Y sin más dilaciones entro en el portal, subo la escalera
y tomo el cordón de la campanilla....
Donde va la gente.[2] Y eso que, si he de decir la verdad, desde que
murió maese Pérez, parece que me echan una losa sobre el corazón
cuando entro en Santa Inés...
Al verme, no pareció extrañar que me hubiera levantado, como
si fuera la cosa más natural del mundo, y extendiendo su mano hacia la
habitación cerrada, me dijo:
--Hace diez años que no entro ahÃ.
--Soy el zorro--dijo el animalejo,--y valgo tanto como el hombre por mi
travesura; entro en sus corrales y me como sus gallinas, y él sólo
aprovecha las que yo le dejo.
7.--UNA BODEGA
Después de atravesar las ricas hectáreas de tierra donde las
plantaciones de vid forman lÃneas paralelas, entras en las bodegas.
entra=; =en
cuanto Ud.
En estos momentos entra Da.
va
á ser el mes que entra.
entra=; =tan pronto como usted entra=.
ya entra en la iglesia el heroe de la función.
EL DISCÃPULO EN LA ESCUELA
El discÃpulo entra en la sala de clase.
of_ =entender=
=entonces= then;
=por entonces= at that time
=entra= _3 sing.
Más tarde dirá de él una buena señora: «Era un
muchacho bonito.»
Cuando entra a West Point hace notar en él un colega, Mr.
por el Amazonas; sigue por
el rÃo Negro, luego remonta este rÃo durante algunos dÃas hasta que
llega al rÃo Casiquiari por donde entra Ud.
Pero agrega: «La materia imparticulada,
o sea Dios en estado de reposo, es en lo que entra en nuestra
comprensión, lo que los hombres llaman espÃritu».
CapÃtulo 10
1 DE cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el
corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador.
El
_chipá_ de los paraguayos es, en realidad, una especie de pan; pero las
roscas y rosquetas de maÃz son bollos muy agradables en cuya preparación
entra la manteca, huevos, leche y azúcar.
LA ARDILLA Y EL CABALLO _Tomás de Iriarte_
ABBREVIATIONS
VOCABULARY
[Illustration: EL RICO EXTREMEÑO Y EL EXTRANJERO]
ELEMENTARY SPANISH READER
EL CUENTO DEL POLLO
Un dÃa un pollo entra en un bosque.
Después que uno es grandecito y piensa en estas cosas le entra a uno
cierto desconsuelo porque eso de que[10] por uno tomen helados, licores
y dulces los demás mientras que el héroe si acaso[11] chupaba el dedo de
la criandera, es cosa triste.
Desde el término de esta navegación el viaje a los Andes se continúa en
mula, ascendiendo la falda hasta el Paso del Arenal, por donde se entra
al alto valle central del Ecuador, que nos lleva en dirección a Quito,
teniendo a la vista el Chimborazo.
Pero hai demasiada sangre para que al traves de ella se sienta y se
mire.{196-1} Los cuchillos se chocan, el corvo entra cada vez hasta la
empuñadura y la sangre corre cerro abajo en un delgado chorro que va
rodeando las piedras y abriéndose paso al traves de las matas.
Arcos se presenta y se retira alternativamente á los ojos del viajero,
cansado de su ascensión...; hasta que, pasando entre dos altas peñas, se
entra de repente en el pueblo, cuya situación sorprende y admira aún á
los menos sensibles á las bellezas de la naturaleza y á los encantos de
lo pintoresco.
Si pregunta su nombre a alguno, y este responde, «soy fulano, para
servir a usted»,[24] él le replica, «para servir a Dios».[25] Si entra
a una pulperÃa y le convida un extraño: «gracias, amigo, a pagar lo que
guste».[26] Cuando da las señas de un paraje cercano, no dice más allá
sino «más allasito»; cuando se despide de los que estima, no dice adiós,
sino «adiosito»; cuando quiere afirmar que no conoce absolutamente nada
de un asunto, dice: «¡no sé cosÃsima ninguna!»
Sobresale también en buscar el lado ridÃculo de las cosas, y sus sátiras
son a veces divertidas, pero las más de las veces sangrientas.
¿Quién entra en la sala de clase?
=mes,= _m._, month; =el -- que entra,= next month.
2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
_Parrón_ vive, y aquà entra lo más
negro de la presente historia.
¿Puede imaginarse la impresión misteriosa y sagrada que produce en el
que entra?
--Eres un niño,--le interrumpÃ;--pero si no deseas más que eso, entra, y
la paz y la felicidad sean contigo.
=entrar (en),= to enter, approach; undertake; =-- en razón,= to listen
to reason; =la entró un cólico,= she was seized with cramps; =mes que
entra= = =próximo mes=.
(contestó _Parrón_ muy lentamente.) Vas á
quedarte en mi poder...--¡Si en todo el mes que entra no me ahorcan, te
ahorco yo á ti, tan cierto como ahorcaron á mi padre!--Si muero para esa
fecha, quedarás libre.
¿Por dónde entramos en la sala de clase?
En boca cerrada no entran moscas.
Los novios entran en este momento en la
iglesia.
al limbo, que en el cielo no entran tontos como Vd.
of_ =entrar=
=entrada= _f._ entrance
=entran= _3 pl.
Los unos y las otras[7] entran, como se dice,
libres de derecho.
Las ventanas
son de vidrio y por ellas entran en la sala de clase la luz y el aire.
Tanto ha aumentado
la inmigración en los últimos años, que puede estimarse
que anualmente entran en[285] el paÃs unas 300,000 personas.
Los pollos que se crÃan en las casas se hacen mansos y familiares desde
el primer dÃa, entran en todos los aposentos, se pasean por las calles,
salen al campo y vuelven a casa.
El puerto más importante de Méjico es, como todos
saben, Vera Cruz, en el Atlántico, y por medio del cual 10
entran y salen casi todos los productos de importación y
exportación mejicanos.
Aquà entran[66] no sólo azulejos para los
cuartos de baño y la cocina[67]; mosaicos para las veredas o aceras,[68]
el zaguán, los patios,[69] corredores y galerÃas[70]; baldosas para los
patios interiores y azoteas; pizarras para el techo; sino también frisos
de mármol, pedestales para jardines, objetos de cemento armado,[71] de
piedra o de terracotta, cristales, vidrios de color para
puertas-cancelas,[72] banderolas, ojos de buey, etc.
Embebido en mis pensamientos, me sorprendà varias veces á mÃ
mismo riendo como un pobre hombre de mis propias ideas, y moviendo
maquinalmente los labios: algún tropezón me recordaba de cuando en
cuando que para andar por el empedrado de Madrid no es la mejor
circunstancia la de ser poeta ni filósofo; más de una sonrisa maligna,
más de un gesto de admiración de los que á mi lado pasaban, me hacÃa
reflexionar que los soliloquios no se deben hacer en público; y no pocos
encontrones que al volver las esquinas di con quien tan distraÃda y
rápidamente como yo las doblaba,{132-3} me hicieron conocer que los
distraÃdos no entran en el número de los cuerpos elásticos, y mucho
menos de los seres gloriosos é impasibles.
[66] =Aquà entran=, _Under this name are included_.
¿Por dónde entran la luz y el aire en la sala de clase?
¿Cuándo entran los perros en las iglesias?--Cuando están 20
abiertas las puertas.
--En esta clase entran los textiles, particularmente los tejidos de
algodón, hilo y lana; las lozas, porcelanas y artÃculos de vidrio y
cristal; las preparaciones de perfumerÃa, los vinos, licores y otras
bebidas.
à lo menos, tal es la común opinión de
fisiólogos y médicos; pero no entraré yo á sustentarla para que no me
roan los huesos tachándome de incrédulo y materialista y tal vez de
otras cosas peores.
--Ni hoy entrarás tampoco, exclamé con decisión.
9 Yo soy la puerta: el que por mà entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos.
Nosotros entraremos
acompañándole, y á todo lo que diga, diremos _amén_, y aun le
apoyaremos con las reflexiones que se nos ocurran.
Sentà al poco rato unas pisadas, miré
hacia la puerta, y và en el umbral un oso que entraba.
Nada: ni por
las rendijas entraba un solo rayo de luz, ni siquiera sonaba el vuelo de
una mosca.
Las luces siguieron oscilando y moviéndose mucho, á pesar de que no
entraba aire en la habitación.
Sus negocios le llamaban fuera de la casa; pero
muy á menudo entraba en ella para ver cómo iba la enfermita.
à la
dudosa luz de la luna que entraba en el templo por el estrecho ajimez
del muro de la capilla mayor, vi una mujer arrodillada junto al altar.
à la
dudosa luz de la luna que entraba en el templo por el estrecho ajimez
del muro de la capilla mayor, và una mujer arrodillada junto al altar.
Maese Pérez, pálido y desencajado, entraba en efecto en la iglesia,
conducido en un silón, que todos se disputaban el honor de llevar en
sus hombros.
En cuanto
cerrábamos la puerta del portal, cerraba ella la del piso y nos dejaba
casi en tinieblas; porque la luz que entraba de la calle era escasÃsima.
Pude observar á la tenue claridad que entraba
de la calle, que ponÃan siempre por delante uno como más fuerte ó
resuelto, detrás del cual los otros se guarecÃan.
FuÃ
puntual a la cita, y en los comienzos de la noche entraba en compañÃa de
Gonzalo de Quesada por una de las puertas laterales del edificio en
donde debÃa hablar el gran combatiente.
Si volvÃa á casa más tarde que yo, entraba y se
acostaba con tal cautela, que nunca me despertó; si se retiraba más
temprano, me aguardaba leyendo para que pudiese acostarme sin temor de
hacer ruido.
La noche se entraba,
Reinaba el silencio;
Perdido en las sombras,
Medite un memento:
«_¡Dios mÃo, qué solos
se quedan los muertos?!_»
En las largas noches
Del helado invierno,
Cuando las maderas
Crujir hace el viento
Y azota los vidrios
El fuerte aguacero,
De la pobre niña
à solas me acuerdo.
El secretario aprovechaba la confusión para hacer sus excursiones al
fondo de la casa, en busca del fulano de los mates[7] que los tenÃa
cebados en hilera y por cuyas bombillas pasaba alternativamente sus
labios como quien[8] toca la zampoña; luego, limpiándose con la manga
del levitón, entraba más serio que un obispo en el salón de su
dependencia.
à la media hora sólo se oÃan los ahogados gemidos del aire que entraba
por las rotas vidrieras de las ojivas del templo, el atolondrado
revolotear de las aves nocturnas que tenÃan sus nidos en el dosel de
piedra de las esculturas de los muros, y el alternado rumor de los pasos
del vigilante que se paseaba envuelto en los anchos pliegues de su
capote, á lo largo del pórtico.
à la media hora sólo se oÃan los ahogados gemidos del aire que entraba
por las rotas vidrieras de las ojivas del templo, el atolondrado
revolotear de las aves nocturnas que tenÃan sus nidos en el dosel de
piedra de las esculturas dé los muros, y el alternado rumor de los
pasos del vigilante que se paseaba envuelto en los anchos pliegues de
su capote, á lo largo del pórtico.
Sentà al poco rato unas pisadas, miré
hacia la puerta, y và en el umbral un oso que entraba.
Nada: ni por
las rendijas entraba un solo rayo de luz, ni siquiera sonaba el vuelo de
una mosca.
Las luces siguieron oscilando y moviéndose mucho, á pesar de que no
entraba aire en la habitación.
Sus negocios le llamaban fuera de la casa; pero
muy á menudo entraba en ella para ver cómo iba la enfermita.
à la
dudosa luz de la luna que entraba en el templo por el estrecho ajimez
del muro de la capilla mayor, vi una mujer arrodillada junto al altar.
à la
dudosa luz de la luna que entraba en el templo por el estrecho ajimez
del muro de la capilla mayor, và una mujer arrodillada junto al altar.
Maese Pérez, pálido y desencajado, entraba en efecto en la iglesia,
conducido en un silón, que todos se disputaban el honor de llevar en
sus hombros.
En cuanto
cerrábamos la puerta del portal, cerraba ella la del piso y nos dejaba
casi en tinieblas; porque la luz que entraba de la calle era escasÃsima.
Pude observar á la tenue claridad que entraba
de la calle, que ponÃan siempre por delante uno como más fuerte ó
resuelto, detrás del cual los otros se guarecÃan.
FuÃ
puntual a la cita, y en los comienzos de la noche entraba en compañÃa de
Gonzalo de Quesada por una de las puertas laterales del edificio en
donde debÃa hablar el gran combatiente.
Si volvÃa á casa más tarde que yo, entraba y se
acostaba con tal cautela, que nunca me despertó; si se retiraba más
temprano, me aguardaba leyendo para que pudiese acostarme sin temor de
hacer ruido.
La noche se entraba,
Reinaba el silencio;
Perdido en las sombras,
Medite un memento:
«_¡Dios mÃo, qué solos
se quedan los muertos?!_»
En las largas noches
Del helado invierno,
Cuando las maderas
Crujir hace el viento
Y azota los vidrios
El fuerte aguacero,
De la pobre niña
à solas me acuerdo.
El secretario aprovechaba la confusión para hacer sus excursiones al
fondo de la casa, en busca del fulano de los mates[7] que los tenÃa
cebados en hilera y por cuyas bombillas pasaba alternativamente sus
labios como quien[8] toca la zampoña; luego, limpiándose con la manga
del levitón, entraba más serio que un obispo en el salón de su
dependencia.
à la media hora sólo se oÃan los ahogados gemidos del aire que entraba
por las rotas vidrieras de las ojivas del templo, el atolondrado
revolotear de las aves nocturnas que tenÃan sus nidos en el dosel de
piedra de las esculturas de los muros, y el alternado rumor de los pasos
del vigilante que se paseaba envuelto en los anchos pliegues de su
capote, á lo largo del pórtico.
à la media hora sólo se oÃan los ahogados gemidos del aire que entraba
por las rotas vidrieras de las ojivas del templo, el atolondrado
revolotear de las aves nocturnas que tenÃan sus nidos en el dosel de
piedra de las esculturas dé los muros, y el alternado rumor de los
pasos del vigilante que se paseaba envuelto en los anchos pliegues de
su capote, á lo largo del pórtico.
En su lugar, lleno de estupor y casi de miedo, vió Garcés un grupo de
bellÃsimas mujeres, de las cuales, unas entraban en el agua
jugueteando, mientras las otras acababan de despojarse de las ligeras
túnicas que aún ocultaban á la codiciosa vista el tesoro de sus
formas.
Despojadas ya de sus túnicas y sus velos de mil colores, que
destacaban sobre el fondo, suspendidas de los árboles ó arrojadas con
descuido sobre la alfombra del césped, las muchachas discurrÃan á su
placer por el soto, formando grupos pintorescos, y entraban y salÃan
en el agua, haciéndola saltar en chispas luminosas sobre las flores de
la margen como una menuda lluvia de rocÃo.
I entered a store and I said to the clerk: "Show me some cloth
for an overcoat." 3.
ind._
=entré= _1 sing.
Cogà en un momento la caldera de agua hirviendo
y entré resueltamente en el cuarto.
Pensando en lo que habÃa
de decir á mis colegas cuando me viese entre ellos, y en el modo mejor
de explicarles la causa del fracaso, crucé la plaza del Rey y entré en
la calle de las Infantas.
Me ceñà á la pared por el lado de la sombra, y haciendo el
menor{6-1} ruido con los pasos, doblé pronto la esquina de la calle de
la Perseguida, entré en la de San JoaquÃn y caminé la vuelta de mi casa.
VestÃme sobre todo lo más despacio que me fue posible, como se
reconcilia al pie del suplicio el infeliz reo, que quisiera tener cien
pecados más cometidos que contar para ganar tiempo: era citado á las
dos, y entré en la sala á las dos y media.
Cristina y su madre nos esperaban, en efecto, y juntos nos dirigimos á
casa de la tÃa de Fernando, que estaba situada en la plaza del pueblo,
haciendo esquina á una calle estrecha y sombrÃa, en la que, sin saber
por qué, entré con una profunda tristeza.
DREAMLAND
I
En una senda abandonada y triste
que recorren tan sólo ángeles malos,
una extraña Deidad la negra Noche
ha erigido su trono solitario;
allà llegué una vez; crucé atrevido
de Thule ignota los contornos vagos
y al Reino entré que extiende sus confines
fuera del Tiempo y fuera del Espacio.
--Nadie, señor, sino que una de mis hijas me habÃa pedido
una flor de lis, no la he encontrado en ninguna parte, y al pasar
por aquà entré a ver si estaba aquÃ, pero como no he visto a 40
nadie, creà que no tenÃa dueño y la he cortado.
Un dÃa entró en su viña.
Abrió
la puerta y entró.
Poco después entró una niña en el bosque.
en fin, el padre entró en la casa sin la
mula, pero también sin el buey.
BUENA GANGA
Una mañana entró un caballero en la tienda de un prendero.
La niña entró en el cuarto y empezó de 185
nuevo sus lamentaciones.
El jabalà entró en el 40
patio, donde fue matado por los soldados del rey.
Ni aun su hija que es profesora, y después de
la muerte de su padre entró en el convento de novicia.
Fegúrese usté que dempués que la di el
aguardiente con pólvora, la entró un cólico que creà que reventaba.
Él entró en Cajamarca el 15 de noviembre de 1532 e
hizo prisionero al emperador inca en su propia capital.
El portero abrió, no toda la puerta como cuando entró el marqués, sino
lo justo para que pudiera entrar un hombre.
Un olor á tierra mojada entró
en la habitación, y el tenue rumor de una ligera lluvia sobre los
árboles y plantas.
Él entró para buscarla; pero el rey le dijo que si no podÃa
encontrarla dentro de tres dÃas serÃa encerrado en el palacio.
Y aquel discÃpulo era
conocido del pontÃfice, y entró con Jesús al atrio del pontÃfice;
16 Mas Pedro estaba fuera á la puerta.
Abrieron las siete llaves y la niña entró en el cuarto del
prÃncipe; pero antes echaron algo en el vino del prÃncipe para 170
hacerle dormir.
Con su estuche en una mano y el sombrero en la otra, entró el barbero, y
haciendo una profunda reverencia preguntó:--¿En qué puedo servir a Vd.,
señor?
Pablo entró con alguna dificultad en aquel espesar, y no pudo contener
un grito de asombro, de admiración, tal vez de remordimiento; porque
allà estaba Tony...
of_ =entrar=
=entre= between, among;
=entre sÃ= within himself;
=por entre= among
=entregar= to deliver, hand over
=entristecido= saddened
=entró= _3 sing.
CapÃtulo 18
1 COMO Jesús hubo dicho estas cosas, salióse con sus discÃpulos tras el
arroyo de Cedrón, donde estaba un huerto, en el cual entró Jesús y sus
discÃpulos.
Ni las mujeres que la velaron, ni el padre, ni la
madre, supieron explicarse esto; pero la linda niña, tan llorada de
todos, entró en la tierra apretando en sus frÃas manecitas la Mula y el
Buey.
Estaban los criados reunidos en la cocina, como siempre, cuando
sintieron las pisadas del caballo sobre la nieve fresca, y á poco un
hombre, en quien reconocieron á su compañero Jacinto, entró como una
bomba.
Pepito no replicó: se fué silencioso y triste al cuarto
de los juguetes, abrió la ventana que daba al[188] jardÃn, 10
y un brillante rayo de sol entró en la pequeña estancia,
llenándola de luz.
A la mañana siguiente el ayuda de cámara del marqués entró con el
chocolate, y tuvo la imprudencia de decir a éste que el zapatero del
portal habÃa muerto al saber que habÃan espirado casi de repente dos
amigos suyos.
Fué un hombre de ciencia,[6] un hombre de
bien,[7] un hombre de trabajo y un hombre de ideal, aquel hombre grave,
de estilo ampuloso, de cerebro fuerte y de ademán severo que entró en
los frÃos de la noche sin fin[8] el 24 de octubre de 1879.
