ind._
=llego= _1 sing.
responde;
Sin aliento llego...
Vamos, vamos, qué ya hace rato que llego el arzobispo, y va á comenzar
la misa...
Cuando llego á Madrid, quiero abrazar á un amigo que me espera en la
estación y las fuerzas me faltan.
Este hombre (pensé) me va á perdonar la vida; mañana llego á Granada y
doy el _cante_; pasado mañana lo cogen...
Al fin llego el esperado momento, el momento solemne en que el
sacerdote, despues de inclinarse y murmurar algunas palabras santas,
tomó la Hostia en sus manos....
De su madriguera
Salió un compañero,
Y le dijo: "Tente, 240
Amigo, ¿qué es esto?"
"¿Qué ha de ser?" responde:
"Sin aliento llego...
Cuando la respetable comitiva llego al macizo arco que daba entrada al
edificio, un hombre pálido y descompuesto se arrojó al suelo en
presencia de los aturdidos circunstantes, exclamando con las lágrimas
en los ojos:
--Perdón, señores, perdón!
The consecrated
wafers too are believed to be put to improper uses.]
El terror llego á apoderarse de los ánimos en un grado tal, que al
toque de oraciones nadie se aventuraba á salir de su casa, en la que
no siempre se creÃan seguros de los bandidos del peñón.
Especialmente en la puerta de la cárcel, la
conmoción popular tomaba cada vez mayores proporciones, y ya los
animados diálogos, los sordos murmullos y los amenazadores gritos
comenzaban á poner en cuidado á sus guardas, cuando afortunadamente
llego la orden de sacar al reo.
Pedro hizo un esfuerzo para seguir en su camino, llego á la verja, y
subió la primera grada de la capilla mayor.[1] Alrededor de esta
capilla están las tumbas de los reyes,[2] cuyas imágenes de piedra,
con la mano en la empuñadura de la espada, parecen velar noche y dÃa
por el santuario á cuya sombra descansan todos por una eternidad.
¿Cómo llego al primer piso?
_Cámbiense al futuro los verbos_ llego, es, sube, defendÃa,
huir.
140, note 1.]
III
Teobaldo, lleno de asombro, abandonó la aldea y se dirigió al
castillo, á cuyas puertas llego cuando apenas clareaba el dÃa.
20, note 2.]
Cuando Garcés llego á la cañada y al punto en que, según las
instrucciones de Esteban, debÃa aguardar la aparición de las corzas,
la luna comenzaba á remontarse con lentitud por detrás de los cercanos
montes.
55, note i.]
El primer movimiento de los dos jóvenes fué llevar las manos al puño
de sus espadas; pero deteniéndose como heridos de una idea súbita,
volvieron los ojos á mirarse, y se hubieron de encontrar con una cara
de asombro tan cómica, que ambos prorrumpieron en una ruidosa
carcajada, carcajada que, repitiéndose de eco en el silencio de la
noche, resonó en toda la plaza y llego hasta el palacio.
Ahora
llega frente al retablo.
VARIANTS: =Que no pasa de ser=; =que no llega a=.
llega un momento en que
el hombre más pacÃfico...
of_ =llamar=
=llave= _f._ key
=llega= _3 sing.
mas ved, sin embargo, hasta donde llega mi extravagancia.
Un
ramal austral llega hasta Ayacucho, a menos de 200 millas del Cuzco.
VARIANT: =Capaz
de.=
[6] =llega a veces a,= _makes it necessary sometimes_.
Al dÃa siguiente salió la señora a hacer unas visitas, y poco después
llega su hermana.
El extranjero que llega a la América
latina pocas veces[3] es un viajero de paso, casi nunca un turista.
Abarcando con la vista la inmensa arteria en su
hervor continuo, llega a sentirse la angustia de ciertas pesadillas.
Si por acaso
algún violento torbellino llega a destrozar su copa, muy pronto se
rehace con asombroso vigor y doble lozanÃa.
por el Amazonas; sigue por
el rÃo Negro, luego remonta este rÃo durante algunos dÃas hasta que
llega al rÃo Casiquiari por donde entra Ud.
Volvió á tirar, y aún con
más fuerza: entonces, al cabo de algunos minutos, sintió pasos
contenidos y suaves como de hombre que llega lentamente y descalzo.
Pero llega un
obrero que comienza a golpearla, haciéndola pedazos con su
martillo, y la roca exclama:
--Este obrero es más poderoso que yo; ¡Quisiera ser este
obrero!
Pero he aquà que el Rey de aquel
paÃs llega en su magnÃfica carroza, precedido y seguido de
lujosos caballeros y rodeado de servidores que sostienen
una sombrilla de oro sobre su cabeza.
Un millón de[315] toneladas se exporta 25
a Europa para abonar los campos de Alemania en los
cuales se siembra la remolacha; una décima parte de
esta cantidad llega a los Estados Unidos.
Luego se llega al capÃtulo de las travesuras y de las maldades, con los
que se rinden al sueño; y hay aquello de[4] pintorrear con un corcho
quemado, al que duerme en un rincón y ronca estrepitosamente.
Hasta aquà llega el montero con su
ballesta; de aquà adelante, que pruebe á pasar el capellán con su
hisopo.[1]
[Footnote 1: hisopo = 'aspergillum.' A brash or metallic instrument
for the sprinkling of holy water.
Una la _PurÃsima
Concepción_, otra _Rosa del Mar_, aquélla _Los Dos Amigos_; pero llega
la gente con su manÃa de sacar motes, y se llaman _La Pava_, _El
Lorito_, _La Medio Rollo_, y gracias que no las distingan con nombres
menos decentes.
Desde la tal mesita, y como se sube el agua
del pozo, hace subir la comida hasta la boca, adonde llega goteando
después de una larga travesÃa; porque pensar que estas gentes han de
tener una mesa regular, y estar cómodos{138-1} todos los dÃas del año,
es pensar en lo excusado.
Vuelto a América, vémosle en la escuela
de Clarke, en Richmond, en donde al mismo tiempo que se nutre de
clásicos y recita odas latinas, boxea y llega a ser algo como un
_champion_ estudiantil; en la carrera hubiera dejado atrás a Atalanta,
y aspiraba a los lauros natatorios de Byron.
Los demás viajeros conseguimos tranquilizarle, y la señora se ve
acometida de un estremecimiento nervioso, y comienza á herir la
delicadeza del fabricante desatándose en improperios contra los corchos,
hasta que llega el interventor del tren y exige el billete de la perra
con mal talante.
La perra dirige á la señora una mirada de infinita ternura y se pone á
lamer á los viajeros, uno por uno, hasta que llega á un fabricante de
corchos, hombre iracundo, sin fe religiosa, ni aseo personal, que al
sentirse lamido suelta un terno y quiere matar á la perra con el lÃo de
los paraguas.
Por esto se harÃa mal en no apreciar lo
que es muy bueno, sólo porque no llega al apogeo ó ideal de la
perfección, en vista de que esto sólo lo hallamos, en realidad, en la
vida de los entes privilegiados que han merecido el dictado de Santos, y
ficticiamente, en las creaciones de los poetas, que hacen bien en
presentarlo para enaltecer á la humanidad, pero que harÃan mal si lo
presentasen para desprestigiar y deprimir á aquello que no se eleva á
tanto.
Those in italics appear between
underscores (_)]
FRASES DE USO COMÚN EN LA CLASE
=Saludos y despedidas=
=Buenos dÃas, profesor, profesora.= _Good morning, teacher._
=Buenas tardes.= _Good afternoon._
=Buenas noches.= _Good evening, good night._
=¿Cómo está usted?= }
=¿Cómo lo pasa usted?= } _How are you?_
=¿Cómo se encuentra usted?= }
=¿Qué tal?= }
=¡Hasta luego!= } _See you later!_
=¡Hasta más tarde!= }
=¡Hasta la vista!= _Till we meet again!_
=¡Adiós!= _Good-bye!_
=Asistencia y puntualidad=
=Voy a pasar lista a la clase.= _I am going to call the roll._
=Juan Brown.= =Presente.= _John Brown._ _Here._
=¿Quién está ausente?= _Who is absent?_
=¿Quién sabe la causa de la ausencia de la señorita Smith?= _Who knows
why Miss Smith is absent?_
=¿Por qué llega usted tarde?= _Why are you late?_
=¿Cómo se llama usted?= _What is your name?_
=Me llamo Pedro Smith, para servirle a usted.= _My name is Peter Smith,
at your service._
=Fórmulas de cortesÃa=
=Haga usted el favor de= }
(más el infinitivo).
--Si no llega V.
=Page 21.=--1.{21-1} =llega ...
=llegar,= to arrive; =-- á,= to begin, reach, come to (be); =-- y besar
el santo,= quick work; =al que se llega,= which is reached.
--¡Extraño es, á fe mÃa, pues él llega siempre antes que nadie cuando se
trata de salir en busca de _Parrón_, á quien odia con sus cinco
sentidos!
--Pues, hija, repuso el cura, «Haga yo lo que deba, y haga Dios lo que
quiera.»{91-3}
IV
Del lado opuesto del pueblo se extiende un pinar, al que se llega por un
prado de roja arena, que cubre un césped{91-4} tan corto y espeso, que
parece lo ha tejido la naturaleza para avergonzar á los tejedores de las
más afamadas alfombras.
--SÃ, mucho, para la producción de luz, de tracción y de fuerza motriz
industrial, y tengo profunda fe[4] en el progreso de estas empresas en
la América latina; en primer lugar porque no hay región en el mundo
donde sean más copiosas las lluvias ni más numerosos los lagos elevados
y los saltos de agua susceptibles de ser[5] utilizados; en segundo
lugar, por la escasez de combustibles, que llega a veces a[6] hacer
necesario el empleo de la leña para mover las locomotoras, sobre todo en
los sitios alejados de los puertos.
á ver si llegamos pronto á casa para que V.
Y en éstas y las otras llegamos á Manresa, donde hay varios viajeros
esperando el tren para tomarlo poco menos que á la bayoneta.
Se cantaba _Los Puritanos_, y aquél{24-1}
rebosaba de gente; de suerte que nos costó algún trabajo introducirnos y
escalar uno de los rincones; pero al cabo llegamos.
Entremos a Guayaquil por el golfo de ese nombre y seguimos luego por un
rÃo que en él desemboca y cuyo valle estará completamente sumergido, si
_por_ acaso llegamos en la época de las lluvias.
Sometimes _á ver_ alone is used with the
force of _vamos á ver_.--=si hallamos=, after =vamos á ver=, may be best
translated by 'if we can find.'
