
parecer, to seem, be like, resemble; al --, seemingly, apparently; á lo que parece, as it seems; evidently; _refl._, to resemble, be like.
Obligado á escoger entre ambas, me quedaría sin las dos, aunque la primera me parece más temible; y cuando así lo digo, estudiado lo tengo.
Tu pupila es azul, y si en su fondo, Como un punto de luz, radia una idea, Me parece en el cielo de la tarde Una perdida estrella.
El dón mitológico parece nacer en él por lejano atavismo, y vese en su poesía un claro rayo del país del sol y azul en que nacieron sus antepasados.
Un bienestar intenso, un regocijo palpitante, vigoroso, parece filtrarse a un mismo tiempo en la savia y en la sangre; en los árboles y los corazones.
La naturaleza de nuestro clima, madrastra de los árboles exóticos, parece que les niega el sustento; exigen la solicitud y constante atención del hombre.
of_ =parecer= =parecer= to seem, appear; =parecerse a= to look like; =qué le parece a Vd.= what do you think of, how do you like =parecerá= _3 sing.
Un ser que se parece al borrico por el entendimiento, á la serpiente por lo rastrero y venenoso, al mono por la figura, y á quien el zorro le come las gallinas!
Donde va la gente.[2] Y eso que, si he de decir la verdad, desde que murió maese Pérez, parece que me echan una losa sobre el corazón cuando entro en Santa Inés...
El ruido es mareador y se siente en el aire una trepidación incesante; el repiqueteo de los cascos, el vuelo sonoro de las ruedas, parece a cada instante aumentarse.
Excusado me parece ponderar el efecto que en un hombre de carácter enérgico y además acostumbrado al mando harían las insolencias de aquel rapazuelo montaraz y deslenguado.
Me fijo mejor, y noto que ha sido cortado, según parece, recientemente, pues en el suelo y en el sitio donde antes estaba aparecen algunas ramas y flores esparcidas aquí y allá.
Chapter Footnotes: [1] =O mucho me engaño, o ...,= _I am very much mistaken if...._ VARIANTS: =Puede ser que me engañe;= =pero me parece ver.= [2] =hecho de encargo,= _made to order_.
Su nombre lo he olvidado; mas su esposa, que es la que veis, se llama doña Elvira de Castañeda,{158-1} y por mi fe que si la copia se parece al original, debió ser la mujer más notable de su siglo.
Si su merced estuviera enfermo, yo le velaría tres semanas sin desnudarme ni descansar; pero estando bueno y sano, la verdad, no me parece justo que su merced se divierta en llamarme á cada instante.
Las torres y las sombras se confunden de tal modo que todo parece suspendido en el aire, mientras que desde una torre orgullosa, la Muerte como un espectro gigante, contempla la ciudad que yace a sus pies.
En las plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre.
La Puebla, que es el primero que encuentra el que sube de los puertos, es grande, compacto, desprovisto de arbolado, y parece ocuparse más de la extensa campiña que domina, que no del río y del movimiento de sus barcos.
Pausado, implacable, lento su toque a cada momento resuena como un lamento pregonando la hora única en extraña rima rúnica, y parece que sintiera intenso placer diabólico en este toque simbólico de muerte y desolación.
Volvía entonces á casa y aun me parece verla en un rincón obscuro de la cocina, sentada sobre una canoa[R] con su sarta de escapularios resaltando sobre la piel morena y arrugada del pecho, que descubría el escote del traje.
una mujer blanca, hermosa y fría, como esa mujer de piedra que parece incitarme con su fantástica hermosura, que parece que oscila al compás de la llama, y me provoca entreabriendo sus labios y ofreciéndome un tesoro de amor...
una mujer blanca, hermosa y fría, como esa mujer de piedra que parece incitarme con su fantástica hermosura, que parece que oscila al compás de la llama, y me provoca entreabriendo sus labios y ofréciendome un tesoro de amor....
Lo que es de ese género, tengo yo más de un millar, un verdadero serrallo, en San Juan de los Reyes; serrallo que desde ahora pongo á vuestra disposición, ya que, á lo que parece, tanto os da de una mujer de carne como de piedra.
Lo que es de ese género, tengo yo más de un millar, un verdadero serrallo, en San Juan de los Reyes; serrallo que desde ahora pongo á vuestra disposición, ya que, á lo que parece, tanto os da de una mujer de carne como de piedra.
No parece sino que{92-1} bajada á descansar--si es que esa laboriosa é incansable colectora de miel busca jamás descanso,--se ha posado sobre un tallo, y ha quedado adherida al reino vejetal, por hechizo de algún maléfico gnomo.
En la narración de la metempsícosis de Ligeia hay una definición de Dios, tomada de Granwill, que parece ser sustentada por Poe: Dios no es más que una gran voluntad que penetra todas las cosas por la naturaleza de su intensidad.
Efectivamente, aquel castillo de argamasa aislado y obscuro, sin más comunicación con lo exterior que la puerta de entrada, flanqueado con sus cuatro torres coronadas de almenas, semejantes á pirámides de cementerios, parece un gran ataúd.
Q que, _rel._, who, which, that; el --, he who, that which, which; la --, she who, that which, which; lo --, that which, what; á lo --, as far as; from what; as; á lo -- parece, as it seems; evidently; lo -- esde, as for; as far as ...
Excusado parece añadir que siguió la cosa como antes; el vino añejo se repartía con profusión para sumirse por los cien abismos de aquellas insaciables gargantas; las inflamaciones y apoplegías continuaban, y jamás se desocupaba la enfermería.
Sobre el suelo de Manhattan parece que va a verse surgir de pronto un colosal Tío Samuel, que llama a los pueblos todos a un inaudito remate, y que el martillo del rematador cae sobre cúpulas y techumbres produciendo un ensordecedor trueno metálico.
Se producen en América dos clases de plantas de café: la común, que es igual a la producida en Arabia, y la gigante, que parece ser una exageración de la primera, y que se cultiva en 25 algunas regiones de África y en el Brasil.
Él la amaba: la amaba con ese amor que no conoce freno ni límites; la amaba con ese amor en que se busca un goce y sólo se encuentran martirios; amor que se asemeja á la felicidad, y que, no obstante, parece infundir el cielo para la expiación de una culpa.
El portal de corcho, imitando un arco romano en ruinas, es monísimo, y el riachuelo representado por un espejillo con manchas verdes que remedan acuáticas hierbas y el musgo de las márgenes, parece que corre por la mesa adelante{72-2} con plácido murmurio.
Pues, sí señor; parece cosa hecha que el organista de San Román,[5] aquel bisojo, que siempre está echando pestes de los otros organistas; aquel perdulariote, que más parece jifero de la puerta de la Carne[6] que maestro de solfa, va á tocar esta Noche-Buena en lugar de maese Pérez.
En este punto se detuvo el pastor un memento, tendió á su alrededor una mirada, y prosiguió así: --¿Siente usted este profundo silencio que reina en todo el monte, que no suena un guijarro, que no se mueve una hoja, que el aire está inmóvil y pesa sobre los hombros y parece que aplasta?
La mía es una verdadera dama castellana que por un milagro de la escultura parece que no la han enterrado en un sepulcro, sino que aun permanece en cuerpo y alma de hinojos sobre la losa que la cubre, inmóvil, con las manos juntas en ademán suplicante, sumergida en un éxtasis de místico amor.
La mía es una verdadera dama castellana que por un milagro de la escultura parece que no la han enterrado en un sepulcro, sino que aún permanece en cuerpo y alma de hinojos sobre la losa que le cubre, inmóvil, con las manos juntas en ademan suplicante, sumergida en un éxtasis de místico amor.
I --¿Véis ése de la capa roja y la pluma blanca en el fieltro, que parece que trae sobre su justillo todo el oro de los galeones de Indias;[1] aquél que baja en este momento de su litera para dar la mano á esa otra señora, que después de dejar la suya, se adelanta hacia aquí, precedida de cuatro pajes con hachas?
LA AJORCA DEL ORO I Ella era hermosa, hermosa con esa hermosura que inspira el vértigo; hermosa con esa hermosura que no se parece en nada á la que soñamos en los ángeles, y que, sin embargo, es sobrenatural; hermosura diabólica, que tal vez presta el demonio á algunos seres para hacerlos sus instrumentos en la tierra.
Nada caracteriza á un niño como su estilo, aquel genuino modo de expresarse y decirlo todo con cuatro letras, y aquella gramática prehistórica, como los primeros vagidos de la palabra en los albores de la humanidad, y su sencillo arte de declinar y conjugar, que parece la rectificación inocente de los idiomas regularizados por el uso.
Pero observé al cabo de pocos días que, aunque tomaba y soltaba{10-1} con indiferencia distintos trozos de ópera y zarzuela deshaciéndolos y pulverizándolos{10-2} entre resoplidos y gruñidos, el pasaje que con más ardor acometía y más á menudo, era uno de _Los Puritanos_: me parece que pertenecía al aria de barítono en el primer acto.
Su contrario le imitó; pero esta vez, no tan sólo volvió á rodearlos una sombra espesisima é impenetrable, sino que al mismo tiempo hirió sus oídos el eco profundo de una voz misteriosa, semejante á esos largos gemidos del vendaval que parece que se queja y articula palabras al correr aprisionado por las torcidas, estrechas y tenebrosas calles de Toledo.
el que se llama en el comercio[9] café de Santos, caracterizado por su película rojiza; el de Méjico que se parece al moka, pero que tiene granos más grandes y su color menos claro[10]; el café _yungas_ de Bolivia, de semillas grandes; el de Martinica; el de Cayena, de semillas alargadas e irregulares; los de Puerto Rico y de la Habana, de color verde azulado.
La unidad de tierra y de raza; la predestinación que comporta, al abrirle, la expansiva facilidad de los vientos marinos, agentes de toda civilización feliz, su situación interoceánica; la riqueza colosal, la ausencia de prejuicios, la democracia y la hospitalidad, señalan a esta América como uno de los futuros imperios universales a cuya formación parece tender la especie.
of_ =pagar= =país= _m._ country =pájaro= _m._ bird =palabra= _f._ word; =tener palabra= to keep one's word =palacio= _m._ palace =pan= _m._ bread; =pan tierno= fresh bread; =pan duro= stale bread =panal= _m._ honey-comb =pañuelo= _m._ handkerchief =papá= _m._ papa =para= for, in order to; =para que= in order that =paraguas= _m._ umbrella =parece= _3 sing.
Impulsado de un pensamiento religioso, espontáneo é indefinible, eché maquinalmente pie á tierra, me descubrí, y comencé á buscar en el fondo de mi memoria una de aquellas oraciones que me enseñaron cuando niño; una de aquellas oraciones que, cuando más tarde se escapan involuntarias de nuestros labios, parece que aligeran el pecho oprimido, y semejantes á las lágrimas, alivian el dolor, que también toma estas formas para evaporarse.
El color de esta montaña varía como el del camaleón, según la dirección y modo como la hieren los rayos solares: A veces es enteramente blanca; en ocasiones,[5] bañada por la luz del sol poniente,[6] parece una gran masa de oro bruñido; y otras veces las sombras nacidas de la distribución de las numerosas rocas repartidas en toda su superficie, desde su elevada cima hasta su anchurosa base, le dan un aspecto semi-violado, con tintes purpurinos notables y espléndidos.
NOTES: [Note 290: =hacer la gracia de=, _to do the favor or honor of_.] [Note 291: =ser tiempo de=, _to be the time to_.] [Note 292: =¿Qué te parece?= _What do you think of it?_] [Note 293: =dar una carcajada=, _to burst out laughing_.] [Note 294: =mirar de reojo=, _to look at askance_.] [Note 295: =en torno de=, _around_.] [Note 296: =dar la vuelta por=, _to make the rounds of, go around_.] [Note 297: =preguntar cuántas son cinco=, _to teach a thing or two, to call to account_.] [Note 298: =cuidarse de=, _to care about, pay attention to_.] [Note 299: =traer a la rastra=, _to drag along_.] [Note 300: =has muerto=, _you have killed_.
de la Cruz_ (CUBANO) =Zorrilla de San Martín, Juan= (1857-) «Tabaré,» el poema de Juan Zorrilla de San Martín,[72] el escritor uruguayo, parece inspirado por el medio ambiente, por la naturaleza magnífica de la América del Sud, y por sentimientos, pasiones y formas de pensar[73] que no son sencillamente españoles, sino que a más de serlo,[74] se combinan con el sentir, el discurrir y el imaginar del indio bravo, concebidos, no ya por mera observación externa, sino por atavismo del sentido íntimo, y controversión en su profundidad, donde quien sabe penetrar lo suficiente, ya descubre al ángel, aunque él esté empecatado, ya descubre a la alimaña montaraz, aunque él sea suave y culto.
En toda la travesía no se encuentra una gota de agua, ni se ve ni se puede contar con un parapeto que le permita ampararse para descansar un momento del incómodo y frío viento que penetra por sobre todo abrigo; que del mismo modo no encontrará un árbol, un peñasco, un algo[1] que le resguarde por un instante del calor del sol que le abrasa y le persigue con una intensidad que parece va aumentando segundo por segundo.[2] Entonces es el gran momento de la contemplación: la vista se pierde sin distinguir señal alguna; el camino está por todas partes abierto, sin valla que se interponga; cielo y tierra son uniformes en color y en aspecto; de un lado todo celeste, de otro lado blanquizco, amarillento.
--¿Se parece á ti?
--¿Te parece poco?
¿Qué le parece a Ud.
2.{72-2} =parece ...
¿A qué se parece la catedral?
¿qué le parece?= what do you think?
¿En qué se parece un gallo a un monte?
_Me parece^en el cielo de la tarde_, p.
¿En qué se parece Madrid a un cuchillo?
¿En qué se parece un viernes a un martes?
¡La noche, que se parece á una eternidad!
¿Qué os parece, que no vendrá á la fiesta?
¡Ese barbón se parece al mismísimo diablo!
--No es el hombre; pero se le parece mucho.
9 Unos decían: Este es; y otros: A él se parece.
¡Canario, y parece que ahora llueve con más fuerza!
--,= only; =no parece -- que,= one would think that.
¿En qué se parece un esqueleto a una comida de viernes?
¿No parece que le hubiera costado su sudor y trabajo?