Sin calmarse un momento la agitación de la gente de tierra, los
marineros que aun quedaban en ella fueron poco á poco pasando á la
lancha: el último entró el Tuerto, después de haber dado un estrecho
abrazo á su padre y á su vecino, que le acompañaron hasta la orilla.
sino=, _not only but also_.]
[Note 225: =perder de vista algo=, _to lose something from sight_.]
=EL COMBATE DE DIEGO PÉREZ=
Se encontró en el puerto de Santiago de Cuba un
navÃo armado que mandaba Diego Pérez, de Sevilla,
cuando entró un corsario francés de no menos fuerza.
Dos años 25
después, entró Colón al servicio[220] de los Reyes
Católicos, Fernando e Isabel, y ésta última aceptó
resueltamente el gran proyecto, para cuya realización
facilitó más tarde los recursos necesarios, a pesar de los
informes desfavorables de los teólogos y de la desdeñosa
incredulidad de la mayorÃa de los nobles de la Corte.
Por fin, entró de lleno en el asunto: descritas la posición escogida y
condiciones higiénicas del convento, la vida ordenada y sana
alimentación de los religiosos, no pudo menos de manifestar su
extrañeza ante el excesivo número de ingresos en la enfermerÃa, y
especialmente porque todos ó casi todos los padecimientos fuesen de la
misma Ãndole y carácter inflamatorio, no pocas veces de terminación
funesta.
Cuando llegaron, se coló la avispa por el agujero de la llave, y se puso
á picar al _Carlanco_, ya en los ojos, ya en las narices, de manera que
lo desatentó, y echó á correr que echaba incendios;{86-3} y yo
Pasé por la cabreriza,
Y allà me dieron dos quesos,
Uno para mÃ, y el otro
Para el que escuchare aquesto.{86-4}
III
Apenas concluÃa la contadora su cuento, cuando entró el guarda, que sin
decir palabra, se acercó á ellas, puso su escopeta á su lado, se apoyó
en el pilar del pozo, y se puso á picar un cigarro.
¿Quién entró al fin?
¿Qué tenÃa en las manos cuando entró?
27 Y tras el bocado Satanás entró en él.
5 Y bajándose á mirar, vió los lienzos echados; mas no entró.
9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo á Jesús: ¿De dónde eres tú?
8 Y entonces entró también el otro discÃpulo, que habÃa venido primero
al sepulcro, y vió, y creyó.
* * *
Un individuo que venÃa a Madrid en diligencia, entró en
una posada a las doce del dÃa y preguntó:
--¿Cuánto vale la comida?
--Es el viento--y nada más!»
La ventana abrÃ--y con rÃtmico aleteo y garbo extraño
entró un cuervo majestuoso de la sacra edad de antaño.
=entrar (en),= to enter, approach; undertake; =-- en razón,= to listen
to reason; =la entró un cólico,= she was seized with cramps; =mes que
entra= = =próximo mes=.
12 De consiguiente, [vino la reconciliación por uno], asà como el pecado
entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte asÃ
pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.
6 Llegó luego Simón Pedro siguiéndole, y entró en el sepulcro, y vió los
lienzos echados,
7 Y el sudario, que habÃa estado sobre su cabeza, no puesto con los
lienzos, sino envuelto en un lugar aparte.
20 La ley empero entró para que el pecado creciese; mas cuando el pecado
creció, sobrepujó la gracia;
21 Para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, asà también
la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesucristo Señor nuestro.
¡Como yo no he de cochear
más!...--respondió el cochero volviendo la espalda y dejando paso á doña
Rita, que entró no medrosa y pisando huevos como solÃa, sino toda
despeinada, alborotadica y risueña, agitando un grueso manojo de llaves,
que entregó al marqués advirtiéndole:
--Sepa vuecencia que ésta es de la despensa...
¿Por dónde entramos en la sala de clase?
of_ =entrar=
=entrar= (=en=) to enter, go in
=entrarÃa= _1 and 3 sing, cond._;
=entraron= _3 pl.
El cambio de ministerio le sorprendió cuando aún no la habÃa terminado:
no sé si entraron los radicales, ó los conservadores, ó los
constitucionales; pero entraron algunos nuevos.
Pintar el
efecto desagradable que causó en to do el mundo, serÃa cosa imposible;
baste decir que comenzó á notarse tal bullicio en el templo, que el
asistente se puso de pie y los alguaciles entraron á imponer silencio,
confundiéndose entre las apiñadas olas de la multitud.
No quiero hablar de las infinitas visitas ceremoniosas que antes de la
hora de comer entraron y salieron en aquella casa, entre las cuales no
eran de despreciar todos los empleados de su oficina, con sus señoras y
sus niños, y sus capas, y sus paraguas, y sus chanclos, y sus perritos;
déjome en blanco los necios cumplimientos que dijeron al señor de los
dÃas; no hablo del inmenso cÃrculo con que guarnecÃa la sala el
concurso de tantas personas heterogéneas, que hablaron de que el tiempo
iba á mudar, y de que en invierno suele hacer más frÃo que en verano.
En esta conformidad se encontraban las
cosas en la población donde tuvo lugar el suceso que voy á referir,
cuando, una noche, ya á hora hastante avanzada, envueltos en sus
obscures capotes de guerra y ensordeciendo las estrechas y solitarias
calles que conducen desde la Puerta del Sol[4] á Zocodover,[5] con el
choque de sus armas y el ruidoso golpear de los cascos de sus corceles
que sacaban chispas de los pedernales, entraron en la ciudad hasta
unos cien dragones de aquellos altos, arrogantes y fornidos, de que
todavÃa nos hablan con admiración nuestras abuelas.
En esta conformidad se encontraban las cosas en la población
donde tuvo lugar el suceso que voy á referir, cuando una noche, ya á
hora bastante avanzada, envueltos en sus obscuros capotes de guerra y
ensordeciendo las estrechas y solitarias calles que conducen desde la
Puerta del Sol{145-4} á Zocodover,{145-5} con el choque de sus armas y
el ruidoso golpear de los cascos de sus corceles que sacaban chispas de
los pedernales, entraron en la ciudad hasta unos cien dragones de
aquellos altos, arrogantes y fornidos, de que todavÃa nos hablan con
admiración nuestras abuelas.
¿Quiénes entraron
detrás del carabinero?
70
Después entraron todos en la alcoba.
¿Por qué no entraron los enemigos al aproximarse a la cueva?
15
Y entraron en la cueva los dos, penetrando todo lo
posible.[50]
Por la mañana oyeron pasos en las proximidades de
su escondite.
28 Y llevaron á Jesús de Caifás al pretorio: y era por la mañana: y
ellos no entraron en el pretorio por no ser contaminados, sino que comiesen la
pascua.
22 El dÃa siguiente, la gente que estaba de la otra parte de la mar,
como vió que no habÃa allà otra navecilla sino una, y que Jesús no habÃa
entrado con sus discÃpulos en ella, sino que sus discÃpulos se habÃan ido
solos;
23 Y que otras navecillas habÃan arribado de Tiberias junto al lugar
donde habÃan comido el pan después de haber el Señor dado gracias;
24 Como vió pues la gente que Jesús no estaba allÃ, ni sus discÃpulos,
entraron ellos en las navecillas, y vinieron á Capernaum buscando á Jesús.
Se sentó en una piedra cerca de
la puerta pensando si entrarÃa o no.
of_ =entrar=
=entrar= (=en=) to enter, go in
=entrarÃa= _1 and 3 sing, cond._;
=entraron= _3 pl.
Se sentó en una piedra cerca de
la puerta pensando si entrarÃa o no.
of_ =entrar=
=entrar= (=en=) to enter, go in
=entrarÃa= _1 and 3 sing, cond._;
=entraron= _3 pl.
Ahà no ha entrado nadie.
38 Yo os he enviado á segar lo que vosotros no labrasteis: otros
labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Las compañÃas no han entrado en arreglos con los
comerciantes a fin de interesarlos en que el público use sus aparatos.
¿Por dónde habrá entrado?...
29,
note 2.]
Púsose en planta el proyecto, y su resultado excedió á cuantas
esperanzas se habÃan concebido; pues aún no iluminaba el sol del otro
dÃa la alta torre de Bellver, cuando sus habitantes, reunidos en
grupos en la plaza Mayor,[1] se contaban unos á otros con aire de
misterio, cómo aquella noche fuertemente atado de pies y manos y á
lomos de una poderosa mula, habÃa entrado en la población el famoso
capitán de los bandidos del Segre.
29,
note 2.]
Púsose en planta el proyecto, y su resultado excedió á cuantas
esperanzas se habÃan concebido; pues aún no iluminaba el sol del otro
dÃa la alta torre de Bellver, cuando sus habitantes, reunidos en
grupos en la plaza Mayor,[1] se contaban unos á otros con aire de
misterio, cómo aquella noche fuertemente atado de pies y manos y á
lomos de una poderosa mula, habÃa entrado en la población el famoso
capitán de los bandidos del Segre.
Y habÃa disensión entre ellos.
Ningún[31] inglés se ve entre ellos.
murmuró entre dientes el señor
Frutos.
Y sólo veo entre sombras aquellos ojos...
Yo la tomé
entre las manos y la apliqué un beso...
VARIANTS: =Dicho
sea entre paréntesis=; =al pasar=.
La noticia cundió instantáneamente entre la muchedumbre.
VARIANT: =Casi no mantenemos trato alguno
entre nosotros=.
rivalizar, to be rivals; to vie (entre sÃ, with each other).
cantar, to sing, hum, buzz; -- entre dientes, to hum (a song).
algún deporte tÃpico, como lo es entre nosotros el
_baseball_?
El tercero le
componen dos buhardillones independientes entre sÃ.
Apoyó los codos en las rodillas y metió la cabeza entre las
manos.
La mayor parte de las lluvias
caen entre los meses de mayo y octubre.
Apenas regresaron al reino, empezaron los hermanos a altercar entre sÃ.
VARIANT: =Hay una gran diferencia= (or =va un
gran trecho=) =entre ...
En 1871 utilizaron
el canal 765 buques, entre ellos 63 buques de guerra.
Suelen[84] matar a otros animales, sólo con
apretarlos entre las patas.
HabÃa entre ellas mujeres de setenta, de ochenta, y de noventa
años de edad.
se lo figura,
y podrÃa entre tanto sentir debilidad, y no quiero que haya V.
Diciendo esto, el guarda se alejó rápidamente y desapareció entre los
olivos.
La fiebre amarilla hacÃa estragos[266] entre los 5
trabajadores.
Algunas ediciones impresas tenÃan tanto letra itálica y
palabras entre corchetes.
El
rey creÃa que no le era posible reconocer a la princesa entre
sus compañeras.
Nada quedaba de común, sino el corazón, entre los embarcados y la gente
de tierra.
El
sol habÃa descendido por detrás del monte, y se habÃa ocultado entre los
olivos....
El 25
mendigo lo reconoció tan pronto como usted entre
otros veinte.
Asunción permaneció sentada,
con la cabeza baja y ocultando el rostro entre las manos....
La piqueta al hombro,
El sepulturero
Cantando entre dientes
Se perdió á lo lejos.
No eché en saco roto la advertencia: aquella noche misma fuà á
apostarme entre los chopos.
Por el del PacÃfico, un canal entre la costa y el
lago habrÃa completado la ruta por agua.
que se
trata de un _montecristo_, el sombrero más famoso entre todos los
llamados «panamás».
VARIANT: =En cÃrculos comerciales;
entre los entendidos.=
[10] =menos claro,= _less bright_.
Al amanecer del dÃa siguiente, un agente de orden público tropezó con su
cadáver entre la nieve.
Al medio dÃa, la luz del sol cae sobre el bosque como una gasa de oro
que flota entre las ramas.
Al ponerse de pie, el guante
resbaló por entre los anchos pliegues de seda, y cayó en la alfombra.
mirar, to look, look at, gaze at; to see; --se entre si, to look at
each other (_or_ one another).
Mucho tiempo se
mantuvo encerrado entre sus muros de argamasa, como el león en su jaula
de hierro.
Y haciendo un gracioso gesto desapareció entre las 10
cristalinas aguas del rÃo.
La última revolución empezó en 1895 y fué terminada
con una guerra entre España y los Estados Unidos.
muchos criollos
entre los capitanes y patrones de los buques, asà como entre los
oficiales de a bordo.
Por cierto
esas causas son numerosas; pero entre ellas yo señalaré una que no he
oÃdo mencionar nunca.
Puesto que un duelo entre nosotros es imposible, resolvámonos á
encomendar nuestra suerte en sus manos.
el mapa de las vÃas de comunicación
terrestres entre los estados vecinos de la América latina y verá Ud.
El Tajo se retorcÃa gimiendo al pie del mirador entre las rocas sobre
que se asienta la ciudad imperial.
Entonces me mezclé entre la gente, aguardando una ocasión para
colarme dentro sin que me viera el portero.
Ciertos torneos entre argentinos,
uruguayos, brasileños y chilenos han hecho época en los anales
deportivos.
El que saliendo de entre las
sombras de los arcos[1] que rodean la plaza vino á reunÃrsele, Lope de
Sandoval.
en la Sagrada Escritura que
más fácil es que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en
el cielo?
El edificio Produce Exchange, entre sus muros de hierro
y granito, reúne tantas almas cuantas hacen un pueblo...
La proporción entre ese _encaje_ y la moneda
circulante es en ese paÃs más elevada que en ningún otro del mundo.
CHILE
La república de Chile es un paÃs largo y estrecho que está situado entre
los Andes y el Océano PacÃfico.
De tu balcòn las persianas
Cerré ya, porque no entre
El resplandor enojoso
De la aurora, y te despierte ...
las ondas nos llaman con sus
voces incomprensibles, el viento empieza entre los álamos sus himnos
de amor; ven ...
Esa eterna existencia entre extraños es triste en su inmovilidad; cual
la del JudÃo errante en su incesante movimiento.
Estos derechos, _ad
valorem_, como se los llama, varÃan entre el dos y el ochenta por ciento
del valor de los artÃculos.
Se ve el rastro de la
sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos
han flaqueado sus piernas....
sÃ, himself, herself, itself, one's self, themselves; de por --, by
himself, for his own part; entre --, to himself, etc.
Y esto diciendo se arrojó en los
brazos de Alonso, que le estrechó entre los suyos con una fuerza y una
efusión indecibles.
Constanza, herida por su mano, expiraba allà á su vista, revolcándose
en su propia sangre, entre las agudas zarzas del monte.
La ciudad de San Salvador está situada entre
montañas y en el centro de un valle donde prosperan las plantaciones de
Ãndigo.
Éste es Juan de quien tanto os he hablado, á quien acabo de
encontrar en la calle á punto de morirse helado entre la nieve....
De modo, pues, que[52] acabada la lÃnea entre Guatemala y
Méjico, será posible viajar en tren desde el Salvador hasta Nueva York.
Me revolqué mil veces entre las sábanas, presa
de fatal desasosiego, de un terror que el silencio y la soledad hacÃan
más cruel.
Oà un quejido, un grito de rabia, y và salir[6] en seguida
el oso de entre la humareda, dando tumbos[91] a
un lado y a otro.
Debo advertir que éste es el tratamiento que se da, entre la gente del
pueblo de este paÃs, por los yernos y nueras, á las suegras.
El montero exclamó al fin:
--Señores, vosotros lo habéis visto; me he expuesto á morir entre los
pies de su caballo por detenerle.
POESÃAS
LOS DOS CONEJOS
Por entre unas matas,
Seguido de perros,
(No diré corrÃa)
Volaba un conejo.
Finita se quedó al parecer algo chafada: sin duda esperaba otra cosa: y
llegándose vivamente á CurrÃn, le dijo entre dientes:
--¿Y...
En las costas son colosales, y los
diámetros enormes, los troncos derechos, perpendiculares, y dejando
entre sà grandes espacios vacÃos.
Por entre[2] esas ramas flotantes y sombrÃas, pasan algunos rayos
de luz, y uno que otro pájaro atraviesa esas ráfagas, volando perezoso.
Este
rendimiento oscila entre el treinta y el setenta por ciento, según la
clase del textil y las condiciones en que el animal ha vivido.
Por otra parte, si el
comentario histórico es fuente de disensiones entre los propios, ¡cuánto
más no ha de[13] serlo entre los extraños!
Sin embargo entre éstos abundan los italianos, y
sobre todo entre los pilotos, prácticos, contramaestres, y la
tripulación de los buques.
Turbando el profundo silencio que
me rodeaba, habÃa oÃdo como un ruido de hierros, que se removÃan y
chocaban al unirse entre las sombras.
El uniforme y desnudo camino, después de
arrastrarse dos leguas por entre palmitos, hace alto al pie de la
primera elevación de terreno....
Es una de las ciudades más
cosmopolitas del mundo, pues entre sus habitantes se 5
cuentan cerca de 575,000 extranjeros.
Las
relaciones comerciales sólo adquieren incremento entre dos naciones
cuando entrambas mantienen lazos de una interdependencia económica.
Obligado á
escoger entre ambas, me quedarÃa sin las dos, aunque la primera me
parece más temible; y cuando asà lo digo, estudiado lo tengo.
La abadesa del convento de Santa Inés y
la hija de maese Pérez hablaban en voz baja, medio ocultas entre las
sombras del coro de la iglesia.
CapÃtulo 7
1 ¿IGNORÃIS, hermanos, (porque hablo con los que saben la ley) que la
ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive?
entre, between, among, in; por --, between, among, in, through;
mirarse -- sé, to look at each other (_or_ one another); sÃ, to
himself, etc.
prosiguió con acento enérgico y
apasionado; ¿por qué no la tiene el arzobispo en su mitra, el rey en su
corona, ó el diablo entre sus garras?
Hermoso
espectáculo que nos produjo profunda impresión, aunque entre nosotros
fuéramos varios[1] los que habÃamos visto glaciares en los Andes.
Ya no eran más que dos voces, cuyos ecos se confundÃan
entre sÃ; luego quedó una aislada, sosteniendo una nota brillante como
un hilo de luz....
Teobaldo oyó entre aquellas
voces que palpitaban aún en el éter luminoso, la voz de su santa
madre, que pedÃa á Dios por él; pero no oyó la suya.
Sus cabellos eran como el oro; sus
pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban
inquietas unas pupilas que yo habÃa visto...
Una compañÃa chilena y otra peruana tienen vapores
cómodos que transportan pasajeros y tocan en los puertos del PacÃfico,
entre Valparaiso y Panamá.
Cuando era aprendiz asistÃa un dÃa a una conversación
entre su maestro y un parroquiano, en la cual éste mantenÃa que todos
los hombres eran iguales.
Le oyó con interés, desapareció por un momento
entre las ramas de la ribera, y volvió trayendo entre 20
sus manos una hacha de oro.
La cinchada se
juega entre dos ginetes que atan los caballos entre sà con un lazo,
tirando en opuestas direcciones para hacer retroceder al contrario.
MÉJICO
Méjico ocupa casi toda la parte de la América del Norte que está al sur
de los Estados Unidos y entre el golfo de Méjico y el océano PacÃfico.
Todo el mundo se apea
y se confunde entre la multitud; el millonario va expuesto a ser
pisoteado por el pordiosero y despojado de su reloj por el pillo.
diente, _m._, tooth; como que echó los --s en, he was, as it were,
born to (_or_ into); eutre --s, between (my) teeth; cantar entre --s,
to hum (a song).
Nubes de tempestad, que[2] rompe el rayo
Y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
Arrebatado entre la niebla obscura,
¡Llevadme con vosotras!
En
la cima se halla escondido entre los olivares un antiguo castillo, que
labrarÃan{79-2} los moros sobre aquel cerro, porque domina una extensa
llanura.
of_ =servir=
=sesenta= sixty
=setenta= seventy
=sÃ= himself, herself, themselves;
=para sÃ= to himself, etc.;
=entre sÃ= within himself, etc.
Por voluntad de Dios suele brotar de entre esos
poderosos monstruos algún sér de superior naturaleza, que tiende las
alas a la eterna Miranda de lo ideal.