[73.7] =á ver si llegamos=: see =vamos á ver= and =hallamos= above.
En su
marcha ascendiente, la locomotora jadea y palpita, y en
las primeras horas de la tarde llegamos a las montañas 15
donde sólo se conserva el recuerdo del calor tropical, volviendo
a prestar[332] sus servicios los abrigos y las mantas.
Podemos continuar nuestro viaje en ferrocarril desde la capital hasta
Puerto Barrios, en la costa del Atlántico, donde llegamos tras de doce
horas de viaje por una región digna de ser conocida[44] _por_ lo
interesante que es[45] para el hombre de negocios a quien le atraen las
empresas agrÃcolas.
De Cuzco el
ferrocarril nos lleva hasta Puno, sobre el lago Titicaca, a 12,500 pies
de elevación; cruzamos las aguas del lago en un vapor moderno, de mil
toneladas, que nos lleva a Guaqui, en la costa boliviana; y de allÃ
llegamos fácilmente en tren o diligencia a La Paz, teniendo a la vista
el Illimani.
Mi abuelo se lo narró á mi
padre; mi padre me lo ha referido á mÃ, y yo te lo cuento ahora,
siquiera no sea mas que por pasar el rato.[1]
***
[Footnote 1: por pasar el rato = 'to while away the time.']
I
El crepúsculo comenzaba á extender sus ligeras alas de vapor sobre las
pintorescas orillas del Segre,[1] cuando después de una fatigosa
jornada llegamos á Bellver,[2] término de nuestro viaje.
«à prisa, á prisa, caballeritos, que va á ser de dÃa--dijo uno,--y el
Abuelo{76-2} nos va á reñir si llegamos tarde.
ind._
=llegan= _3 pl.
Pero esos vientos depositan en ese valle toda la humedad que traen, de
modo que están ya secos cuando llegan a la altiplanicie del oeste.
Sorprende mucho la cantidad extraordinaria de
mercaderÃas que llegan a este puerto, y especialmente
de las destinadas a la alimentación.
que las pieles finas asà manipuladas no
siempre obtienen buenos precios en los mercados europeos, porque a veces
llegan a ellos en mal estado.
Zapateros, sastres, herreros, labradores, mendigos, majaderos,
tunantes, éstos llegan aquà a todas horas, y no tenemos por novedad su
llegada.
Allà vio a la madre del Sur y ésta le dijo: 115
--¿Qué haces aquÃ, hija, cuando ni los pájaros llegan a
estos lugares?
De las dos compañÃas brasileñas que conozco, una ha iniciado el tráfico
ultramarino con paquetes transatlánticos que llegan hasta Nueva York con
pasajeros y carga.
Pero como las cosas llegan
alguna vez por mucho que se retarden, llegó también el momento de
manifestarla, y no le faltó, ciertamente, la destreza más exquisita al
hacerlo.
Es, de todos modos,[60] extraño que mientras llegan en abundancia libros
europeos, las obras latino-americanas sean escasÃsimas en los
escaparates de las librerÃas santiaguinas.
Las aguas, que ya vienen hostigadas,
corriendo en frenesà sobre un plano vastÃsimo, llegan a la ceja inmensa
y se deslizan al vacÃo, o chocan, antes de saltar, con enormes peñascos,
y rebotan, y en los aires hacen juegos atléticos que la luz colorea con
mágicos cambiantes.
Pero el tambo, que es en realidad
un establo de vacas y burras, empezó a desaparecer de los centros
urbanos hace unos veinte años.[16] La leche y la manteca llegan a las
ciudades y pueblos en los trenes de la mañana, enviada por las granjas
de los alrededores y se distribuyen a domicilio.
Cuando una columna de
ataque se propone tomar un fuerte por asalto, avanza con paso ligero
despreciando la metralla que barre hileras de hombres; si unos caen
hechos pedazos, otros y otros llegan y pasan sobre los cadáveres y la
sangre, y saltan fosos, y escalan empalizadas y reductos hasta clavar su
bandera en lo más alto de la fortaleza enemiga.
à poco
se esparció una voz por el lugar,--una de esas voces que parecen
formarse en las nubes, y que llegan á la tierra como aerólitos
consistentes y compactos,--de que aquel hombre, que parecido al huracán
habÃa venido sin saberse de dónde, ni á dónde iba, andaba á salto de
mata, prestado y forastero en todas partes, para burlar á la justicia
que le buscaba con objeto de echarle mano.
Podremos salir en este mismo
momento.[12]
--Ni se nos dará un comino[13] averiguar si[14] los trenes llegan
adelantados, atrasados o con puntualidad; si son expresos o locales; si
es tarde o si es temprano,[15] si hace buen tiempo[16] o si va a
llover.[17]
--Poco nos cuidaremos[18] de saber cuántos kilos de bagaje[19] permiten
las compañÃas con cada boleto[20]; si el tren ha enganchado al
coche-comedor; si hay camas disponibles en los coches dormitorios; y si
las estaciones[21] tienen salas de espera cómodas y con suficiente
calefacción en los pueblos situados a considerable elevación.
85
--Bien, hija,--le dijo;--¿qué haces aquÃ, cuando ni los
pájaros llegan a estos lugares?
95
--¿Qué carne humana vendrÃa aquÃ, hijo,--dijo la madre,--cuando
ni los pájaros llegan a estos lugares?
--¿Qué carne humana puede venir aquà cuando ni los 125
pájaros del cielo llegan a estos lugares?
29 Y sé que cuando llegue á vosotros, llegaré con abundancia de la
bendición del evangelio de Cristo.
Este ferrocarril llegará un dÃa hasta los
tributarios del Amazonas; pero por ahora, como Ud.
Panamá, que hasta hace poco[269] era un paÃs poco menos
que desconocido, llegará a ser[270] en época no muy lejana
el centro del comercio del mundo entero.
La fatalidad me ha
traÃdo al pueblo donde vivió Teresa; habito esta morada llena con su
recuerdo; vengo á pasar los primeros dÃas de mi matrimonio en la casa
donde ella murió, y un secreto presentimiento me dice que Cristina no
llegará á ser esposa mÃa.
ve, a
unos mil kilómetros de ValparaÃso, y continuar su viaje hasta Buenos
Aires; de allà es posible seguir hacia el norte, cruzar los rÃos Paraná
y Uruguay en ferribote y empalmar con la lÃnea San Paulo y RÃo Grande,
que termina en RÃo Janeiro, y que dentro de poco llegará a Pernambuco.
Vamos, Juanillo, haz un esfuerzo; llegaremos pronto al puesto...
Desde Santa Clara, continuaremos
el viaje por los Ferrocarriles Unidos de la Habana, hasta esta última
ciudad, a donde[37] llegaremos después de una noche de viaje.
Establecida la comunicación, nuestros mensajes irán
adquiriendo mayores dimensiones y variedad, y llegaremos a tener, como
los Estados Unidos, órganos que satisfagan a todas las necesidades de la
vida intelectual y material, tal como nos la imponen[3] los progresos
modernos.
Solamente los hombres que permanecen en la
servidumbre son los que no llegarán jamás a ser libres.
Lo mismo sucede
en habiéndoseles cambiado el alimento[2]; en habiéndose aumentado o
disminuido las horas de trabajo; en habiéndose introducido una máquina,
un instrumento, un proceder cualquiera, que a la vez que los asombra,
facilita y minora las faenas; en anunciando los aguinaldos sobre las
cercas y los matorrales que pronto llegarán los amos; en
concediéndoseles un pedazo de tierra para que hagan, concluida la zafra,
sus _conucos_; en dejándoles desmochar _guano_ para cubrir los _bohÃos_;
la ocasión que se mata una res para partirla en raciones; la ocasión que
se muda el mayoral que los apuraba demasiado.
Iba á las nueve; yo nunca llegaba hasta
después de las nueve y media.
Era la voz de los ángeles, que atravesando los espacios, llegaba al
mundo.
La noche habÃa cerrado casi por complete cuando don DionÃs llegaba á
las puertas de su castillo.
Mientras llegaba, habÃa apurado los bizcochos y el vino, y también la
paciencia, si es que conservaba alguna.
Desde léjos, al recodo del camino, nos conocia el
capataz, y pegando espuelas a su mulato, llegaba como un celaje hasta
nuestro lado.
Le pregunté repetidas veces si podÃa
hablar con ella, y siempre me contestó que era de todo punto imposible:
si la mamá llegaba á saber algo ¡adiós balcón!
Aburrido ya de aguardar una aurora que no llegaba, tiró del
cordón de la campanilla, y oyó con gozo vibrar á lo lejos su metálico
timbre; pero no acudió nadie al llamamiento.
à las siete y
media ya la marea llegaba al borde de la calzada; sólo las cimas de las
más altas rocas se descubrÃan sobre el nivel del mar, y muy pronto todo
desapareció debajo de las turbulentas aguas.
Desde
la sala donde estaba la niña difunta, las piadosas mujeres que le hacÃan
compañÃa oyeron espantosa algazara, que al través del pavimento del piso
superior llegaba hasta ellas, conturbándolas en su pena y devoto
recogimiento.
Todos los dÃas se le veÃa{80-2} subir con sus compañeros á
una de las cuatro torres que flanqueaban en sus ángulos el cuadrado
castillo, para descubrir en la inmensa extensión de terreno que abarcaba
su vista, si le llegaba socorro de los suyos; ¡pero en vano!
El héroe en
general, preso entre tanta faja,[8] encajes y faldellÃn, lloraba en
cuanto sentÃa que el cura le echaba la sal en la boca y se dormÃa en
cuanto llegaba de la iglesia, y la madrina le decÃa a su madre: «Usted
me lo entregó judÃo y se lo devuelvo cristiano».
VARIANT: =Y no es sino una
leyenda poética la creencia de que.=
16.--NAVEGACIÓN EN LOS CANALES DE TIERRA DEL FUEGO
De súbito nos sorprendió el espectáculo de uno de los ventisqueros, el
primero que veÃamos en los canales, y también uno de los más pequeños,
cuya nieve llegaba hasta el mar, con tonos azulados suaves y tenues, muy
finos, que hacÃan resaltar más la blancura casi absoluta de la nieve en
la cima, destacada a su vez sobre el fondo plomizo del cielo.
No por 5
esto el tal Minos se tenÃa por[338] un ladrón; lejos de eso,
vivÃa fieramente orgulloso de su honradez; porque en
honor de la verdad debo decir que jamás rebajó su
dignidad al extremo de ejecutar por sus propias manos
ninguna substracción; y si bien es cierto que para esto se 10
valÃa de[339] otros individuos dirigidos por él, también lo
es que todo lo hacÃa con el fin de ver hasta donde llegaba
la sagacidad con que para tan difÃcil arte le dotara el
cielo.