¿Nos parece cómica la circunspección de los chiquillos?
24 No juzguéis según lo que parece, mas juzgad justo juicio.
=Page 92.=--1.{92-1} =No parece sino que=, _it seems only to have_.
¿Le parece que va adelantado, o que va atrasado (_is behind time_)?
--A propósito del Oriente,--dijo el señor Souza--¿no le parece a Ud.
¿Todo lo que vemos o nos parece no es otra cosa que un ensueño en un ensueño?
--Una casualidad así, ¿no te parece un mal presagio tres días antes de mi boda?
=mentira,= lie, error; =parece --,= it seems impossible; =¡mentira!= it is a lie!
--Así parece, padre,--contestó el otro, sin darse por[326] convicto de su pecado.
=parecer,= to seem, appear; =--se á,= to resemble; =á lo que parece,= as it seems; =á V.
--Ya lo había pensado; pero me parece que mis zapatos pueden tirar aún cuatro o cinco meses.
=parecer=, 39, to appear; =----se a=, to resemble; =¿qué le parece?= what do you think of it?
--Me parece notar aquí que mediante un corto canal podría unirse el Amazonas con el sistema del Plata.
--Y sobre todo, hace un frío, que no parece sino que estamos en la Siberia, añadió un tercero arrebujándose en el capote.
¿No parece que por debajo de esa ligera epidermis azulada y suave de alabastro circula un flúido de luz de color de rosa?
--¿Ve usted aquel cabezo alto, alto, que parece cortado á pico, y por entre cuyas penas crecen las aliagas y los zarzales?
--Y sobre todo, hace un frío, que no parece sino que estamos en la Siberia,[1] añadió un tercero arrebujándose en el capote.
¿No parece que por debajo de esa ligera epidermis azulada y suave de alabastro circula un flúido de luz de color de rosa?...
39 Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
--Pues me parece, dijo el fámulo con mucha sorna, me parece, señor, que ese reloj será muy bueno, pero anda muy de prisa y va adelantado.
--Porque si le he de decir la verdad, muy santo será este predicador nuevo, ¡pero se parece tanto en la voz 15 al[255] señor cura!
--Esos[2] se ocupan del tráfico costanero internacional; aunque me parece que los armadores de la América latina acabarán por dominar ese tráfico también.
15 --Y no sólo parece, sino que es un robo, y el robo es un gran pecado, hijo mío; por manera que es menester arrepentirse de corazón,[327] para....
--He pedido tanto á Dios que salvase tu vida á costa de la mía,--murmuró la joven,--que me parece que por fin se ha dignado escucharme y me voy á morir antes que tú.
--¿Qué te parece?[292]--dice al fin a su mujer, después de haber hecho el último gesto, ese gesto sublime con que el genio aprueba su propia obra:--¿qué te parece, hija?
--¿Cuál desea Vuestra Santidad?--preguntó el 15 niño, y el papa, sonriendo, le contestó: --¿Te parece que sabrías copiar cuántos se te presentasen?
_Repítanse las frases siguientes, usando el condicional para expresar probabilidad o suposición en el pasado_ (_Ejemplo_: Me parece que el niño tenía once años=el niño tendría once años): 1.
* * * * * Me parece excusado describir la suntuosa instalación del marqués en Madrid; lo que sí no debe omitirse es que tomó un cocinero cuyos guisos eran otros tantos poemas gastronómicos.
[2] =¿Qué me dices de esto?= _What have you to say about that?_ VARIANTS: =¿Qué me cuentas?= (=¿qué te parece?=) [3] =cultivos de más inmediato beneficio.= Note the omission of the indefinite article before _más_, which is needed in English.
_Tu pupila es azul; y cuando lloras, Las trasparentes lágrimas en ella Se me figuran gotas de rocío Sobre una violeta._ Tu pupila es azul, y si en su fondo Como un punto de luz radia una idea,[2] Me parece en el cielo de la tarde ¡Una perdida estrella!
--Entiendo muy bien, señor Cura, lo que usted quiere darme á entender con ese cuento, ó lo que sea; pero como ya á lo hecho pecho, quisiera saber si le parece á usted bien que fíe sólo mi justificación y defensa á la misericordia de Dios, procurando alcanzarla por la intercesión del glorioso San Isidro.
--Me parece muy bien eso, y celebraré muchísimo que así se salve usted del enojo que ha causado la torpeza de su manifiesto; pero mire usted, tío Traga-santos, yo debo hablarle á usted con franqueza: si yo fuera santo, echaba{111-1} muy enhoramala á los que sin necesidad se meten á escribir y no aciertan á decir lo que piensan.
--Pues, hija, repuso el cura, «Haga yo lo que deba, y haga Dios lo que quiera.»{91-3} IV Del lado opuesto del pueblo se extiende un pinar, al que se llega por un prado de roja arena, que cubre un césped{91-4} tan corto y espeso, que parece lo ha tejido la naturaleza para avergonzar á los tejedores de las más afamadas alfombras.
(From _Más Honor que Honores_.) LA AJORCA DE ORO I Ella era hermosa, hermosa con esa hermosura que inspira el vértigo; hermosa con esa hermosura que no se parece en nada á la que soñamos en los ángeles, y que, sin embargo, es sobrenatural; hermosura diabólica, que tal vez presta el demonio á algunos seres para hacerlos sus instrumentos en la tierra.
¡Yo os aseguro que hice cuanto estaba de mi parte{108-2} para complacer á Cabezudo, que quería no cayese gota de agua; á Animalejos, que quería cayese sólo un chaparrón; y á Barbaruelo, que quería lloviese si Dios tenía que!{108-3} Dios lo puede hacer todo, pero á veces lo hace tan indirectamente, que parece no hacer nada ó hacer todo lo contrario de lo que se le pide.
--Recordando un poco del latín--que en mi niñez supe, he conseguido, á duras penas, descifrar la inscripción de la tumba, contestó el interpelado; y á lo que he podido colegir, pertenece á un título de Castilla,[1] famoso guerrero que hizo la campaña con el Gran Capitán.[2] Su nombre lo he olvidado; mas su esposa, que es la que véis, se llama doña Elvira de Castañeda, y por mi fe que si la copia se parece al original, debió ser la mujer más notable de su siglo.
39.--EL GAUCHO[1] Entre cien individuos agrupados en el campo, se conocerá inmediatamente a un verdadero gaucho por más pobre que[2] él sea: su caballo ensillado con esmero, tuzado y acepillado; su persona limpia, sus prendas de vestir[3] colocadas con gracia sobre el cuerpo; sus cabellos y barbas largos, pero peinados y cuidados, y en fin, aquel[4] aire atrevido y simpático a la vez, que parece decir a todos: «Yo soy el dueño de la tierra, ustedes no son más que gringos», es lo que le da a conocer.
38.--EL «TRISTE» Y LA «VIDALITA» El «triste» que predomina en los pueblos del norte, es un canto frijio, plañidero, natural al hombre en el estado primitivo de barbarie, según Rousseau.[1] La «vidalita,» canto popular con coros, acompañado de la guitarra y un tamboril, a cuyos redobles se reune la muchedumbre y va engrosando el cortejo y el estrépito de las voces, me parece heredado de los indígenas, porque lo he oído en una fiesta de indios en Copiapó en celebración de la Candelaria[2]; y como canto religioso, debe ser antiguo, y los indios chilenos no lo han de haber adoptado de los españoles argentinos.
13, note 1.] Ya enzarzado en lo más espeso y fragoso del monte, llevando del diestro la caballería por entre sendas casi impracticables, ora por las cumbres para descubrir la salida del laberinto, ora por las honduras con la idea de cortar terreno, anduve vagando al azar un buen espacio de tarde hasta que por último, en el fondo de una cortadura tropecé con un pastor, el cual abrevaba su ganado en el riachuelo que, después de deslizarse sobre un cauce de piedras de mil colores, salta y se retuerce allí con un ruido particular que se oye á gran distancia, en medio del profundo silencio de la naturaleza que en aquel punto y á aquella hora parece muda ó dormida.
Verdad que nosotras nos parecemos en eso; de nuestra casita á la iglesia, y de la iglesia á nuestra casita, sin cuidarnos de lo que se dice ó déjase de decir...
expone, y que me parecen irrefutables.
VARIANT: =Todos parecen tristes.= [9] =el señor,= _the gentleman_.
De los perros se cuentan muchas historias que parecen inverosímiles, y son ciertas y reales como la luz del sol.
Quién diria que esos dos que parecen tan amigos, si dentro de media hora se encuentran en una calle obscura ...
Despierta, ríes; y al reir, tus labios Inquietos me parecen Relámpagos de grana que serpean Sobre un cielo de nieve.
Allí los templos, los palacios y las torres--torres carcomidas por el tiempo, y que no tiemblan nunca,--no se parecen en nada a las nuestras.
Lo levantó, le sorprendió el sonido, Y dijo, de placer estremecido: --¡Avellanas parecen!--Mas al verlas, Con tristeza exclamó:--¡Sólo son perlas!
Lo que aseguro y sostengo es que, aún teniendo el mismo número de horas, aquí las noches parecen mucho más largas que en otros lugares, y de ahí viene su fama.
FUSILES Y MUÑECAS Juan y Margot, dos ángeles hermanos, Que embellecen mi hogar con sus cariños, Se entretienen con juegos tan humanos Que parecen personas desde niños.
Un faldeo gris, con manchas doradas de teatinas; algunos quiscos que se levantan como brazos armados; y los boldos del mas oscuro e intenso verde que parecen escalar el cerro como peregrinos haciendo penitencia.
Torres Caicedo_ (COLOMBIANO) =Blest Gana, Alberto= (1831) Las novelas de Alberto Blest Gana[15] parecen escritas de propósito para vindicar a la sociedad Chilena de su tan gritada y compadecida esterilidad.
Alrededor de esta capilla están las tumbas de los reyes, cuyas imágenes de piedra, con la mano en la empuñadura de la espada, parecen velar noche y día por el santuario á cuya sombra descansan todos por una eternidad.
Larra compuso unos versos que le parecían muy buenos, como á todos los principiantes les parecen los suyos, y se los dió á Gallego, á quien le parecieron muy malos, como á todos los maestros les parecen los que lo son.
Y deja caer los bultos sobre el almohadón del coche; después se quita las botas, abre el saco de noche, saca unas babuchas que parecen dos orejas de elefante y se las calza con la mayor tranquilidad murmurando: --¿Ve V.
En los parajes más bajos y húmedos en el tiempo de las lluvias, este césped se ve salpicado con tal profusión de pequeñas margaritas blancas, miniaturas de esta bella especie, que parecen ser las once mil vírgenes del paraíso de Flora.
El puente por do pasan los pastores es tal que nunca se ha visto el cartón tan semejante á la piedra; al contrario de lo que pasa en muchas obras de nuestros ingenieros modernos, los cuales hacen puentes de piedra que parecen de cartón.
En aquel castillo, que tiene por cimiento la pizarra negra de que está formado el monte, y cuyas vetustas murallas, hechas de pedruscos enormes, parecen obras de titanes, es fama que las brujas de los contornos tienen sus nocturnes conciliábulos.
Despierta, hablas, y al hablar, vibrantes Tus palabras parecen Lluvia de perlas que en dorada copa Se derrama á torrentes?[5] Dormida, en el murmullo de tu aliento Acompasado y tenue, Escucho yo un poema, que mi alma Enamorada entiende ...
VARIANT: =A derecha e izquierda.= 11.--PERSONIFICACIÓN DE LAS AVES Ciertos animales, y en especial las aves, por su aspecto, por sus instintos o por su manera de vivir, parecen imitar las cualidades de la persona o ejecutar aquellas cosas de que sólo es capaz un ser racional.
Pedro hizo un esfuerzo para seguir en su camino, llego á la verja, y subió la primera grada de la capilla mayor.[1] Alrededor de esta capilla están las tumbas de los reyes,[2] cuyas imágenes de piedra, con la mano en la empuñadura de la espada, parecen velar noche y día por el santuario á cuya sombra descansan todos por una eternidad.
A visit to the Eastern Pyrenees from the Spanish side is much more difficult than from France, as both traveling and hotel accommodations are sadly lacking.] Los blancos caseríos que la rodean, salpicados aquí y allá sobre una ondulante sábana de verdura, parecen á lo lejos un bando de palomas que han abatido su vuelo para apagar su sed en las aguas de la ribera.
Á poco se esparció una voz por el lugar,--una de esas voces que parecen formarse en las nubes, y que llegan á la tierra como aerólitos consistentes y compactos,--de que aquel hombre, que parecido al huracán había venido sin saberse de dónde, ni á dónde iba, andaba á salto de mata, prestado y forastero en todas partes, para burlar á la justicia que le buscaba con objeto de echarle mano.
¡Si las horas parecen siglos enteros!
¡Si las horas parecen siglos enteros!
¿En qué se parecen una boca y un molino?
_Continúese_: Se parecen a mí (a ti, etc.).
¿En qué se parecen un elector y una pelota?
¿En qué se parecen las mujeres a los montes?--En que tienen faldas.
¿Y qué nueva pejiguera traen esos acompañantes que parecen estatuas?
30 ¿En qué se parecen las pesetas a los zapatos?--En que se gastan.
--Algunos á mí se parecen; como yo, se arrastran; y como yo, son venenosos.
--No--contestó el pobre animal.--No soy el hombre, ¡aunque he oído decir que algunos se parecen á mí!
17.] Tal vez sería un rayo de sol que serpeó fugitive entre su espuma; tal vez una de esas flores que flotan entre las algas de su seno, y cuyos cálices parecen esmeraldas ...
[143.3] =tan humanos=, 'so like those of men and women.' [143.4] =parecen personas desde niños=, 'they have seemed grown-up people from their very childhood.' [143.16] =orgullo= is subject of =alienta=.
of_ =parecer= =parecer= to seem, appear; =parecerse a= to look like; =qué le parece a Vd.= what do you think of, how do you like =parecerá= _3 sing.
Contaremos brevemente el peregrino caso, advirtiendo que esto quizás parecerá en extremo pueril á algunos; pero á los que tal crean, les recordaremos que nada es tan ocasionado á puerilidades como un íntimo y puro dolor, de esos en que no existe mezcla alguna de intereses de la tierra, ni el desconsuelo secundario del egoísmo no satisfecho.