En mi coche penetran varios, y entre ellos una señora con una perra, á
la que trata de ocultar en el seno para no incurrir en las iras de los
empleados....
Ahora bien, una designación
común crea en la mente la presunción de que existen semejanzas estrechas
entre todas las partes que concurren a formar ese todo.
Silbó el aire que habÃa permanecido un momento callado, y las hojas se
lavantaron en confuso remolino, perdiéndose á 10 lejos entre las
tineblas de la noche.
En todos nuestros textos, letra itálica se reproduce entre corchetes
[...], para que se convierte fácilmente el Nuevo Testamento a muchos
diferentes formatos.
Entonces José, tomando la cabeza del tigre entre las dos manos, dijo:
--El tigre iba a matar a Braulio, cuando el señor[9] (señalándome) le
dió este balazo.
Las voces
siguientes han sido tomadas del cuento "Abuelo y Nieto." Nótese la
semejanza asà como la diferencia que existe entre las palabras de ambos
idiomas.
Tiene muchos puertos de mar, y cerca de cien poblaciones
organizadas, entre ellas tres ciudades de mucha
importancia, llamadas San Juan, Ponce y Mayagüez.
Sueltas sus trenzas claras y sedosas,
Y oprimiendo mi mano entre sus manos,
Parece que medita en muchas cosas
Al mirar como juegan sus hermanos....
Advierto que el dulce[12] y las golosinas son muy
apreciadas[13] entre los latinos.[14]
--¿Procede de los frigorÃficos la carne que se consume en las ciudades?
En la corriente,
que pasaba y pasaba sin cesar ante sus extraviados ojos, quebrándose al
pie del mirador entre las rocas sobre que se asienta la ciudad imperial.
Todos ellos se habÃan despedido ya de sus padres, de
sus mujeres, de sus hijos, que desde tierra les dirigÃan, entre
lágrimas, palabras de cariño y de esperanza.
Allà están entre todas, brillantes sobre las listas de
la bandera, las que iluminan el vuelo del águila de América, de esta tu
América formidable, de ojos azules.
En la
corriente, que pasaba y pasaba sin cesar ante sus extraviados ojos,
quebrándose al pie del mirador entre las rocas sobre que se asienta la
ciudad imperial.
Se acercaron a[68] él, le cogieron y le preguntaron: 5
--¿Dónde está el camello, y qué ha hecho usted de
las joyas que habÃa entre la carga?
Yo se los irÃa sacando con una vara
de acebuche si lo pillara entre cuatro paredes, por muy agarrados que
estuvieran.{128-3} ¡Atreverse conmigo, con un religioso!
Se conserva soltero, porque entre su lancha, sus campañas
y sus redes, que teje con mucho primor, nunca le quedó un cuarto de hora
libre para buscar una compañera.
Sólo un punto luminoso seguÃa viendo
tenazmente el desgraciado entre las tinieblas de su congojoso estado:
este punto luminoso era la llegada de su hermano Santiago.
Las lamentaciones y los gemidos, los suspiros
y las lágrimas son apaciguadas entre tanto
por esta horrible palpitación de mi corazón;
¡ah, esta horrible palpitación!
Lucen los dos sus inocentes galas,
Y alegres sueñan en tan dulces lazos:
Él, que cruza sereno entre las balas;
Ella, que arrulla un niño entre sus brazos.
Y el muchacho, dando tormento al rey Leopoldo de Bélgica que apretaba
entre sus dedos, se puso muy cerquita del oÃdo de la niña, y murmuró
suavemente: «SÃ, era algo...
El tráfico de uva es asimismo muy intenso, y en la época de la
vendimia corren trenes especiales entre Buenos Aires y los centros
productores de esa fruta en los Andes.
La comunicación, que imagino existe entre Uds.,
debe engendrar un sentimiento común, un sobrentendido de semejanza,
resultado de la amistad y el conocimiento recÃproco.
Pero el jabalÃ, al que sólo divisaba á intervalos entre
los espesos matorrales, tomaba á desaparecer de su vista para
mostrársele de nuevo fuera del alcance de su armas.
Y en efecto, llevándose el pañuelo á los ojos, ella la primera, con
rostro sereno y risueño se mezclaron agrupadas entre la muchedumbre; y
las perdà muy pronto de vista.
Consideró, con
todo, que tan prodigiosa alhaja tenÃa sobrado precio para uso de diario,
y la guardó en su cajita y la ocultó con cuidado entre sus mas estimados
tesoros.
El
juego de bolos, llamado boliche en Méjico, palitoque en Chile y bochas
en el Plata, es popular entre la gente de los campos en todas las
repúblicas latino-americanas.
Tanto la casa como[16] el
terreno pueden ser abonados[17] al contado, o el pago puede hacerse por
mensualidades,[18] durante un tiempo que varÃa entre cinco y siete años.
Allà ensanchó sus conocimientos, y concibió y
maduró su gran proyecto de atravesar el Atlántico, en
busca de una vÃa que facilitase el comercio entre Ãsia
y Europa.
of_ =entrar=
=entre= between, among;
=entre sÃ= within himself;
=por entre= among
=entregar= to deliver, hand over
=entristecido= saddened
=entró= _3 sing.
Allà sólo pueden
imponerse las mercaderÃas realmente superiores,--entre ellas las ya
mencionadas de metal, madera, cuero y caucho, en que los Estados Unidos
se distinguen.
Entonces vaga entre ellos ese pájaro que llaman
_crepuscular_, porque sale a cazar insectos a la hora en que el lucero
de la tarde[3] centellea entre las ramas de la selva.
Mira, la fuente brota escondida en el seno
de una peña, y cae resbalándose gota á gota por entre las verdes y
flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna.
Existen
a la vez[289] el peso de oro y el de papel, lo cual ocasiona
confusiones en la mente de los que no conocen con
precisión la diferencia que entre ellas existe.
ComÃa lo preciso para no morirse de hambre en alguna taberna de los
barrios bajos, y dormÃa por cuatro cuartos entre mendigos y malhechores
en un desván destinado á este fin.
boca, all of a sudden; unexpectedly; echar
-- de, to lay hands upon, take possession of; entre sus --s, in his
hands; tomar -- en ello, to take it in hand (_or_ a hand in it).
La cumbre de los árboles más
colosales[1] se ilumina con el albor de la mañana, y entonces resaltan
más esas sombras, entre las que se mecen suavemente las ramas de la
selva.
Y los
carabineros, excelentes muchachos que viven entre nosotros y son casi de
la familia, hacÃanse á un lado, comprendiendo la situación y no
queriendo perder á unos pobres.
en
cuenta, además, que hay, como quien dice,[7] indios e indios; es decir,
que entre las razas nativas existen diferencias marcadas que imponen
modalidades y rasgos diferentes.
Más hacia el
sur de la meseta, los bosques son más ralos, sobre todo al este del rÃo
Paraná, y donde se hallan separados entre sà por llanuras cubiertas de
vegetación herbácea.
Pero si brilla y descuella
intelectual y fÃsicamente entre sus compañeros, los hijos de familia de
la fofa aristocracia del lugar miran por encima del hombro al hijo de la
cómica.
La luz, que en un vaso,
ArdÃa en el suelo,
Al muro arrojaba
La sombra del lecho;
Y entre aquella sombra
VeÃase á intervales,
Dibujarse rÃgida
La forma del cuerpo.
Mientras subÃan
el telón seguimos charlando, aunque muy bajito: se habÃa establecido
entre nosotros una gran intimidad, y me abandonó una de sus manos que yo
acariciaba embelesado.
La hierba crecÃa entre las piedras de la mÃsera calle como prueba de su
silencio y abandono, y en muchos sitios se veÃan cenizas arrojadas al
viento y groseros platos de barro rotos.
Éste, que
caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un
farolillo, parecÃa servirle de guÃa por entre aquel laberinto de calles
obscuras, enmarañadas y revueltas.
Éste, que
caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un
farolillo, parecÃa servirle de guÃa por entre aquel laberinto de
calles obscuras, enmarañadas y revueltas.
Pero nadie acertaba á ganar su reino y sus tesoros, que la sangre
continuaba colorando, arrojada á borbotones, la sarta de blancas perlas
que brillaba entre los labios de la princesa.
Por lo demás,[10] la
cosecha que ahora se recoge y exporta desde Santo Domingo aumenta de año
en año,[11] y ha dado ya a ese paÃs un puesto importante entre los
productores de cacao.
CANTOS DE PÃJARO
Tengo yo un pajarillo
Que el dÃa pasa
Cantando entre las flores
De mi ventana;
Y un canto alegre
A todo pasajero
Dedica siempre.
Si al resonar confuso á tus espaldas
Vago rumor,
Crees que por tu nombre te ha llamado
Lejana voz,
Sabe que, entre las sombras que te cercan,
Te llamo yo.
Después de mecerse un instante en ese vago espacio que media entre la
vigilia y el sueño, entornó al fin los ojos, dejó escapar la ballesta
de sus manos y se quedó profundamente dormido.
Antes que eso, le aconsejarÃa
constituir aquà una asociación entre fabricantes de artÃculos semejantes
a los suyos, y reducir de ese modo los gastos de una representación en
el exterior.
Pero el negocio se puso cada vez peor, y _El Socarrao_ hacÃa sus viajes
de tarde en tarde, con mucho cuidado, pues le constaba al patrón que nos
tenÃan entre ojos y deseaban meternos mano.
el largo
feudo, no terminado aún, entre los admiradores de BolÃvar y los que
consideran a San MartÃn como el más grande de los dos.[12] De tales
controversias están llenas las bibliotecas.
Unos paÃses han establecido la escuela intermedia,
entre la primaria y la secundaria; en los otros los cursos del
bachillerato empalman con los de la escuela elemental sin transición
alguna.
En los primeros dÃas de aquella nueva ocupación de Chaviri, acudieron
muchos á verle pescar, entre ellos Pérez, MartÃnez y González, que con
sorna le preguntaban de vez en cuando:
--¿Pican?
Por fin uno de entre ellos empezó a dibujar una vaca
y el mozo que estaba escudriñando lo que hacÃa,
echóse a la calle disparado como una bala, dejándolos
a todos pensativos y atónitos.
Y en efecto, era asÃ: la corza blanca, deseando escapar por el soto,
se habÃa lanzado entre el laberinto de sus árboles, y enredándose en
una red de madreselvas, pugnaba en vano por desasirse.
Pensando en lo que habÃa
de decir á mis colegas cuando me viese entre ellos, y en el modo mejor
de explicarles la causa del fracaso, crucé la plaza del Rey y entré en
la calle de las Infantas.
Luego reflexionaba cuán inciertas son las
cosechas, y que tener tierras de secano es tener siempre el alma entre
los dientes, como los jugadores, siempre arruinados ó en vÃsperas de
arruinarse.
Una tradición en boca del pueblo, que nadie
escucha, y esa gran tumba de héroes sepultada entre olivos, sobre la
cual las simbólicas ramas de éstos estampan por solo epitafio: ¡Paz á
los muertos!
XVI[1]
Si al mecer las azules campanillas
De tu balcón,
Crees que suspirando pasa el viento
Murmurador,
Sabe que, oculto entre las verdes hojas,
Suspiro yo.
Cuenta la historia que apenas quedaba sangre en las venas de Casilda,
porque todos los dÃas coloraba, arrojada á borbotones, la sarta de
blancas perlas que brillaba entre los labios de la princesa.
En el Brasil, Argentina
y Chile hay buenos campos de _golf_, y algunas estancias prestan
atención a la crÃa de jacas para el juego del _polo_, que ha hecho ya
muchos adeptos[6] entre los criollos.
Hubimos de sentarnos de
medio lado, como quien va á arrimar el hombro á la comida, y entablaron
los codos de los convidados Ãntimas relaciones entre sà con la más
fraternal inteligencia del mundo.
bien dije yo que todas estas cosas no eran más que
fantasmagorÃas del diablo, exclamó entonces el montero; pero por
fortuna esta vez ha andado un poco torpe dejándome entre las manos la
mejor presa.
Después de todo,
ese sér trágico, de historia tan extraña y romancesca, dio su primer
vagido entre las coronas marchitas de una comedianta, la cual le dio
vida bajo el imperio del más ardiente amor.
Ese doble término no puede abrazar los
rasgos que distinguen a dichas nacionalidades, y entre esos rasgos que
las distinguen se cuentan precisamente los que más caracterizan sus
progresos recientes.
Estos procurados incidentes, lejos de ofender la sociedad,
supongo yo, como es de suponerse,[8] que estrecharÃan más los vÃnculos
entre las familias, siendo origen y motivo de tal cual[9] matrimonio.
Al principio creà que aquella circunspección procedÃa de considerarse ya
demasiado formales para corretear, y me pareció cómica: pero observando
mejor, me convencà de que algo serio pasaba entre ellas....
Mucho más que anteriormente, Costa Rica se destaca
hoy entre los paÃses visitados por los turistas, pues el
número creciente de viajeros es un medio de anunciar 30
que no tiene rival.
Cuando al otro dÃa los dependientes de la iglesia le encontraron al pie
del altar, tenÃa aún la ajorca de oro entre sus manos, y al verlos
aproximarse exclamó con una estridente carcajada:
--¡Suya, suya!
Cuando al otro dÃa los dependientes de la iglesia le encontraron al
pie del altar, tenÃa aún la ajorca de oro entre sus manos, y al verlos
aproximarse, exclamó con una estridente carcajada:
--¡Suya, suya!
Hecho el cálculo, cogió la ballesta entre los dientes, y arrastrándose
como una culebra por detrás de los lentiscos, fué á situarse obra de
unos cuarenta pasos más lejos del lugar en que antes se encontraba.
Muy escaso y retirado en el Paraguay, entre sus variedades,
figura el que llamaron los guaranÃes, _araguirá_, es decir, _pájaro del
dÃa_ o _de la luz_, con alusión a lo brillante y subido de su rojo
penacho.
Las tres ciudades principales
del interior del paÃs están situadas a una distancia
aproximadamente de 150 millas entre sÃ--Quito al 15
norte, RÃobamba en el centro y Cuenca en el sur.
Apenas se encontró conmigo la propietaria del santo, me
puso verde en una su{185-2} jerigonza salvajina que le servÃa de idioma,
único resabio que le quedaba del tiempo que vivió entre los indios sus
hermanos.
Ideas
ligerÃsimas, sin forma determinada, que unÃan entre sÃ, como un
invisible hilo de luz, la profunda soledad de aquellos lugares, el
alto silencio de la naciente noche y la vaga melancolÃa de mi
espÃritu.
Después de algunos dÃas, unos pescadores, que habÃan echado sus redes
en el rÃo, cogieron entre las mallas los zapatos de TamburÃ, pero los
clavos de que estaba llena la suela destrozaron los hilos de las redes.
Cuando al despuntar la mañana me veÃas tomar la ballesta y dirigirme
al monte, no fué nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la
caza, no; iba á sentarme al borde de la fuente, á buscar en sus ondas
...
Cuando sus servidores llegaron presurosos al punto que la noble dama,
inmóvil y presa de un profundo terror, les señalaba aún con el dedo,
una blanca paloma se levantó de entre las breñas y se remontó á las
nubes.
Los remos habÃan tocado ya el agua, y aun permanecÃa la lancha atracada
á la rampa, y sujeta á ella por un cabo que tenÃa entre sus manos, por
el extremo de tierra, un viejo patrón que contemplaba atónito la escena.
Una pelada roca, á cuyos pies tuercen éstas su curso, y sobre cuya
cima se notan aún remotos vestigios de construcción, señala la antigua
lÃnea divisoria entre el condado de Urgel[1] y el más importante de
sus feudos.
El salitre
se encuentra a poca hondura, generalmente a menos
de dos metros, debajo de un manto de arena salada 10
llamada costra cuyo espesor varÃa entre cincuenta
centÃmetros y cinco metros.
Antes de pasar más adelante, debe saber el lector que, desde tiempo
inmemorial, existe entre los mareantes de la calle Alta y los de la del
Mar, barrios diametralmente opuestos de Santander, una antipatÃa
inextinguible.
Cuando se hubo internado en el pinar, vió de repente salir de entre la
enramada el guarda que traÃa su escopeta, el cual, parándose á corta
distancia, se la echó á la cara, clavando en él sus ardientes y
amenazadores ojos.
Llevaba al chico por delante de la silla y
conversaba con él, mientras mas abajo, en el plan, la vieja Andrea, de
cabeza sobre la ropa, la hacia levantar lavaza y blanquÃsima espuma de
jabon, al restregarla entre sus manos.
Por lo cual, cuando aplicaba la vista hacia el
centro del emparrado, confundÃa las niñas con las flores, y cuando
aplicaba el oÃdo, no distinguÃa entre sà el alegre gorjeo de los pájaros
y la infantil algarabÃa de sus nietos.
Por
cada millón del comercio de este último paÃs con la Argentina, hay que
contar dos entre el Brasil y Alemania, paÃs con el que, a su vez, el
Uruguay comercia en una escala tres veces mayor que lo hace con[33] la
Argentina.
Dos cordilleras
de los Andes se extienden de norte a sur, a 10
través de la república, y entre estas dos montañas se
hallan las mesetas, que son las regiones más densamente
pobladas del Ecuador.
Alonso y Lope, el uno estrujando en silencio entre sus manos el
birrete de terciopelo, cuya pluma arrastraba por la alfombra, y el
otro mordiéndose los labios hasta hacerse brotar la sangre, se
clavaron una mirada tenaz é intensa.
En estos casos, para mantener la integridad de la
reproducción, aún corcheteamos palabras inicialmente itálicas, pero para
indicar la diferencia encerramos entre sÃmbolos relativos <...> las palabras
originalmente entre corchetes.
Se acercan al rÃo, cruzan el puente entre un
redoble de cascos[1]; salen a una planada cubierta de árboles frutales,
en donde el rÃo Blanco y el rÃo Negro se encuentran, se abrazan,
confunden sus aguas en el estrépito de sus ondas.
Una vez allÃ, la bruja permaneció un largo rato inmóvil, con la cara
hundida entre el légamo y el fango del arroyo que corrÃa enrojecido
con la sangre; después, poco á poco, comenzó como á volver en sà y á
agitarse convulsivamente.
Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para
pronunciar algunas palabras, pero sólo exhalaron un suspiro, un
suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una
brisa al morir entre los juncos.
En tanto que las piezas arrojadas á las llamas comenzaban á
enrojecerse, largos y profundos gemidos parecÃan escaparse de la ancha
hoguera, de entre cuyos troncos saltaban[1] como si estuvieran vivas y
sintiesen la acción del fuego.
Entre estos
últimos está el lobo de mar de las costas australes, conocido en el
comercio con el nombre de «lobo de dos pelos» y que en los mercados
europeos obtiene precios que oscilan entre cuatro y seis libras
esterlinas cada uno.
La multitud comenzaba á rebullirse, demostrando su
impaciencia; los caballeros cambiaban entre sà algunas palabras á
media voz, y el arzobispo mando á la sacristÃa uno de sus familiares á
inquirir el por qué no comenzaba la ceremonia.
Uno
de sus rizos caÃa sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues
del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de
sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas
en una joya de oro.
El mate debe ser tomado caliente; sólo asà es agradable al paladar; en
estas condiciones el agua disuelve mayor cantidad de los principios
solubles de la yerba, entre los cuales los hay aromáticos, que dan
sabor agradable a la infusión.
Cierta gracia
insinuante de animalito salvaje que tenÃa le ganaba todas las
voluntades, de modo que habiendo llegado la última, vino á ser la
predilecta entre las cuatro entregadas[Q] de que se componÃa la
servidumbre femenil de la casa.
Sin embargo, entre todos ellos
habÃa dos que más particularmente se distinguÃan por su asiduidad y
rendimiento, dos que al parecer, si no los predilectos de la hermosa,
podrÃan calificarse de los más adelantados en el camino de su corazón.