El pobre niño creció en la sombra, y jamás vió el sol más que desde la
ventana de la sola pieza que habÃa en la casa de sus padres; todo el dÃa
estaba solo; su madre lavaba la ropa en casa de un rico arrendador; su
padre labraba los campos; su hermana llevaba á pacer las vacas de un
vecino; cuando con gran trabajo conseguÃa el pobre niño dejar su camita
de paja, se apoyaba en dos pequeñas muletas que su padre le habÃa hecho
de las ramas de un sauce, y salÃa á la puerta de la calle: pero allà no
llegaba el sol nunca; la calle era tan estrecha y tan obscura....
Los caballeros arrojaban a manos
llenas[13] cartuchos de confites, y ahà era el gritar y manotear de los
chicuelos, que estaban a[14] los desperdicios, lanzándose en masa sobre
la vereda cuando algún cartucho no llegaba a su destino, empujándose,
pateándose por agarrar la codiciada presa, mientras los jugadores hacÃan
toda clase de esfuerzos para barajar las coronas que en cambio de los
confites les llovÃan, retribuyendo ellos todavÃa el obsequio con cajas
especiales, de antemano destinadas a fulana y a zutana, a quienes las
enviaban por medio de sus sirvientes, no atreviéndose a correr el albur
de que[15] al arrojarlas cayesen entre la turba multa[16] de arrapiezos
que andaban a caza de[17] gangas.
Dos mesas de algarrobo indestructibles, que vienen pasando de mano en
mano[1] desde los tiempos en que no habÃa otra madera en San Juan que
los algarrobos de los campos, y algunas sillas de estructura desigual,
flanqueaban la sala, adornando las lisas murallas dos grandes cuadros al
óleo de Santo Domingo y San Vicente Ferrer, de malÃsimo pincel,[2] pero
devotÃsimos y heredados a causa del hábito domÃnico.[3] A poca distancia
de la puerta de entrada, elevaba su copa verdinegra la patriarcal
higuera, que sombreaba aún en mi infancia aquel telar de mi madre, cuyos
golpes y traqueteo de husos, pedales y lanzadera, nos despertaba antes
de salir el sol para anunciarnos que un nuevo dÃa llegaba, y con él, la
necesidad de hacer, por el trabajo, frente[4] a las necesidades.
[104.30] =Mientras llegaba= [_la luz del dÃa_].
¿Por dónde
habÃan de entrar?[53]
Miraron todos la entrada, vieron que habÃa, en
efecto, una telaraña que llegaba de un lado a otro del 15
agujero.
Iba á las nueve; yo nunca llegaba hasta
después de las nueve y media.
Era la voz de los ángeles, que atravesando los espacios, llegaba al
mundo.
La noche habÃa cerrado casi por complete cuando don DionÃs llegaba á
las puertas de su castillo.
Mientras llegaba, habÃa apurado los bizcochos y el vino, y también la
paciencia, si es que conservaba alguna.
Desde léjos, al recodo del camino, nos conocia el
capataz, y pegando espuelas a su mulato, llegaba como un celaje hasta
nuestro lado.
Le pregunté repetidas veces si podÃa
hablar con ella, y siempre me contestó que era de todo punto imposible:
si la mamá llegaba á saber algo ¡adiós balcón!
Aburrido ya de aguardar una aurora que no llegaba, tiró del
cordón de la campanilla, y oyó con gozo vibrar á lo lejos su metálico
timbre; pero no acudió nadie al llamamiento.
à las siete y
media ya la marea llegaba al borde de la calzada; sólo las cimas de las
más altas rocas se descubrÃan sobre el nivel del mar, y muy pronto todo
desapareció debajo de las turbulentas aguas.
Desde
la sala donde estaba la niña difunta, las piadosas mujeres que le hacÃan
compañÃa oyeron espantosa algazara, que al través del pavimento del piso
superior llegaba hasta ellas, conturbándolas en su pena y devoto
recogimiento.
Todos los dÃas se le veÃa{80-2} subir con sus compañeros á
una de las cuatro torres que flanqueaban en sus ángulos el cuadrado
castillo, para descubrir en la inmensa extensión de terreno que abarcaba
su vista, si le llegaba socorro de los suyos; ¡pero en vano!
El héroe en
general, preso entre tanta faja,[8] encajes y faldellÃn, lloraba en
cuanto sentÃa que el cura le echaba la sal en la boca y se dormÃa en
cuanto llegaba de la iglesia, y la madrina le decÃa a su madre: «Usted
me lo entregó judÃo y se lo devuelvo cristiano».
VARIANT: =Y no es sino una
leyenda poética la creencia de que.=
16.--NAVEGACIÓN EN LOS CANALES DE TIERRA DEL FUEGO
De súbito nos sorprendió el espectáculo de uno de los ventisqueros, el
primero que veÃamos en los canales, y también uno de los más pequeños,
cuya nieve llegaba hasta el mar, con tonos azulados suaves y tenues, muy
finos, que hacÃan resaltar más la blancura casi absoluta de la nieve en
la cima, destacada a su vez sobre el fondo plomizo del cielo.
No por 5
esto el tal Minos se tenÃa por[338] un ladrón; lejos de eso,
vivÃa fieramente orgulloso de su honradez; porque en
honor de la verdad debo decir que jamás rebajó su
dignidad al extremo de ejecutar por sus propias manos
ninguna substracción; y si bien es cierto que para esto se 10
valÃa de[339] otros individuos dirigidos por él, también lo
es que todo lo hacÃa con el fin de ver hasta donde llegaba
la sagacidad con que para tan difÃcil arte le dotara el
cielo.
El pobre niño creció en la sombra, y jamás vió el sol más que desde la
ventana de la sola pieza que habÃa en la casa de sus padres; todo el dÃa
estaba solo; su madre lavaba la ropa en casa de un rico arrendador; su
padre labraba los campos; su hermana llevaba á pacer las vacas de un
vecino; cuando con gran trabajo conseguÃa el pobre niño dejar su camita
de paja, se apoyaba en dos pequeñas muletas que su padre le habÃa hecho
de las ramas de un sauce, y salÃa á la puerta de la calle: pero allà no
llegaba el sol nunca; la calle era tan estrecha y tan obscura....
Los caballeros arrojaban a manos
llenas[13] cartuchos de confites, y ahà era el gritar y manotear de los
chicuelos, que estaban a[14] los desperdicios, lanzándose en masa sobre
la vereda cuando algún cartucho no llegaba a su destino, empujándose,
pateándose por agarrar la codiciada presa, mientras los jugadores hacÃan
toda clase de esfuerzos para barajar las coronas que en cambio de los
confites les llovÃan, retribuyendo ellos todavÃa el obsequio con cajas
especiales, de antemano destinadas a fulana y a zutana, a quienes las
enviaban por medio de sus sirvientes, no atreviéndose a correr el albur
de que[15] al arrojarlas cayesen entre la turba multa[16] de arrapiezos
que andaban a caza de[17] gangas.
Dos mesas de algarrobo indestructibles, que vienen pasando de mano en
mano[1] desde los tiempos en que no habÃa otra madera en San Juan que
los algarrobos de los campos, y algunas sillas de estructura desigual,
flanqueaban la sala, adornando las lisas murallas dos grandes cuadros al
óleo de Santo Domingo y San Vicente Ferrer, de malÃsimo pincel,[2] pero
devotÃsimos y heredados a causa del hábito domÃnico.[3] A poca distancia
de la puerta de entrada, elevaba su copa verdinegra la patriarcal
higuera, que sombreaba aún en mi infancia aquel telar de mi madre, cuyos
golpes y traqueteo de husos, pedales y lanzadera, nos despertaba antes
de salir el sol para anunciarnos que un nuevo dÃa llegaba, y con él, la
necesidad de hacer, por el trabajo, frente[4] a las necesidades.
[104.30] =Mientras llegaba= [_la luz del dÃa_].
¿Por dónde
habÃan de entrar?[53]
Miraron todos la entrada, vieron que habÃa, en
efecto, una telaraña que llegaba de un lado a otro del 15
agujero.
Loose construction, in
which the relative pronoun object of the first verb is understood as
subject of the second.]
[Footnote 2: The cat is credited in our colloquial English
expression with two more lives.]
Cuando el pastor terminó su relato, llegábamos precisamente á la
cumbre más cercana al pueblo, desde donde se ofreció á mi vista el
castillo obscuro é imponente con su alta torre del homenaje, de la que
sólo queda en pie un lienzo de muro con dos saeteras, que
transparentaban la luz y parecian los ojos de un fantasma.
La
recuerdo como si la viera: un maiten enorme tendia parte de sus ramas
sobre la casita blanca con techo de totora; en el corredor, eternamente
la Andrea,{191-1} su mujer, lavando en la artesa una ropa mas blanca que
la nieve; una montura llena de pellones y amarras colgada sobre un
caballete de palo; y dos gansos chillones y provocativos en la puerta,
amagando eternamente nuestras medias rojas que parecian
indignarles.{191-2}
Cada año, cuando a vuelta de los exámenes llegábamos a las casas de los
Sauces, nuestra primera visita era a la Andrea, que suspendia el
jabonado de la ropa para lanzar un par de gritos de sorpresa y llorar
despues como una chica consentida.
Ya llegaban los otros.
Cuando los daneses llegaban a un pueblo inglés rico
y próspero, se quedaban con[200] él y hacÃan huir a sus
habitantes.
una tarde encontré sentada en mi puesto, y vestida con unas ropas
que llegaban hasta las aguas y flotaban sobre su haz, una mujer
hermosa sobre toda ponderación.
El rebaño pacÃa la sabrosa hierba sin 10
ninguna inquietud, y el muchacho lejos de estar asustado
parecÃa contento de haber alarmado a los que
llegaban a defenderle.
AsÃ, pues, los que llegaban á la ermita para solicitar algún beneficio,
lo primero que hacÃan era dirigirse á Traga-santos diciéndole:
--TÃo Traga-santos, yo necesito esto, ó lo otro, ó lo de más allá.
Lo cual (dicho sea para concluir dignamente) no significa que debáis
creer en la infalibilidad de tales vaticinios, ni menos que fuera
acertada regla de conducta la de _Parrón_, de matar á todos los que
llegaban á conocerle...--Significa tan sólo que los caminos de la
Providencia son inescrutables para la razón humana;--doctrina que, á mi
juicio, no puede ser más ortodoxa.