--Por eso precisamente, señor cura; porque todo lo ve desde el cielo, presto al nueve por ciento, porque el 9 desde arriba le parecerá un 6.
Aquello parecía un milagro.
ind._ =parecía= _3 sing.
Era viejo y parecía un ángel...
Esta playa parecía un hormiguero.
Aquella hambre canina parecía insaciable.
parecía decirme, mostrándome la joya.--¡Cómo brilla!
parecía decirme, mostrándome la joya.--¡Cómo brilla!
El chico parecía azorado; la niña, alegre con nerviosa alegría.
La florecita parecía sonreir cuando el niño voló al seno de Dios.
Todo parecía tan cómodo que quería quedarse allí algunos minutos.
Al principio no me parecía eso posible, pero los hechos son más seguros que las palabras.
Mala cara tenía entonces: más bien qué superior de una orden monástica, parecía un facineroso.
Se parecía á la de los santos que el rey Nerón echaba á los tigres, según dicen los padres predicadores...
y la mujer misteriosa le llamaba al borde del abismo, donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso ...
Después de haber descansado y mitigado la sed, observaron por casualidad una piedra que se parecía a una lápida sepulcral.
Advirtió el padre, al cabo, que la niña miraba sin falta en el espejo, cada mañana y cada noche, y parecía que conversaba con él.
Recobré al fin mi sangre fría, hablé á mi amigo, cogí sus manos, que estaban yertas, y las separé de su rostro, que parecía el de un muerto.
que las he criado?--Mire V.: ésta se llama _cachigordeta_; ésta, _coloradilla_; ésta, _Manuela_..., porque se parecía mucho á mi hija la menor....
Sólo la Reina de los cielos, suavemente iluminada por una lámpara de oro, parecía sonreir tranquila, bondadosa, y serena en medio de tanto horror.
Sólo la Reina de los cielos, suavemente iluminada por una lámpara de oro, parecía sonreir tranquila, bondadosa, y serena en medio de tanto horror.
Las campanas de la parroquia tocaban de una manera lúgubre; su voz, siempre triste, parecía una queja que hería nuestros oídos á la vez que nuestro corazón.
Un huracán, una ráfaga de viento arranca con facilidad estas masas inmensas que parecía desafiaban a todas las convulsiones y a la duración misma de los siglos.
La habitación estaba negra como el fondo de un tintero: no se oía ruido alguno fuera, ni el más leve rumor: aquel cuarto tan silencioso y obscuro parecía una tumba.
La tierra dió muestras 15 de gran fecundidad; los árboles se llenaron de flores y de pájaros, y todo parecía renacer a una vida alegre y nueva.
La conciencia nacional, más que aletargada, parecía muerta, y Montalvo no dió descanso[2] a su pluma volteriana,[3] combatiendo al clero, dueño y señor[4] de su patria.
Cada una de sus notas parecía un sollozo ahogado dentro del tubo de metal, que vibraba con el aire comprimido en su hueco, y reproducía el tono sordo, casi imperceptible, pero justo.
Éste, que caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un farolillo, parecía servirle de guía por entre aquel laberinto de calles obscuras, enmarañadas y revueltas.
Éste, que caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un farolillo, parecía servirle de guía por entre aquel laberinto de calles obscuras, enmarañadas y revueltas.
Patricio se miraba en él,[5] como suele decirse, porque no había otro caballo que le llenara tanto el gusto[6] como ése; y hasta parecía que se entendían a maravilla bestia y jinete.
LOS ZAPATOS DE TAMBURÍ Había en el Cairo un mercader llamado Abou Tamburí, que era conocido por su avaricia; aunque rico, iba pobremente vestido, y tan sucio, que parecía un mendigo.
Vino, pues, el Prior nuevo precedido de esta fama: anduviéronse los frailes con gran pulso para no deslizarse en la menor cosa, y el convento por lo tranquilo parecía una balsa de aceite.
Entre ellas estaba doña Inés de Tordesillas, en la que aquel día, como siempre, se fijaban todos los ojos; pero según á ella le parecía advertir, con diversa expresión que la de costumbre.
El rebaño pacía la sabrosa hierba sin 10 ninguna inquietud, y el muchacho lejos de estar asustado parecía contento de haber alarmado a los que llegaban a defenderle.
Teresa me parecía cada día más linda, y lo era{17-2} en efecto, porque según he averiguado en el curso de mi vida, no hay pintura, raso ni brocado que hermosee tanto á la mujer como el amor.
La máquina paró y a la sombra de la parva cercana la gente se dispuso a tomar el café; un sol fuerte nos ahogaba tiñendo en llamaradas la campiña segada que parecía un inmenso cepillo de oro.
Y el alegre coro se fué cantando, al observar la luna que parecía mirarlas: Luna lunera, Cascabelera, Mete la mano En la faltriquera; Saca un ochavo Para pajuela.
Á este primer acorde, que parecía una voz que se elevaba desde la tierra al cielo, respondió otro lejano y suave que fué creciendo, creciendo hasta convertirse en un torrente de atronadora armonía.
Habían llegado á la calle del Cristo,[1] y la luz que se divisaba en uno de sus extremes parecía ser la del farolillo que alumbraba en aquella época, y alumbra aún, á la imagen que le da su nombre.
Una mañana, á la sombra de la barca abandonada, cuando el mar hervía bajo el sol y parecía un cielo de noche de verano, azul y espolvoreado de puntos de luz, un viejo pescador me contó la historia.
Pasaron muchos trabajos en busca de un paraje bastante apropiado, y al fin eligieron uno cuya tierra 10 parecía más fértil, y en el cual abundaban los manantiales de agua pura y sabrosa.
Azara advierte que los españoles le daban el nombre de bienteveo y los guaraníes el de _puitaguá_; porque a los unos y a los otros respectivamente les parecía que pronunciaba con claridad estas palabras....
Largo rato anduvieron dando vueltas á través de las calles de Toledo, buscando un lugar á propósito para terminar sus diferencias; pero la obscuridad de la noche era tan profunda, que el duelo parecía imposible.
Al buen viejo le parecía que había encontrado la manera de ir a gusto de[90] todo el mundo, cuando un hombre que pasaba gritó, dirigiéndose[7] al grupo: 5 --¿Cuál de los tres es el asno?
La Azucena _del Moncayo_[1] llamábanla en veinte leguas á la redonda, y bien merecía este sobrenombre, porque era tan airosa, tan blanca y tan rubia que, como á las azucenas, parecía que Dios la había hecho de nieve y oro.
imaginarse que yo iba gozando como los ángeles en el paraíso y pendiente de los labios de aquella niña, que al referirme todas las nonadas infantiles de su vida, parecía infundir en mi alma encantada la ciencia de la dicha.
Celinina abrió los ojos, que ya parecían cerrados para siempre; miró á su padre, y con la mirada tan sólo y un grave murmullo que no parecía venir ya de lenguas de este mundo, pidió á su padre lo que éste no había querido traerle.
Su vida entera parecía, empero, concentrarse en sus ojos, de un negro brillante y sombrío, en que todas las pasiones parecían teñirse de relámpagos, como en los de aquel admirable tipo de belleza guerrera, su capitán favorito, las Heras.
Un hermano mío tiene la barca más hermosa de toda la matrícula; la bautizamos con el nombre de mi hija, _Camila_; pero la pintamos de amarillo y blanco, y el día del bautizo se le ocurrió decir á un pillo{53-2} de la playa, que parecía un huevo frito.
Y mi Señor me ama bien; pero la primera vez que pronunció su voto sentí estremecerse mi pecho, porque sus palabras sonaron como un toque de agonía y su voz se parecía a la de aquel que cayó durante la batalla en el fondo del valle, y que es dichoso ahora.
Procuró entonces reanudar el sueño, y logró conseguirlo, después de dar vueltas y más vueltas sobre los mullidos colchones, que eran lo menos seis ó siete, con lo que el tal lecho parecía un catafalco, y era menester para escalarlo subirse antes en una silla.
Hubo momentos en que con el grande estrépito de arriba, parecía que retemblaba el techo de la sala, y que la pobre muerta se estremecía en su caja azul, y que las luces todas oscilaban, cual si, á su manera, quisieran dar á entender también que estaban algo peneques.
Sobre una de estas rocas, sobre una que parecía próxima á desplomarse en el fondo de las aguas, en cuya superficie se retrataba temblando el primogénito de Almenar, de rodillas á los pies de su misteriosa amante, procuraba en vano arrancarle el secreto de su existencia.
El mozo que parecía listo, les trajo con suma presteza el café pedido, pero sin leche y puesto que los americanos no estaban acostumbrados a beberlo en esa forma, empezaron a gesticular y a hacer contorsiones 20 que el mozo no comprendía ni podía adivinar.
El sacerdote que oficiaba sentía temblar sus manos, porque Aquél que levantaba en ellas, Aquél á quien saludaban hombres y arcángeles era su Dios; era su Dios, y le parecía haber visto abrirse los cielos y trasfigurarse la Hostia.[1] [Footnote 1: trasfigurarse la Hostia.
El ángel miró tristemente y durante largo tiempo aquel pobre y abandonado sitio; pero de repente su celeste mirada fué á posarse en una florecita azul que un rayo de sol había abierto y que parecía sonreir á la tierra: el ángel dejó oir un grito de alegría: abatió su vuelo y fué á cogerla.
Todo cuanto[195] tenía le parecía poco para aliviar aquel gran dolor, y no hallando a mano cosa de más estima,[196] tomó su caja de colores y la entregó a la infeliz madre, diciendo: 15 --Cójala usted; algo le darán por ella: es todo lo que tengo aquí.
Aquí una de ellas, blanca como el vellón de un cordero, sacaba su cabeza rubia entre las verdes y flotantes hojas de una planta acuática, de la cual parecía una flor á medio abrir, cuyo flexible tallo más bien se adivinaba que se veía temblar debajo de los infinites círculos de luz de las ondas.
Delante de sus compañeras, más ágil, más linda, más juguetona y alegre que todas, saltando, corriendo, parándose y tornando á correr, de modo que parecía no tocar el suelo con los pies, iba la corza blanca, cuyo extraño color destacaba como una fantástica luz sobre el obscuro fondo de los árboles.
Por una coincidencia difícil de explicar, dado el alejamiento y la falta de intercambio, el pensamiento francés traducía casi todos los matices nacientes del alma latinoamericana y se superponía tan exactamente a sus anhelos, que en determinados casos parecía nacido en la región y elaborado por ella.
El zagal, por su parte, aunque sin atender al efecto que su narración había producido, parecía todo turbado é inquieto; y mientras los señores reían á sabor de sus inocentadas, él tornaba la vista á un lado y á otro con visibles muestras de temor y como queriendo descubrir algo á través de los cruzados troncos de los árboles.
Tenía de Cayo Graco la sabiduría y la virtud; la audacia de Agamenón y el perfil heroico de los hombres de la Gironda.[1] Todo era puro y excelso en aquel vástago extraordinario perteneciente a la raza tan reducida de los predestinados, en aquel arcángel majestuoso que parecía iluminado por la Victoria y bendecido por el Destino.
Después comenzaron á oirse como unos himnos distantes que entonaban las jerarquías de serafines; mil himnos á la vez, que al confundirse formaban uno solo, que, no obstante, era no más el acompañamiento de una extraña melodía, que parecía flotar sobre aquel océano de misteriosos ecos, como un jirón de niebla sobre las olas del mar.
La América del Sur se dió intelectualmente a Francia con la ingenuidad de una virgen, se convirtió en su discípulo respetuoso, la imitó hasta en sus errores y, desde lejos, modestamente, consciente de su pequeñez, ató su destino al de aquella nación portentosa que parecía reunir todas las excelencias y realizar todos los sueños....
Su expresión habitual era soñadora y triste: algunas veces tenía un modo de dirigir una mirada ligera, de soslayo, sobre alguna persona que no le observaba a él, y, con una mirada tranquila y fija, parecía que mentalmente estaba midiendo el calibre de la persona que estaba ajena de ello.--¡Qué ojos tan tremendos tiene el señor Poe!--me dijo una señora.
La noche estaba obscura; no brillaba una sola estrella en el cielo, ni en toda la plaza se veía una sola luz; no obstante, allá á lo lejos, y en la misma dirección en que comenzó á percibirse un ligero ruido como de pasos que iban aproximándose, creyó distinguir el bulto de un hombre: era sin duda el mismo á quien parecía[1] aguardaba con tanta impaciencia.
La mirada del atónito montero vagaba absorta de un lado á otro, sin saber dónde fijarse, hasta que sentado bajo un pabellón de verdura que parecía servirle de dosel, y rodeado de un grupo de mujeres todas á cual más bellas, que la ayudaban á despojarse de sus ligerísimas vestiduras, creyó ver el objeto de sus ocultas adoraciones, la hija del noble don Dionís, la incomparable Constanza.
Su mamá le había dado jurisdicción sobre ellos hasta para castigarles, pero no quería usar de ella porque tenía miedo de que le perdiesen el cariño:{23-2} que la mamá se arreglara como pudiese.{23-3} Después habló del papá, que era muy serio, pero muy bueno; lo único que la tenía apesadumbrada era que parecía querer más á los chicos que á ellas.{23-4} La mamá, en cambio, mostraba predilección por las niñas.
Como ya no sentían la molestia de la plaga, les parecía muy duro el sacrificio 20 de pagar lo prometido.[144] El flautista no hizo manifestación alguna de desagrado; pero empezó de nuevo a soplar su flauta, produjo una música más maravillosa y dulce que la anterior, y esta vez se fueron tras él, en tropel, todos los 25 niños de la ciudad, desde los chiquitines que empezaban a caminar, hasta[145] los que estudiaban ya en las escuelas.
El foso estaba cegado con los sillares de las derruidas almenas; el puente levadizo, inútil ya, se pudría colgado aún de sus fuertes tirantes de hierro, cubiertos de orín por la acción de los años; en la torre del homenaje tañia lentamente una campana; frente al arco principal de la fortaleza y sobre un pedestal de granito se elevaba una cruz; en los muros no se veía un solo soldado; y confuso, y sordo, parecía que de su seno se elevaba como un murmullo lejano, un himno religioso, grave, solemne y magnifico.