Eran ellas tan sabias, y logró cimentarlas en tan
buenas costumbres, que llegó a ser[206] desconocido el
engaño entre sus súbditos, y podÃan dejarse las más
ricas joyas colgadas de los árboles sin que nadie se
atreviese a tocarlas.
El
intercambio de la Argentina con todas las repúblicas hispanoamericanas
juntas[31] es menor que el comercio entre la Argentina y Holanda, para
mencionar[32] uno de los paÃses de Europa con el cual el intercambio
argentino es menos activo.
Si en nuestro viaje fluvial hubiéramos llegado a Greytown, en la
desembocadura del San Juan, serÃa fácil[67] pasar a Puerto Limón en
Costa Rica en uno de los pequeños vapores que hacen la travesÃa entre
los puertos marÃtimos y los fluviales.
Un gran
número de edificios modernos, entre los cuales es conveniente
mencionar el magnÃfico teatro que costó un 15
millón de pesos y muchas casas de habitación, le dan
un aire de bienestar y de prosperidad.
Uno
que otro graznido, uno que otro canto interrumpe el silencio del bosque;
porque las aves van en aquella hora a buscar sombra y frescura hasta la
cumbre de los ahuehuetes, y a esconderse del sol entre los ramosos
brazos de aquellos árboles.
La última campaña la hizo en la _Ferrolana_, y con
esta fragata dió la vuelta al mundo, con el cual viaje acabó de
conquistar el prestigio que le iban dando entre sus compañeros sus
muchos conocimientos como marinero, su valor, su buen corazón...
Cuando el más ágil de los lebreles llegó á las
carrascas jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo,
rápido como una saeta, las habÃa salvado de un solo brinco,
perdiéndose entre los matorrales de una trocha, que conducÃa á la
fuente.
El sol habÃa traspuesto la cumbre del monte; las sombras bajaban á
grandes pasos, por su falda; la brisa gemÃa entre los álamos de la
fuente, y la niebla, elevándose poco á poco de la superficie del lago,
comenzaba á envolver las rocas de su margen.
Soñó que en su seno engendraba una serpiente, una serpiente monstruosa
que, arrojando agudos silbidos, y ora arrastrándose entre la menuda
hierba, ora replegándose sobre sà misma para saltar, huyó de su vista,
escondiéndose al fin entre unas zarzas.
Cambiadas[29]
las ideas entre el propietario y el ingeniero o el[30] arquitecto,
éste[31] hace una licitación privada entre constructores,
distribuyendo[32] entre ellos las planillas _de_ especificaciones y de
condiciones que se hayan[33] convenido.
Llámase _barco de la hora_ el primero, porque en este espacio de tiempo,
y hasta en cuarenta minutos algunos dÃas, si el viento es de popa, cruza
las tres leguas que median entre la antigua villa del Duque de Arcos y
la antigua ciudad de Hércules....
Después se sentaba con la jÃcara entre las piernas y
lentamente saboreaba la bebida, interrumpiéndose á ratos para reprender
á las muchachas cuando no hacÃan las cosas como Dios manda, porque no
las toleraba frangolladas, gustándole mucho primor en todo.
El encargado de la sucursal del cosechero de Móstoles oyó aquella misma
mañana un gran ruido hacia la praderita interpuesta entre su ventorrillo
y el rÃo, y al asomarse á la ventana vió que el rÃo acababa de invadir
la pradera y se llevaba las cubas vacÃas.
El negro se defendÃa con el cañón de la escopeta, que despedÃa chispas
en los colmillos del cochino: la caja del fusil estaba hecha añicos.[8]
Pálido, ceniciento, se veÃa el negro entre el verde follaje de las
barrancas, bajo un toldo de ramas entrelazadas.
Desdobláronse silenciosamente las
servilletas, nuevas á la verdad, porque tampoco eran muebles en uso para
todos los dÃas, y fueron izadas por todos aquellos buenos señores á los
ojales de sus fraques como cuerpos intermedios entre las salsas y las
solapas.
Alvar, que llegó á la orilla del Manzanares un poco antes que los dos
más ligeros, vió al tabernero que habÃa anunciado la aparición de la
ballena al pie de un gran ribazo contemplando sus cubas, que
desaparecÃan allá á lo lejos entre los tumbos de la corriente.
A veces los agricultores de un distrito, no pudiendo tener cada uno su
propia[8] trilladora, se asocian entre sÃ,[9] formando sociedades
agrÃcolas cooperativas para comprar una máquina en común.[10]
--¿Se conoce en esas comarcas lo que aquà se llaman _options_?
Cuando llegó á la aldea, ponÃase el sol entre celajes de oro; la campiña
estaba muda, solitaria é impregnada de suavÃsima tristeza; todo lo cual
es parte á sacar chispas de poesÃa de la corteza de un alcornoque, y no
sé si pudo sacar alguna del alma de Sebastián.
El viejo creyó razonable esta observación, y entre él
y su hijo buscaron un fuerte palo, ataron el asno a él, y 15
tomando en hombros una extremidad el padre, y otra
el hijo, fueron trabajosamente cargados con la bestia
con dirección al pueblo.
Las tazas son pequeñas, y es tan
negra la bebida que el recién llegado vacila antes de
probarla, pero la costumbre va apoderándose de él 25
poco a poco y acaba por tomar su café de la misma
manera que las personas entre las cuales vive.
No hay que hablarle, pues, de estos usos sociales, de estos respetos
mutuos, de estas reticencias urbanas, de esa delicadeza de trato, que
establece entre los hombres una preciosa armonÃa, diciendo sólo lo que
debe agradar y callando siempre lo que puede ofender.
No te rÃas.[10] La banana representa en el intercambio
continental americano lo que las especias representaron en un tiempo en
el tráfico entre Europa y Asia: un vÃnculo de amistad y de recÃproco
entendimiento, que facilitó la compenetración de dos civilizaciones.
Solamente pedimos que por respeto del trabajo que
invertimos en dándote este texto (Encontrando, escaneando, y corrigiendo.),
que dejes este aviso y la siguiente introducción (Todo entre [Empieza
] y
[Termina
]) en cualquier copia que publicas sobre el Internet.
Bajo la palma real y entre infinitas flores propias
de los Trópicos, la banda militar congrega a la gente por 20
las noches en la plaza principal de Puerto Limón, pudiendo
contarse entre los concurrentes a ciudadanos de
diferentes nacionalidades.
Renegando entre dientes de la campana y del campanero que la toca,
disponÃame, una vez apagado aquel insólito y temeroso rumor, á coger
nuevamente el hilo del interrumpido sueño, cuando vino á herir mi
imaginación y á ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria.
Al fin, después de tantos dÃas de fatigante
peregrinaje y de ardiente sed,--sed de corrientes
de la ciencia que yace en ti,--yo, hombre
transformado, me arrodillo humildemente entre
tus sombras y bebo del fondo mismo de mi
alma tu grandeza, tu tristeza y tu gloria.
La popa estaba lisa y en los costados ni una
señal del número de filiación y nombre de la matrÃcula, un ser
desconocido que se morÃa entre aquellas otras barcas orgullosas de sus
pomposos nombres, como mueren en el mundo algunos, sin desgarrar el
misterio de su vida.
El héroe en
general, preso entre tanta faja,[8] encajes y faldellÃn, lloraba en
cuanto sentÃa que el cura le echaba la sal en la boca y se dormÃa en
cuanto llegaba de la iglesia, y la madrina le decÃa a su madre: «Usted
me lo entregó judÃo y se lo devuelvo cristiano».
El Tajo[1] se retorcÃa gimiendo al pie del mirador[2] entre las rocas
sobre que se asienta la ciudad imperial.[3] El sol trasponÃa los
montes vecinos, la niebla de la tarde flotaba como un velo de gasa
azul, y solo el monótono ruido del agua interrumpÃa el alto silencio.
La destructora acción de los años, que ha cubierto de orÃn el metal,
ha roto y carcomido la piedra de este monumento, entre cuyas
hendiduras crecen algunas plantas trepadoras que suben enredándose
hasta coronarlo, mientras una vieja y corpulenta encina le sirve de
dosel.
La luna se dejaba ver á
intervalos por entre los jirones de las nubes que volaban en derredor
nuestro, rozando casi con la tierra, y las campanas de Trasmoz[1]
dejaban oir lentamente el toque de oraciones, como el final de la
horrible historia que me acababan de referir.
Además esta rapidez entre las vÃas de 20
comunicación de los paÃses que se hallan en las costas
del PacÃfico, dará gran incremento a[274] las industrias de
ambos hemisferios y estrechará los lazos de unión y
amistad de todos los paÃses panamericanos.
La
mujer no es bizca como su marido, ni morena; pero tiene los cabellos tan
cerdosos como él, y una rubicundez en la cara, entre bermellón y
chocolate, que no hay quien la resista.{163-2} Gasta saya de bayeta
anaranjada, jubón de estameña parda y pañuelo blanco á la cabeza.
Pintar el
efecto desagradable que causó en to do el mundo, serÃa cosa imposible;
baste decir que comenzó á notarse tal bullicio en el templo, que el
asistente se puso de pie y los alguaciles entraron á imponer silencio,
confundiéndose entre las apiñadas olas de la multitud.
El tÃo Traga-santos ya comprendió la filosofÃa de este otro cuentecillo,
pero continuó en su vano empeño de complacer á todos los que le pedÃan
que sirviese de medianero entre ellos y el Santo, porque no tenÃa cara
para negar nada á nadie, y era aficionadÃsimo al ten-con-ten.
Las moribundas lámparas, que brillaban
en el fondo de las naves como estrellas perdidas entre las sombras,
oscilaron á su vista, y oscilaron las estatuas de los sepulcros y las
imágenes del altar, y osciló el templo todo con sus arcadas de granito y
sus machones de sillerÃa.
Las moribundas lámparas, que
brillaban en el fondo de las naves como estrellas perdidas entre las
sombras, oscilaron á su vista, y oscilaron las estatuas de los
sepulcros y las imágenes del altar, y osciló el templo todo con sus
arcadas de granito y sus machones de sillerÃa.
Qué risas, qué esclamaciones, qué agasajos; a nuestros
cigarros correspondia con nidos de perdices que ya con tiempo tenia
vistos entre los boldos y teatinas, y comenzaba a preguntarnos de todo,
de si habria guerra, de si habÃamos concluido la carrera, de si habÃamos
encontrado novia.
Asà corrió muchas horas, atravesó las cañadas del valle y el pedregoso
lecho del rÃo, é internándose en un bosque inmenso, se perdió entre
sus sombrÃas revueltas, siempre fijos los ojos en la codiciada res,
siempre creyendo alcanzarla, siempre viéndose burlado por su agilidad
maravillosa.
Al aparecer éste bajo el macizo arco de la portada de su prisión,
completamente vestido de todas armas y cubierto el rostro con la
visera, un sordo y prolongado murmullo de admiración y de sorpresa se
elevo de entre las compactas masas del pueblo, que se abrÃan con
dificultad para dejarle paso.
En el diálogo entre
Oinos y Agathos pretende sondear el misterio de la divina inteligencia;
asà como en los de Monos y Una y de Eros y Charmion penetra en la
desconocida sombra de la Muerte, produciendo, como pocos, extraños
vislumbres en su concepción del espÃritu en el espacio y en el tiempo.
Aquà una de ellas, blanca como el vellón de un cordero, sacaba su
cabeza rubia entre las verdes y flotantes hojas de una planta
acuática, de la cual parecÃa una flor á medio abrir, cuyo flexible
tallo más bien se adivinaba que se veÃa temblar debajo de los
infinites cÃrculos de luz de las ondas.
Hasta el dÃa en que nació este
sentimiento en el misterio de su alma, nunca habÃa mostrado preferencia
por ninguno de los clérigos que servÃan la parroquia; antes bien juzgaba
con severidad las de sus compañeras, que eran motivo de rivalidades y
discordias entre partidarias del uno ó del otro padre.
Arcos se presenta y se retira alternativamente á los ojos del viajero,
cansado de su ascensión...; hasta que, pasando entre dos altas peñas, se
entra de repente en el pueblo, cuya situación sorprende y admira aún á
los menos sensibles á las bellezas de la naturaleza y á los encantos de
lo pintoresco.
En efecto, cuando los primeros fieles, después de atropellarse por la
escalera, llegaron á la tribuna, vieron--al pobre organista caÃdo de
boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibraba
sordamente, mientras su hija, arrodillada á sus pies, le llamaba en
vano entre suspiros y sollozos.
Los fardos saltaban de la cubierta: caÃan en el agua, donde los recogÃan
los hombres descalzos y las mujeres con la falda entre las piernas; unos
desaparecÃan por aquÃ; otros se iban por allá; fué aquello visto y no
visto, y en poco rato desapareció el cargamento, como si lo hubiera
tragado la arena.
El comercio del Ecuador con Perú y Chile, que casi constituye
la totalidad de su intercambio con Sud América, es cinco veces menor que
el que mantiene con Inglaterra; entre Chile y Estados Unidos se cambian
operaciones comerciales por un monto siete veces mayor que las entre
Chile y su vecino el Perú.
exclamó Lope al ver á su contrario entonces, y en otros dÃas su
mejor amigo, asombrado como él, y como él pálido é inmóvil; Dios no
quiere permitir este combate, porque es una lucha fratricida; porque
un combate entre nosotros ofende al cielo, ante el cual nos hemos
jurado cien veces una amistad eterna.
Neira ya no es temible para los otros y todos sus
esfuerzos se concretan a estrangular a Alegria que se retuerce
desesperadamente en el suelo, mientras sus vigorosos dedos
apretan{197-1} y apretan el pescuezo ensangrentado del traidor, y se
sumen entre las secas fauces que todavia lanzan ronquidos de ira.
El valor del comercio combinado de
exportación e importación entre la isla y los Estados
Unidos ha subido desde 4 millones de pesos en el año 15
1898, época en que se levantó por primera vez en la isla
la bandera norteamericana, hasta más de 83 millones
de pesos en el año de 1915.
IV
¡Noche oscura,
ya Diana
entre turbios nubarrones hundió la faz plateada;
y tú sola
en medio de la avenida
funeraria,
te deslizas
ideal, mÃstica y blanca,
te deslizas y te alejas incorpórea cual fantasma;
sólo flotan tus miradas,
sólo tus ojos perennes,
tus ojos de hondas miradas
fijos quedan!
Ciertamente no eran tales asambleas en muchas ocasiones lo pacÃficas que
es de suponer entre clérigos regulares, y las crónicas de los institutos
religiosos y la tradición de personas ancianas conservan la memoria de
algunas de estas reuniones que terminaron trágicamente como el famoso
Rosario de la Aurora.
Las
espadas que le hieren se hunden entre las piezas de su armadura, y ni
le causan la muerte, ni se retiran teñidas en sangre; el fuego
enrojece su espaldar y su cota, y aún prosigue impávido entre las
llamas, buscando nuevas vÃctimas; desprecia el oro, aborrece la
hermosura, y no le inquieta la ambición.
ULALUME
I
Los cielos cenicientos y sombrÃos,
crespas las hojas, lÃvidas y mustias,
y era una noche del doliente octubre
del tiempo inmemorial entre las brumas,
era en las tristes márgenes del Auber,
el lago tenebroso de aguas mudas,
ante los bosques tétricos del Weir,
la región espectral de la pavura.
Todo en ella sonreÃa: sus hermosos cabellos con los cuales jugaba el
viento, el talle de diosa, el desnudo pie aprisionado en pequeños
zapatos, las lindas manecitas que atraÃan hacia sà la colgante rama para
aspirar las flores, la pura frente, los blancos dientes que asomaban
entre sus labios rojos,--todo en ella era bello.
El rÃo exhalaba su húmeda frescura, que como un bálsamo,
aspiraban los pechos; introducÃa sus olitas mansas entre los mimbrales,
las ramas de los sauces y sobre la tierra, como uñas con las que
quisiera asirse á las orillas, á fin de estancarse en aquellos amenos
parajes, y de no ir á perderse en la amarga inmensidad del mar.
Los habitantes de la aldea, que fueron los primeros en dar la voz de
alarma, y que al aproximarse el terrible animal se habÃan guarecido en
sus chozas, asomaron tÃmidamente la cabeza á los quicios de sus
ventanas; y cuando vieron desaparecer la infernal comitiva por entre
el follaje de la espesura, se santiguaron en silencio.
La nueva se divulgó con la rapidez del pensamiento entre la multitud,
que aguardaba impaciente el resultado-del juicio; y fué tal la alarma,
la revuelta y la vocerÃa, que ya á nadie cupo duda sobre lo que de
pública voz se aseguraba, esto es, que el diablo, á la muerte del
señor del Segre, habÃa heredado los feudos de Bellver.
Como era de esperar, entre los oficiales que, según tenÃan de costumbre,
acudieron al dÃa siguiente á tomar el sol y á charlar un rato en el
Zocodover, no se hizo platillo de otra cosa que de la llegada de los
dragones, cuyo jefe dejamos en el anterior capÃtulo durmiendo á pierna
suelta y descansando de las fatigas de su viaje.
Una tarde en que Chaviri estaba seguro de ser espiado, después de pasar
pacientemente una hora echando su caña en el sitio donde solÃa ponerse
para que las gentes le vieran, miró á su alrededor con gesto receloso,
levantóse, recogió su aparejo, y se fué _rÃo abajo_, donde la orilla
forma un recodo oculto entre espinos y zarzales.
Bajo los pies y por entre la yerba y
hojarasca se deslizan culebras de mil matices, haciéndose notar la
cazadora por su corpulencia y timidez, y la _lomo-de-machete_, de Ãndole
fiera, cuerpo vigoroso, coronada de cresta y armada de una sierra que
eriza sobre el lomo al avistar al hombre, lo que afortunadamente sucede
raras veces.
The even verses
have the same assonance throughout.]
XL[1]
Su mano entre mis manos,
Sus ojos en mis ojos,
La amorosa cabeza
Apoyada en mi hombro,
¡Dios sabe cuántas veces
Con paso perezoso,
Hemos vagado juntos
Bajo los altos olmos,
Que de su casa prestan
Misterio y sombra al pórtico!
Pero el hado, ó los hados (que asà se invocan en singular como
en plural) le obligaban á beber veneno, y Sebastián, hecho un héroe,
entre el asombro de la aldea y las bascas del propio espanto, se informó
de la feona, pidió á la feona, encargó las galas para la feona y avisó
al cura y preparó la ceremonia de los feos desposorios...
Pero éste no era hombre que se entregaba rendido á semejantes
debilidades; asà es que, desprendiéndose de los brazos de su costilla,
cogió entre los suyos al menor de sus hijos, mandó á los otros que le
siguieran, obligó á su mujer á quedarse en casa, y salió de ella
precipitadamente, cerrando detrás de sà la puerta de la escalera.
A Common use of the imperfect indicative
instead of the conditional.]
[Footnote 9: Lo que tiene que = 'the fact is.']
Esto diciendo la buena mujer, que ya conocen nuestros lectores por sus
exabruptos de locuacidad, penetró en Santa Inés, abriéndose según
costumbre, un camino entre la multitud á fuerza de empellones y
codazos.
Pero observé al cabo de pocos dÃas que, aunque tomaba y
soltaba{10-1} con indiferencia distintos trozos de ópera y zarzuela
deshaciéndolos y pulverizándolos{10-2} entre resoplidos y gruñidos, el
pasaje que con más ardor acometÃa y más á menudo, era uno de _Los
Puritanos_: me parece que pertenecÃa al aria de barÃtono en el primer
acto.
Tiende las leves alas,
Cruza las nubes
Y canta junto al cielo
Con voz más dulce:
«Paz á los hombres
Y gloria al que en la altura
Rige los orbes!»
Y yo sigo el ejemplo
Del ave mansa
Que canta entre las flores
De mi ventana,
Porque es sabido
Que poetas y pájaros
Somos lo mismo.
Entre las sombras, á lo lejos, ya subiendo las retorcidas cuestas del
peñón del Segre, ya vagando entre las ruinas del castillo, ya
cerniéndose al parecer en los aires, se veÃan correr, cruzarse,
esconderse y tornar á aparecer para alejarse en distintas direcciones
unas luces misteriosas y fantásticas cuya procedencia nadie sabÃa
explicar.