En la esfera tenebrosa que rodeaba
su mente, no habÃa sino pavos haciendo _clau clau_; pollos que gritaban
_pÃo pÃo_; montes de turrón que llegaban al cielo formando un Guadarrama
de almendras;{65-3} nacimientos llenos de luces y que tenÃan lo menos
cincuenta mil millones de figuras; ramos de dulce; árboles cargados de
cuantos juguetes puede idear la más fecunda imaginación tirolesa; el
estanque del Retiro lleno de sopa de almendras; besugos que miraban á
las cocineras con sus ojos cuajados; naranjas que llovÃan del cielo,
cayendo en más abundancia que las gotas de agua en dÃa de temporal, y
otros mil prodigios que no tienen número ni medida.
of_ =llegar=
=llegué= _1 sing.
Yo lo confieso
con toda franqueza: llegué á tener miedo.
Quiere decir que llegué
en martes, y me voy en miércoles.
of_ =llegar=;
=llegué a dudar= I really doubted
=lleno= full
=lleva= _impv.
of_ =dar=
=dudar= (=de=) to doubt;
=llegué a dudar= (=de=) I was really in doubt
=dude= _1 and 3 sing.
Me dediqué á la caza, estudié un tanto la botánica, y asà se
pasó un mes, durante el cual llegué á reconciliarme con mi tÃa, con el
pueblo y con sus moradores.
llegar, to arrive, come, come to a (certain) point, go so far as, go,
reach; -- á, to reach, arrive at, succeed in, go so far as to; llegué
á tener miedo, I finally became afraid; -- y besar el santo, to
succeed in a brief space of time; to find good fortune quickly.
Éste, después de coordinar sus ideas, prosiguió
asÃ:
--Desde el dÃa en que á pesar de tus funestas predicciones llegué á la
fuente de los Ãlamos, y atravesando sus aguas recobré el ciervo que
vuestra superstición hubiera dejado huir, se llenó mi alma del deseo
de la soledad.
DREAMLAND
I
En una senda abandonada y triste
que recorren tan sólo ángeles malos,
una extraña Deidad la negra Noche
ha erigido su trono solitario;
allà llegué una vez; crucé atrevido
de Thule ignota los contornos vagos
y al Reino entré que extiende sus confines
fuera del Tiempo y fuera del Espacio.
BailarÃn más excelente 195
No se ha visto ni verá."
Echó el oso, al oÃr esto,
Sus cuentas allá entre sÃ,
Y con ademán modesto
Hubo de exclamar asÃ: 200
"Cuando me desaprobaba
La mona, llegué a dudar:
Mas ya que el cerdo me alaba
Muy mal debo de bailar."
Guarde para su regalo 205
Esta sentencia un autor:
Si el sabio no aprueba, malo;
Si el necio aplaude, peor.
INDICE
Prólogo de _Rubén DarÃo_
POEMAS
Annabel Lee
A mi Madre
Para Annie
Eldorado
Eulalia
Un ensueño en un ensueño
La ciudad en el mar
La Durmiente
Balada Nupcial
El Coliseo
El Gusano Vencedor
A Elena
A la Ciencia
A la Señorita * * *
A la Señorita * * *
Al RÃo
Canción
Los EspÃritus de los Muertos
La Romanza
El Reino de las Hadas
El Lago
La Estrella de la Tarde
El DÃa más Feliz
Imitación
Las Campanas
Ulalume
Estrellas Fijas
Dreamland
El Cuervo
PRÓLOGO
En una mañana frÃa y húmeda llegué por primera vez al inmenso paÃs de
los Estados Unidos.
25 Y hallándole de la otra parte de la mar, dijéronle: RabbÃ, ¿cuándo
llegaste acá?
ind._
=llegó= _3 sing.
En este momento ¿quién llegó?
Por último llegó el tercer joven.
Al fin llegó el otoño y empezó la vendimia.
Cuando llegó el viento, gritó:
--¡Hu-u-u-u!
Francisco Pizarro llegó a las costas del Perú en 1527.
En el otoño llegó un buque con otro grupo de Puritanos.
Se fue mi hombre, llegó al puerto y vendió el cargamento.
Cuando
llegó a la porterÃa vió que no habÃa en ella un alma.
Mudas y llenas de terror permanecÃamos aún cuando llegó la
noche.
En este momento llegó el extranjero.--Este 45
año,--dijo--hace Vd.
TRES PALABRAS
Un jornalero pobre llegó por la noche a una posada.
Cuando llegó la media noche, encendió
el fósforo y miró a su marido.
Don Juan llegó al palacio y se
metió detrás de la puerta de la calle.
Cuando
llegó al bosque, salió el jabalÃ, furioso de rabia y de hambre.
Pero un águila real llegó desde un picacho y tomó parte en la discusión.
Por
fin, el 11 de noviembre llegó el _Mayflower_ a la bahÃa
del Cabo Cod.
Cuando llegó
al fin del mundo vio a la madre del viento del Norte y la
saludó.
Cuando llegó, su mujer y 20
su hija le preguntaron porqué venÃa tan tarde.
EL COMPETIDOR
Un dÃa a eso de las seis de la tarde llegó a una posada un hombre.
Cuando llegó á la posada, echó de menos el gato que encerraba los veinte
mil reales.
Cuando llegó
la jaca, saltó por encima del perro para no pisar á su compañero de
cuadra.
La madre del Sur la escondió debajo de una olla y
pronto se oyó un gran ruido y llegó el Sur.
Después de
algunos dÃas llegó a la misma ciudad y a la misma posada que 20
su hermano.
Lo que al principio no fué más que simpatÃa, llegó á ser amor vehemente,
pero sublime de pureza.
Lopera and see the wonders of the ancient city.)
...El señor Frutos llegó una tarde á Córdoba.
El primer
Virrey, Don Blasco Nuñez Vela, llegó a Lima el 17 de 5
mayo de 1544.
Pero llegó un dÃa en que sobrevino tremendo infortunio para esta familia
hasta entonces tan dichosa.
Cuando llegó a su
casa Tamburà arrojó por la ventana al rÃo los zapatos que habÃan sido
causa de su prisión.
Pedro hizo un esfuerzo para seguir en su camino, llegó á la verja, y
subió la primera grada de la capilla mayor.
Regularmente se le
monta en angarilla, pero hasta allà no llegó mi filosofÃa, y le hice
poner una silla de fuste alto y fuerte.
Cojeando y con la vista en el suelo y cara de vinagre llegó al
monasterio, atravesó el espacioso patio y subió la ancha escalera.
Concluidos los
preparativos, llegó el momento de ocupar nuestros sitios, y lo hicimos
los pasajeros con resignación de mártires.
Cuando llegó el Poniente, estaba muy enojado pero después
que hubo comido, la madre sacó la niña y preguntó
por el prÃncipe Jalma.
Pero llegó a viejo, el animoso caballero, y
sobre su corazón cayó la noche porque en ninguna
parte encontró la tierra del Eldorado.
Se nombró entonces una regencia que gobernó
hasta el año de 1840 en que el joven emperador llegó
a ser mayor de edad y fué coronado.
En este punto llegó Garcés todo sofocado, cubierta aún de sudor la
frente, pero con la cara más regocijada y satisfecha que pudiera
imaginarse.
à pesar de todo, nuevo Ulises peregrino, llegó á su casa y patrios
lares, donde halló á sus numerosos parientes y amigos con la más cabal
salud.
Cuando llegó el sublime canto
del tenor que empieza _A te, oh cara_,{24-4} me apretó con fuerza la
mano exclamando por lo bajo:--¡Oh qué hermoso!
Como
el judÃo de Shakespeare, llegó al más sublime paroxismo trágico,
repitiendo frenéticamente aquellas terribles palabras de Shylock...:
--_¡Oh!
Como estaba tan
gordo y el calor primaveral apretaba de firme, llegó colorado como un
tomate y todo bañado en sudor y dando cada resoplido como un toro.
Tony, de dos saltos, se colocó delante
del caballo, como si tratara de impedirle el paso, hasta tal punto, que
llegó á ponerle sus robustas zarpas sobre el pecho.
Al mismo tiempo llegó un nuevo curioso á ver qué ocurrÃa en aquel grupo,
y habiéndole divisado el revendedor, exclamó:
--¡Me alegro de que llegue V., tÃo Fulano!
Busqué entonces una gran tranca, aseguré
con ella la puerta, y caà al suelo sin sentido.[93]
Cuando llegó mi padre me abrazó y me dijo:
--¡Eres un valiente!
Pero como las cosas llegan
alguna vez por mucho que se retarden, llegó también el momento de
manifestarla, y no le faltó, ciertamente, la destreza más exquisita al
hacerlo.
Cuando el médico
llegó, le tomó el pulso, le preguntó qué era lo que sentÃa y
viendo que estaba bueno según todas las apariencias, le 125
preguntó:
--¿Come Vd.
Después de mucho esperar llegó el mozo
casi sin aliento y depositó airoso sobre la mesa un par
de billetes de una corrida de toros que iba a verificarse
dentro de breves dÃas.
EL BARBERO DE LA CORUÑA
Un dÃa llegó a una fonda de la Coruña un forastero de gran talle,
corpulento y fuerte, con centellantes ojos negros y rostro cubierto de
larga y espesa barba.
El joven ni oyó siquiera las palabras de sus amigos, y tambaleando y
como pudo llegó á la tumba y aproximbe á la estatua; pero al tenderle
los brazos resonó un grito de horror en el templo.
Cada dos o tres dÃas tenÃan que abrir
una tumba para enterrar a un compañero, y cuando 25
llegó la primavera ya no quedaban más que cincuenta
Puritanos en la colonia.
El joven ni oyó siquiera las palabras de sus amigos, y tambaleando y
como pudo llegó á la tumba, y aproximóse á la estatua; pero al tenderle
los brazos, resonó un grito de horror en el templo.
Comenzó la Misa, y prosiguió sin que ocurriese nada de notable hasta
que llegó la consagración.[1] En aquel momento sonó el órgano, y al
mismo tiempo que el órgano un grito de la hija de maese Pérez....
El tercer 70
dÃa, levantó la baldosa detrás de la cama, bajó la escalera,
llegó al patio, abrió la entrada a la otra escalera, la bajó y
llegó al otro patio, abrió la puerta y vio las tres jóvenes.
Pasó el introito[1] y el Evangelió[2] y el ofertorio,[3] y llegó el
instante solemne en que el sacerdote, después de haberla consagrado,
toma con la extremidad de sus dedos la Sagrada Forma y comienza á
elevarla.
Por fin las luces se acercaron, y el primero que llegó al lado de Neira
fué don José, el administrador, que se inclinó paternalmente sobre el
capataz sumido en un estenso charco de sangre y palpitando como una
fiera cansada.