Poco á poco, y bien fuese que el peso de la noche, que ya había pasado de la mitad, comenzara á dejarse sentir, bien que el lejano murmullo del agua, el penetrante aroma de las flores silvestres y las caricias del viento comunicasen á sus sentidos el dulce sopor en que parecía estar impregnada la naturaleza toda, el enamorado mozo que hasta aquel punto había estado entretenido revolviendo en su mente las más halagüeñas imaginaciones comenzó á sentir que sus ideas se elaboraban con más lentitud y sus pensamientos tomaban formas más leves é indecisas.
Con toda la galantería del doncel más cumplido, tomó el guante de las manos de los caballeros que, como movidas por un resorte, se abrieron sin dificultad al sentir el contacto de la del monarca, y volviéndose á doña Inés de Tordesillas que, apoyada en el brazo de una dueña,[1] parecía próxima á desmayarse, exclamó, presentándolo, con acento, aunque templado, firme: [Footnote 1: dueña = 'duenna,' an elderly woman who occupies a position midway between that of governess and companion to young Spanish women.] --Tomad, señora, y cuidad de no dejarle[1] caer en otra ocasión, donde al devolvérosle,[2] os lo devuelvan manchado en sangre.
Estrechado, sin embargo, por las interrogaciones de su señor y por los ruegos de Constanza, que parecía la más curiosa é interesada en que el pastor refiriese sus estupendas aventuras, decidióse éste á hablar, mas no sin que antes dirigiese á su alrededor una mirada de desconfianza, como temiendo ser oído por otras personas que las que allí estaban presentes, y de rascarse tres ó cuatro veces la cabeza tratando de reunir sus recuerdos ó hilvanar su discurso, que al fin comenzo dó esta manera: --Es el caso, señor, que según me dijo un preste de Tarazona,[1] al que acudí no ha mucho, para consultar mis dudas, con el diablo no sirven juegos, sino punto en boca, buenas y muchas oraciones á San Bartolomé,[2] que es quien le conoce las cosquillas, y dejarle andar; que Dios, que es justo y está allá arriba, proveerá á todo.
¿Qué le parecía a la doncella?
¿A quién se parecía en este estado?
4.{23-4} =papá= is subject of =parecía=; =...
¿Le parecía a él también que «la noche se pasa como una sombra»?
¿No se parecía a los periódicos que quieren dar las noticias antes que nadie?
--Pero aquel animal que cruza á lo lejos es muy grande y tiene cuatro patas, y tú me dijiste que el hombre se parecía al mono.
] --Será alguna ráfaga de aire que ha abatido la llama al pasar, exclamó Carrillo volviendo á ponerse en guardia, y previniendo con una voz á Lope, que parecía preocupado.
[Footnote 1: parecía is parenthetic in sense as used here.] El caballero que acababa de abandonar el alcázar para dirigirse al Zocodover era Alonso Carrillo, que en razón al puesto de honor que desempeñaba cerca de la persona del rey, había tenido que acompañarle en su cámara hasta aquellas horas.
--Una hermosa tarde en que todo parecía sonreir á nuestro alrededor, en que el sol poniente encendía el ocaso y arrebolaba las nubes, y de la tierra ligeramente húmeda se levantaban efluvios de vida y perfumes de flores, dos amantes se detuvieron á la orilla del agua y al pie del tronco que nos sostenía.
¡Pero yo le preguntaré luego cuántas son cinco![297] Diciendo esto, pensó poner en ejecución su premeditado 25 proyecto, para lo cual llevaba siempre un lazo en la mano; y mientras hacía la _armada_, se fué arrastrando, poquito a poquito, hacia el ladrón, quien parecía no cuidarse del[298] peligro en que estaba, pues lejos de ocultarse, seguía moviéndose, a vista de su enojado enemigo.
25, note 1.] El carácter, tan pronto retraído y melancólico como bullicioso y alegre de Constanza, la extraña exaltación de sus ideas, sus extravagantes caprichos, sus nunca vistas costumbres, hasta la particularidad de tener los ojos y las cejas negras como la noche, siendo blanca y rubia como el oro, habían contribuido á dar pábulo á las hablillas de sus convecinos, y aun el mismo Garcés, que tan intimamente la trataba, había llegado á persuadirse que su señora era algo especial y no se parecía á las demás mujeres.
Aquello parecía un milagro.
ind._ =parecía= _3 sing.
Era viejo y parecía un ángel...
Esta playa parecía un hormiguero.
Aquella hambre canina parecía insaciable.
parecía decirme, mostrándome la joya.--¡Cómo brilla!
parecía decirme, mostrándome la joya.--¡Cómo brilla!
El chico parecía azorado; la niña, alegre con nerviosa alegría.
La florecita parecía sonreir cuando el niño voló al seno de Dios.
Todo parecía tan cómodo que quería quedarse allí algunos minutos.
Al principio no me parecía eso posible, pero los hechos son más seguros que las palabras.
Mala cara tenía entonces: más bien qué superior de una orden monástica, parecía un facineroso.
Se parecía á la de los santos que el rey Nerón echaba á los tigres, según dicen los padres predicadores...
y la mujer misteriosa le llamaba al borde del abismo, donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso ...
Después de haber descansado y mitigado la sed, observaron por casualidad una piedra que se parecía a una lápida sepulcral.
Advirtió el padre, al cabo, que la niña miraba sin falta en el espejo, cada mañana y cada noche, y parecía que conversaba con él.
Recobré al fin mi sangre fría, hablé á mi amigo, cogí sus manos, que estaban yertas, y las separé de su rostro, que parecía el de un muerto.
que las he criado?--Mire V.: ésta se llama _cachigordeta_; ésta, _coloradilla_; ésta, _Manuela_..., porque se parecía mucho á mi hija la menor....
Sólo la Reina de los cielos, suavemente iluminada por una lámpara de oro, parecía sonreir tranquila, bondadosa, y serena en medio de tanto horror.
Sólo la Reina de los cielos, suavemente iluminada por una lámpara de oro, parecía sonreir tranquila, bondadosa, y serena en medio de tanto horror.
Las campanas de la parroquia tocaban de una manera lúgubre; su voz, siempre triste, parecía una queja que hería nuestros oídos á la vez que nuestro corazón.
Un huracán, una ráfaga de viento arranca con facilidad estas masas inmensas que parecía desafiaban a todas las convulsiones y a la duración misma de los siglos.
La habitación estaba negra como el fondo de un tintero: no se oía ruido alguno fuera, ni el más leve rumor: aquel cuarto tan silencioso y obscuro parecía una tumba.
La tierra dió muestras 15 de gran fecundidad; los árboles se llenaron de flores y de pájaros, y todo parecía renacer a una vida alegre y nueva.
La conciencia nacional, más que aletargada, parecía muerta, y Montalvo no dió descanso[2] a su pluma volteriana,[3] combatiendo al clero, dueño y señor[4] de su patria.
Cada una de sus notas parecía un sollozo ahogado dentro del tubo de metal, que vibraba con el aire comprimido en su hueco, y reproducía el tono sordo, casi imperceptible, pero justo.
Éste, que caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un farolillo, parecía servirle de guía por entre aquel laberinto de calles obscuras, enmarañadas y revueltas.
Éste, que caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un farolillo, parecía servirle de guía por entre aquel laberinto de calles obscuras, enmarañadas y revueltas.
Patricio se miraba en él,[5] como suele decirse, porque no había otro caballo que le llenara tanto el gusto[6] como ése; y hasta parecía que se entendían a maravilla bestia y jinete.
LOS ZAPATOS DE TAMBURÍ Había en el Cairo un mercader llamado Abou Tamburí, que era conocido por su avaricia; aunque rico, iba pobremente vestido, y tan sucio, que parecía un mendigo.
Vino, pues, el Prior nuevo precedido de esta fama: anduviéronse los frailes con gran pulso para no deslizarse en la menor cosa, y el convento por lo tranquilo parecía una balsa de aceite.
Entre ellas estaba doña Inés de Tordesillas, en la que aquel día, como siempre, se fijaban todos los ojos; pero según á ella le parecía advertir, con diversa expresión que la de costumbre.
El rebaño pacía la sabrosa hierba sin 10 ninguna inquietud, y el muchacho lejos de estar asustado parecía contento de haber alarmado a los que llegaban a defenderle.
Teresa me parecía cada día más linda, y lo era{17-2} en efecto, porque según he averiguado en el curso de mi vida, no hay pintura, raso ni brocado que hermosee tanto á la mujer como el amor.
La máquina paró y a la sombra de la parva cercana la gente se dispuso a tomar el café; un sol fuerte nos ahogaba tiñendo en llamaradas la campiña segada que parecía un inmenso cepillo de oro.
Y el alegre coro se fué cantando, al observar la luna que parecía mirarlas: Luna lunera, Cascabelera, Mete la mano En la faltriquera; Saca un ochavo Para pajuela.
Á este primer acorde, que parecía una voz que se elevaba desde la tierra al cielo, respondió otro lejano y suave que fué creciendo, creciendo hasta convertirse en un torrente de atronadora armonía.
Habían llegado á la calle del Cristo,[1] y la luz que se divisaba en uno de sus extremes parecía ser la del farolillo que alumbraba en aquella época, y alumbra aún, á la imagen que le da su nombre.
Una mañana, á la sombra de la barca abandonada, cuando el mar hervía bajo el sol y parecía un cielo de noche de verano, azul y espolvoreado de puntos de luz, un viejo pescador me contó la historia.
Pasaron muchos trabajos en busca de un paraje bastante apropiado, y al fin eligieron uno cuya tierra 10 parecía más fértil, y en el cual abundaban los manantiales de agua pura y sabrosa.
Azara advierte que los españoles le daban el nombre de bienteveo y los guaraníes el de _puitaguá_; porque a los unos y a los otros respectivamente les parecía que pronunciaba con claridad estas palabras....
Largo rato anduvieron dando vueltas á través de las calles de Toledo, buscando un lugar á propósito para terminar sus diferencias; pero la obscuridad de la noche era tan profunda, que el duelo parecía imposible.
Al buen viejo le parecía que había encontrado la manera de ir a gusto de[90] todo el mundo, cuando un hombre que pasaba gritó, dirigiéndose[7] al grupo: 5 --¿Cuál de los tres es el asno?
La Azucena _del Moncayo_[1] llamábanla en veinte leguas á la redonda, y bien merecía este sobrenombre, porque era tan airosa, tan blanca y tan rubia que, como á las azucenas, parecía que Dios la había hecho de nieve y oro.
imaginarse que yo iba gozando como los ángeles en el paraíso y pendiente de los labios de aquella niña, que al referirme todas las nonadas infantiles de su vida, parecía infundir en mi alma encantada la ciencia de la dicha.
Celinina abrió los ojos, que ya parecían cerrados para siempre; miró á su padre, y con la mirada tan sólo y un grave murmullo que no parecía venir ya de lenguas de este mundo, pidió á su padre lo que éste no había querido traerle.
Su vida entera parecía, empero, concentrarse en sus ojos, de un negro brillante y sombrío, en que todas las pasiones parecían teñirse de relámpagos, como en los de aquel admirable tipo de belleza guerrera, su capitán favorito, las Heras.
Un hermano mío tiene la barca más hermosa de toda la matrícula; la bautizamos con el nombre de mi hija, _Camila_; pero la pintamos de amarillo y blanco, y el día del bautizo se le ocurrió decir á un pillo{53-2} de la playa, que parecía un huevo frito.
Y mi Señor me ama bien; pero la primera vez que pronunció su voto sentí estremecerse mi pecho, porque sus palabras sonaron como un toque de agonía y su voz se parecía a la de aquel que cayó durante la batalla en el fondo del valle, y que es dichoso ahora.
Procuró entonces reanudar el sueño, y logró conseguirlo, después de dar vueltas y más vueltas sobre los mullidos colchones, que eran lo menos seis ó siete, con lo que el tal lecho parecía un catafalco, y era menester para escalarlo subirse antes en una silla.
Hubo momentos en que con el grande estrépito de arriba, parecía que retemblaba el techo de la sala, y que la pobre muerta se estremecía en su caja azul, y que las luces todas oscilaban, cual si, á su manera, quisieran dar á entender también que estaban algo peneques.
Sobre una de estas rocas, sobre una que parecía próxima á desplomarse en el fondo de las aguas, en cuya superficie se retrataba temblando el primogénito de Almenar, de rodillas á los pies de su misteriosa amante, procuraba en vano arrancarle el secreto de su existencia.
El mozo que parecía listo, les trajo con suma presteza el café pedido, pero sin leche y puesto que los americanos no estaban acostumbrados a beberlo en esa forma, empezaron a gesticular y a hacer contorsiones 20 que el mozo no comprendía ni podía adivinar.
El sacerdote que oficiaba sentía temblar sus manos, porque Aquél que levantaba en ellas, Aquél á quien saludaban hombres y arcángeles era su Dios; era su Dios, y le parecía haber visto abrirse los cielos y trasfigurarse la Hostia.[1] [Footnote 1: trasfigurarse la Hostia.
El ángel miró tristemente y durante largo tiempo aquel pobre y abandonado sitio; pero de repente su celeste mirada fué á posarse en una florecita azul que un rayo de sol había abierto y que parecía sonreir á la tierra: el ángel dejó oir un grito de alegría: abatió su vuelo y fué á cogerla.
Todo cuanto[195] tenía le parecía poco para aliviar aquel gran dolor, y no hallando a mano cosa de más estima,[196] tomó su caja de colores y la entregó a la infeliz madre, diciendo: 15 --Cójala usted; algo le darán por ella: es todo lo que tengo aquí.
Aquí una de ellas, blanca como el vellón de un cordero, sacaba su cabeza rubia entre las verdes y flotantes hojas de una planta acuática, de la cual parecía una flor á medio abrir, cuyo flexible tallo más bien se adivinaba que se veía temblar debajo de los infinites círculos de luz de las ondas.
Delante de sus compañeras, más ágil, más linda, más juguetona y alegre que todas, saltando, corriendo, parándose y tornando á correr, de modo que parecía no tocar el suelo con los pies, iba la corza blanca, cuyo extraño color destacaba como una fantástica luz sobre el obscuro fondo de los árboles.