Cuando el organista bajó de la tribuna, la muchedumbre que se agolpo á
la escalera fué tanta, y tanto su afán por verle y admirarle, que el
asistente temiendo, no sin razón, que le ahogaran entre todos, mando á
algunos de sus ministriles para que, vara en mano, le fueran abriendo
camino hasta llegar al altar mayor, donde el prelado le esperaba.
There is a small square in front of the
cathedral, called to-day the _Plaza de_ (or _del_) _Ayuntamiento_.]
Estaba á punto de rayar el alba, y como algunos de los deudos de doña
Inés, sus hermanos entre ellos, marchaban al otro dÃa con el ejército
real, no era imposible que en las primeras horas de la mañana pudiesen
penetrar en su palacio.
El viaje de siete horas en un
excelente ferrocarril entre Puerto Limón (notable por su actividad
comercial relacionada con el comercio de la banana y del caucho) y la
capital, San José, es excepcionalmente cómodo y se considera a la vez
como[68] uno de los más atrayentes que ofrece la América latina, como
que[69] se realiza _por_ entre montañas.
Nadie osaba tocarle; pero corrÃan mil fábulas acerca de aquel objeto,
causa incesante de hablillas y terrores para los que le miraban
llamear durante el dia, herido por la luz del sol, ó creÃan percibir
en las altas horas de la noche el metálico son de sus piezas, que
chocaban entre sà cuando las movÃa el viento, con un gemido prolongado
y triste.
Como de costumbre, y
exponiéndome, á trueque de examinar á mi gusto los parajes más ásperos
y accidentados, á las fatigas y la incomodidad de perder el camino por
entre aquellas zarzas y peñascales, tomé el más difÃcil, el más dudoso
y más largo, y lo perdà en efecto, á pesar de las minuciosas
instrucciones de que me pertreché á la salida del lugar.
Colocaron dentro á Celinina, sosteniendo su cabeza en
preciosa y blanda almohada, para que no estuviese en postura violenta, y
después que la acomodaron bien en su fúnebre lecho, cruzaron sus
manecitas, atándolas con una cinta, y entre ellas pusiéronle un ramo de
rosas blancas, tan hábilmente hechas por el artista, que parecÃan hijas
del mismo Abril.
Uno de los que
componÃan el tribunal con voz lenta é insegura, le preguntó su nombre,
y todos prestaron el oÃdo con ansiedad para no perder una sola palabra
de su respuesta; pero el guerrero se limitó á encoger sus hombros
ligeramente con un aire de desprecio e insulto, que no pudo menos de
irritar á sus jueces, los que se miraron entre sà sorprendidos.
Yo estaba algunos doscientos pasos camino atrás de donde
nos encontramos en este momento: próximamente serÃa[1] la misma hora,
cuando creà escuchar unos alaridos distantes, y llantos é
imprecaciones que se entremezclaban con voces varoniles y coléricas
que ya se oÃan por un lado, ya por otro, como de pastores que
persiguen un lobo por entre los zarzales.
Este tráfico mercantil de Puerto Rico se dividÃa
entre los Estados Unidos y Europa, hasta el año 1900;
pero con el establecimiento del libre cambio entre esta
isla y los mercados de la Unión va aumentando cada 10
dÃa el comercio entre ambos paÃses, a medida que
disminuye el de Puerto Rico con las naciones del viejo
continente.
En Livingston, doce millas al
norte de Puerto Barrios, el paseo en lanchas hasta el lago Izabal ofrece
la oportunidad de admirar un paisaje incomparable, que, no sé _por
qué_[47] es menos visitado de lo que debiera.[48]
Regresamos a San José, donde podemos tomar uno de los vapores que hacen
el servicio entre los puertos de Guatemala y los de San Salvador.
Convidados
con estas muestras de caballerosa generosidad a
no ceder ni en valor ni en cortesÃa, convinieron entre sÃ
renovar el combate al dÃa siguiente y continuarlo hasta 5
que uno de los dos quedase vencido,[227] prometiendo
ambos no guerrear durante la noche, ni hacer uso de la
artillerÃa, sino solamente de las lanzas y espadas.
It hangs in the cathedral tower surrounded by eight other
bells, and surmounted by two more.]
Renegando entre dientes de la campana y del campanero que la toca,
disponÃame, una vez apagado aquel insólito y temeroso rumor, á coger
nuevamente el hilo del interrumpido sueño, cuando vino á herir mi
imaginación y á ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria.
Dada la naturaleza de este deporte,
los que lo practican son más numerosos entre los militares que entre los
civiles; aunque en realidad los aviadores que actualmente poseen el
grado o cédula de pilotos en el ejército son aficionados que aprendieron
el deporte en las escuelas militares de aviación en esos paÃses, y luego
fueron asimilados como clases u oficiales.
No cabe duda que todo eso del hablar las corzas es pura aprensión de
Esteban, que es un complete mentecato, decÃa entre sà el joven
montero, mientras que jinete en un poderoso alazán, seguÃa paso á paso
el palafrén de Constanza, la cual también parecia mostrarse un tanto
distraÃda y silenciosa, y retirada del tropel de los cazadores, apenas
tomaba parte en la fiesta.
Antes de pasar el Manzanares, oyó hacia aquellos collados y la pradera
interpuesta entre el rÃo y ellos, confuso, interminable y atronador
murmullo de la muchedumbre, y dijo, lleno de piadosa emoción:
--¡Ah, qué bien comprende el gran pueblo madrileño la incomparable dicha
que goza de ser Madrid cuna de San Isidro, y sus campos teatro de los
milagros del santo labrador!
Cada uno alegó sus méritos; yo expuse mis derechos: ya los unos
murmuraban entre sà con ojeadas amenazadoras; ya los otros con voces
descompuestas por la embriaguez habÃan puesto la mano sobre el pomo de
sus puñales para dirimir la cuestión, cuando de repente oÃmos un
extraño crujir de armas, acompañado de pisadas huecas y sonantes, que
de cada vez se hacÃan más distintas.
El rÃo, que desde las musgosas rocas donde tenÃa su nacimiento venÃa
siguiendo las sinuosidades del Moncayo á entrar en la cañada por una
vertiente, deslizábase desde allà bañando el pie de los sauces que
sombreaban su orilla, ó jugueteando con alegre murmullo entre las
piedras rodadas del monte hasta caer en una hondura próxima al lugar
que servÃa de escondrijo al montero.
Al
fin, haciendo un esfuerzo supremo para serenarme, pude leer la sección
de gacetillas, donde hallé una que decÃa:
"=Suceso extraño=
Los enfermeros del Hospital Provincial tienen la costumbre censurable de
servirse de los alienados pacÃficos que hay en aquel manicomio, para
diferentes comisiones, entre ellas, la de transportar los cadáveres á la
sala de autopsias.
Y asÃ, tenga sabido
Que lo importante y raro
No es entender de todo, 230
Sino ser diestro en algo."
_Más vale saber una cosa bien, que muchas mal._
LOS DOS CONEJOS
Por entre unas matas
Seguido de perros 235
(No diré corrÃa)
Volaba un conejo.
VÃstome y vuelvo á olvidar
tan funesto dÃa entre el corto número de gentes que piensan, que viven
sujetas al provechoso yugo de una buena educación libre y desembarazada,
y que fingen acaso estimarse y respetarse mutuamente para no
incomodarse, al paso que las otras hacen ostentación de incomodarse, y
se ofenden y se maltratan, queriéndose y estimándose tal vez
verdaderamente.
LA ROMANZA
¡Oh romanza que gustas cantar, la frente
adormecida y las alas plegadas, entre las hojas
verdes agitadas a lo lejos sobre algún lago
umbrÃo, tú has sido para mà un papagayo de
vivos colores, un pájaro muy familiar; tú
me has enseñado a leer mi alfabeto, a balbucear
todas mis primeras palabras, mientras
que, niño de mirada sagaz, me hundÃa en huraños
bosques.
En tales circunstancias se encontraron algunos
americanos que viajando por España entre Aranjuez
y Bobadilla, tuvieron el infortunio[164] de meterse en
uno de esos trenes mixtos de España en que, descompuesta 10
la locomotora, quedito permaneció el tren, no
obstante los esfuerzos que el maquinista hizo por[165]
arreglar la vieja locomotora que arrastraba el mixto.
El paÃs
puede dividirse en tres zonas, a saber; la seca, que se
extiende desde la costa hasta el pie de los Andes, y en la 5
cual no se puede cultivar cosa alguna sin la ayuda del
riego; las mesetas excesivamente fértiles y saludables
que están situadas entre tres cordilleras de montañas, y
los extendidos y ricos bosques de las faldas orientales de
la cordillera.
Of two adverbs
modifying the same word, the first may drop the ending =mente=.]
=EL JUEZ LADRÓN Y EL LADRÓN JUEZ=
No he querido saber en cuál de nuestras ciudades
hispanoamericanas, habÃa muchos años ha, un juez, el
cual era hombre de ésos que no le piden tanto a Dios,
porque saben ingeniarse maravillosamente para anular
la distancia entre sus manos y las cosas ajenas.
En las casas de modas y en otras tiendas donde se venden artÃculos
relacionados con el vestido de la mujer, no es casualidad el que las
modistas[26] y costureras sean casi siempre francesas; aunque entre las
muchas que se ganan la vida[27] trabajando en estas labores,[28] asÃ
como en los talleres de bordados, encajes y flores artificiales, no
faltan las obreras aprendizas y oficialas criollas.
Después que se hubo desvanecido,
con mucha precaución apartó un poco las ramas, y no sin experimentar
algún sobresalto vió aparecer las corzas que en tropel y salvando los
matorrales con ligereza increÃble unas veces, deteniéndose como á
escuchar otras, jugueteando entre sÃ, ya escondiéndose entre la
espesura, ya saliendo nuevamente á la senda, bajaban del monte con
dirección al remanso del rÃo.
Los
desiguales soplos de la brisa, el graznido de las aves nocturnas y el
rumor de los reptiles, que se deslizaban entre las altas hierbas,
turbaban sólo de vez en cuando el silencio de muerte de aquel lugar
maldecido; los insepultos huesos de sus antiguos moradores blanqueaban
al rayo de la luna, y aún podÃa verse el haz de armas del señor del
Segre, colgado del negro pilar de la sala del festÃn.
El Tuerto, oÃda esta última palabra, tumba de un sopapo á sus pies á la
delincuente, corre á la cama, revuelve las hojas de su jergón, saca de
entre ellas una botellita blanca que contiene un pequeño resto del
delatado contrabando, vuelve con ella hacia su mujer, y arrojándosela á
la cabeza en el momento en que se incorporaba, la derriba de nuevo y
salpica á los chiquillos con el lÃquido pecaminoso.
Satisfizo el buen hombre mi pregunta lo mejor que
pudo, y ya me disponÃa á proseguir mi azarosa jornada, subiendo con
pies y manos y tirando de la caballerÃa como Dios me daba á entender,
por entre unos pedruscos erizados de matorrales y puntas, cuando el
pastor que me veÃa subir desde lejos, me dió una gran voz
advirtiéndome que no tomara la _senda de la tÃa Casca_, si querÃa
llegar sano y salvo á la cumbre.
VARIANT: =Abunda en.=
9.--LA CALANDRIA: EL RUISEÑOR DE AMÉRICA
Uno de los pájaros americanos que por la hermosura de su canto ha
arrebatado la admiración del mundo antiguo, denominado por los
naturalistas, _mimus_ o burlón y polÃgloto (que habla muchas lenguas),
ha recibido entre nosotros el nombre inadecuado de calandria, siendo asÃ
que ni aun[1] pertenece al género de esta alondra, sino al de los
mirlos.
Colocáronme por mucha distinción entre
un niño de cinco años, encaramado en unas almohadas que era preciso
enderezar á cada momento porque las ladeaba la natural turbulencia de mi
joven _á látere_, y entre{138-2} uno de esos hombres que ocupan en el
mundo el espacio y sitio de tres, cuya corpulencia por todos lados se
salÃa de madre de la única silla en que se hallaba sentado, digámoslo
asÃ, como en la punta de una aguja.
Otras veces metÃa la cabeza entre los cuartos delanteros[9] y se daba
a[10] hacer corcovos tan altos, ondulados y bruscos, que no habÃa jinete
que los resistiera.[11] O bien, asustándose de su propia sombra, saltaba
de improviso hacia algún lado desarzonando al jinete o lanzándolo al
suelo en un santiamén.[12]
--_José López Portillo y Rojas_ (MEJICANO)
Chapter Footnotes:
[1] =bello animal= (instead of _hermoso_).
XI.--LA CAZA Y SUS PRODUCTOS
_Uses of the =Preterite Indicative= and =Imperfect=_
--El interés que mis hermanos[1] y yo demostramos por la caza nos viene
quizá por herencia,[2] pues nuestro padre pasó una gran parte de su vida
en Sud América, cazando animales salvajes que desolló más de una vez con
sus propias manos.[3] Nos decÃa que las selvas allà son muy espesas y
que la lucha entre las especies animales hace su caza difÃcil.
Detrás
de la cerca de limón, veo una ancha calle con doble fila de matas de
cocos, naranjas y _caimitos_; por más allá[3] se divisan los cuadros de
cafetos, cargados de blancas flores que imitan el azahar, cortados a la
misma altura y que devuelven hacia la tierra sus copiosas y redondas
ramas; sobresalen entre los cafetos las matas de plátanos, que con sus
hermosos racimos ofrecen abundoso alimento, regalo de una tierra
providencial.
Una vez en la cima, lo que faltaba por hacer fué obra de poco tiempo:
los centinelas salvaron de un solo salto el valladar que separa al
sueño de la muerte;[1] el fuego aplicado con teas de resina al puente
y al rastrillo, se comunicó con la rapidez del relámpago á los muros;
y los escaladores, favorecidos por la confusión y abriéndose paso
entre las llamas, dieron fin con los habitantes de aquella guarida en
un abrir y cerrar de ojos.
Abrà los ojos según
dejo dicho: me incorporé con sumo cuidado, y poniendo atención á
aquel confuso murmullo que cada vez sonaba más próximo, oà en las
ráfagas del aire, como gritos y cantares extraños, carcajadas y tres ó
cuatro voces distintas que hablaban entre sà con un ruido y una
algarabÃa semejante al de las muchachas del lugar, cuando riendo y
bromeando por el camino, vuelven en bandadas de la fuente con sus
cántaros á la cabeza.
à la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se perdÃa entre las espesas
sombras de las naves y dibujaba con gigantescas proporciones sobre el
muro la fantástica sombra del sargento aposentador que iba
precediéndole, recorrió la iglesia de arriba abajo y escudriñó una por
una todas sus desiertas capillas, hasta que una vez hecho cargo del
local, mandó echar pie á tierra á su gente, y hombres y caballos
revueltos, fué acomodándola como mejor pudo.
à la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se perdÃa entre las
espesas sombras de las naves y dibujaba con gigantescas proporciones
sobre el muro la fantástica sombra del sargento aposentador que iba
precediéndole, recorrió la iglesia de arriba abajo y escudriñó una por
una todas sus desiertas capillas, hasta que una vez hecho cargo del
local, mandó echar pie á tierra á su gente, y hombres y caballos
revueltos, fué acomodándola como mejor pudo.
Ni el fuego le ataja, ni los peligros le intimidan, ni las
lágrimas le conmueven: Nunca despliega sus labios; pero cuando la
sangre humea en nuestras manos, como cuando los templos se derrumban
calcinados por las llamas: cuando las mujeres huyen espantadas entre
las ruinas, y los niños arrojan gritos de dolor, y los ancianos
perecen á nuestros golpes, contesta con una carcajada de feroz alegrÃa
á los gemidos, á las imprecaciones y á los lamentos.
A MI MADRE
(_Soneto_)
Porque siento que allá arriba, en el cielo, los
ángeles que se hablan dulcemente al oÃdo, no
pueden encontrar entre sus radiantes palabras
de amor una expresión más ferviente que la de
«_madre_», he ahà por qué, desde hace largo
tiempo os llamo con ese nombre querido, a ti
que eres para mà más que una madre y que
llenáis el santuario de mi corazón en el que la
muerte os ha instalado, al libertar el alma de
mi Virginia.
Era Esteban un muchacho de diecinueve á veinte años, fornido, con la
cabeza pequeña y hundida entre los hombros, los ojos pequeños y
azules, la mirada incierta y torpe como la de los albinos, la nariz
roma, los labios gruesos y entreabiertos, la frente calzada, la tez
blanca pero ennegrecida por el sol, y el cabello que le caÃa en parte
sobre los ojos y parte alrededor de la cara, en guedejas ásperas y
rojas semejantes á las crines de un rocÃn colorado.
Cuando el cercano dÃa comenzó á blanquear las altas copas de los
enebros, humeaban aún los calcinados escombros de las desplomadas
torres, y á través de sus anchas brechas, chispeando al herirla la luz
y colgada de uno de los negros pilares de la sala del festÃn, era
fácil divisar la armadura del temido jefe, cuyo cadáver, cubierto de
sangre y polvo, yacÃa entre los desgarrados tapices y las calientes
cenizas, confundido con los de sus obscuros compañeros.
Aquellas gotas que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan
como las notas de un instrumento, se reunen entre los céspedes, y
susurrando, susurrando con un ruido semejante al de las abejas que
zumban en torno de las flores, se alejan por entre las arenas, y
forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen á su
camino, y se repliegan sobre sà mismas, y saltan, y huyen, y corren,
unas veces con risa, otras con suspires, hasta caer en un lago.
Los oficiales se miraron entre sà con expresión entre asombrada é
incrédula; el capitán, sin atender al efecto que su narración producÃa,
continuó de este modo:
--No podéis figuraros nada semejante á aquella nocturna y fantástica
visión que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como
esas vÃrgenes pintadas en los vidrios de colores que habréis visto
alguna vez destacarse á lo lejos, blancas y luminosas, sobre el obscuro
fondo de las catedrales.
Los oficiales se miraron éntre sà con expresion entre asombrada é
incrédula; el capitán, sin atender al efecto que su narración
producÃa, continuó de este modo:
--No podéis figuraros nada semejante á aquella nocturna y fantástica
visión que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como
esas virgenes pintadas en los vidrios de colores que habréis visto
alguna vez destacarse á lo lejos, blancas y luminosas, sobre el
obscuro fondo de las catedrales.
Al instante dos o tres jinetes hienden el grupo que
entre todos han arrinconado en algún ángulo del corralón; colocan sus
cabalgaduras rozándose con un costado del animal, que por huir del que
se acerca, se abre paso entre los otros, y emprende una veloz carrera en
que el jinete le sigue, animándolo con la voz y sin apartarse una lÃnea
hasta dejarlo en otro corral, cuya puerta despejan los que la ocupan
para dar paso al animal, volviendo a cerrarla inmediatamente.
Aquello era el cuento de nunca acabar.[1]
[Footnote 1: Aquello era el cuento de nunca acabar = 'It was a
never-ending story.' One of the sort that seems to reach a climax
only to begin over again.]
En tan angustiosa situación, los vecinos se repartieron entre sà las
piezas de la armadura, que acaso por la centésima vez se encontraba en
sus manos, y rogando[1] al piadoso eremita, que un dÃa los iluminó con
sus consejos, decidiera lo que debÃa hacerse de ella.
One may also say =de anchura=.]
[Note 289: =a la vez=, _at the same time_.]
=EL ESPANTAJO=
¿Hay alguno, entre los que me hacen la gracia[290] de
escuchar este cuento, que no sepa lo que es un _espantajo?_
¿Hay alguien que, al recorrer nuestros cultivados
campos, no haya fijado su atención en esos
artÃsticos maniquÃes, plantados por nuestros ingeniosos 5
guasos, en medio de sus sembradÃos, con el fin de ahuyentar
las aves dañinas?