En Caracas, capital de la república,
hay una estatua del gran navegante que señala
con el dedo hacia el oriente, donde llegó en su cuarto
viaje y puso el pie por primera vez[371] en territorio 10
venezolano.
El tratante en granos llegó poco después y le dijo:
--Padre, ya ve usted que el cielo amenaza lluvia, y si llueve, la
cosecha va á ser este año bárbara, y yo me arruino con la baja del
trigo, porque tengo empleado en él todo mi capital.
Eran ellas tan sabias, y logró cimentarlas en tan
buenas costumbres, que llegó a ser[206] desconocido el
engaño entre sus súbditos, y podÃan dejarse las más
ricas joyas colgadas de los árboles sin que nadie se
atreviese a tocarlas.
Cuando el más ágil de los lebreles llegó á las
carrascas jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo,
rápido como una saeta, las habÃa salvado de un solo brinco,
perdiéndose entre los matorrales de una trocha, que conducÃa á la
fuente.
EULALIA
VivÃa sólo en un mundo de lamentaciones y
mi alma era una onda estancada, hasta que
la bella y dulce Eulalia llegó a ser mi pudorosa
compañera, hasta que la joven Eulalia, la de
los cabellos de oro, llegó a ser mi sonriente
compañera.
Alvar, que llegó á la orilla del Manzanares un poco antes que los dos
más ligeros, vió al tabernero que habÃa anunciado la aparición de la
ballena al pie de un gran ribazo contemplando sus cubas, que
desaparecÃan allá á lo lejos entre los tumbos de la corriente.
Cuando llegó á la aldea, ponÃase el sol entre celajes de oro; la campiña
estaba muda, solitaria é impregnada de suavÃsima tristeza; todo lo cual
es parte á sacar chispas de poesÃa de la corteza de un alcornoque, y no
sé si pudo sacar alguna del alma de Sebastián.
Al
aturdimiento siguió la desesperación; montó á caballo en su valiente
jaca, emprendió á escape el camino de Val-frÃo, llegó en menos de tres
cuartos de hora á las piedras, pero el gato no estaba
allÃ.--¡Ah!--exclamó.--Aquà lo dejé, aquà lo puse por mi propia mano....
Sólo que el pastorcillo era mucho más ágil, y cuando el fraile llegó
adonde él estaba, ya en pocos brincos habÃa puesto por medio cuarenta
pasos y habÃa desliado la honda de la cintura, y sin saber jota de la
historia sagrada preparábase á repetir el lance de David contra el
gigantazo de Goliat.
X
Dejó atrás aquellas regiones y atravesó otras inmensidades llenas de
visiones terribles, que ni él pudo comprender ni yo acierto á
concebir, y llegó al cabo al último cÃrculo[1] de la espiral de los
cielos, donde los serafines[2] adoran al Señor, cubierto el rostro con
las triples alas[3] y postrados á sus pies.
Pues ¿y si yo le dijera que no hace
aún tres años cabales que con estos mismos ojos que se ha de comer la
tierra, la và caer por lo alto de ese derrumbadero, dejando en cada
uno de los peñascos y de las zarzas un jirón de vestido ó de carne,
hasta que llegó al fondo donde se quedó aplastada como un sapo que se
coge debajo del pie?
V
Pero Dios no quiso que los siete ú ocho (pues la cifra no se sabe á
punto fijo) alumnos de Esculapio contraviniesen la sentencia que él
habÃa dado, y Celinina fué cayendo, cayendo más á cada hora, y llegó á
estar abatida, abrasada, luchando con indescriptibles congojas, como la
mariposa que ha sido golpeada y tiembla sobre el suelo con las alas
rotas.
Fué más
lejos aún que Pereda, pues no se limitó su innovación a reproducir, tal
como era en el mundo real, la psicologÃa de cada personaje, sino que
llegó, subordinando las partes al todo, a una sÃntesis profunda y
suprema en que pone de relieve,[69] como un filósofo que de análisis en
disección[70] ha llegado a la meta[71] de una hipótesis compendiosa, las
leyes históricas del perÃodo más ominoso de la colonización española en
Cuba.
Al caer la tarde de un hermoso dÃa, le dió fiebre, y hubo de acostarse
en su camita: al otro dÃa estaba peor: los niños del pueblo, sus amigos,
vinieron la tarde del domingo y cubrieron el lecho de ramas verdes y de
flores del campo; sus padres lloraban, y su hermana, avisada de lo que
sucedÃa, llegó llorosa y afligida: tomó la maceta de la ventana, y la
puso al lado de la almohadita del niño, sobre la única mesilla de la
mÃsera estancia....
De cuando en cuando azotaba su frente una ráfaga
de aire, frÃo como la hoja de un puñal, que crispaba sus cabellos de
horror y penetraba hasta la médula de sus huesos; ráfagas semejantes a
las que anunciaban á los profetas la aproximación del espÃritu
divino.[2] Al fin llegó á un punto donde creyó percibir un rumor
sordo, que pudiera compararse al zumbido lejano de un enjambre de
abejas, cuando, en las tardes del otoño, revolotean en derredor de las
últimas flores.
El memorable grito de independencia lanzado en Dolores[3] el 16 de
Septiembre de 1810 por los primeros patriotas mejicanos encabezados por
Hidalgo, cura del pueblo, no pudo dejar de[4] encontrar simpático eco en
el corazón de Morelos; asà fué que[5] cuando en el mes siguiente llegó
Hidalgo a Valladolid, al frente de un ejército patriota, y se apoderó
sin resistencia de la ciudad, Morelos fué uno de los primeros en ponerse
a su lado y pedirle un puesto en que sacrificarse por la libertad de su
patria.
El susto fué general, y la alarma llegó á su colmo cuando un surtidor de
caldo, impulsado por el animal furioso, saltó á inundar mi limpÃsima
camisa: levántase rápidamente á este punto el trinchador con ánimo de
cazar el ave prófuga, y al precipitarse sobre ella, una botella que
tiene á la derecha, con la que tropieza su brazo, abandonando su
posición perpendicular, derrama un abundante caño de Valdepeñas sobre el
capón y el mantel; corre el vino, auméntase la algazara, llueve la sal
sobre el vino para salvar el mantel; para salvar la mesa se ingiere por
debajo de él una servilleta, y una eminencia se levanta sobre el teatro
de tantas ruinas.
LA BUENAVENTURA
POR DON PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN{30-1}
I
No sé qué dÃa de agosto del año 1816 llegó á las puertas de la CapitanÃa
general de Granada cierto haraposo y grotesco gitano, de sesenta años de
edad, de oficio esquilador y de apellido ó sobrenombre{30-2} _Heredia_,
caballero en flaquÃsimo y destartalado burro mohino, cuyos arneses se
reducÃan á una soga atada al pescuezo; y, echado que hubo{30-3} pie á
tierra, dijo con la mayor frescura «_que querÃa ver al Capitán
general_.»
Excuso añadir que semejante pretensión excitó sucesivamente la
resistencia del centinela, las risas de los ordenanzas y las dudas y
vacilaciones de los edecanes antes de llegar á conocimiento del
ExcelentÃsimo Sr.
¿Quién llegó a la posada?
¿Dónde llegó el jornalero?
¿Quién llegó poco después?
30
El año próximo llegó.
¿Quién llegó poco rato después?
¿Quién llegó a la fonda de la Coruña?
[71.28] =Al llegar la noche==_cuando llegó la noche_.
¿Cómo llegó a conocer este buen rey las fuerzas de sus enemigos?
¿Después de cuántas horas de caminata llegó al sitio
prefijado?
140
Cuando el Oriente llegó con la niña, encontraron a la
madre del Poniente.
21 Ellos entonces gustaron recibirle en el barco: y luego el barco llegó
á la tierra donde iban.
4 Y corrÃan los dos juntos; mas el otro discÃpulo corrió más presto que
Pedro, y llegó primero al sepulcro.
155
Al fin llegó la niña al palacio y supo que dentro de cuatro
dÃas se casarÃa el prÃncipe con la hija de la bruja.
--Me cuentan que ni habiendo entrado[17] en la familia por casamiento,
llegó un extranjero a ser completamente de los Ãntimos.
50
Se fue el pobre comerciante muy desconsolado y asà que
llegó a su casa, dió los regalos a sus hijas, que se pusieron muy
contentas, pero como le veÃan siempre triste le preguntó la
más pequeña:
--¿Porqué está Vd.
123,
1.22.]
Ni por ésas.[1]
[Footnote 1: Ni por ésas = 'Nor did these (threats) avail.']
La indignación llegó á su colmo, hasta el punto que uno de sus
guardas, lanzándose sobre el reo, cuya pertinacia en callar bastarÃa
para apurar la paciencia á un santo, le abrió violentamente la visera.
á ver si llegamos pronto á casa para que V.
Y en éstas y las otras llegamos á Manresa, donde hay varios viajeros
esperando el tren para tomarlo poco menos que á la bayoneta.
Se cantaba _Los Puritanos_, y aquél{24-1}
rebosaba de gente; de suerte que nos costó algún trabajo introducirnos y
escalar uno de los rincones; pero al cabo llegamos.
Entremos a Guayaquil por el golfo de ese nombre y seguimos luego por un
rÃo que en él desemboca y cuyo valle estará completamente sumergido, si
_por_ acaso llegamos en la época de las lluvias.
Sometimes _á ver_ alone is used with the
force of _vamos á ver_.--=si hallamos=, after =vamos á ver=, may be best
translated by 'if we can find.'
[73.7] =á ver si llegamos=: see =vamos á ver= and =hallamos= above.
En su
marcha ascendiente, la locomotora jadea y palpita, y en
las primeras horas de la tarde llegamos a las montañas 15
donde sólo se conserva el recuerdo del calor tropical, volviendo
a prestar[332] sus servicios los abrigos y las mantas.
Podemos continuar nuestro viaje en ferrocarril desde la capital hasta
Puerto Barrios, en la costa del Atlántico, donde llegamos tras de doce
horas de viaje por una región digna de ser conocida[44] _por_ lo
interesante que es[45] para el hombre de negocios a quien le atraen las
empresas agrÃcolas.
De Cuzco el
ferrocarril nos lleva hasta Puno, sobre el lago Titicaca, a 12,500 pies
de elevación; cruzamos las aguas del lago en un vapor moderno, de mil
toneladas, que nos lleva a Guaqui, en la costa boliviana; y de allÃ
llegamos fácilmente en tren o diligencia a La Paz, teniendo a la vista
el Illimani.