Por una coincidencia difícil de explicar, dado el alejamiento y la falta de intercambio, el pensamiento francés traducía casi todos los matices nacientes del alma latinoamericana y se superponía tan exactamente a sus anhelos, que en determinados casos parecía nacido en la región y elaborado por ella.
El zagal, por su parte, aunque sin atender al efecto que su narración había producido, parecía todo turbado é inquieto; y mientras los señores reían á sabor de sus inocentadas, él tornaba la vista á un lado y á otro con visibles muestras de temor y como queriendo descubrir algo á través de los cruzados troncos de los árboles.
Tenía de Cayo Graco la sabiduría y la virtud; la audacia de Agamenón y el perfil heroico de los hombres de la Gironda.[1] Todo era puro y excelso en aquel vástago extraordinario perteneciente a la raza tan reducida de los predestinados, en aquel arcángel majestuoso que parecía iluminado por la Victoria y bendecido por el Destino.
Después comenzaron á oirse como unos himnos distantes que entonaban las jerarquías de serafines; mil himnos á la vez, que al confundirse formaban uno solo, que, no obstante, era no más el acompañamiento de una extraña melodía, que parecía flotar sobre aquel océano de misteriosos ecos, como un jirón de niebla sobre las olas del mar.
La América del Sur se dió intelectualmente a Francia con la ingenuidad de una virgen, se convirtió en su discípulo respetuoso, la imitó hasta en sus errores y, desde lejos, modestamente, consciente de su pequeñez, ató su destino al de aquella nación portentosa que parecía reunir todas las excelencias y realizar todos los sueños....
Su expresión habitual era soñadora y triste: algunas veces tenía un modo de dirigir una mirada ligera, de soslayo, sobre alguna persona que no le observaba a él, y, con una mirada tranquila y fija, parecía que mentalmente estaba midiendo el calibre de la persona que estaba ajena de ello.--¡Qué ojos tan tremendos tiene el señor Poe!--me dijo una señora.
La noche estaba obscura; no brillaba una sola estrella en el cielo, ni en toda la plaza se veía una sola luz; no obstante, allá á lo lejos, y en la misma dirección en que comenzó á percibirse un ligero ruido como de pasos que iban aproximándose, creyó distinguir el bulto de un hombre: era sin duda el mismo á quien parecía[1] aguardaba con tanta impaciencia.
La mirada del atónito montero vagaba absorta de un lado á otro, sin saber dónde fijarse, hasta que sentado bajo un pabellón de verdura que parecía servirle de dosel, y rodeado de un grupo de mujeres todas á cual más bellas, que la ayudaban á despojarse de sus ligerísimas vestiduras, creyó ver el objeto de sus ocultas adoraciones, la hija del noble don Dionís, la incomparable Constanza.
Su mamá le había dado jurisdicción sobre ellos hasta para castigarles, pero no quería usar de ella porque tenía miedo de que le perdiesen el cariño:{23-2} que la mamá se arreglara como pudiese.{23-3} Después habló del papá, que era muy serio, pero muy bueno; lo único que la tenía apesadumbrada era que parecía querer más á los chicos que á ellas.{23-4} La mamá, en cambio, mostraba predilección por las niñas.
Como ya no sentían la molestia de la plaga, les parecía muy duro el sacrificio 20 de pagar lo prometido.[144] El flautista no hizo manifestación alguna de desagrado; pero empezó de nuevo a soplar su flauta, produjo una música más maravillosa y dulce que la anterior, y esta vez se fueron tras él, en tropel, todos los 25 niños de la ciudad, desde los chiquitines que empezaban a caminar, hasta[145] los que estudiaban ya en las escuelas.
El foso estaba cegado con los sillares de las derruidas almenas; el puente levadizo, inútil ya, se pudría colgado aún de sus fuertes tirantes de hierro, cubiertos de orín por la acción de los años; en la torre del homenaje tañia lentamente una campana; frente al arco principal de la fortaleza y sobre un pedestal de granito se elevaba una cruz; en los muros no se veía un solo soldado; y confuso, y sordo, parecía que de su seno se elevaba como un murmullo lejano, un himno religioso, grave, solemne y magnifico.
Poco á poco, y bien fuese que el peso de la noche, que ya había pasado de la mitad, comenzara á dejarse sentir, bien que el lejano murmullo del agua, el penetrante aroma de las flores silvestres y las caricias del viento comunicasen á sus sentidos el dulce sopor en que parecía estar impregnada la naturaleza toda, el enamorado mozo que hasta aquel punto había estado entretenido revolviendo en su mente las más halagüeñas imaginaciones comenzó á sentir que sus ideas se elaboraban con más lentitud y sus pensamientos tomaban formas más leves é indecisas.
Con toda la galantería del doncel más cumplido, tomó el guante de las manos de los caballeros que, como movidas por un resorte, se abrieron sin dificultad al sentir el contacto de la del monarca, y volviéndose á doña Inés de Tordesillas que, apoyada en el brazo de una dueña,[1] parecía próxima á desmayarse, exclamó, presentándolo, con acento, aunque templado, firme: [Footnote 1: dueña = 'duenna,' an elderly woman who occupies a position midway between that of governess and companion to young Spanish women.] --Tomad, señora, y cuidad de no dejarle[1] caer en otra ocasión, donde al devolvérosle,[2] os lo devuelvan manchado en sangre.
Estrechado, sin embargo, por las interrogaciones de su señor y por los ruegos de Constanza, que parecía la más curiosa é interesada en que el pastor refiriese sus estupendas aventuras, decidióse éste á hablar, mas no sin que antes dirigiese á su alrededor una mirada de desconfianza, como temiendo ser oído por otras personas que las que allí estaban presentes, y de rascarse tres ó cuatro veces la cabeza tratando de reunir sus recuerdos ó hilvanar su discurso, que al fin comenzo dó esta manera: --Es el caso, señor, que según me dijo un preste de Tarazona,[1] al que acudí no ha mucho, para consultar mis dudas, con el diablo no sirven juegos, sino punto en boca, buenas y muchas oraciones á San Bartolomé,[2] que es quien le conoce las cosquillas, y dejarle andar; que Dios, que es justo y está allá arriba, proveerá á todo.
¿Qué le parecía a la doncella?
¿A quién se parecía en este estado?
4.{23-4} =papá= is subject of =parecía=; =...
¿Le parecía a él también que «la noche se pasa como una sombra»?
¿No se parecía a los periódicos que quieren dar las noticias antes que nadie?
--Pero aquel animal que cruza á lo lejos es muy grande y tiene cuatro patas, y tú me dijiste que el hombre se parecía al mono.
] --Será alguna ráfaga de aire que ha abatido la llama al pasar, exclamó Carrillo volviendo á ponerse en guardia, y previniendo con una voz á Lope, que parecía preocupado.
[Footnote 1: parecía is parenthetic in sense as used here.] El caballero que acababa de abandonar el alcázar para dirigirse al Zocodover era Alonso Carrillo, que en razón al puesto de honor que desempeñaba cerca de la persona del rey, había tenido que acompañarle en su cámara hasta aquellas horas.
--Una hermosa tarde en que todo parecía sonreir á nuestro alrededor, en que el sol poniente encendía el ocaso y arrebolaba las nubes, y de la tierra ligeramente húmeda se levantaban efluvios de vida y perfumes de flores, dos amantes se detuvieron á la orilla del agua y al pie del tronco que nos sostenía.
¡Pero yo le preguntaré luego cuántas son cinco![297] Diciendo esto, pensó poner en ejecución su premeditado 25 proyecto, para lo cual llevaba siempre un lazo en la mano; y mientras hacía la _armada_, se fué arrastrando, poquito a poquito, hacia el ladrón, quien parecía no cuidarse del[298] peligro en que estaba, pues lejos de ocultarse, seguía moviéndose, a vista de su enojado enemigo.
25, note 1.] El carácter, tan pronto retraído y melancólico como bullicioso y alegre de Constanza, la extraña exaltación de sus ideas, sus extravagantes caprichos, sus nunca vistas costumbres, hasta la particularidad de tener los ojos y las cejas negras como la noche, siendo blanca y rubia como el oro, habían contribuido á dar pábulo á las hablillas de sus convecinos, y aun el mismo Garcés, que tan intimamente la trataba, había llegado á persuadirse que su señora era algo especial y no se parecía á las demás mujeres.
ind._ =parecían= _3 pl.
Sus mejillas se parecían a las flores del peral.
Esos claros y melancólicos ojos parecían mirar desde una eminencia....».
Y miró al pobre aprendiz con unos ojos que parecían salir chispas centellantes.
Éste no se movía y sus ojos parecían decir: --Yo no me moveré; y no los llamaré.
Aunque parecían estatuas, no lo eran; pues se escabulleron como el humo otros dos, y sólo quedó una pareja detrás del P.
Si al principio las traslaciones se hicieron sin desorden, después se armó una baraúnda tal, que parecían andar por allí cien mil manos afanosas de revolverlo todo.
Los corredores parecían unos energúmenos; más tenían caras de hombres enredados en una discusión de taberna, que de comerciantes en el acto de realizar sus operaciones.
Mientras el cura hablaba por el tubo de lata, el 25 sacristán movía sus labios, accionando de modo que sus brazos parecían aspas de molinos de viento.
Las voces de los que parecían perseguirla sonaban cada vez más cerca, y de cuando en cuando la veía hacer una contorsión, encogerse ó dar un brinco para evitar los cantazos que le arrojaban.
Larra compuso unos versos que le parecían muy buenos, como á todos los principiantes les parecen los suyos, y se los dió á Gallego, á quien le parecieron muy malos, como á todos los maestros les parecen los que lo son.
Aquellos ojos sin luz parecían decirle: «Perdona si me han faltado las fuerzas, si no he podido llevarte el dinero hasta tu casa: ya lo ves, la culpa no es mía.» Pablo permaneció una hora arrodillado junto al cadáver de su perro.
Celinina abrió los ojos, que ya parecían cerrados para siempre; miró á su padre, y con la mirada tan sólo y un grave murmullo que no parecía venir ya de lenguas de este mundo, pidió á su padre lo que éste no había querido traerle.
En tanto que las piezas arrojadas á las llamas comenzaban á enrojecerse, largos y profundos gemidos parecían escaparse de la ancha hoguera, de entre cuyos troncos saltaban[1] como si estuvieran vivas y sintiesen la acción del fuego.
Buscaron flores naturales; mas no hallándolas, por ser tan impropia de ellas la estación, tejieron una linda corona con flores de tela, escogiendo las más bonitas y las que más se parecían á verdaderas rosas frescas traídas del jardín.
Su vida entera parecía, empero, concentrarse en sus ojos, de un negro brillante y sombrío, en que todas las pasiones parecían teñirse de relámpagos, como en los de aquel admirable tipo de belleza guerrera, su capitán favorito, las Heras.
Había superado obstáculos que insuperables parecían, nublado los cielos con el humo de pueblos, bateyes y cañaverales, en humo convertidos,[1] sentido retemblar las capas atmosféricas y las del suelo con el rugir estruendoso de la metralla de los cañones y de las descargas de los fusiles.
La catástrofe era ya segura; los dos jóvenes habían ya cambiado algunas palabras en voz sorda, y mientras que con la una mano sujetaban el guante con una fuerza convulsiva, parecían ya buscar instintivamente con la otra el puño de oro de sus dagas, cuando se entreabrió respetuosamente el grupo que formaban los espectadores, y apareció el Rey.
Colocaron dentro á Celinina, sosteniendo su cabeza en preciosa y blanda almohada, para que no estuviese en postura violenta, y después que la acomodaron bien en su fúnebre lecho, cruzaron sus manecitas, atándolas con una cinta, y entre ellas pusiéronle un ramo de rosas blancas, tan hábilmente hechas por el artista, que parecían hijas del mismo Abril.
Aunque el joven se sentía dispuesto á ver en cuanto le rodeaba algo de sobrenatural y maravilloso, la verdad del caso era, que prescindiendo de la momentánea alucinación que turbó un instante sus sentidos fingiéndole músicas, rumores y palabras, ni en la forma de las corzas ni en sus movimientos, ni en los cortos bramidos con que parecían llamarse, había nada con que no debiese estar ya muy familiarizado un cazador práctico en esta clase de expediciones nocturnas.
Junto á aquella verja, de pie, envueltos en sus capas de color galoneadas de oro, dejando entrever con estudiado descuido las encomiendas rojas y verdes, en la una mano el fieltro, cuyas plumas besaban los tapices, la otra sobre los bruñidos gavilanes del estoque ó acariciando el pomo del cincelado puñal, los caballaros veinticuatros,[2] con gran parte de lo mejor de la nobleza sevillana, parecían formar un muro, destinado á defender á sus hijas y sus esposas del contacto de la plebe.
La verdad era que el camino, que equivocadamente había tornado, se hacía cada vez más áspero y difícil y que por una parte la sombra que ya arrojaban las altísimas rocas, que parecían suspendidas sobre mi cabeza, y por otro el ruido vertiginoso del agua que corría profunda á mis pies, y de la que comenzaba á elevarse una niebla inquieta y azul, que se extendía por la cortadura borrando los objetos y los colores, parecían contribuir á turbar la vista y conmover el ánimo con una sensación de penoso malestar que vulgarmente podría llamarse preludio de miedo.
It is the ancient Mons _Caunus_, celebrated in history for the defeat of the Celtiberians in the time of the consul Tiberius Sempronius Gracchus (governor of Hither Spain from 181 to 178 B.C.).] Fija la mirada en aquel fantástico ejercito de nubes que parecían correr al asalto de la peña sobre cuyo pico íba á morir la bruja, yo estaba esperando por instantes cuando se abrían sus senos para abortar á la diabólica multitud de espíritus malignos, comenzando una lucha horrible al borde del derrumbadero, entre los que estaban allí para hacer justicia en la bruja y los demonios que, en pago de sus muchos servicios, vinieran á ayudarla en aquel amargo trance.