Un arco rehundido en el muro, en el fondo del
cual se veÃa la imagen del Redentor enclavado en la cruz y con una
calavera al pie; un tosco cobertizo de tablas que lo defendÃa de la
intemperie, y el pequeño farolillo colgado de una cuerda que lo
iluminaba débilmente, vacilando al impulse del aire, formaban todo el
retablo, alrededor del cual colgaban algunos festones de hiedra que
habÃan crecido entre los obscuros y rotos sillares, formando una
especie de pabellón de verdura.
Y como si no fuese bastante el fruto de la
tierra, discurren por entre los cafetales bandadas de gallinas comunes y
de guinea, o pintadas, grandes perdices de este suelo privilegiado; los
ánades, patos y gansos forman en pos de ellas[5] la pesada artillerÃa de
casa y boca[6]; los pavos reales electrizan el aire con los reflejos de
sus espléndidos colores, y los pavos comunes, ruidosos, tartamudos,
llamados aquà _guanajos_, aturden el oÃdo con la redoblada descarga de
sus graznidos.
El dÃa de San Isidro el tÃo Traga-santos cubrÃa de flores aquellas
sagradas ruinas; colocaba sobre ellas una mesita cubierta con un blanco
mantel; en este sencillo é improvisado altar ponÃa, entre dos velas, una
tosca imagen de San Isidro hecha de barro, circunstancia que para él
constituÃa su mayor mérito, pues se la habÃan llevado de Madrid, y
suponÃa que aquel barro procedÃa de la tierra regada con el sudor del
santo labrador, y pasaba casi todo el dÃa rezando entre aquellas ruinas.
Háblannos de Rivera la fábula tejida por la
imaginación del gaucho, tan vivaz como la fantasÃa del árabe del
desierto; la conseja de los abuelos referida al calor del hogar[1]; la
anécdota picante[2] que se oye en las estancias; el chascarrillo agudo
que entre risas vuela, y hasta las leyendas populares chismean más de
un idilio con el chinerÃo campero, y madrigalizan las tenoriadas del
ilustre _Pardejón_.[3]
--_Daniel MartÃnez Vigil_ (URUGUAYO)
Chapter Footnotes:
[A] JOSÉ F.
Cuando la lengua de Castilla se arraigó en la parte meridional de
nuestro continente, sus hijos enriquecieron a la madre patria «no menos
con los tesoros de su suelo que con sus aventajados talentos que
fecundiza el sol ardiente y desarrolla una naturaleza grandiosa y
magnÃfica.» Por entonces[1] el sonido de las liras americanas se perdÃa
entre el grande concierto de las españolas: el hilo de agua,[2] por
decirlo asÃ, se engolfaba sin dejar huella[3] en el mar a cuyo aliento
contribuÃa.
Después de un largo silencio, que solo interrumpia el chirrido de la
hoja al resbalarse sobre la pulimentada madera, el joven exclamó
dirigiéndose á su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de
sus palabras:
--Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces todas las guaridas del
Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo á las fieras, y en
tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez á su
cumbre, dime, ¿has encontrado por acaso una mujer que vive entre sus
rocas?
La formación étnica es todavÃa más complicada, alternando el indio y el
español--que es por sà solo[2] otro mosaico--en los dos primeros
puestos, pero no sin que influyera también en la distribución el negro,
presente aquà y allá,[3] sobre todo en las Antillas; dándose el caso
de[4] la congregación de tres razas bien determinadas y nada comunes
entre sÃ, con el resultado natural de inmensas diferencias según domine
el español como en Chile, el negro como en HaitÃ, o el indio como en
Méjico.
Lo de cierto que pudiera haber en estas
murmuraciones, nadie pudo nunca decirlo, porque la verdad era que don
DionÃs tuvo una vida bastante azarosa en su juventud, y después de
combatir largo tiempo bajo la conducta del monarca aragonés,[2] del
cual recabó entre otras mercedes el feudo del Moncayo,[3] marchóse á
Palestina,[4] en donde anduvo errante algunos años, para volver por
último á encerrarse en su castillo de Veratón,[5] con una hija
pequeña, nacida sin duda en aquellos paÃses remotos.
No obstante, al romper el dÃa, cuando llevé los corderos al agua, á la
orilla de este rÃo, como obra de dos tiros de honda del sitio en que
nos hallamos, y en una umbrÃa de chopos, donde ni á la hora de siesta
se desliza un rayo de sol, encontré huellas recientes de los ciervos,
algunas ramas desgajadas, la corriente un poco turbia, y lo que es más
particular, entre el rastro de las reses las breves huellas de unos
pies[1] pequeñitos como la mitad de la palma de mi mano, sin
ponderación alguna.
III
Niñas de las cercanas aldeas, lÃrios silvestres que crecéis felices al
abrigo de vuestra humildad; si en la mañana del santo Patrono de estos
lugares, al bajar al valle de Montagut á coger tréboles y margaritas
con que embellecer su retablo, venciendo el temor que os inspira el
sombrÃo monasterio que se alza en sus peñas, habéis penetrado en su
claustro mudo y desierto para vagar entre sus abandonadas tumbas, á
cuyos bordes crecen las margaritas más dobles y los jacintos mas
azules, oidme.
El asistente, obedeciendo las órdenes de su capitán, comenzó á
descargar golpes en la sillerÃa del coro, y después que hubo reunido
una gran cantidad de leña que fué apilando al pie de las gradas del
presbiterio, tomó la linterna y se dispuso á hacer un auto de fe con
aquellos fragmentos tallados de riquÃsimas labores entre los que se
veÃan por aquà parte de una columnilla salomónica, por allá la imagen
de un santo abad, el torso de una mujer, ó la disforme cabeza de un
grifo asomado entre hojarasca.
El asistente, obedeciendo las órdenes de su capitán, comenzó á descargar
golpes en la sillerÃa del coro, y después que hubo reunido una gran
cantidad de leña que fué apilando al pie de las gradas del presbiterio,
tomó la linterna y se dispuso á hacer un auto de fe con aquellos
fragmentos tallados de riquÃsimas labores, entre los que se veÃan por
aquà parte de una columnilla salomónica, por allá la imagen de un santo
abad, el torso de una mujer, ó la disforme cabeza de un grifo asomado
entre hojarasca.
Como á esta sazón notase don DionÃs que entre unas y otras las horas
del calor eran ya pasadas y el vientecillo de la tarde comenzaba á
mover las hojas de los chopos y á refrescar los campos, dió orden á su
comitiva para que aderezasen las caballerÃas que andaban paciendo
sueltas por el inmediato soto; y cuando todo estuvo á punto, hizo seña
á los unos para que soltasen las traÃllas, y á los otros para que
tocasen las trompas, y saliendo en tropel de la chopera, prosiguió
adelante la interrumpida caza.
Era imposible seguirlas en sus ágiles movimientos, imposible abarcar
con una mirada los infinitos detalles del cuadro que formaban, unas
corriendo, jugando y persiguiéndose con alegres risas por entre el
laberinto de los árboles; otras surcando el agua como un cisne, y
rompiendo la corriente con el levantado seno; otras, en fin,
sumergiéndose en el fondo, donde permanecÃan largo rato para volver á
la superficie, trayendo una de esas flores extrañas que nacen
escondidas en el lecho de las aguas profundas.
à medida que las libaciones se hacÃan más numerosas y frecuentes, y el
vapor del espumoso _Champagne_ comenzaba á trastornar las cabezas,
crecÃan la animación, el ruido y la algazara de los jóvenes, de los
cuales éstos arrojaban á los monjes de granito adosados en los pilares
los cascos de las botellas vacÃas, y aquéllos cantaban á toda voz
canciones báquicas y escandalosas, mientras los de más allá prorrumpÃan
en carcajadas, batÃan las palmas en señal de aplauso, ó disputaban entre
sà con blasfemias y juramentos.
à medida que las libaciones se hacÃan más numerosas y frecuentes, y el
vapor del espumoso _Champagne_ comenzaba á trastornar las cabezas,
crecÃan la animación, el ruido y la algazara de los jóvenes, de los
cuales éstos arrojaban á los monjes de granito adosados en los pilares
los cascos de las botellas vacÃas, y aquellos cantaban á toda voz
canciones báquicas y escandalosas, mientras los de más allá
prorrumpÃan en carcajadas, batÃan las palmas en señal de aplauso, ó
disputaban entre sà con blasfemias y juramentos.
Bandadas de loros polÃcromos y estridentes, se abaten sobre algún
naranjo, extraviado entre la inculta arboleda; soberbios colibrÃes
zumban sobre los azahares, que a porfÃa[4] compiten con los frutos
maduros; jilgueros y cardenales cantan por allá cerca; algún tucán
precipita su oblicuo vuelo, alto el pico[5] enorme, en que resplandece
el anaranjado más bello; el negro _yacutoro_ muge, inflando su garganta
que adorna roja guirindola; y, en la espesura, amada de[6] las tórtolas,
lanza el pájaro campana su sonoro tañido.
La fiesta religiosa habÃa traÃdo á ella una multitud inmensa de fieles;
pero ya ésta se habÃa dispersado en todas direcciones; ya se habÃan
apagado las luces de las capillas y del altar mayor, y las colosales
puertas del templo habÃan rechinado sobre sus goznes para cerrarse
detrás del último toledano, cuando de entre las sombras, y pálido, tan
pálido como la estatua de la tumba en que se apoyó un instante mientras
dominaba su emoción, se adelantó un hombre que vino deslizándose con el
mayor sigilo hasta la verja del crucero.
A él, en
primer término, se debe el que haya caÃdo en desuso[27] el espÃritu
antiespañol, que no era natural y espontáneo sino simple moda, fomentada
oficialmente cada año por los discursos patrioteros de 20 de julio,[28]
y tal resultado se obtuvo con el establecimiento de las relaciones
diplomáticas con la madre patria, con la propagación de la buena
literatura castellana y con la fundación de las Academias
americanas,[29] que tanto han contribuido a estrechar los lazos de
amistad entre España y las repúblicas hispanoamericanas.
Pasamos por un pasadizo sombrÃo;
y, de pronto, en un cuarto lleno de luz, me encontré entre los brazos[1]
de un hombre pequeño de cuerpo,[2] rostro de iluminado, voz dulce y
dominadora al mismo tiempo y que me decÃa esta única palabra: «¡Hijo!»
Era la hora ya de aparecer ante el público, y me dijo que yo debÃa
acompañarle en la mesa directiva[3]; y cuando me dà cuenta,[4] después
de una rápida presentación a algunas personas, me encontré con ellas y
con Martà en un estrado, frente al numeroso público que saludaba con un
aplauso simpático.
Cada casa[18] de comercio se
ocupa de su ramo; y entre los mercaderes hay toda clase de categorÃas,
desde el acaudalado negociante hasta[19] el humilde vendedor[20] que
apenas es algo más que[21] un pobre buhonero.[22] Pero toda[23] gran
ciudad[24] cuenta con firmas[25] poderosas, organizadas[26] por hombres
de negocio que han mostrado en sus empresas un juicio, una confianza, un
arrojo maravillosos.[27] A muchas de esas compañÃas[28] y sociedades[29]
débese la prosperidad que han alcanzado[30] algunas de las tiendas de
departamentos a que Ud.
BailarÃn más excelente 195
No se ha visto ni verá."
Echó el oso, al oÃr esto,
Sus cuentas allá entre sÃ,
Y con ademán modesto
Hubo de exclamar asÃ: 200
"Cuando me desaprobaba
La mona, llegué a dudar:
Mas ya que el cerdo me alaba
Muy mal debo de bailar."
Guarde para su regalo 205
Esta sentencia un autor:
Si el sabio no aprueba, malo;
Si el necio aplaude, peor.
The mountains of Montagut, which rise to a
height of 3125 teet, are situated in the province of Tarragona,
Spain.]
II
Pastores, que seguÃs con lento paso vuestras ovejas que pacen
derramadas por las colinas y las llanuras; si al conducirlas al borde
del transparente riachuelo que corre, forcejea y salta por entre los
peÃiascos del valle de Montagut en el rigor del verano, y en una
siesta de fuego habéis encontrado la sombra y el reposo al pie de las
derruÃdas arcadas del monasterio, cuyos musgosos pilares besan las
ondas, oidme.
of_ =ponderar=
=ponderar= to praise highly
=poner= to put;
=ponerse= to get, become;
=ponerse en camino= to set out;
=poner en libertad= to set free;
=poner la mesa= to set the table
=poniente= _m._ West
=por= for, by, through, for the sake of, in exchange for;
=por entre= among;
=por allÃ= over there;
=por ciento= per cent;
=por entonces= at that time
=porción= _f._ portion
=porfÃa= _f._ obstinacy;
=obsequiaron a porfÃa= they rivalled each other in showing attentions
=porfiar= to insist
=porfió= _3 sing.
Cuando después de
escuchar las palabras que dejo referidas, me incorporé con prontitud
para sorprender á la persona que las habÃa pronunciado, una corza
blanca como la nieve salió de entre las mismas matas en donde yo
estaba oculto, y dando unos saltos enormes por cima de los carrascales
y los lentiscos, se alejó seguida de una tropa de corzas de su color
natural, y asà estas como la blanca que las iba guiando, no arrojaban
bramidos al huir, sino que se reÃan con unas carcajadas, cuyo eco
jurarÃa que aún me está soñando en los oÃdos en este momento.
No quiero hablar de las infinitas visitas ceremoniosas que antes de la
hora de comer entraron y salieron en aquella casa, entre las cuales no
eran de despreciar todos los empleados de su oficina, con sus señoras y
sus niños, y sus capas, y sus paraguas, y sus chanclos, y sus perritos;
déjome en blanco los necios cumplimientos que dijeron al señor de los
dÃas; no hablo del inmenso cÃrculo con que guarnecÃa la sala el
concurso de tantas personas heterogéneas, que hablaron de que el tiempo
iba á mudar, y de que en invierno suele hacer más frÃo que en verano.
Milton, _Paradise Lost_, book vi.]
* * * * *
I
La noche habÃa cerrado, y el viento gemÃa agitando las hojas de los
árboles, por entre cuyas frondosas ramas se deslizabs un suave rayo de
luna, cuando Teobaldo, incorporándose sobre el codo y restregándose
los ojos como si despertara de un profundo sueño, tendió alrededor una
mirada y se encontró en el mismo bosque donde hirió al jabalÃ, donde
cayó muerto su corcel; donde le dieron aquella fantástica cabalgadura
que le habÃa arrastrado á unas regiones desconocidas y misteriosas.
NOTES:
[Note 246: =cursar la segunda enseñanza=, _to take a high school
course_.]
[Note 247: =graduarse de Doctor=, _to receive the degree of Doctor_.]
[Note 248: =Lo bien que=, _how well_.]
=EL CURA Y EL SACRISTÃN=
El cura de mi parroquia tenÃa costumbre de[249] predicar
semanalmente sobre la obligación de pagar diezmos y
primicias; y como entre los vecinos hacendados del
lugar habÃa algunos inexactos en el cumplimiento de tal
deber, el buen párroco pensó que ello seria tal vez 5
porque su presencia no les harÃa bastante afecto.
Animados con esta esperanza, llegaron, en fin, al pie de la gótica
torre[1] del templo; mas al llegar á aquel punto, un ruido particular
llamó su atención, y deteniéndose en uno de los ángulos, ocultos entre
las sombras de los altos machones que flanquean los muros, vieron, no
sin grande asombro, abrirse el balcón del palacio de su dama, aparecer
en él un hombre que se deslizó hasta el suelo con la ayuda de una
cuerda, y, por último, una forma blanca, doña Inés sin duda, que
inclinándose sobre el calado antepecho, cambió algunas tiernas frases
de despedida con su misterioso galán.
Ya habrá conocido el lector, siendo tan perspicaz como yo le imagino,
que mi amigo Braulio está muy lejos de pertenecer á lo que se llama gran
mundo y sociedad de buen tono; pero no es tampoco un hombre de la clase
inferior, puesto que es un empleado de los de segundo orden, que reune
entre su sueldo y su hacienda cuarenta mil reales de renta;{134-7} que
tiene una cintita atada al ojal y una crucecita á la sombra de la
solapa; que es persona, en fin, cuya clase, familia y comodidades de
ninguna manera se oponen á que tuviese una educación más escogida y
modales más suaves é insinuantes.
En los torneos del Zocodover,[1] en los juegos florales de la corte,
siempre que se les habÃa presentado coyuntura para rivalizar entre sÃ
en gallardÃa ó donaire, la habÃan aprovechado con afán ambos
caballeros, ansiosos de distinguirse á los ojos de su dama; y aquella
noche, impelidos sin duda por un mismo afán, trocando los hierros por
las plumas y las mallas por los brocados y la seda, de pie junto al
sitial donde ella se reclinó un instante después de haber dado una
vuelta por los salones, comenzaron una elegante lucha de frases
enamoradas é ingeniosas, ó epigramas embozados y agudos.
Entre tanto no son sus trastornos, como suele pintarlos la pasión de los
extraños, ininterrumpidos: ha mucho tiempo que, fuera del campo de
batalla, no se derrama en esos pueblos sangre alguna por causas
polÃticas: depuestas las armas, los hombres contienen sus resentimientos
de partido, y se guardan entre sà las consideraciones de la amistad.[3]
El trabajo, escaso antes de la revolución por las trabas sin cuento[4]
que lo agobiaban, se ha desarrollado bajo el amparo de la libertad:
lejos de decaer las grandes ciudades, se mejoran y prosperan: los
caminos de hierro comienzan, y en algunas repúblicas gozan de
importancia.
El ruiseñor lanzaba entre la enramada algunas
notas sueltas, á fin de ensayar su melodiosa garganta para los divinos
nocturnos con que obsequia al mes de las flores; el azahar exhalaba de
su pequeño y puro cáliz su deleitable fragancia, la que unida al canto
del ruiseñor, á la dulzura de la atmósfera, y á la delicada luz de la
luna, hacÃan de aquella sencilla y rústica naturaleza el Edén más
poético; y sobre todo este concierto terrestre, la alta torre de la
iglesia esparcÃa dulce y solemnemente las campanadas de la Oración, y el
campesino que conserva su fe pura como la atmósfera que respira,
descubrÃase la cabeza y rezaba.
En las pampas está la inmensidad, la soledad, el
silencio, la abrumante igualdad de lugar y de tiempo: en las montañas,
el hombre halla horizontes limitados, que hace suyos y toca como si
fueran su propiedad; se siente acompañado por las colinas graciosas de
pendientes circulares y suaves, por los picos rocallosos y salvajes, por
los boscajes aislados y las mesetas de verdura; encuentra la animación
bulliciosa de la naturaleza en todas partes, en las voces del torrente
que se desata furioso entre las rocas de la quebrada, en los ruidos de
las auras que juguetean en las selvas, en los zumbidos del viento que se
choca en las cumbres sinuosas.
It is the ancient Mons _Caunus_, celebrated in history for
the defeat of the Celtiberians in the time of the consul Tiberius
Sempronius Gracchus (governor of Hither Spain from 181 to 178
B.C.).]
Fija la mirada en aquel fantástico ejercito de nubes que parecÃan
correr al asalto de la peña sobre cuyo pico Ãba á morir la bruja, yo
estaba esperando por instantes cuando se abrÃan sus senos para abortar
á la diabólica multitud de espÃritus malignos, comenzando una lucha
horrible al borde del derrumbadero, entre los que estaban allà para
hacer justicia en la bruja y los demonios que, en pago de sus muchos
servicios, vinieran á ayudarla en aquel amargo trance.
Por último, viendo perdida toda esperanza, pidió como última merced
que la dejasen un instante implorar del cielo, antes de morir, el
perdón de sus culpas, y de rodillas al borde de la cortadura como
estaba, la vieja inclinó la cabeza, juntó las manos y comenzó á
murmurar entre dientes qué sé yo qué imprecaciones ininteligibles:
palabras que yo no podÃa oir por la distancia que me separaba de ella,
pero que ni los mismos que estaban á su lado lograron entender; Unos
aseguran que hablaba en latÃn, otros que en una lengua salvaje y
desconocida, no faltando quien pudo comprender que en efecto rezaba,
aunque diciendo las oraciones al revés, como es costumbre de estas
malas mujeres.
