Éste tomó el alacrán, lo puso sobre el marco de la 15
ventana, le echó una bendición, y dijo:
--Animalito de Dios, sigue tu camino.
Y paseando los ojos por las desnudas y blanqueadas 15
paredes de la celda, vió un alacrán que caminaba
tranquilamente sobre el marco de la ventana.
Long Island desarrollaba la inmensa cinta de
sus costas, y Staten Island, como en el marco de una viñeta, se
presentaba en su hermosura, tentando al lápiz, ya que no, por falta de
sol, a la máquina fotográfica.
Y ya abrÃa el marqués la boca para pronunciar:
«Jacinto se quedará, porque me hace falta á mÃ,» cuando á su vez
apareció en el marco de la puerta la rubicunda faz del cochero, que sin
pedir autorización y con insolente regocijo venÃa á despedirse de su
amo, porque él se largaba ¡ea!
Cestero en la República Dominicana; Federico Gamboa y Carlos González
Peña en Méjico; asÃ, por último, en Cuba, Jesús Castellanos, que
siguiendo las huellas[4] de predecesores valiosos como Cirilo Villaverde
y Nicolás Heredia, es quien ha sabido señalar mejor, de manera más
definida y precisa, el marco de la novela tÃpicamente cubana.[5]
--_Max HenrÃquez Ureña_ (DOMINICANO)
Chapter Footnotes:
[1] =Blas Gil,= _nom de plume_ of José M.
Que en nuestra vida americana sobran asuntos de positivo interés, lo han
demostrado de antiguo, no sólo esas novelas o poemas románticos, hoy
célebres, que se llaman «MarÃa» y «Amalia,» y que se deben a la pluma de
dos poetas hondos y sinceros: Jorge Isaacs y José Mármol; lo demuestra
también, por otro concepto, ese modelo de sátira polÃtico-social que se
llama Blas Gil,[1] que sin desdeñar el sabor clásico del estilo, nos
dejó como reflejo de la vida colombiana el literato-presidente José
Manuel MarroquÃn.[2] En nuestros dÃas, es muy variado y extenso el
panorama de la novela en América, donde si bien es verdad que algunos
escritores como Enrique RodrÃguez Larreta, el discutido autor de «La
gloria de don Ramiro»,[3] eligen o prefieren temas exóticos, la mayorÃa
de los que al género novelesco se dedican ha sabido encontrar en el
marco de las costumbres nacionales asuntos múltiples que esperaban ser
explotados.
=marco=, _m._, frame.
=marco=, _m._, frame;
doorcase, windowcase.
=marco=, _m._, frame; =marco de la puerta=, doorway.
[62] =en el estrecho marco que significa una vida humana,= _within the
narrow limits which mark a single lifetime_.
--_Enrique GarcÃa Velloso_ (ARGENTINO)
=Varona, Enrique José= (1855-)
Atesoran ciertos hombres un caudal tan vasto de actividades, y suelen
ejercitarlas tan útil y sabiamente, que el ánimo, perplejo ante la obra
multiforme por ellos realizada, no acierta a comprender de qué manera,
en el estrecho marco que significa una vida humana,[62] pueda caber un
programa tan vasto y tan vario.
Comprendà que el camello era ciego del
ojo derecho, porque estaba intacta la hierba de ese 25
lado, y la del izquierdo se la habÃa comido al pasar,
y deduje que iba cojo, porque apenas se marcaban en
la arena las pisadas de una de sus patas.
--Yo he dado vueltas sin cesar arrastrada por la turbia corriente, y
en mi larga peregrinación vi, solo, enlutado y sombrÃo, contemplando
con una mirada distraÃda las aguas que pasaban y las hojas secas que
marcaban su movimiento, á uno de los dos amantes cuyas palabras nos
hicieron presentir la muerte.
Él marcó todos los rumbos definitivos: Al
maestro, la cultura que se refleja en el espÃritu del niño que educa;
al agricultor, la obligación de aliviar a la tierra, en su faena
sagrada, con la aplicación de los métodos e instrumentos más
perfeccionados; al ganadero, la adopción de las razas superiores; al
comercio, la actividad y la honradez; a los administradores de la cosa
pública,[1] las manos limpias e impecables; al ejército, por fin, en
páginas y actos que no debemos olvidar, el campo circunscripto, pero
glorioso, de su acción legÃtima, el estudio y la preparación constante
para responder al alto y noble fin de su institución.
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Las marcó en grados, uno por cada hora, y las protegió
contra el aire con guardabrisas de piel y de cuerno.