Cantos celestes como los que acarician 'los oídos en los momentos de éxtasis; cantos que percibe el espíritu y no los puede repetir el labio; notas sueltas de una melodía lejana, que suenan á intervalos, traídas en las ráfagas del viento, rumor de hojas que se besan en los arboles con un murmullo semejante al de la lluvia, trinos de alondras que se levantan gorjeando de entre las flores como una saeta despedida á las nubes; estruendo sin nombre, imponente como los rugidos de una tempestad; coro de serafines sin ritmos ni cadencia, ignota música del cielo que sólo la imaginación comprende; hímnos alados, que parecían remontarse al trono del Señor como una tromba de luz y de sonidos...
sonándome aún las últimas palabras de aquella temerosa relación, teniendo junto á mi á aquel hombre que tan de buena fe imploraba la protección divina para llevar á cabo crímenes espantosos, viendo á mis pies el abismo negro y profundo en donde se revolvía el agua entre las tinieblas, imitando gemidos y lamentos, y en lontananza el castillo tradicional,[1] coronado de almenas obscuras, que parecían fantasmas asomadas á los muros, sentí una impresión angustiosa, mis cabellos se erizaron involuntariamente, y la razón, dominada por la fantasía, á la que todo ayudaba, el sitio, la hora y el silencio de la noche, vaciló un punto, y casi creí que las absurdas consejas de las brujerías y los maleficios pudieran ser posibles.
Mientras iba ensartando estas cosas con voz insinuante y melíflua, le oía el capítulo como quien oye llover desde lugar cubierto; unos parecían mirar con grande atención las pinturas de los muros y bóveda, medio dormidos otros cabeceaban haciendo reverencias, y muchos con las manazas cruzadas sobre la barriga y hartos ya de plática, decían para su sayo: «¿cuándo se acabará esto y tocarán á refectorio?» Pero el discurso no llevaba trazas de concluirse tan pronto; antes, al contrario, de unas reflexiones nacían otras; como las aguas vivas de manantial abundante, las palabras con rapidez asombrosa brotaban de los labios del orador, que siempre había sido hombre de gran facundia, y en aquella ocasión lo era más todavía, de suerte que el aburrido auditorio tenía casi agotada la paciencia, y sólo por ciertos respetos no daba mayores señales de su disgusto.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en el altar mayor pendían aún de las altas cornisas los rotos jirones del velo con que le habían cubierto los religiosos al abandonar aquel recinto; diseminados por las naves veíanse algunos retablos adosados al muro, sin imágenes en las hornacinas; en el coro se dibujaban con un ribete de luz los extraños perfiles de la obscura sillería de alerce; en el pavimento, destrozado en varios puntos, distinguíanse aún anchas losas sepulcrales llenas de timbres, escudos y largas inscripciones góticas; y allá á lo lejos, en el fondo de las silenciosas capillas y á lo largo del crucero, se destacaban confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é inmóviles fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de hinojos sobre el mármol de sus tumbas, parecían ser los únicos habitantes del ruinoso edificio.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en el altar mayor pendían aún de las alias cornisas los rotos jirones del velo con que le habían cubierto los religiosos al abandonar aquel recinto; diseminados por las naves veianse algunos retablos adosados al muro, sin imágenes en las hornacinas; en el coro se 'dibujaban con un ribete de luz los extraños perfiles de la obscura sillería de alerce; en el pavimento, destrozado en varies puntos, distinguíanse aún anchas losas sepulcrales llenas de timbres, escudos y largas inscripciones góticas; y allá á lo lejos, en el fondo de las silenciosas capillas y á lo largo del crucero, se destacaban confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é inmóviles fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de hinojos sobre el mármol de sus tumbas, parecían ser los únicos habitantes del ruinoso edificio.
¿Le parecían caras a su compañero de oficina?
¿Qué parecían decir los cuarenta ejemplares más lucidos?
¡Llenos parecían de una aflicción intensa, y tan doloridos, que su vista sola producía tanta amargura como el espectáculo de la misma criatura moribunda, cuando miraba con suplicantes ojos á sus padres y les pedía que le quitasen aquel horrible dolor de su frente abrasada!
241.] Al notar la precipitación con que todos hicieron el ademán de inclinarse, una imperceptible sonrisa de vanidad satisfecha asomó á los labios de la orgullosa doña Inés, que después de hacer un saludo general á los galanes que tanto empeño mostraban en servirla, sin mirar apenas y con la mirada alta y desdeñosa, tendió la mano para recoger el guante en la dirección que se encontraban Lope y Alonso, los primeros que parecían haber llegado al sitio en que cayera.[1] En efecto, ambos jóvenes habían visto caer el guante cerca de sus pies; ambos se habían inclinado con igual presteza á recogerle,[2] y al incorporarse cada cual le[2] tenía asido por un extremo.
=95.=--[95.2] =me pareció=, 'I seemed' (lit., 'it seemed to me').
ind._ =pareció= _3 sing.
Pasó un día, una semana, un mes y no pareció.
Al oír el estrépito ¿qué les pareció a los dos señores?
En un rincón ví á una mujer arrodillada, en la que mi compañero no pareció fijarse al pronto.
estuvieron sonando todo el tiempo que yo permanecí como clavada en el dintel y aquel tiempo me pareció un siglo.
Nos pareció que un gran pájaro pasaba silbando sobre la barca, y la antena se vino abajo con el cordaje roto y la vela desgarrada.
Algo extraño é invisible ocurrió en aquella habitación; me pareció escuchar un confuso aleteo, se obscureció mi vista y tuve que apoyarme en el armario para no caer.
Al verme, no pareció extrañar que me hubiera levantado, como si fuera la cosa más natural del mundo, y extendiendo su mano hacia la habitación cerrada, me dijo: --Hace diez años que no entro ahí.
Al principio creí que aquella circunspección procedía de considerarse ya demasiado formales para corretear, y me pareció cómica: pero observando mejor, me convencí de que algo serio pasaba entre ellas....
Ya éste se había aproximado bastante cuando le pareció que el ladrón hacía un movimiento 5 de sorpresa; y temiendo que se le escapase, arrojó sobre él la _armada_, y se lanzó corriendo hacia el rancho, donde estaba su mujer.
En una de las embestidas resbaló el tenedor sobre el animal como si tuviera escama, y el capón, violentamente despedido, pareció querer tomar su vuelo como en sus tiempos más felices, y se posó en el mantel tranquilamente como pudiera en un palo de un gallinero.
Después de las once, y cuando estaba la ciudad en plena[3] tiniebla, embozóse el virrey en su capa y salió de Palacio.[4] A poco andar[5] tropezó con una ronda; mas reconociéndolo el capitán, lo dejó seguir tranquilamente, murmurando:--Vamos, ya pareció aquéllo[6]!
Llegaron las dos, y como yo conocía ya á mi Braulio, no me pareció conveniente acicalarme demasiado para ir á comer; estoy seguro de que se hubiera picado: no quise sin embargo excusar un frac de color y un pañuelo blanco, cosa indispensable en un día de días en semejantes casas.
Me pareció algo ridículo y depresivo, pero me di[4] como excusa para resignarme el que los egipcios no se creyeron deshonrados por adorar al insigne Apis, y que además no estaba el camino de la Sierra, después de un invierno feroz,[5] para hacer la gracia de[6] subirlo a pie, ni siquiera en mula.
Mi tía, á la que no veía desde niño, me fué al pronto repulsiva, por más que se mostrara desde luego cariñosa y tolerante conmigo; el pueblo me pareció triste, á pesar de sus jardines y de las pintorescas casitas que hay en él; sus habitantes poco simpáticos, aunque todos me saludaban con afecto.
Todos guardaron silencio, y él prosiguio así: --Yo no acertaré nunca á dar la razón; pero es el caso que la historia de las armas vacías me pareció siempre una fábula tejida en favor de algún noble personaje, á quien tal vez altas razones de conveniencia pública no permitían ni descubrir ni castigar.
Rióse la niña, turbóse el indiano, ayudóla á posar la herrada, hubo palique, preguntas, exclamaciones, vino la noche y salió la luna, sin que se interrumpiese el coloquio, y á Sebastián le pareció que en su espíritu no era la luna, sino el sol de Mediodía lo que irradiaba en oleadas de luz ardorosa y fulgente...
Esta frase causó honda pena á Traga-santos, porque le pareció irrespetuosa, y más{97-3} proferida en el aniversario del tránsito del bienaventurado labrador al cielo, y mucho más en boca de los compatriotas de Isidro, y muchísimo más pronunciada en el suelo santificado con la planta y los milagros de tan gran santo.
¡Cuán bella le pareció al señor Frutos!
=95.=--[95.2] =me pareció=, 'I seemed' (lit., 'it seemed to me').
[6] =¡ya pareció aquéllo!= _now I understand that_ (the previously given order, i.e.
15 Una noche que, como otras muchas, salió a dar su vuelta[296] por la chacra, vió dentro de ésta un hombre ocupado, según le pareció, en escoger la mejor fruta.
27 Porque les pareció bueno, y son deudores á ellos: porque si los Gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los carnales.
«¿Sabes que te he de decir una cosa?»--murmuró el chico.--«Anda, dímela.»--«Hoy no.»--La doncella que acompañaba á Finita al colegio, había mostrado hasta aquel instante risueña tolerancia con la escena filatélica; pero le pareció que se prolongaba mucho, y pronunció un «vamos, señorita,» que significaba: «Hay que ir al colegio....» Currín se quedó admirando su sello y pensando en Finita.
«Esta fea--pensó--se ha fabricado para mí expresamente, y si no cargo con ella, habré de arruinarme ó morir.» Lo malo es que á la salida de misa había visto también el indiano á la niña de la fuente, y no hay que decir si, con su ropa dominguera y su cara de pascua, y por la fuerza del contraste, le pareció bonita, dulce, encantadora, máxime cuando, bajando los ojos y con mimoso dengue, la moza le preguntó «si hoy no quería _agüiña_ bien fresca.» ¡Vaya si la quería!
28 Y como á ellos no les pareció tener á Dios en [su] noticia, Dios los entregó á una mente depravada, para hacer lo que no conviene, 29 Estando atestados de toda iniquidad, de fornicación, de malicia, de avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engaños, de malignidades; 30 Murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes á los padres, 31 Necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia: 32 Que habiendo entendido el juicio de Dios que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, mas aun consienten á los que las hacen.
Nunca la había visto llorar, y aquellas lágrimas me parecieron mucho más bellas que su adorable sonrisa.
Los jardines le parecieron entonces tan bellos, que no pudo resistir á su encanto y bajó á pasear su tristeza por sus olorosas enramadas.
Larra compuso unos versos que le parecían muy buenos, como á todos los principiantes les parecen los suyos, y se los dió á Gallego, á quien le parecieron muy malos, como á todos los maestros les parecen los que lo son.
Á todo esto, el niño, que á mi izquierda tenía, hacía saltar las aceitunas á un plato de magras con tomate, y una vino á parar á uno de mis ojos, que no volvió á ver claro en todo el día; y el señor gordo de mi derecha había tenido la precaución de ir dejando en el mantel, al lado de mi pan, los huesos de las suyas, y los de las aves que había roído; el convidado de enfrente, que se preciaba de trinchador, se había encargado de hacer la autopsia de un capón, ó sea gallo, que esto nunca se supo: fuese por la edad avanzada de la víctima, fuese por los ningunos conocimientos anatómicos del victimario, jamás parecieron las coyunturas.--Este capón no tiene coyunturas, exclamaba el infeliz sudando y forcejeando, más como quien cava que como quien trincha.
_Conjúguense en el presente de indicativo_ se asomó, parecieron, iba, tropezaron, recordó.
Un resto, con todo eso, del antiguo ceremonial que en su trato tenían adoptado nuestros padres, me obliga á aceptar á veces ciertos convites á que parecería el negarse{132-2} grosería, ó por lo menos ridícula afectación de delicadeza.
No es lo mismo encontrarlos en una grande altura, que verlos allí[2] al nivel del mar, rodeados de vegetación, en medio de una temperatura agradable, como la de un día plácido de primavera, y donde parecería que la nieve no pudiera conservarse sino breves instantes.
Pero nuevamente advierto á ustedes que hemos de entrar todos en la celda prioral, como representantes de la comunidad que ahora somos, y que habéis de aprobar y apoyar lo que yo diga; pues de otro modo parecería la queja cosa particular mía, cuando no lo es, y sí{129-4} de la corporación entera.
Un resto, con todo eso, del antiguo ceremonial que en su trato tenían adoptado nuestros padres, me obliga á aceptar á veces ciertos convites á que parecería el negarse{132-2} grosería, ó por lo menos ridícula afectación de delicadeza.
No es lo mismo encontrarlos en una grande altura, que verlos allí[2] al nivel del mar, rodeados de vegetación, en medio de una temperatura agradable, como la de un día plácido de primavera, y donde parecería que la nieve no pudiera conservarse sino breves instantes.
Pero nuevamente advierto á ustedes que hemos de entrar todos en la celda prioral, como representantes de la comunidad que ahora somos, y que habéis de aprobar y apoyar lo que yo diga; pues de otro modo parecería la queja cosa particular mía, cuando no lo es, y sí{129-4} de la corporación entera.
No te parecerían tan cortas si te estuvieran dando palos.
Según pude entender, no había parecido por allí desde la tarde que le hice la buenaventura; cosa que nada tenía de raro, á lo que me contó uno de mis guardianes.
Fué después examinando uno por uno aquellos queridos compañeros de sus más puras alegrías, acarició los caballos, manejó las armas, jugó a la pelota,[189] se 25 probó[190] algunas gorras que ya no se ajustaban bien a su cabeza, y finalmente vistió su elegante uniforme de húsar, que nunca le había parecido tan bello y airoso como en aquel instante en que lo lucía por última vez.
Según pude entender, no había parecido por allí desde la tarde que le hice la buenaventura; cosa que nada tenía de raro, á lo que me contó uno de mis guardianes.
Fué después examinando uno por uno aquellos queridos compañeros de sus más puras alegrías, acarició los caballos, manejó las armas, jugó a la pelota,[189] se 25 probó[190] algunas gorras que ya no se ajustaban bien a su cabeza, y finalmente vistió su elegante uniforme de húsar, que nunca le había parecido tan bello y airoso como en aquel instante en que lo lucía por última vez.
Ya importamos carne, cosa que hace veinte años habría parecido ridículo predecir.
Ya importamos carne, cosa que hace veinte años habría parecido ridículo predecir.