Cantos celestes como los que acarician 'los oÃdos en los momentos de
éxtasis; cantos que percibe el espÃritu y no los puede repetir el
labio; notas sueltas de una melodÃa lejana, que suenan á intervalos,
traÃdas en las ráfagas del viento, rumor de hojas que se besan en los
arboles con un murmullo semejante al de la lluvia, trinos de alondras
que se levantan gorjeando de entre las flores como una saeta despedida
á las nubes; estruendo sin nombre, imponente como los rugidos de una
tempestad; coro de serafines sin ritmos ni cadencia, ignota música del
cielo que sólo la imaginación comprende; hÃmnos alados, que parecÃan
remontarse al trono del Señor como una tromba de luz y de sonidos...
Los caballeros arrojaban a manos
llenas[13] cartuchos de confites, y ahà era el gritar y manotear de los
chicuelos, que estaban a[14] los desperdicios, lanzándose en masa sobre
la vereda cuando algún cartucho no llegaba a su destino, empujándose,
pateándose por agarrar la codiciada presa, mientras los jugadores hacÃan
toda clase de esfuerzos para barajar las coronas que en cambio de los
confites les llovÃan, retribuyendo ellos todavÃa el obsequio con cajas
especiales, de antemano destinadas a fulana y a zutana, a quienes las
enviaban por medio de sus sirvientes, no atreviéndose a correr el albur
de que[15] al arrojarlas cayesen entre la turba multa[16] de arrapiezos
que andaban a caza de[17] gangas.
No podÃa caber duda, no: suyos eran aquellos ojos obscuros y
sombreados de largas pestañas, que apenas bastaban á amortiguar la luz
de sus pupilas; suya aquella rubia y abundante cabellera, que después
de coronar su frente se derramaba por su blanco seno y sus redondas
espaldas como una cascada de oro; suyos, en fin, aquel cuello airoso,
que sostenÃa su languida cabeza, ligeramente inclinada como una flor
que se rinde al peso de las gotas de rocÃo, y aquellas voluptuosas
formas que el habÃa soñado tal vez, y aquellas manos semejantes a
manojos de jazmines, y aquellos pies diminutos, comparables sólo con
dos pedazos de nieve que el sol no ha podido derretir, y que á la
mañana blanquean entre la verdura.
Este descubrimiento no dejaba de inquietarla algo, sobre todo teniendo
en cuenta las ruidosas carcajadas que la noche anterior habÃa creÃdo
percibir á lo lejos y en uno de los ángulos de la plaza, cuando
cerraba el balcón y despedia á su amante; pero al mirar aparecer entre
las filas de los combatientes, que pasaban por debajo del estrado
lanzando chispas de fuego de sus brillantes armaduras, y envueltos en
una nube de polvo, los pendones reunidos de las casas de Carrillo y
Sandoval; al ver la significativa sonrisa que al saludar á la reina le
dirigieron los dos antiguos rivales que cabalgaban juntos, todo lo
adivinó, y la púrpura de la vergüenza enrojeció su frente, y brilló en
sus ojos una lágrima de despecho.
sonándome aún las
últimas palabras de aquella temerosa relación, teniendo junto á mi á
aquel hombre que tan de buena fe imploraba la protección divina para
llevar á cabo crÃmenes espantosos, viendo á mis pies el abismo negro y
profundo en donde se revolvÃa el agua entre las tinieblas, imitando
gemidos y lamentos, y en lontananza el castillo tradicional,[1]
coronado de almenas obscuras, que parecÃan fantasmas asomadas á los
muros, sentà una impresión angustiosa, mis cabellos se erizaron
involuntariamente, y la razón, dominada por la fantasÃa, á la que todo
ayudaba, el sitio, la hora y el silencio de la noche, vaciló un punto,
y casi creà que las absurdas consejas de las brujerÃas y los
maleficios pudieran ser posibles.
por, by, for, to, in order to, through, over, on, in, into, along,
about, on account of, from, out of, as, at, among, throughout; allà --
..., back therein...; de-si, by himself; for his own part; -- debajo,
beneath, under; -- decirlo asÃ, so to speak; -- entre, between, among,
in through; -- eso, hence, therefore; -- fin, finally; -- fortuna,
fortunately; -- más que, however much; especially since; although; --
mà mismo, for myself; -- muchos que, however many; poner -- obra, to
carry out, execute; -- sÃ, of itself; of its own accord; -- ser, since
it was; -- tanto, therefore, for that reason, hence; -- la tierra, on
(_or_ along) the ground; -- tres veces, three times; -- lo visto,
evidently, apparently, visibly; -- ...
Son de notarse[54] los rasgos descriptivos que el poeta
ecuatoriano da de BolÃvar, con quien se encuentra antes de empezar la
batalla; la descripción de la pelea entre los dos ejércitos, la cual
trasporta al lector al campo de los combatientes, donde ve a cada
guerrero a la cabeza de los bravos que le han recomendado, embistiendo,
cargando, arrollando, distinguiéndose cada cual en la lid según su valor
y ardimiento,--donde oye el silbido de las balas, el estridor de los
aceros, el grito de los que luchan, el alarido de los que caen, el
atambor que redobla, el clamor de la trompeta que excita a la pelea, y
el relincho de los fogosos corceles--, y ve sangre a torrentes[55] y
montones de cadáveres por donde quiera que vuelve los ojos.
Pero entre esta juventud brillante y deslumbradora, que los ancianos
miraban desfilar con una sonrisa de gozo, sentados en los altos
sitiales de alerce que rodeaban el estrado real llamaba la atención
por su belleza incomparable, una mujer aclamada reina de la hermosura
en todos los torneos y las cortes de amor de la época, cuyos colores
habÃan adoptado por emblema los caballeros más valientes; cuyos
encantos eran asunto de las coplas de los trovadores más versados en
la ciencia del gay saber; á la que se volvÃan con asombro todas las
miradas; por la que suspiraban en secreto todos los corazones,
alrededor de la cual se veÃan agruparse con afán, como vasallos
humildes en torno de su señora, los más ilustres vástagos de la
nobleza toledana, reunida en el sarao de aquella noche.
Luego, poco á poco fué cesando el ruido y la animación; los vidrios de
colores de las altas ojivas del palacio dejaron de brillar; atravesó
por entre los apiñados grupos la última cabalgata; la gente del pueblo
á su vez comenzó á dispersarse en todas direcciones, perdiéndose entre
las sombras del enmarañado laberinto de calles obscuras, estrechas y
torcidas,[1] y ya no turbaba el profundo silencio de la noche más que
el grito lejano de vela de algún guerrero, el rumor de los pasos de
algún curioso que se retiraba el último, ó el ruido que producÃan las
aldabas de algunas puertas al cerrarse, cuando en lo alto de la
escalinata que conducÃa á la plataforma del palacio apareció un
caballero, el cual, después de tender la vista por todos lados como
buscando á alguien que debÃa esperarle, descendió lentamente hasta la
cuesta del alcázar, por la que se dirigie hacia el Zocodover.
Y detrás de este
amontonamiento de saltos, y a la izquierda, y a la derecha,[1] cerca y
lejos, arriba, abajo, allá en las alturas, aquà a los pies, trenzándose
a pechadas con las rocas que, aunque aguantan, retiemblan, otros, y
otros, y otros saltos, cubriendo una superficie de cuatro mil metros:
unos con deslizamientos de culebra, otros con fieros brincos de jaguar,
unos obscuros, resbalando en silencio, otros vistosamente empenachados
de espuma, todos corren en vértigo y al llegar a la arista de los altos
y negros paredones, pierden pie[2] y ruedan al fatal e infinito
derrumbe, y allá abajo, reventados, deshechos, rugientes, siguen su
curso arrastrando en girones su túnica de encaje, mientras del uno al
otro extremo del inmenso anfiteatro de cascadas, entre aquel estruendoso
dislocamiento de violencias, sobre aquel paroxismo, cien arco iris se
tienden como puentes de paz.
NOTES:
[Note 262: =apoderarse de=, _to gain possession of_.]
[Note 263: =soñar en (o con)=, _to dream of_.]
[Note 264: =llevar a cabo=, _to execute, carry out._]
[Note 265: =multiplicar en (o por)=, _to multiply by_.]
[Note 266: =hacer estragos=, _to work havoc_.]
[Note 267: =abusar de=, _to abuse, take advantage of_.]
[Note 268: =valerse de=, _to make use of_.]
[Note 269: =hace poco=, _a short time ago_.]
[Note 270: =llegar a ser=, _to get to be, finally become_.]
[Note 271: =no es de maravillar=, _no wonder_.]
[Note 272: =dar la vuelta=, _to make a round-about trip_.]
[Note 273: =a todas luces=, _in every respect_.]
[Note 274: =dar incremento a=, _to increase_.]
=PUERTO RICO=
La isla de este nombre está situada en la zona tórrida,
al occidente del océano Atlántico, y en el archipiélago
de las Antillas, entre las dos Américas.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en el
altar mayor pendÃan aún de las altas cornisas los rotos jirones del velo
con que le habÃan cubierto los religiosos al abandonar aquel recinto;
diseminados por las naves veÃanse algunos retablos adosados al muro, sin
imágenes en las hornacinas; en el coro se dibujaban con un ribete de luz
los extraños perfiles de la obscura sillerÃa de alerce; en el pavimento,
destrozado en varios puntos, distinguÃanse aún anchas losas sepulcrales
llenas de timbres, escudos y largas inscripciones góticas; y allá á lo
lejos, en el fondo de las silenciosas capillas y á lo largo del crucero,
se destacaban confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é
inmóviles fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de
hinojos sobre el mármol de sus tumbas, parecÃan ser los únicos
habitantes del ruinoso edificio.
Los oficiales del ejército francés, que á juzgar por los actos de
vandalismo con que dejaron en ella triste y perdurable memoria de su
ocupación, de todo tenÃan menos de{149-1} artistas ó arqueólogos, no hay
para qué decir que se fastidiaban soberanamente en la vetusta ciudad de
los Césares.{149-2}
En esta situación de ánimo la más insignificante novedad, que viniese á
romper la monótona quietud de aquellos dÃas eternos é iguales, era
acogida con avidez entre los ociosos; asà es que la promoción al grado
inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento estratégico
de una columna volante, la salida de un correo de gabinete ó la llegada
de una fuerza cualquiera á la ciudad, convertÃanse en tema fecundo de
conversación y objeto de toda clase de comentarios, hasta tanto que otro
incidente venÃa á sustituirle, sirviendo de base á nuevas quejas,
crÃticas y suposiciones.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en
el altar mayor pendÃan aún de las alias cornisas los rotos jirones del
velo con que le habÃan cubierto los religiosos al abandonar aquel
recinto; diseminados por las naves veianse algunos retablos adosados
al muro, sin imágenes en las hornacinas; en el coro se 'dibujaban con
un ribete de luz los extraños perfiles de la obscura sillerÃa de
alerce; en el pavimento, destrozado en varies puntos, distinguÃanse
aún anchas losas sepulcrales llenas de timbres, escudos y largas
inscripciones góticas; y allá á lo lejos, en el fondo de las
silenciosas capillas y á lo largo del crucero, se destacaban
confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é inmóviles
fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de hinojos
sobre el mármol de sus tumbas, parecÃan ser los únicos habitantes del
ruinoso edificio.
Los mozos seguÃan desde lo alto todas sus grotescas
evoluciones, esperando el instante en que se desgarrarÃa el último
jirón de la saya á que estaba sujeta, y rodarÃa dando tumbos, de pico
en pico, hasta el fondo del barranco; pero ella con el ansia de la
muerte y sin cesar de proferir, ora horribles blasfemias, ora palabras
santas mezcladas de maldiciones, se enroscaba en derredor de los
matorrales; sus dedos largos, huesosos y sangrientos, se agarraban
como tenazas á las hendiduras de las rocas, de modo que ayudándose de
las rodillas, de los dientes, de los pies y de las manos, quizás
hubiese conseguido subir hasta el horde, si algunos de los que la
contemplaban y que llegaron á temerlo asÃ, no hubiesen levantado en
alto una piedra gruesa, con la que le dieron tal cantazo en el pecho,
que piedra y bruja bajaron á la vez saltando de escalón en escalón por
entre aquellas puntas calcáreas, afiladas como cuchillos, hasta dar,
por último, en ese arroyo que se ve en lo más profundo del valle....
NOTES:
[Note 338: =tenerse por=, _to consider one's self as_.]
[Note 339: =valerse de=, _to make use of_.]
[Note 340: =tocar a=, _to concern_.]
[Note 341: =ceder el paso a=, _to give way to, "play second fiddle"_.]
[Note 342: =por amor a=, _out of love for_.]
[Note 343: =darse por=, _to consider one's self as_.]
[Note 344: =dado caso de que=, _in case that_.]
[Note 345: =servir de=, _to serve as_.]
[Note 346: =no dormirse en las pajas=, _to be very vigilant, wide
awake_.]
[Note 347: =tener miedo=, _to be afraid_.]
[Note 348: =no pasar el rÃo=, _to succeed, win the day_.]
[Note 349: 4 =¿estás?= _do you understand, are you "on"?_]
[Note 350: =verse en la obligación de=, _to be compelled to_.]
[Note 351: =dar parabienes a=, _to congratulate_.]
[Note 352: =echar de ver=, _to notice_.]
[Note 353: =dar muestra de=, _to give indication of_.]
[Note 354: =poner pies en polvorosa=, _to hurry away, to "dust out"_.]
=MÉJICO=
De todos los paÃses hispanoamericanos, Méjico es sin
duda alguna el más conocido de los norteamericanos,
debido a las relaciones comerciales establecidas entre
éste y los Estados Unidos.
Lo bien que[248] comprendÃa Castelar las condiciones
americanas se ve por el trozo de elocuencia que sigue:
/F
HEROÃSMO AMERICANO EN LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD
F/
Los Estados Unidos han invocado el Dios de la 5
libertad; han aceptado la guerra como un gran castigo
por el pecado nacional de la esclavitud; han hablado a
los dueños de esclavos en el sublime lenguaje de los
antiguos profetas; se han desposeÃdo de sus bienes para
romper sus ergástulas; han dado su pura sangre sajona, 10
su blanca piel por la dignidad y por la libertad de
aquellos negros, menos estimados que los perros; han
ensangrentado el MisisipÃ; han cubierto de ruinas las
llanuras y las montañas de Virginia; han inmolado en la
cruzada de la dignidad y de la igualdad humanas un 15
millón de hombres que, las madres americanas, inclinadas
las frentes sobre el Evangelio, han visto morir en la
tierra, pero renacer en el cielo; y sobre las ruinas de
Richmond, entre el choque de dos mundos, se han
derretido las cadenas de tres millones de esclavos y se 20
ha levantado, como el epÃlogo de un gran poema, que
está aguardando el genio de Homero aumentado por el
genio del Dante, rejuvenecidos ambos por la savia del
Nuevo Mundo; se ha levantado como epÃlogo de este
poema el sacrificio de Lincoln, de ese segundo Cristo de 25
los negros.
=entre=, between, among.
[2] =Por entre,= _Through_.
¿No hay un padre entre
vosotros?
[1] =entre los brazos,= _in the arms_.
--Lo es hasta entre los mismos naturales.
--Café, arroz, frutas y fibras, entre otros.
=entre=, between, among;
=por ----=, among.
_Sabe que, ocul|to^entre las verdes hojas_, p.
[9] =se asocian entre sÃ=, _combine among themselves_.
43 Asà que habÃa disensión entre la gente acerca de él.
=ojo,= eye; =tener entre --s,= to have an eye on, watch.
=diente,= _m._, tooth; =entre --s,= between (one's) teeth.
--Facilita el tráfico entre Bogotá y la costa del PacÃfico.
_Pónganse en la forma debida los verbos entre paréntesis_: 1.
43 Y Jesús respondió, y dÃjoles: No murmuréis entre vosotros.
[8] =entre tanta faja,= _in many_ (_innumerable_) _wrappings_.
=entre=, between, among, amidst, in; =por entre=, into, among.
=mezclar=, to mingle, mix; =mezclar entre=, to mingle in, join.
19 Y volvió á haber disensión entre los JudÃos por estas palabras.
--¿ReconocerÃa su caballo entre otros veinte?--preguntó
el emir.
--Pues oiga usted, tÃo Traga-santos, lo que pasó en Madrid entre D.
--Veo que Nicaragua ofrece fácil tráfico fluvial entre ambas costas.
¿Qué intercambio de productos existe entre Chile y los Estados
Unidos?
--La compañÃa argentina lo hace entre ese paÃs, el Uruguay y el Brasil.
16 Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos á los humildes.
_Cámbiense a la forma debida los verbos encerrados entre
paréntesis_: 1.
--Señor, murmuró, Iñigo entre dientes, es imposible pasar de este
punto.
¿Cómo habÃa decidido el juez la disputa entre el carnicero y el
aceitero?
--¡PÃcaro bellaco!--exclamó entre dientes.--Yo
veré si te escapas ahora.
¿Se ha de ir á los esparcidos entre los Griegos, y á enseñar á
los Griegos?
5 Uno hace diferencia entre dÃa y dÃa; otro juzga [iguales] todos los
dÃas.
=diente=, _m._, tooth; =entre dientes=, in a low voice, between one's
teeth.
=independiente,= independent(ly); =--s entre sÃ,= independent of one
another.
=resoplido,= snorting; =entre --s y gruñidos,= (between) huffing and
puffing.
_Cámbiense a la forma correcta del indicativo los verbos entre
paréntesis_: 1.
_En lugar de los nombres entre paréntesis, pónganse pronombres
personales_: 1.
»Ven á embriagarte con el perfume de las violetas que se abren entre
las sombras.
_Su mano^entre mis manos,
2 6
Sus ojos en mis ojos_, p.
¿Cómo estrechará el canal las relaciones amistosas entre las naciones
panamericanas?
35 Entonces los JudÃos dijeron entre sÃ: ¿A dónde se ha de ir éste que
no le hallemos?
23 Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discÃpulo no
habÃa de morir.
25 Y hubo cuestión entre los discÃpulos de Juan y los JudÃos acerca de
la purificación.
--¿Entran al rÃo los buques que hacen el servicio entre los puertos de
la costa oceánica?
--No; pero algunas de esas repúblicas han celebrado tratados entre sà o
con España y Francia.
--¿Cuál es la relación entre el clima, la topografÃa y las producciones
de la América Central?
--¿Son frecuentes las partidas de _football_, o los concursos atléticos
entre los estudiantes?
52 Entonces los JudÃos contendÃan entre sÃ, diciendo: ¿Cómo puede éste
darnos su carne á comer?
--¿Y qué relación hay entre el valor de la propiedad hipotecada y la
suma prestada por el banco?
=pierna,= limb, leg; =entre las --s,= between her knees; =dormir á --
suelta,= to sleep soundly.
2.{138-2} This repetition of =entre= is unusual, but it makes clear the
meaning of the sentence.
--He oÃdo decir que el intercambio de tabacos entre las repúblicas del
sur disminuye poco a poco.
=decir=, 6, to say;
=---- entre sÃ, para sÃ=, to say to oneself;
=¡no digo yo!= well, I declare!
24 Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre
los Gentiles, como está escrito.
¿De qué otra cosa podÃa provenir aquella tendencia inflamatoria y
pletórica tan común entre los monjes?
_Cópiense las frases siguientes, poniendo al pluscuamperfecto
los verbos encerrados entre paréntesis_: 1.
--No obstante, ese lenguaje común debe ser un vÃnculo entre los pueblos
de las repúblicas hispanoamericanas....
--¿No hay tratados de reciprocidad con respecto a los tÃtulos
profesionales entre esos paÃses y los Estados Unidos?
4 Conviéneme obrar las obras del que me envió, entre tanto que el dÃa
dura: la noche viene, cuando nadie puede obrar.