Mi abuelo se lo narró á mi
padre; mi padre me lo ha referido á mÃ, y yo te lo cuento ahora,
siquiera no sea mas que por pasar el rato.[1]
***
[Footnote 1: por pasar el rato = 'to while away the time.']
I
El crepúsculo comenzaba á extender sus ligeras alas de vapor sobre las
pintorescas orillas del Segre,[1] cuando después de una fatigosa
jornada llegamos á Bellver,[2] término de nuestro viaje.
«à prisa, á prisa, caballeritos, que va á ser de dÃa--dijo uno,--y el
Abuelo{76-2} nos va á reñir si llegamos tarde.
A eso de las doce el tonto y su mujer llegaron a la aldea.
No habÃan andado gran distancia
cuando llegaron a otra fonda.
Al anochecer llegaron a una montaña donde habÃa[47]
una cueva.
Los cuatro hermanos
después de un viaje penoso y largo llegaron a la isla.
of_ =llegar=
=llegar= to arrive;
=al llegar= on arriving
=llegaron= _3 pl.
Los cuatro caminos conducÃan a cuatro ciudades muy hermosas, adonde
llegaron los hermanos y cada uno en su ciudad buscó quehacer
inmediatamente.
Pero cuando llegaron en su vuelo el
ángel y el alma del niño á cruzar sobre una pobre aldea, aquél se detuvo
y sus ojos buscaron una callejuela solitaria, á cuyos lados se veÃan
algunas mÃseras cabañas.
Cuando sus servidores llegaron presurosos al punto que la noble dama,
inmóvil y presa de un profundo terror, les señalaba aún con el dedo,
una blanca paloma se levantó de entre las breñas y se remontó á las
nubes.
Estas murmuraciones llegaron á oÃdos del tÃo Traga-santos, á quien
causaron el mayor sentimiento, porque en lo humano no aspiraba el
piadoso viejecito á mayor gloria que la de complacer á todos por medio
del ten-con-ten y de ser de todos bienquisto.
Él notó que levantaron una baldosa
detrás de una cama; que bajaron una escalera; que
llegaron a un patio; que abrieron la entrada a otra escalera;
que bajaron ésta y llegaron a otro patio; que abrieron una 55
puerta y allà estaba la princesa con dos compañeras.
En efecto, cuando los primeros fieles, después de atropellarse por la
escalera, llegaron á la tribuna, vieron--al pobre organista caÃdo de
boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibraba
sordamente, mientras su hija, arrodillada á sus pies, le llamaba en
vano entre suspiros y sollozos.
San Pedro lo es de la calle Alta, ó _Cabildo de Arriba_, y la
calle del Mar, ó _Cabildo de Abajo_, está encomendado al amparo de los
santos mártires Emeterio y Celedonio,{168-2} á cuyas gloriosas cabezas,
de las que se cuenta que llegaron milagrosamente á este puerto en un
barco de piedra, ha dedicado, construyéndola á sus expensas, una bonita
capilla en el barrio de Miranda, dominando una gran extensión de mar.
Cuando llegaron, se coló la avispa por el agujero de la llave, y se puso
á picar al _Carlanco_, ya en los ojos, ya en las narices, de manera que
lo desatentó, y echó á correr que echaba incendios;{86-3} y yo
Pasé por la cabreriza,
Y allà me dieron dos quesos,
Uno para mÃ, y el otro
Para el que escuchare aquesto.{86-4}
III
Apenas concluÃa la contadora su cuento, cuando entró el guarda, que sin
decir palabra, se acercó á ellas, puso su escopeta á su lado, se apoyó
en el pilar del pozo, y se puso á picar un cigarro.
Animados con esta esperanza, llegaron, en fin, al pie de la gótica
torre[1] del templo; mas al llegar á aquel punto, un ruido particular
llamó su atención, y deteniéndose en uno de los ángulos, ocultos entre
las sombras de los altos machones que flanquean los muros, vieron, no
sin grande asombro, abrirse el balcón del palacio de su dama, aparecer
en él un hombre que se deslizó hasta el suelo con la ayuda de una
cuerda, y, por último, una forma blanca, doña Inés sin duda, que
inclinándose sobre el calado antepecho, cambió algunas tiernas frases
de despedida con su misterioso galán.
Los mozos seguÃan desde lo alto todas sus grotescas
evoluciones, esperando el instante en que se desgarrarÃa el último
jirón de la saya á que estaba sujeta, y rodarÃa dando tumbos, de pico
en pico, hasta el fondo del barranco; pero ella con el ansia de la
muerte y sin cesar de proferir, ora horribles blasfemias, ora palabras
santas mezcladas de maldiciones, se enroscaba en derredor de los
matorrales; sus dedos largos, huesosos y sangrientos, se agarraban
como tenazas á las hendiduras de las rocas, de modo que ayudándose de
las rodillas, de los dientes, de los pies y de las manos, quizás
hubiese conseguido subir hasta el horde, si algunos de los que la
contemplaban y que llegaron á temerlo asÃ, no hubiesen levantado en
alto una piedra gruesa, con la que le dieron tal cantazo en el pecho,
que piedra y bruja bajaron á la vez saltando de escalón en escalón por
entre aquellas puntas calcáreas, afiladas como cuchillos, hasta dar,
por último, en ese arroyo que se ve en lo más profundo del valle....
¿Adónde llegaron los
hermanos?
=EL BUEN REY=
=La constancia hace milagros=
Siglos y siglos hace[199] que los ingleses llegaron a
estar en situación muy penosa.
29 Y estaba [allÃ] un vaso lleno de vinagre: entonces ellos hinchieron
una esponja de vinagre, y rodeada á un hisopo, se la llegaron á la boca.
--No sólo eso, sino que las Universidades de San Marcos en Lima, la de
Méjico, la de Bogotá en Colombia y la de Córdoba en la Argentina
funcionaban ya cuando los primeros peregrinos llegaron a Plymouth.
20 Y habÃa ciertos Griegos de los que habÃan subido á adorar en la
fiesta:
21 Estos pues, se llegaron á Felipe, que era de Bethsaida de Galilea, y
rogáronle, diciendo: Señor, querrÃamos ver á Jesús.
Traté de probarle que su papá no podÃa enterarse de nada, porque
llegarÃamos demasiado temprano.
Calixto y Jacinto que á las
doce pasaba el tren por la estación próxima, que hasta ella llegarÃan á
pie ó como pudiesen.
Ya casi he llegado.
--Pues es el caso que a muchas puertas he llegado
en demanda de un préstamo de quinientos duros, y
todas las he encontrado cerradas.
¡Oh Psiquis, tu que me has llegado de esas regiones
que son la Tierra Bendita!....
El combate ha llegado a un momento
supremo y desesperado.
Pero se pasan siglos enteros sin que veamos a un señor como el
que ha llegado hoy.
Con mucho dolor de mi
corazón ha llegado á mi noticia que estáis quejosos de mà porque dÃas
pasados no llovió á gusto de todos.
Aun hoy se ven estas mansiones en algunas ciudades
adonde[97] no ha llegado todavÃa la fiebre de la especulación en bienes
raÃces.
Vese á la derecha el castillo de Melgarejo, que es de las pocas
construcciones moriscas, que no ha llegado á destruir el tiempo....
Que los Gentiles que no seguÃan justicia, han
alcanzado la justicia, es á saber, la justicia que es por la fe;
31 Mas Israel que seguÃa la ley de justicia, no ha llegado á la ley de
justicia.
Fué más
lejos aún que Pereda, pues no se limitó su innovación a reproducir, tal
como era en el mundo real, la psicologÃa de cada personaje, sino que
llegó, subordinando las partes al todo, a una sÃntesis profunda y
suprema en que pone de relieve,[69] como un filósofo que de análisis en
disección[70] ha llegado a la meta[71] de una hipótesis compendiosa, las
leyes históricas del perÃodo más ominoso de la colonización española en
Cuba.
--La fama de las tortillas de Méjico y el resto de la América tropical
ha llegado a este paÃs.
[Footnote 1: The moon.]
»Venid, que ha llegado el momento de las transformaciones
maravillosas.
12 La noche ha pasado, y ha llegado el dÃa: echemos, pues, las obras de
las tinieblas, y vistámonos las armas de luz.
* * * * *
I
Nobles caballeros, sencillos pastores, hermosas niñas que escucháis mi
relato, si os maravilla lo que os cuento, no creáis que es una fábula
tejida á mi antojo para sorprender vuestra credulidad; de boca en boca
ha llegado hasta mà esta tradición, y la leyenda del sepulcro[1] que
aún subsiste en el monasterio de Montagut, es un testimonio
irrecusable de la veracidad de mis palabras.
--Ya hemos llegado; bájate--le dijo.
De todos los
retratos que han llegado a mis manos, los que más me han llamado la
atención son el de Chiffart, publicado en la edición ilustrada de
Quantin, de los _Cuentos extraordinarios_, y el grabado por R.
No le calumniaban en esto último: el nuevo
Prior no era docto letrado, ni mucho menos; pero en cuanto á lo de
contrabandista, no estaba del todo averiguado que lo hubiera sido,
aunque dándolo como cierto y seguro, tampoco serÃa maravilla; que en las
vueltas y mudanzas del mundo ladrones han llegado á santos, y hombres
virtuosos acabaron en ladrones.
Mi terror habÃa llegado al colmo.
Y pensó vagamente en que habÃa llegado el último instante de su
vida; y volvió á rezar fervorosamente implorando la misericordia divina.
à los pocos minutos una gran claridad, que de improviso se derramó por
todo el ámbito de la iglesia, anunció á los oficiales que habÃa llegado
la hora de comenzar el festÃn.
A este fin hizo correr la voz[251] de que habÃa llegado a 5
la parroquia un predicador famosÃsimo, y vistiendo a su
sacristán con una de sus sotanas viejas, le mandó subir
al púlpito.
Al domingo siguiente volvió á hablarle al cura, más asustada, más
acongojada aún, y le dijo que el guarda la perseguÃa y hostigaba con su
amor, de manera que no la dejaba vivir,{89-2} y hasta habÃa llegado á
amenazarla, si se mantenÃa en no darle oÃdos.
¡Tal espanto habÃa llegado á
infundir _Parrón_ á todo el antiguo reino granadino!
30 (Que aun no habÃa llegado Jesús á la aldea, mas estaba en aquel lugar
donde Marta le habÃa encontrado.)
31 Entonces los JudÃos que estaban en casa con ella, y la consolaban,
como vieron que MarÃa se habÃa levantado prestamente, y habÃa salido,
siguiéronla, diciendo: Va al sepulcro á llorar allÃ.
25, note 1.]
