2 Asà que, el que se opone á la potestad, á la ordenación de Dios
resiste: y los que resisten, ellos mismos ganan condenación para sÃ.
--¿De modo que hoy nada se opone a la práctica en los Estados Unidos de
los métodos europeos en las transacciones bancarias con la América
latina?
Aquellas gotas que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan
como las notas de un instrumento, se reunen entre los céspedes, y
susurrando, susurrando con un ruido semejante al de las abejas que
zumban en torno de las flores, se alejan por entre las arenas, y
forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen á su
camino, y se repliegan sobre sà mismas, y saltan, y huyen, y corren,
unas veces con risa, otras con suspires, hasta caer en un lago.
Ya habrá conocido el lector, siendo tan perspicaz como yo le imagino,
que mi amigo Braulio está muy lejos de pertenecer á lo que se llama gran
mundo y sociedad de buen tono; pero no es tampoco un hombre de la clase
inferior, puesto que es un empleado de los de segundo orden, que reune
entre su sueldo y su hacienda cuarenta mil reales de renta;{134-7} que
tiene una cintita atada al ojal y una crucecita á la sombra de la
solapa; que es persona, en fin, cuya clase, familia y comodidades de
ninguna manera se oponen á que tuviese una educación más escogida y
modales más suaves é insinuantes.
--¿Cómo as�[8]
--Los vientos alisios, que vienen del nordeste, al pasar por el Golfo de
Méjico, se cargan de humedad, la cual depositan en forma de lluvia en
las faldas de las montañas que directamente se les oponen, es decir, el
borde oriental de la meseta y la vertiente norte de la Sierra Madre del
Sur.
No sé quién refirió á mi tÃa nuestros amores; ello es que los supo, que
me amonestó con dureza, amenazándome con hacerme marchar á Madrid,
después de escribÃrselo todo á mi padre; y desde entonces la joven no
volvió á mi casa, y tuve diariamente que saltar las tapias de su jardÃn
para verla y hablarle sin que su madre lo advirtiera, pues también se
oponÃa á nuestras amorosas relaciones.
No sé quién refirió á mi tÃa nuestros amores; ello es que los supo, que
me amonestó con dureza, amenazándome con hacerme marchar á Madrid,
después de escribÃrselo todo á mi padre; y desde entonces la joven no
volvió á mi casa, y tuve diariamente que saltar las tapias de su jardÃn
para verla y hablarle sin que su madre lo advirtiera, pues también se
oponÃa á nuestras amorosas relaciones.
Inmediatamente después separó las
manos sin que opusiera resistencia la cinta que las ataba, y cerrando
ambos puños se frotó con ellos los ojos, como es costumbre en los niños
al despertarse.
=opusiera,= _imp.
Inmediatamente después separó las
manos sin que opusiera resistencia la cinta que las ataba, y cerrando
ambos puños se frotó con ellos los ojos, como es costumbre en los niños
al despertarse.
=opusiera,= _imp.