En este caso, ¿no habrá hecho Dios lo que Cabezudo le pedía, aunque parezca que ha hecho todo lo contrario?
Y para que aquí no falte nada y se parezca en todo a un jardín de aclimatación[7] nuestro--jardines que allí[8] solamente un gobierno puede sostener--veo manadas de ovejas y cabras y a lo lejos oigo el torpe gruñido de mansos cebones.
=parezca=, _from_ parecer.
--Descuide, hermano, que yo le diré lo que me parezca justo y adecuado á la ocasión.
¡Cabezudenses, barbaruelenses y animalejuenses, dad por bien hecho todo lo que hace Dios, pues es lo que os tiene cuenta, aunque os parezca lo contrario!
--No se hacen esas especulaciones en la Argentina y le diré por qué: El agricultor no retiene su trigo para venderlo cuando mejor le parezca, como se hace en Estados Unidos.
--Cuando mejor os parezca: esta misma noche si queréis, respondió el joven capitán, recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante por aquel relámpago de celos.--Á propósito.
--Cuando mejor os parezca: esta misma noche si queréis, respondió el joven capitán, recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante por aquel relámpago de celos.--Á propósito.
En este caso, ¿no habrá hecho Dios lo que Cabezudo le pedía, aunque parezca que ha hecho todo lo contrario?
Y para que aquí no falte nada y se parezca en todo a un jardín de aclimatación[7] nuestro--jardines que allí[8] solamente un gobierno puede sostener--veo manadas de ovejas y cabras y a lo lejos oigo el torpe gruñido de mansos cebones.
=parezca=, _from_ parecer.
--Descuide, hermano, que yo le diré lo que me parezca justo y adecuado á la ocasión.
¡Cabezudenses, barbaruelenses y animalejuenses, dad por bien hecho todo lo que hace Dios, pues es lo que os tiene cuenta, aunque os parezca lo contrario!
--No se hacen esas especulaciones en la Argentina y le diré por qué: El agricultor no retiene su trigo para venderlo cuando mejor le parezca, como se hace en Estados Unidos.
--Cuando mejor os parezca: esta misma noche si queréis, respondió el joven capitán, recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante por aquel relámpago de celos.--Á propósito.
--Cuando mejor os parezca: esta misma noche si queréis, respondió el joven capitán, recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante por aquel relámpago de celos.--Á propósito.
Después, dé usted su papel a otro estudiante para que él (o ella) escriba en el pizarrón las respuestas que le parezcan convenientes.
Después dé usted su papel a otro estudiante para que él (o ella) escriba en el pizarrón las contestaciones que le parezcan convenientes.
Después dé usted su papel a otro estudiante para que él (o ella) escriba en el pizarrón las contestaciones que le parezcan convenientes.
Jamás he visto otros ojos que en algo se le parecieran.
qué le parece?
Me parece que sucedió ayer.
me parece que ahí viene Lola!
Aun me parece un sueño cuando lo recuerdo.
No parece sino que fueras niño de pecho.
VARIANTS: =A lo que parece=; =según parece=.
El marqués necesita mucho servicio ¿no le parece?
Ya me parece que llevo lo menos una semana tendido.
Ramón, le dije un día desde la cama; parece que le gusta á V.
Todo lo que vemos o nos parece, no es sino un ensueño en un ensueño!
Entonces llamó a un pintor amigo, y le dijo: --¿Qué le parece a Vd.
Lo cual parece menos inverosímil que el desprendimiento de Sebastián.
A primera vista esta frase parece algo ridícula, sin embargo es verdad.
En el primero, el artista parece haber querido hacer una cabeza simbólica.
Por la parte del sur es de tal modo apacible que parece un lago dormido.
vamos, que me parece que esta noche va á darnos que contar para muchos días.
Ya descubro el campanario de la iglesia, y me parece oír el repicar de las campanas.
Pero el diablo, que á lo que parece no se encontraba satisfecho de su obra, sin duda.
Su modo de dormir es un misterio, y hasta parece que el sueño no fuese para él una necesidad.
Si los hombres son diferentes, la vegetación de nuestros Andes parece que toca en los extremos.
se puso algo tarde.--¿No les parece á ustedes que está algo ahumado este estofado?--¿Qué quieres?
Aunque en el mapa parece pequeño, sin embargo es tres veces más grande que el Estado de Washington.
Será a causa de esto que es fácil entender «una ballena,» cuando se grita, «una va llena,» ¿no le parece?
Ved, como parecido al Leteo, el lago parece adormecerse a sabiendas y por nada del mundo quisiera despertar.
Otro peregrino saca un salchichón, que parece una escopeta, y se pone á comer rajas y á tararear un himno piadoso.
Porque no me parece de tanta edad como para haber vivido en el tiempo en que las brujas andaban todavía por el mundo.
parecer, to seem, be like, resemble; al --, seemingly, apparently; á lo que parece, as it seems; evidently; _refl._, to resemble, be like.
Obligado á escoger entre ambas, me quedaría sin las dos, aunque la primera me parece más temible; y cuando así lo digo, estudiado lo tengo.
Tu pupila es azul, y si en su fondo, Como un punto de luz, radia una idea, Me parece en el cielo de la tarde Una perdida estrella.
El dón mitológico parece nacer en él por lejano atavismo, y vese en su poesía un claro rayo del país del sol y azul en que nacieron sus antepasados.
Un bienestar intenso, un regocijo palpitante, vigoroso, parece filtrarse a un mismo tiempo en la savia y en la sangre; en los árboles y los corazones.
La naturaleza de nuestro clima, madrastra de los árboles exóticos, parece que les niega el sustento; exigen la solicitud y constante atención del hombre.
of_ =parecer= =parecer= to seem, appear; =parecerse a= to look like; =qué le parece a Vd.= what do you think of, how do you like =parecerá= _3 sing.
Un ser que se parece al borrico por el entendimiento, á la serpiente por lo rastrero y venenoso, al mono por la figura, y á quien el zorro le come las gallinas!
Donde va la gente.[2] Y eso que, si he de decir la verdad, desde que murió maese Pérez, parece que me echan una losa sobre el corazón cuando entro en Santa Inés...
El ruido es mareador y se siente en el aire una trepidación incesante; el repiqueteo de los cascos, el vuelo sonoro de las ruedas, parece a cada instante aumentarse.
Excusado me parece ponderar el efecto que en un hombre de carácter enérgico y además acostumbrado al mando harían las insolencias de aquel rapazuelo montaraz y deslenguado.
Me fijo mejor, y noto que ha sido cortado, según parece, recientemente, pues en el suelo y en el sitio donde antes estaba aparecen algunas ramas y flores esparcidas aquí y allá.
Chapter Footnotes: [1] =O mucho me engaño, o ...,= _I am very much mistaken if...._ VARIANTS: =Puede ser que me engañe;= =pero me parece ver.= [2] =hecho de encargo,= _made to order_.
Su nombre lo he olvidado; mas su esposa, que es la que veis, se llama doña Elvira de Castañeda,{158-1} y por mi fe que si la copia se parece al original, debió ser la mujer más notable de su siglo.
Si su merced estuviera enfermo, yo le velaría tres semanas sin desnudarme ni descansar; pero estando bueno y sano, la verdad, no me parece justo que su merced se divierta en llamarme á cada instante.
Las torres y las sombras se confunden de tal modo que todo parece suspendido en el aire, mientras que desde una torre orgullosa, la Muerte como un espectro gigante, contempla la ciudad que yace a sus pies.
En las plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre.
La Puebla, que es el primero que encuentra el que sube de los puertos, es grande, compacto, desprovisto de arbolado, y parece ocuparse más de la extensa campiña que domina, que no del río y del movimiento de sus barcos.
Pausado, implacable, lento su toque a cada momento resuena como un lamento pregonando la hora única en extraña rima rúnica, y parece que sintiera intenso placer diabólico en este toque simbólico de muerte y desolación.
Volvía entonces á casa y aun me parece verla en un rincón obscuro de la cocina, sentada sobre una canoa[R] con su sarta de escapularios resaltando sobre la piel morena y arrugada del pecho, que descubría el escote del traje.
una mujer blanca, hermosa y fría, como esa mujer de piedra que parece incitarme con su fantástica hermosura, que parece que oscila al compás de la llama, y me provoca entreabriendo sus labios y ofreciéndome un tesoro de amor...
una mujer blanca, hermosa y fría, como esa mujer de piedra que parece incitarme con su fantástica hermosura, que parece que oscila al compás de la llama, y me provoca entreabriendo sus labios y ofréciendome un tesoro de amor....
Lo que es de ese género, tengo yo más de un millar, un verdadero serrallo, en San Juan de los Reyes; serrallo que desde ahora pongo á vuestra disposición, ya que, á lo que parece, tanto os da de una mujer de carne como de piedra.
Lo que es de ese género, tengo yo más de un millar, un verdadero serrallo, en San Juan de los Reyes; serrallo que desde ahora pongo á vuestra disposición, ya que, á lo que parece, tanto os da de una mujer de carne como de piedra.
No parece sino que{92-1} bajada á descansar--si es que esa laboriosa é incansable colectora de miel busca jamás descanso,--se ha posado sobre un tallo, y ha quedado adherida al reino vejetal, por hechizo de algún maléfico gnomo.
En la narración de la metempsícosis de Ligeia hay una definición de Dios, tomada de Granwill, que parece ser sustentada por Poe: Dios no es más que una gran voluntad que penetra todas las cosas por la naturaleza de su intensidad.
Efectivamente, aquel castillo de argamasa aislado y obscuro, sin más comunicación con lo exterior que la puerta de entrada, flanqueado con sus cuatro torres coronadas de almenas, semejantes á pirámides de cementerios, parece un gran ataúd.
Q que, _rel._, who, which, that; el --, he who, that which, which; la --, she who, that which, which; lo --, that which, what; á lo --, as far as; from what; as; á lo -- parece, as it seems; evidently; lo -- esde, as for; as far as ...
Excusado parece añadir que siguió la cosa como antes; el vino añejo se repartía con profusión para sumirse por los cien abismos de aquellas insaciables gargantas; las inflamaciones y apoplegías continuaban, y jamás se desocupaba la enfermería.
Sobre el suelo de Manhattan parece que va a verse surgir de pronto un colosal Tío Samuel, que llama a los pueblos todos a un inaudito remate, y que el martillo del rematador cae sobre cúpulas y techumbres produciendo un ensordecedor trueno metálico.
Se producen en América dos clases de plantas de café: la común, que es igual a la producida en Arabia, y la gigante, que parece ser una exageración de la primera, y que se cultiva en 25 algunas regiones de África y en el Brasil.
Él la amaba: la amaba con ese amor que no conoce freno ni límites; la amaba con ese amor en que se busca un goce y sólo se encuentran martirios; amor que se asemeja á la felicidad, y que, no obstante, parece infundir el cielo para la expiación de una culpa.
El portal de corcho, imitando un arco romano en ruinas, es monísimo, y el riachuelo representado por un espejillo con manchas verdes que remedan acuáticas hierbas y el musgo de las márgenes, parece que corre por la mesa adelante{72-2} con plácido murmurio.
Pues, sí señor; parece cosa hecha que el organista de San Román,[5] aquel bisojo, que siempre está echando pestes de los otros organistas; aquel perdulariote, que más parece jifero de la puerta de la Carne[6] que maestro de solfa, va á tocar esta Noche-Buena en lugar de maese Pérez.
En este punto se detuvo el pastor un memento, tendió á su alrededor una mirada, y prosiguió así: --¿Siente usted este profundo silencio que reina en todo el monte, que no suena un guijarro, que no se mueve una hoja, que el aire está inmóvil y pesa sobre los hombros y parece que aplasta?
La mía es una verdadera dama castellana que por un milagro de la escultura parece que no la han enterrado en un sepulcro, sino que aun permanece en cuerpo y alma de hinojos sobre la losa que la cubre, inmóvil, con las manos juntas en ademán suplicante, sumergida en un éxtasis de místico amor.
La mía es una verdadera dama castellana que por un milagro de la escultura parece que no la han enterrado en un sepulcro, sino que aún permanece en cuerpo y alma de hinojos sobre la losa que le cubre, inmóvil, con las manos juntas en ademan suplicante, sumergida en un éxtasis de místico amor.
I --¿Véis ése de la capa roja y la pluma blanca en el fieltro, que parece que trae sobre su justillo todo el oro de los galeones de Indias;[1] aquél que baja en este momento de su litera para dar la mano á esa otra señora, que después de dejar la suya, se adelanta hacia aquí, precedida de cuatro pajes con hachas?
LA AJORCA DEL ORO I Ella era hermosa, hermosa con esa hermosura que inspira el vértigo; hermosa con esa hermosura que no se parece en nada á la que soñamos en los ángeles, y que, sin embargo, es sobrenatural; hermosura diabólica, que tal vez presta el demonio á algunos seres para hacerlos sus instrumentos en la tierra.
Nada caracteriza á un niño como su estilo, aquel genuino modo de expresarse y decirlo todo con cuatro letras, y aquella gramática prehistórica, como los primeros vagidos de la palabra en los albores de la humanidad, y su sencillo arte de declinar y conjugar, que parece la rectificación inocente de los idiomas regularizados por el uso.
Pero observé al cabo de pocos días que, aunque tomaba y soltaba{10-1} con indiferencia distintos trozos de ópera y zarzuela deshaciéndolos y pulverizándolos{10-2} entre resoplidos y gruñidos, el pasaje que con más ardor acometía y más á menudo, era uno de _Los Puritanos_: me parece que pertenecía al aria de barítono en el primer acto.
Su contrario le imitó; pero esta vez, no tan sólo volvió á rodearlos una sombra espesisima é impenetrable, sino que al mismo tiempo hirió sus oídos el eco profundo de una voz misteriosa, semejante á esos largos gemidos del vendaval que parece que se queja y articula palabras al correr aprisionado por las torcidas, estrechas y tenebrosas calles de Toledo.
el que se llama en el comercio[9] café de Santos, caracterizado por su película rojiza; el de Méjico que se parece al moka, pero que tiene granos más grandes y su color menos claro[10]; el café _yungas_ de Bolivia, de semillas grandes; el de Martinica; el de Cayena, de semillas alargadas e irregulares; los de Puerto Rico y de la Habana, de color verde azulado.