El carácter, tan pronto retraÃdo y melancólico como bullicioso y
alegre de Constanza, la extraña exaltación de sus ideas, sus
extravagantes caprichos, sus nunca vistas costumbres, hasta la
particularidad de tener los ojos y las cejas negras como la noche,
siendo blanca y rubia como el oro, habÃan contribuido á dar pábulo á
las hablillas de sus convecinos, y aun el mismo Garcés, que tan
intimamente la trataba, habÃa llegado á persuadirse que su señora era
algo especial y no se parecÃa á las demás mujeres.
Mi terror habÃa llegado al colmo.
Y pensó vagamente en que habÃa llegado el último instante de su
vida; y volvió á rezar fervorosamente implorando la misericordia divina.
à los pocos minutos una gran claridad, que de improviso se derramó por
todo el ámbito de la iglesia, anunció á los oficiales que habÃa llegado
la hora de comenzar el festÃn.
A este fin hizo correr la voz[251] de que habÃa llegado a 5
la parroquia un predicador famosÃsimo, y vistiendo a su
sacristán con una de sus sotanas viejas, le mandó subir
al púlpito.
Al domingo siguiente volvió á hablarle al cura, más asustada, más
acongojada aún, y le dijo que el guarda la perseguÃa y hostigaba con su
amor, de manera que no la dejaba vivir,{89-2} y hasta habÃa llegado á
amenazarla, si se mantenÃa en no darle oÃdos.
¡Tal espanto habÃa llegado á
infundir _Parrón_ á todo el antiguo reino granadino!
30 (Que aun no habÃa llegado Jesús á la aldea, mas estaba en aquel lugar
donde Marta le habÃa encontrado.)
31 Entonces los JudÃos que estaban en casa con ella, y la consolaban,
como vieron que MarÃa se habÃa levantado prestamente, y habÃa salido,
siguiéronla, diciendo: Va al sepulcro á llorar allÃ.
25, note 1.]
El carácter, tan pronto retraÃdo y melancólico como bullicioso y
alegre de Constanza, la extraña exaltación de sus ideas, sus
extravagantes caprichos, sus nunca vistas costumbres, hasta la
particularidad de tener los ojos y las cejas negras como la noche,
siendo blanca y rubia como el oro, habÃan contribuido á dar pábulo á
las hablillas de sus convecinos, y aun el mismo Garcés, que tan
intimamente la trataba, habÃa llegado á persuadirse que su señora era
algo especial y no se parecÃa á las demás mujeres.
¿Qué
sucedió cuando el padre hubo llegado a la costa?
Cuando llegue le preguntaré.
Me alegro -- que
llegue usted.
ind._
=llegue= _1 and 3 sing.
No deje usted ---- escribirme cuando usted llegue ---- Lima.
VARIANT: =Cuando llegue.=
[4] =el asà nacido,= _the one thus born_.
VARIANTS: =Con el tiempo=; =cuando le
llegue su hora=; =de aquà a tantos años=; =para el año que viene=; =para
de aquà a ...
Y aunque mi fe
se haya apagado, y aunque mi corazón llegue
a quebrarse, he ahà la dorada prenda que prueba
que soy dichosa siempre.
Cuando llegue el momento de
poner la mano sobre las teclas, va á comenzar una algarabÃa de
sonajas, panderos, y zambombas, que no haya más que oir...
Al mismo tiempo llegó un nuevo curioso á ver qué ocurrÃa en aquel grupo,
y habiéndole divisado el revendedor, exclamó:
--¡Me alegro de que llegue V., tÃo Fulano!
Los noventa dÃas de la primera letra, el mes para que el
comprador reciba el documento, el otro mes para que la letra enviada por
el comprador llegue a Europa, y los tres meses para su maduración, hacen
los ocho meses.
Sin embargo, ninguno de ellos nos lleva a la vecina
república de Honduras, y esta es la razón por la cual[54] deberemos
regresar a Acajutla para tomar el primer vapor que salga[55] para
Amapala, principal puerto de Honduras en el PacÃfico, el cual gozará de
una gran prosperidad cuando llegue a este punto el ferrocarril
interoceánico, que arranca de Puerto Cortés en el Atlántico.
Señor de
Laiglesia is the owner of the magnificent portrait of Gustavo by
Valeriano Becquer, of the beauty of which but a faint idea can be
had from the copy of the etching by Maura, which serves as a
frontispiece to the present volume.]
Mi muy querido amigo:
Me volvi de esa con el cuidado de los chicos y en efecto parecia
anunciarmelo apenas llegue cayó en cama el mas pequeño.
Tal vez no se comprenda bien todo este movimiento,
y se llegue a creer[281] que muchas de las mercaderÃas que 25
aquà se desembarcan son de tránsito, destinadas al
consumo en una de las Antillas vecinas; pero un comerciante
experto, interrogado sobre este punto, dice asÃ:
--Verdad es que la isla cuenta[282] sólo un poco más de
un millón de habitantes; pero como sus productos
principales en la actualidad no son precisamente
alimenticios, necesita importar casi todo lo que consume,
y exportar casi todos sus productos.
=llegue=, =-es=, =-e=, _etc._: _see_ =llegar=.
¡Cuando llegue al cielo,
Mi madre lo cogerá!
--Entonces vamos á pasear: cuando llegue la hora, V.
¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue á la
fuente?
35 ¿No decÃs vosotros: Aun hay cuatro meses hasta que llegue la siega?
29 Y sé que cuando llegue á vosotros, llegaré con abundancia de la
bendición del evangelio de Cristo.
--Pues esto es un abuso, y en cuanto llegue á Madrid se lo contaré todo
á Conejo, que es de la mayorÃa parlamentaria y se tutea con un primo de
Salvador.
¡Ojalá la presente generación no llegue a ver
por el suelo vuestros enormes troncos, ni mutilados vuestros brazos, ni
marchito el verdor de vuestras ramas!
30 Ruégoos empero, hermanos, por el Señor nuestro Jesucristo, y por la
caridad del EspÃritu, que me ayudéis con oraciones por mà á Dios,
31 Que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda
de mi servicio á los santos en Jerusalem sea acepta;
32 Para que con gozo llegue á vosotros por la voluntad de Dios, y que
sea recreado juntamente con vosotros.
Cuando llegue le preguntaré.
Me alegro -- que
llegue usted.
ind._
=llegue= _1 and 3 sing.
No deje usted ---- escribirme cuando usted llegue ---- Lima.
VARIANT: =Cuando llegue.=
[4] =el asà nacido,= _the one thus born_.
VARIANTS: =Con el tiempo=; =cuando le
llegue su hora=; =de aquà a tantos años=; =para el año que viene=; =para
de aquà a ...
Y aunque mi fe
se haya apagado, y aunque mi corazón llegue
a quebrarse, he ahà la dorada prenda que prueba
que soy dichosa siempre.
Cuando llegue el momento de
poner la mano sobre las teclas, va á comenzar una algarabÃa de
sonajas, panderos, y zambombas, que no haya más que oir...
Al mismo tiempo llegó un nuevo curioso á ver qué ocurrÃa en aquel grupo,
y habiéndole divisado el revendedor, exclamó:
--¡Me alegro de que llegue V., tÃo Fulano!
Los noventa dÃas de la primera letra, el mes para que el
comprador reciba el documento, el otro mes para que la letra enviada por
el comprador llegue a Europa, y los tres meses para su maduración, hacen
los ocho meses.
Sin embargo, ninguno de ellos nos lleva a la vecina
república de Honduras, y esta es la razón por la cual[54] deberemos
regresar a Acajutla para tomar el primer vapor que salga[55] para
Amapala, principal puerto de Honduras en el PacÃfico, el cual gozará de
una gran prosperidad cuando llegue a este punto el ferrocarril
interoceánico, que arranca de Puerto Cortés en el Atlántico.
Señor de
Laiglesia is the owner of the magnificent portrait of Gustavo by
Valeriano Becquer, of the beauty of which but a faint idea can be
had from the copy of the etching by Maura, which serves as a
frontispiece to the present volume.]
Mi muy querido amigo:
Me volvi de esa con el cuidado de los chicos y en efecto parecia
anunciarmelo apenas llegue cayó en cama el mas pequeño.
Tal vez no se comprenda bien todo este movimiento,
y se llegue a creer[281] que muchas de las mercaderÃas que 25
aquà se desembarcan son de tránsito, destinadas al
consumo en una de las Antillas vecinas; pero un comerciante
experto, interrogado sobre este punto, dice asÃ:
--Verdad es que la isla cuenta[282] sólo un poco más de
un millón de habitantes; pero como sus productos
principales en la actualidad no son precisamente
alimenticios, necesita importar casi todo lo que consume,
y exportar casi todos sus productos.
=llegue=, =-es=, =-e=, _etc._: _see_ =llegar=.
¡Cuando llegue al cielo,
Mi madre lo cogerá!
--Entonces vamos á pasear: cuando llegue la hora, V.
¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue á la
fuente?
35 ¿No decÃs vosotros: Aun hay cuatro meses hasta que llegue la siega?
29 Y sé que cuando llegue á vosotros, llegaré con abundancia de la
bendición del evangelio de Cristo.
--Pues esto es un abuso, y en cuanto llegue á Madrid se lo contaré todo
á Conejo, que es de la mayorÃa parlamentaria y se tutea con un primo de
Salvador.
¡Ojalá la presente generación no llegue a ver
por el suelo vuestros enormes troncos, ni mutilados vuestros brazos, ni
marchito el verdor de vuestras ramas!
30 Ruégoos empero, hermanos, por el Señor nuestro Jesucristo, y por la
caridad del EspÃritu, que me ayudéis con oraciones por mà á Dios,
31 Que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda
de mi servicio á los santos en Jerusalem sea acepta;
32 Para que con gozo llegue á vosotros por la voluntad de Dios, y que
sea recreado juntamente con vosotros.
Llegamos hasta el fin; ¡ojalá nunca
llegara!
Iban padre e hijo a pie,[1]
para que el animal llegara menos fatigado a la feria.
Llegamos hasta el fin; ¡ojalá nunca
llegara!
Iban padre e hijo a pie,[1]
para que el animal llegara menos fatigado a la feria.
Si en nuestro viaje fluvial hubiéramos llegado a Greytown, en la
desembocadura del San Juan, serÃa fácil[67] pasar a Puerto Limón en
Costa Rica en uno de los pequeños vapores que hacen la travesÃa entre
los puertos marÃtimos y los fluviales.
Ahora
llega frente al retablo.
VARIANTS: =Que no pasa de ser=; =que no llega a=.
llega un momento en que
el hombre más pacÃfico...
of_ =llamar=
=llave= _f._ key
=llega= _3 sing.
mas ved, sin embargo, hasta donde llega mi extravagancia.
Un
ramal austral llega hasta Ayacucho, a menos de 200 millas del Cuzco.
VARIANT: =Capaz
de.=
[6] =llega a veces a,= _makes it necessary sometimes_.
Al dÃa siguiente salió la señora a hacer unas visitas, y poco después
llega su hermana.
El extranjero que llega a la América
latina pocas veces[3] es un viajero de paso, casi nunca un turista.
Abarcando con la vista la inmensa arteria en su
hervor continuo, llega a sentirse la angustia de ciertas pesadillas.
Si por acaso
algún violento torbellino llega a destrozar su copa, muy pronto se
rehace con asombroso vigor y doble lozanÃa.
por el Amazonas; sigue por
el rÃo Negro, luego remonta este rÃo durante algunos dÃas hasta que
llega al rÃo Casiquiari por donde entra Ud.
Volvió á tirar, y aún con
más fuerza: entonces, al cabo de algunos minutos, sintió pasos
contenidos y suaves como de hombre que llega lentamente y descalzo.
Pero llega un
obrero que comienza a golpearla, haciéndola pedazos con su
martillo, y la roca exclama:
--Este obrero es más poderoso que yo; ¡Quisiera ser este
obrero!
Pero he aquà que el Rey de aquel
paÃs llega en su magnÃfica carroza, precedido y seguido de
lujosos caballeros y rodeado de servidores que sostienen
una sombrilla de oro sobre su cabeza.
Un millón de[315] toneladas se exporta 25
a Europa para abonar los campos de Alemania en los
cuales se siembra la remolacha; una décima parte de
esta cantidad llega a los Estados Unidos.
Luego se llega al capÃtulo de las travesuras y de las maldades, con los
que se rinden al sueño; y hay aquello de[4] pintorrear con un corcho
quemado, al que duerme en un rincón y ronca estrepitosamente.
Hasta aquà llega el montero con su
ballesta; de aquà adelante, que pruebe á pasar el capellán con su
hisopo.[1]
[Footnote 1: hisopo = 'aspergillum.' A brash or metallic instrument
for the sprinkling of holy water.
Una la _PurÃsima
Concepción_, otra _Rosa del Mar_, aquélla _Los Dos Amigos_; pero llega
la gente con su manÃa de sacar motes, y se llaman _La Pava_, _El
Lorito_, _La Medio Rollo_, y gracias que no las distingan con nombres
menos decentes.
Desde la tal mesita, y como se sube el agua
del pozo, hace subir la comida hasta la boca, adonde llega goteando
después de una larga travesÃa; porque pensar que estas gentes han de
tener una mesa regular, y estar cómodos{138-1} todos los dÃas del año,
es pensar en lo excusado.
Vuelto a América, vémosle en la escuela
de Clarke, en Richmond, en donde al mismo tiempo que se nutre de
clásicos y recita odas latinas, boxea y llega a ser algo como un
_champion_ estudiantil; en la carrera hubiera dejado atrás a Atalanta,
y aspiraba a los lauros natatorios de Byron.
Los demás viajeros conseguimos tranquilizarle, y la señora se ve
acometida de un estremecimiento nervioso, y comienza á herir la
delicadeza del fabricante desatándose en improperios contra los corchos,
hasta que llega el interventor del tren y exige el billete de la perra
con mal talante.
La perra dirige á la señora una mirada de infinita ternura y se pone á
lamer á los viajeros, uno por uno, hasta que llega á un fabricante de
corchos, hombre iracundo, sin fe religiosa, ni aseo personal, que al
sentirse lamido suelta un terno y quiere matar á la perra con el lÃo de
los paraguas.
Por esto se harÃa mal en no apreciar lo
que es muy bueno, sólo porque no llega al apogeo ó ideal de la
perfección, en vista de que esto sólo lo hallamos, en realidad, en la
vida de los entes privilegiados que han merecido el dictado de Santos, y
ficticiamente, en las creaciones de los poetas, que hacen bien en
presentarlo para enaltecer á la humanidad, pero que harÃan mal si lo
presentasen para desprestigiar y deprimir á aquello que no se eleva á
tanto.
Those in italics appear between
underscores (_)]
FRASES DE USO COMÚN EN LA CLASE
=Saludos y despedidas=
=Buenos dÃas, profesor, profesora.= _Good morning, teacher._
=Buenas tardes.= _Good afternoon._
=Buenas noches.= _Good evening, good night._
=¿Cómo está usted?= }
=¿Cómo lo pasa usted?= } _How are you?_
=¿Cómo se encuentra usted?= }
=¿Qué tal?= }
=¡Hasta luego!= } _See you later!_
=¡Hasta más tarde!= }
=¡Hasta la vista!= _Till we meet again!_
=¡Adiós!= _Good-bye!_
=Asistencia y puntualidad=
=Voy a pasar lista a la clase.= _I am going to call the roll._
=Juan Brown.= =Presente.= _John Brown._ _Here._
=¿Quién está ausente?= _Who is absent?_
=¿Quién sabe la causa de la ausencia de la señorita Smith?= _Who knows
why Miss Smith is absent?_
=¿Por qué llega usted tarde?= _Why are you late?_
=¿Cómo se llama usted?= _What is your name?_
=Me llamo Pedro Smith, para servirle a usted.= _My name is Peter Smith,
at your service._
=Fórmulas de cortesÃa=
=Haga usted el favor de= }
(más el infinitivo).
--Si no llega V.
=Page 21.=--1.{21-1} =llega ...
=llegar,= to arrive; =-- á,= to begin, reach, come to (be); =-- y besar
el santo,= quick work; =al que se llega,= which is reached.
--¡Extraño es, á fe mÃa, pues él llega siempre antes que nadie cuando se
trata de salir en busca de _Parrón_, á quien odia con sus cinco
sentidos!
--Pues, hija, repuso el cura, «Haga yo lo que deba, y haga Dios lo que
quiera.»{91-3}
IV
Del lado opuesto del pueblo se extiende un pinar, al que se llega por un
prado de roja arena, que cubre un césped{91-4} tan corto y espeso, que
parece lo ha tejido la naturaleza para avergonzar á los tejedores de las
más afamadas alfombras.
--SÃ, mucho, para la producción de luz, de tracción y de fuerza motriz
industrial, y tengo profunda fe[4] en el progreso de estas empresas en
la América latina; en primer lugar porque no hay región en el mundo
donde sean más copiosas las lluvias ni más numerosos los lagos elevados
y los saltos de agua susceptibles de ser[5] utilizados; en segundo
lugar, por la escasez de combustibles, que llega a veces a[6] hacer
necesario el empleo de la leña para mover las locomotoras, sobre todo en
los sitios alejados de los puertos.
Cuando llegue le preguntaré.
Me alegro -- que
llegue usted.
ind._
=llegue= _1 and 3 sing.
No deje usted ---- escribirme cuando usted llegue ---- Lima.
VARIANT: =Cuando llegue.=
[4] =el asà nacido,= _the one thus born_.
VARIANTS: =Con el tiempo=; =cuando le
llegue su hora=; =de aquà a tantos años=; =para el año que viene=; =para
de aquà a ...
Y aunque mi fe
se haya apagado, y aunque mi corazón llegue
a quebrarse, he ahà la dorada prenda que prueba
que soy dichosa siempre.
Cuando llegue el momento de
poner la mano sobre las teclas, va á comenzar una algarabÃa de
sonajas, panderos, y zambombas, que no haya más que oir...
Al mismo tiempo llegó un nuevo curioso á ver qué ocurrÃa en aquel grupo,
y habiéndole divisado el revendedor, exclamó:
--¡Me alegro de que llegue V., tÃo Fulano!
Los noventa dÃas de la primera letra, el mes para que el
comprador reciba el documento, el otro mes para que la letra enviada por
el comprador llegue a Europa, y los tres meses para su maduración, hacen
los ocho meses.
Sin embargo, ninguno de ellos nos lleva a la vecina
república de Honduras, y esta es la razón por la cual[54] deberemos
regresar a Acajutla para tomar el primer vapor que salga[55] para
Amapala, principal puerto de Honduras en el PacÃfico, el cual gozará de
una gran prosperidad cuando llegue a este punto el ferrocarril
interoceánico, que arranca de Puerto Cortés en el Atlántico.
Señor de
Laiglesia is the owner of the magnificent portrait of Gustavo by
Valeriano Becquer, of the beauty of which but a faint idea can be
had from the copy of the etching by Maura, which serves as a
frontispiece to the present volume.]
Mi muy querido amigo:
Me volvi de esa con el cuidado de los chicos y en efecto parecia
anunciarmelo apenas llegue cayó en cama el mas pequeño.
Tal vez no se comprenda bien todo este movimiento,
y se llegue a creer[281] que muchas de las mercaderÃas que 25
aquà se desembarcan son de tránsito, destinadas al
consumo en una de las Antillas vecinas; pero un comerciante
experto, interrogado sobre este punto, dice asÃ:
--Verdad es que la isla cuenta[282] sólo un poco más de
un millón de habitantes; pero como sus productos
principales en la actualidad no son precisamente
alimenticios, necesita importar casi todo lo que consume,
y exportar casi todos sus productos.
=llegue=, =-es=, =-e=, _etc._: _see_ =llegar=.
¡Cuando llegue al cielo,
Mi madre lo cogerá!
--Entonces vamos á pasear: cuando llegue la hora, V.
¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue á la
fuente?
35 ¿No decÃs vosotros: Aun hay cuatro meses hasta que llegue la siega?
29 Y sé que cuando llegue á vosotros, llegaré con abundancia de la
bendición del evangelio de Cristo.
--Pues esto es un abuso, y en cuanto llegue á Madrid se lo contaré todo
á Conejo, que es de la mayorÃa parlamentaria y se tutea con un primo de
Salvador.
¡Ojalá la presente generación no llegue a ver
por el suelo vuestros enormes troncos, ni mutilados vuestros brazos, ni
marchito el verdor de vuestras ramas!
30 Ruégoos empero, hermanos, por el Señor nuestro Jesucristo, y por la
caridad del EspÃritu, que me ayudéis con oraciones por mà á Dios,
31 Que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda
de mi servicio á los santos en Jerusalem sea acepta;
32 Para que con gozo llegue á vosotros por la voluntad de Dios, y que
sea recreado juntamente con vosotros.
¡Ojalá la presente generación no llegue a ver
por el suelo vuestros enormes troncos, ni mutilados vuestros brazos, ni
marchito el verdor de vuestras ramas!