La unidad de tierra y de raza; la predestinación que comporta, al abrirle, la expansiva facilidad de los vientos marinos, agentes de toda civilización feliz, su situación interoceánica; la riqueza colosal, la ausencia de prejuicios, la democracia y la hospitalidad, señalan a esta América como uno de los futuros imperios universales a cuya formación parece tender la especie.
of_ =pagar= =país= _m._ country =pájaro= _m._ bird =palabra= _f._ word; =tener palabra= to keep one's word =palacio= _m._ palace =pan= _m._ bread; =pan tierno= fresh bread; =pan duro= stale bread =panal= _m._ honey-comb =pañuelo= _m._ handkerchief =papá= _m._ papa =para= for, in order to; =para que= in order that =paraguas= _m._ umbrella =parece= _3 sing.
Impulsado de un pensamiento religioso, espontáneo é indefinible, eché maquinalmente pie á tierra, me descubrí, y comencé á buscar en el fondo de mi memoria una de aquellas oraciones que me enseñaron cuando niño; una de aquellas oraciones que, cuando más tarde se escapan involuntarias de nuestros labios, parece que aligeran el pecho oprimido, y semejantes á las lágrimas, alivian el dolor, que también toma estas formas para evaporarse.
El color de esta montaña varía como el del camaleón, según la dirección y modo como la hieren los rayos solares: A veces es enteramente blanca; en ocasiones,[5] bañada por la luz del sol poniente,[6] parece una gran masa de oro bruñido; y otras veces las sombras nacidas de la distribución de las numerosas rocas repartidas en toda su superficie, desde su elevada cima hasta su anchurosa base, le dan un aspecto semi-violado, con tintes purpurinos notables y espléndidos.
NOTES: [Note 290: =hacer la gracia de=, _to do the favor or honor of_.] [Note 291: =ser tiempo de=, _to be the time to_.] [Note 292: =¿Qué te parece?= _What do you think of it?_] [Note 293: =dar una carcajada=, _to burst out laughing_.] [Note 294: =mirar de reojo=, _to look at askance_.] [Note 295: =en torno de=, _around_.] [Note 296: =dar la vuelta por=, _to make the rounds of, go around_.] [Note 297: =preguntar cuántas son cinco=, _to teach a thing or two, to call to account_.] [Note 298: =cuidarse de=, _to care about, pay attention to_.] [Note 299: =traer a la rastra=, _to drag along_.] [Note 300: =has muerto=, _you have killed_.
de la Cruz_ (CUBANO) =Zorrilla de San Martín, Juan= (1857-) «Tabaré,» el poema de Juan Zorrilla de San Martín,[72] el escritor uruguayo, parece inspirado por el medio ambiente, por la naturaleza magnífica de la América del Sud, y por sentimientos, pasiones y formas de pensar[73] que no son sencillamente españoles, sino que a más de serlo,[74] se combinan con el sentir, el discurrir y el imaginar del indio bravo, concebidos, no ya por mera observación externa, sino por atavismo del sentido íntimo, y controversión en su profundidad, donde quien sabe penetrar lo suficiente, ya descubre al ángel, aunque él esté empecatado, ya descubre a la alimaña montaraz, aunque él sea suave y culto.
En toda la travesía no se encuentra una gota de agua, ni se ve ni se puede contar con un parapeto que le permita ampararse para descansar un momento del incómodo y frío viento que penetra por sobre todo abrigo; que del mismo modo no encontrará un árbol, un peñasco, un algo[1] que le resguarde por un instante del calor del sol que le abrasa y le persigue con una intensidad que parece va aumentando segundo por segundo.[2] Entonces es el gran momento de la contemplación: la vista se pierde sin distinguir señal alguna; el camino está por todas partes abierto, sin valla que se interponga; cielo y tierra son uniformes en color y en aspecto; de un lado todo celeste, de otro lado blanquizco, amarillento.
--¿Se parece á ti?
--¿Te parece poco?
¿Qué le parece a Ud.
2.{72-2} =parece ...
¿A qué se parece la catedral?
¿qué le parece?= what do you think?
¿En qué se parece un gallo a un monte?
_Me parece^en el cielo de la tarde_, p.
¿En qué se parece Madrid a un cuchillo?
¿En qué se parece un viernes a un martes?
¡La noche, que se parece á una eternidad!
¿Qué os parece, que no vendrá á la fiesta?
¡Ese barbón se parece al mismísimo diablo!
--No es el hombre; pero se le parece mucho.
9 Unos decían: Este es; y otros: A él se parece.
¡Canario, y parece que ahora llueve con más fuerza!
--,= only; =no parece -- que,= one would think that.
¿En qué se parece un esqueleto a una comida de viernes?
¿No parece que le hubiera costado su sudor y trabajo?
¿Nos parece cómica la circunspección de los chiquillos?
24 No juzguéis según lo que parece, mas juzgad justo juicio.
=Page 92.=--1.{92-1} =No parece sino que=, _it seems only to have_.
¿Le parece que va adelantado, o que va atrasado (_is behind time_)?
--A propósito del Oriente,--dijo el señor Souza--¿no le parece a Ud.
¿Todo lo que vemos o nos parece no es otra cosa que un ensueño en un ensueño?
--Una casualidad así, ¿no te parece un mal presagio tres días antes de mi boda?
=mentira,= lie, error; =parece --,= it seems impossible; =¡mentira!= it is a lie!
--Así parece, padre,--contestó el otro, sin darse por[326] convicto de su pecado.
=parecer,= to seem, appear; =--se á,= to resemble; =á lo que parece,= as it seems; =á V.
--Ya lo había pensado; pero me parece que mis zapatos pueden tirar aún cuatro o cinco meses.
=parecer=, 39, to appear; =----se a=, to resemble; =¿qué le parece?= what do you think of it?
--Me parece notar aquí que mediante un corto canal podría unirse el Amazonas con el sistema del Plata.
--Y sobre todo, hace un frío, que no parece sino que estamos en la Siberia, añadió un tercero arrebujándose en el capote.
¿No parece que por debajo de esa ligera epidermis azulada y suave de alabastro circula un flúido de luz de color de rosa?
--¿Ve usted aquel cabezo alto, alto, que parece cortado á pico, y por entre cuyas penas crecen las aliagas y los zarzales?
--Y sobre todo, hace un frío, que no parece sino que estamos en la Siberia,[1] añadió un tercero arrebujándose en el capote.
¿No parece que por debajo de esa ligera epidermis azulada y suave de alabastro circula un flúido de luz de color de rosa?...
39 Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
--Pues me parece, dijo el fámulo con mucha sorna, me parece, señor, que ese reloj será muy bueno, pero anda muy de prisa y va adelantado.
--Porque si le he de decir la verdad, muy santo será este predicador nuevo, ¡pero se parece tanto en la voz 15 al[255] señor cura!
--Esos[2] se ocupan del tráfico costanero internacional; aunque me parece que los armadores de la América latina acabarán por dominar ese tráfico también.
15 --Y no sólo parece, sino que es un robo, y el robo es un gran pecado, hijo mío; por manera que es menester arrepentirse de corazón,[327] para....
--He pedido tanto á Dios que salvase tu vida á costa de la mía,--murmuró la joven,--que me parece que por fin se ha dignado escucharme y me voy á morir antes que tú.
--¿Qué te parece?[292]--dice al fin a su mujer, después de haber hecho el último gesto, ese gesto sublime con que el genio aprueba su propia obra:--¿qué te parece, hija?
--¿Cuál desea Vuestra Santidad?--preguntó el 15 niño, y el papa, sonriendo, le contestó: --¿Te parece que sabrías copiar cuántos se te presentasen?
_Repítanse las frases siguientes, usando el condicional para expresar probabilidad o suposición en el pasado_ (_Ejemplo_: Me parece que el niño tenía once años=el niño tendría once años): 1.
* * * * * Me parece excusado describir la suntuosa instalación del marqués en Madrid; lo que sí no debe omitirse es que tomó un cocinero cuyos guisos eran otros tantos poemas gastronómicos.
[2] =¿Qué me dices de esto?= _What have you to say about that?_ VARIANTS: =¿Qué me cuentas?= (=¿qué te parece?=) [3] =cultivos de más inmediato beneficio.= Note the omission of the indefinite article before _más_, which is needed in English.
_Tu pupila es azul; y cuando lloras, Las trasparentes lágrimas en ella Se me figuran gotas de rocío Sobre una violeta._ Tu pupila es azul, y si en su fondo Como un punto de luz radia una idea,[2] Me parece en el cielo de la tarde ¡Una perdida estrella!
--Entiendo muy bien, señor Cura, lo que usted quiere darme á entender con ese cuento, ó lo que sea; pero como ya á lo hecho pecho, quisiera saber si le parece á usted bien que fíe sólo mi justificación y defensa á la misericordia de Dios, procurando alcanzarla por la intercesión del glorioso San Isidro.
--Me parece muy bien eso, y celebraré muchísimo que así se salve usted del enojo que ha causado la torpeza de su manifiesto; pero mire usted, tío Traga-santos, yo debo hablarle á usted con franqueza: si yo fuera santo, echaba{111-1} muy enhoramala á los que sin necesidad se meten á escribir y no aciertan á decir lo que piensan.
--Pues, hija, repuso el cura, «Haga yo lo que deba, y haga Dios lo que quiera.»{91-3} IV Del lado opuesto del pueblo se extiende un pinar, al que se llega por un prado de roja arena, que cubre un césped{91-4} tan corto y espeso, que parece lo ha tejido la naturaleza para avergonzar á los tejedores de las más afamadas alfombras.
(From _Más Honor que Honores_.) LA AJORCA DE ORO I Ella era hermosa, hermosa con esa hermosura que inspira el vértigo; hermosa con esa hermosura que no se parece en nada á la que soñamos en los ángeles, y que, sin embargo, es sobrenatural; hermosura diabólica, que tal vez presta el demonio á algunos seres para hacerlos sus instrumentos en la tierra.
¡Yo os aseguro que hice cuanto estaba de mi parte{108-2} para complacer á Cabezudo, que quería no cayese gota de agua; á Animalejos, que quería cayese sólo un chaparrón; y á Barbaruelo, que quería lloviese si Dios tenía que!{108-3} Dios lo puede hacer todo, pero á veces lo hace tan indirectamente, que parece no hacer nada ó hacer todo lo contrario de lo que se le pide.
--Recordando un poco del latín--que en mi niñez supe, he conseguido, á duras penas, descifrar la inscripción de la tumba, contestó el interpelado; y á lo que he podido colegir, pertenece á un título de Castilla,[1] famoso guerrero que hizo la campaña con el Gran Capitán.[2] Su nombre lo he olvidado; mas su esposa, que es la que véis, se llama doña Elvira de Castañeda, y por mi fe que si la copia se parece al original, debió ser la mujer más notable de su siglo.
39.--EL GAUCHO[1] Entre cien individuos agrupados en el campo, se conocerá inmediatamente a un verdadero gaucho por más pobre que[2] él sea: su caballo ensillado con esmero, tuzado y acepillado; su persona limpia, sus prendas de vestir[3] colocadas con gracia sobre el cuerpo; sus cabellos y barbas largos, pero peinados y cuidados, y en fin, aquel[4] aire atrevido y simpático a la vez, que parece decir a todos: «Yo soy el dueño de la tierra, ustedes no son más que gringos», es lo que le da a conocer.
38.--EL «TRISTE» Y LA «VIDALITA» El «triste» que predomina en los pueblos del norte, es un canto frijio, plañidero, natural al hombre en el estado primitivo de barbarie, según Rousseau.[1] La «vidalita,» canto popular con coros, acompañado de la guitarra y un tamboril, a cuyos redobles se reune la muchedumbre y va engrosando el cortejo y el estrépito de las voces, me parece heredado de los indígenas, porque lo he oído en una fiesta de indios en Copiapó en celebración de la Candelaria[2]; y como canto religioso, debe ser antiguo, y los indios chilenos no lo han de haber adoptado de los españoles argentinos.
13, note 1.] Ya enzarzado en lo más espeso y fragoso del monte, llevando del diestro la caballería por entre sendas casi impracticables, ora por las cumbres para descubrir la salida del laberinto, ora por las honduras con la idea de cortar terreno, anduve vagando al azar un buen espacio de tarde hasta que por último, en el fondo de una cortadura tropecé con un pastor, el cual abrevaba su ganado en el riachuelo que, después de deslizarse sobre un cauce de piedras de mil colores, salta y se retuerce allí con un ruido particular que se oye á gran distancia, en medio del profundo silencio de la naturaleza que en aquel punto y á aquella hora parece muda ó dormida.
En este caso, ¿no habrá hecho Dios lo que Cabezudo le pedía, aunque parezca que ha hecho todo lo contrario?
Y para que aquí no falte nada y se parezca en todo a un jardín de aclimatación[7] nuestro--jardines que allí[8] solamente un gobierno puede sostener--veo manadas de ovejas y cabras y a lo lejos oigo el torpe gruñido de mansos cebones.
=parezca=, _from_ parecer.
--Descuide, hermano, que yo le diré lo que me parezca justo y adecuado á la ocasión.
¡Cabezudenses, barbaruelenses y animalejuenses, dad por bien hecho todo lo que hace Dios, pues es lo que os tiene cuenta, aunque os parezca lo contrario!
--No se hacen esas especulaciones en la Argentina y le diré por qué: El agricultor no retiene su trigo para venderlo cuando mejor le parezca, como se hace en Estados Unidos.
--Cuando mejor os parezca: esta misma noche si queréis, respondió el joven capitán, recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante por aquel relámpago de celos.--Á propósito.
--Cuando mejor os parezca: esta misma noche si queréis, respondió el joven capitán, recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante por aquel relámpago de celos.--Á propósito.
Después, dé usted su papel a otro estudiante para que él (o ella) escriba en el pizarrón las respuestas que le parezcan convenientes.
Después dé usted su papel a otro estudiante para que él (o ella) escriba en el pizarrón las contestaciones que le parezcan convenientes.
Después dé usted su papel a otro estudiante para que él (o ella) escriba en el pizarrón las contestaciones que le parezcan convenientes.
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