--Yo creÃa que el comercio de cabotaje entre los paÃses de la América
latina se hacÃa por medio de buques extranjeros.
--¿Ve usted aquel cabezo alto, alto, que parece cortado á pico, y por
entre cuyas penas crecen las aliagas y los zarzales?
12 Y habÃa grande murmullo de él entre la gente: porque unos decÃan:
Bueno es; y otros decÃan: No, antes engaña á las gentes.
--Yo he seguido algún tiempo la corriente del rÃo, hasta que el
vendaval me arranco de entre el légamo y los juncos de la orilla.
=Cuestionario hecho por los alumnos=
Háganse dos discÃpulos preguntas entre sà en castellano sobre el primer
párrafo del cuento.
10
Ocupa una de las situaciones más propias para servir
de[278] punto de escala a la navegación entre los dos
continentes.
--No tanto el de los limpiabotas, quienes prefieren trabajar en puestos
al aire libre, para atraer marchantes entre los transeuntes.
--Advierto también que al sur de la meseta[6] se extiende un gran valle,
entre aquélla y la Sierra Madre del Sur, próximo a la costa.
=114.=--[114.20] =entre sÃ=, 'one from another.'
[114.22] =machacando=, _etc._, refers to the clatter the stork makes
with his beak.
=por,= for, by, through, to, in, for the sake of, on account of (being);
=-- poco,= almost, nearly; =-- entre,= through, in between; =-- ...
5
--Conserva uno, si quieres, para recuerdo,--le
dijo;--pero los restantes es preciso que hoy mismo
los repartas entre tus hermanos.
5
Un dÃa se le cayó la escudilla de barro de entre las
manos, cada vez más temblorosas y débiles, y se hizo
pedazos[96] en el suelo.
--Sà señor; _por_ enero y febrero, o más exactamente, entre diciembre y
abril la navegación en las partes altas del Orinoco está interrumpida.
14 Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
--Y referÃamos con un blando susurro las historias de los silfos que
se columpian en los hilos de oro que cuelgan las arañas entre los
árboles.
--¡Figúrese Ud.![15] Exportadores hay que[16] ponen catálogos y libros
de propaganda entre mercaderÃas sujetas a derechos con arreglo al peso
bruto.
=entre,= between, among; =mirarse -- sÃ,= to look at one another; =--
tanto,= meanwhile; =-- asombrado é incrédulo,= half amazed and half
incredulous.
24 Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no
tendrÃan pecado; mas ahora, y [las] han visto, y me aborrecen á mà y á mi
Padre.
¿Qué habÃa pasado entre los dos amantes para que se arrastrara al fin á
poner por obra una idea que sólo el concebirla habÃa erizado sus
cabellos de horror?
¿Que habÃa pasado entre los dos amantes para que se arrastrara al fin
á poner por obra una idea que sólo el concebirla habÃa erizado sus
cabellos de horror?
--En las noches de luna, cuando su plateada luz resbalaba sobre la
cima de los montes, ¿te acuerdas cómo charlábamos en voz baja entre
las diáfanas sombras?
--SÃ, la reconozco, y veo que en Méjico la meseta corre paralelamente a
la dirección general del paÃs, dejando un borde de cada lado, entre ella
y los océanos.
¡Terrible debÃa ser la pena que hacÃa humedecerse aquellos ojos
acostumbrados á contemplar serenos la muerte todos los dÃas, entre los
abismos del enfurecido mar!
19 Y conoció Jesús que le querÃan preguntar, y dÃjoles: ¿Preguntáis
entre vosotros de esto que dije: Un poquito, y no me veréis, y otra vez un
poquito, y me veréis?
--Ahora me explico[14] el contraste entre la aridez de la parte
occidental del Perú y la fertilidad de las faldas orientales, o sea lo
que allà se llama la Montaña.
--No sabemos, se apresuraron á contestar los otros servidores;
desapareció de entre nosotros cerca de la cañada, y esta es la hora en
que todavÃa no le hemos visto.
_Y^entre^aquella sombra
2 5
VeÃase^á^intérvalos
3 5
Dibujarse rÃgida
2 5
La forma del cuerpo_, p.
7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el
estanque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro
antes de mà ha descendido.
7 Saludad á Andrónico y á Junia, mis parientes, y mis compañeros en la
cautividad, los que son insignes entre los apóstoles; los cuales también
fueron antes de mà en Cristo.
=tanto -a=, as much (many), so much (many); =un tanto=, somewhat; =entre
tanto=, =mientras tanto=, in the meanwhile; =en tanto que=, while; =por
lo tanto=, wherefore, therefore.
¿por qué no la posee otra Virgen?[1] prosiguió con acento
enérgico y apasionado; ¿por qué no la tiene el arzobispo en su mitra,
el rey en su corona, ó el diablo entre sus garras?
17.]
Tal vez serÃa un rayo de sol que serpeó fugitive entre su espuma; tal
vez una de esas flores que flotan entre las algas de su seno, y cuyos
cálices parecen esmeraldas ...
8 DÃcele uno de sus discÃpulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:
9 Un muchacho está aquà que tiene cinco panes de cebada y dos
pececillos; ¿mas qué es esto entre tantos?
--Pero con marina de guerra y todo,[45]--dijo el boliviano,--yo preveo
una dificultad, y es[46] la desproporción entre las importaciones y las
exportaciones de los Estados Unidos.
18 Por lo cual también habÃa venido la gente á recibirle, porque habÃa
oÃdo que él habÃa hecho esta señal;
19 Mas los Fariseos dijeron entre sÃ: ¿Veis que nada aprovecháis?
--Mucho; y se juegan no sólo entre las universidades de un paÃs, o entre
las facultades o escuelas de una misma universidad, sino también entre
_teams_ o equipos de distintos paÃses.
--Pues sábete, ingrata, que en su vida{90-3} este á quien ofendes ha
dejado hueco entre el agravio y la venganza; que eso en la sangre
lo{90-4} tengo, y lo mamé con la leche que me crió.
«¿Habrá otro--entre sà decÃa--
Más pobre y triste que yo?»
Y cuando el rostro volvió
Halló la respuesta viendo
Que iba otro sabio cogiendo
Las hierbas que él arrojó.
8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no
muere: la muerte no se enseñoreará más de él.
--_Salvador Camacho Roldán_ (VENEZOLANO)
=Hernández, José= (1834-1886)
José Hernández,[36] indiscutiblemente es el que posee el cetro de la
poesÃa criolla[37] Argentina entre los clásicos.
54 Por tanto, Jesús ya no andaba manifiestamente entre los JudÃos; mas
fuése de allà á la tierra que está junto al desierto, á una ciudad que se
llama Ephraim: y estábase allà con sus discÃpulos.
35 Entonces Jesús les dice: Aun por un poco estará la luz entre
vosotros: andad entre tanto que tenéis luz, porque no os sorprendan las
tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.
--Hollada bajo el pie de indiferente pasajero, sin cesar arrastrada de
un punto á otro entre el polvo y el fango, me he juzgado dichosa
cuando podÃa reposar un instante en el profundo surco de un camino.
13 Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he
propuesto ir á vosotros (empero hasta ahora he sido estorbado), para tener
también entre vosotros algún fruto, como entre los demás Gentiles.
24 Y dijeron entre ellos: No la partamos, sino echemos suertes sobre
ella, de quién será; para que se cumpliese la Escritura, que dice: Partieron
para sà mis vestidos, Y sobre mi vestidura echaron suertes.
5 Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre
vosotros seáis unánimes según Cristo Jesús;
6 Para que concordes, á una boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo.
--Mucho me lo temo,[49] a menos que[50] esté ya terminada la lÃnea entre
Guatemala y la ciudad de La Unión, en el Salvador; si esto es asÃ,[51]
puede ya hacerse por riel el viaje entre Acajutla y la costa del
Atlántico.
--Pues por mÃ, señor de Lopera, aunque sean más largas que la LetanÃa,
de seguro no lo advertiré, porque vengo reventado y molido; y en
metiéndome entre sábanas, ya pueden echar á vuelo todo un campanario: no
me quitarán el sueño.
(decÃa entretanto el Comandante, leyendo las señas
que le habÃa dado el Capitán general.)--¡à fe que hemos estado
torpes!--Pero ¿á quién se le hubiera ocurrido buscar al capitán de
ladrones entre los migueletes que iban á prenderlo?
3 Digo pues por la gracia que me es dada, á cada cual que está entre
vosotros, que no tenga más alto concepto de sà que el que debe tener, sino que
piense de sà con templanza, conforme á la medida de fe que Dios repartió á
cada uno.
]
Y vió el sol volteando encendido sobre ejes de oro en una atmósfera de
colores y de fuego, y en su foco á los Ãgneos espÃritus[1] que habitan
incólumes entre las llamas, y desde su ardiente seno entonan al
Criador himnos de alegrÃa.
=Resumen=
El discÃpulo se preparará a dar oralmente ante la clase un resumen del
cuento "Abuelo y Nieto."
=Estudio de voces de la misma etimologÃa=
Es de notar la semejanza que existe muchas veces entre palabras
españolas e inglesas.
8, note 1]
Y sin embargo, entre los señores comarcanos murmurábase que la hermosa
castellana de Veratón[1] no era tan limpia de sangre como bella, y que
á pesar de sus trenzas rubias y su tez de alabastro, habÃa tenÃdo por
madre una gitana.
15
Este canal acorta la distancia entre las ciudades
americanas y paÃses europeos con los paÃses y ciudades
del PacÃfico y esto constituye a todas luces[273] una gran
economÃa en tiempo y dinero, pues ya se sabe que el
tiempo es oro.
--Barcos de vapor, es decir, vapores de rÃo para pasajeros y
vapores-correos que hacen el servicio fluvial en el interior de la
Argentina y Paraguay y, además, entre los puertos marÃtimos de las
costas australes argentinas, aun llegando hasta el Brasil.
¡Qué hermoso era ver correr el agua del rÃo que lamÃa las
retorcidas raÃces del añoso tronco que nos sustentaba, aquel agua
limpia y trasparente que copiaba como un espejo el azul del cielo, de
modo que creÃamos vivir suspendidas entre dos abismos azules!
16, note 3.]
El misterioso bandido penetró al fÃn en la sala del concejo, y un
silencio profundo sucedió á los rumores que se elevaran[1] de entre
los circunstantes, al oir resonar bajo las altas bóvedas de aquel
recinto el metálico son de sus acicates de oro.
121, Note 1.]
Exasperados, y no encontrando otra vÃa de salvación, por último, se
pusieron de acuerdo entre sÃ, se encomendaron á la Divina Providencia
y tomaron las armas; pero el señor reunió á sus secuaces, llamó en su
ayuda al diablo, se encaramó á su roca y se preparó á la lucha.
6.--LA CAZA DEL TIGRE
ConocÃase que las mujeres nos contaban y recontaban[1] desde que nos
alcanzaron a ver,[2] y cuando nos acercamos a la casa estaban aún
indecisas entre el susto y la alegrÃa, pues por nuestra demora y los
disparos que habÃan oÃdo suponÃan que habÃamos corrido peligros.
--Tenemos el azúcar blanco o de flor; el azúcar de lustre (que ha sido
molido y pasado por un cedazo); el azúcar moreno, negro o prieto, que
está mezclado con melaza; el azúcar piedra en cristales grandes; el
azúcar refinado; y el azúcar terciado, de color intermedio entre el
azúcar moreno y el blanco.
24 Por lo cual también Dios los entregó á inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de suerte que contaminaron sus cuerpos entre
sà mismos:
25 Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo
á las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos.
8 Digo, pues, que Cristo Jesús fué hecho ministro de la circuncisión por
la verdad de Dios, para confirmar las promesas [hechas] á los padres,
9 Y para que los Gentiles glorifiquen á Dios por la misericordia; como
está escrito: Por tanto yo te confesaré entre los Gentiles, Y cantaré á tu
nombre.
--Me han informado que en la América latina el comercio y la industria
no están tan general y completamente[17] organizados[18] como en los
Estados Unidos, resultando de ello[19] el que se conservan allÃ
ocupaciones que entre nosotros ha tiempo[20] fueron absorbidas por
organizaciones comerciales más vastas.
--¿Qué es éso?[11]
--En Estados Unidos se juega el curso del trigo, operando sobre
mercancÃas a librar[12] y al descubierto[13]; es decir, sin que en
realidad se transfiera mercaderÃa alguna, sino que se está sólo a[14]
las diferencias entre los precios que existan el dÃa fijo y aquéllos a
que se compró y vendió.
[Footnote 1: This poem is composed of hendecasyllabic verses of
the first class, alternating with assonanced heptasyllabic
_versos_ agudos.]
LII[1]
Olas gigantes que os rompéis bramando
En las playas desiertas y remotas,
Envuelto entre la sábana de espumas,
¡Llevadme con vosotras!
29 Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen
hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos;
30 Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á
éstos también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó.
--El caucho de Cartagena que se exporta en panes grandes de cincuenta
kilogramos; el de las Antillas (que comprende el de la América Central)
que se exporta igualmente en panes; el de Guayaquil, que es de tipo poco
uniforme y cuyo color varÃa entre el blanquecino de las clases
superiores, y el oscuro pardo de las más impuras.
2, note 2.]
Ahora que estoy en mi celda tranquilo, escribiendo para ustedes la
relación de estas impresiones extrañas, no puedo menos de maravillarme
y dolerme de que las viejas supersticiones tengan todavÃa tan hondas
raÃces entre las gentes de las aldeas, que den lugar á sucesos
semejantes; pero, ¿por qué no he de confesarlo?
=tanto, -a=, as much, so much;
=---- que=, as much as;
=---- como=, as much as;
=en ---- que=, while;
=---- uno como otro=, both one and the other;
=algún ----=, a little;
=en ----, entre ----=, in the meanwhile;
=por lo ----=, for the same reason, therefore;
=---- cuanto=, as much as;
=---- por ciento=, percentage.
66, note 1.]
Como era de esperar, entre los oficiales que, según tenÃan de
costumbre, acudieron al dÃa siguiente á tomar el sol y á charlar un
rato en el Zocodover, no se hizo platillo de otra cosa que de la
llegada de los dragones, cuyo jefe dejamos en el anterior capÃtulo
durmiendo á pierna suelta y descansando de las fatigas de su viaje.
30
Quedando el Brasil enteramente entre las zonas
templada y tropical, el clima en una región se modifica;
sin embargo, en las numerosas altas mesetas y cadenas
de montañas, asà como también por su extenso sistema
de rÃos, estas dilatadas y fértiles llanuras producen todas
las frutas de los trópicos y contienen ricos y casi impenetrables
bosques.
[Footnote 1: Noche-Buena = 'Christmas eve.' It is impossible to
render in English the play upon the words _Buena_ and _mejor_.]
Esto diciendo, la buena mujer que habÃa servido de cicerone á su
vecina, atravesó el atrio del convento de Santa Inés,[1] y codazo en
éste, empujón en aquel, se internó en el templo, perdiéndose entre la
muchedumbre que se agolpaba en la puerta.
¡Sabes que
mañana son mis dÃas?--Te los deseo muy felices.--Déjate de cumplimientos
entre nosotros; ya sabes que yo soy franco y castellano viejo: el pan
pan, y el vino vino;{133-2} por consiguiente exijo de ti que no vayas á
dármelos; pero estás convidado.--¿à qué?.--à comer conmigo.--No es
posible.--No hay remedio.--No puedo, insisto temblando.--¿No
puedes?--Gracias.--¿Gracias?
26, note 1.]
En las ráfagas del aire y confundido con los leves rumores de la
noche, creyó percibir un extraño rumor de voces delgadas, dulces y
misteriosas que hablaban entre sÃ, reian ó cantaban cada cual por su
parte y una cosa diferente, formando una algarabia tan ruidosa y
confusa como la de los pájaros que despiertan al primer rayo del sol
entre las frondas de una alameda.
42, note 1.]
En efecto, era asÃ, pues á poco de haberse oÃdo la esquililla,
empezaron á saltar por entre las apiñadas matas de cantueso y tomillo,
y á descender á la orilla opuesta del riachuelo, hasta unos cien
corderos, blancos como la nieve, detrás de los cuales, con su caperuza
calada para libertarse la cabeza de los perpendiculares rayos del sol,
y su atillo al hombro en la punta de un palo, apareció el zagal que
los conducÃa.
--Se refiere, prosiguió el montero, á que, según él afirma, y lo jura
y perjura por todo lo más sagrado del mundo, los ciervos que discurren
por estos montes, se han dado de ojo para no dejarle en paz, siendo lo
más gracioso del caso, que en más de una ocasión les ha sorprendido
concertando entre sà las burlas que han de hacerle, y después que
estas burlas se han llevado á término, ha oÃdo las ruidosas carcajadas
con que las celebran.
12.--EN DILIGENCIA
A las tres de la mañana llamó a la puerta de mi cuarto el mozo del hotel
con fuertes golpes y gritando con apremio[1]:
--¡Ya es hora![2]
Echéme a cuestas[3] el vestido a toda prisa, entre grandes bostezos y
dándome al diablo[4] porque el administrador de las diligencias hiciese
salir tan temprano el vehÃculo; y pocos momentos después abrà la puerta
de mi habitación, y me dirigà al comedor a tomar algún refrigerio.
=por=, for, through, between, to, by, along,
on account of, per, for the sake of, in behalf, by means of; about;
=---- tanto= _or_ =---- ende=, for that, for so much;
=---- más que= _or_ =---- mucho que=, in vain;
=---- acá= _or_ =---- allá=, here _or_ there;
=---- si acaso=, if by chance;
=---- entre=, through;
=---- cuanto=, whereas;
=---- tanto=, wherefore;
=---- sÃ=, by himself (herself or itself);
=---- cierto=, indeed;
=---- qué=, why.
15
Pero el señor cura estaba prevenido, y suplió la falta
de elocuencia del predicante momia, acomodándole, por
entre las sotanas, un largo tubo de hoja de lata, de
manera que ocultándose detrás de él, podÃa hablar por
boca de ganso[253] a sus sencillos feligreses, sin que éstos 20
lo echasen de ver.[254]
La plática fué, como siempre, sobre el pago de las
primicias, fulminando terribles amenazas contra los que
no cumpliesen con tal obligación.
--Esa provisión es digna de todo elogio,[19]--dijo mister Smith--En los
Estados Unidos no procedemos asÃ, pues los ferrocarriles se han acogido
a las oportunidades ofrecidas por los diferentes estados, pero no se han
firmado contratos, y en consecuencia el gobierno no se halla facultado
para indagar la situación financiera de los ferrocarriles, salvo en los
casos en que los tribunales declaran no existir relación equitativa
entre los ingresos procedentes de la explotación de un ferrocarril y el
capital invertido.
--En acosar y perseguir á los infelices pastores que se arriesgan por
esa parte de monte, ya haciendo ruido entre las matas, como si fuese
un lobo, ya dando quejidos lastimeros como de criatura, ó
acurrucándose en las quiebras de las rocas que están en el fondo del
precipicio, desde donde llama con su mano amarilla y seca á los que
van por el borde, les clava la mirada de sus ojos de buho, y cuando el
vértigo comienza á desvanecer su cabeza, da un gran salto, se les
agarra á los pies y pugna hasta despeñarlos en la sima....
4.--AUGURIOS
La isla de Cuba, entre las dos Américas, a la boca del[1] Golfo
Mejicano, siendo el centinela avanzado del archipiélago, punto
intermediario del comercio en dÃa no lejano[2] en que los pueblos
asiáticos y los pueblos americanos y europeos se comuniquen por caminos
más breves con sus muchos y bellos puertos, sus innumerables riachuelos,
sus campos cubiertos de verdor perenne, sus privilegiados frutos, sus
feraces terrenos, su cielo encantador, su benigno clima; no se detendrá
sin duda en la marcha que ha emprendido.
52, note 3.]
La fiesta religiosa habÃa traÃdo á ella una multitud inmensa de
fieles; pero ya ésta se habÃa dispersado en todas direcciones; ya se
habÃan apagado las luces de las capillas y del altar mayor, y las
colosales puertas del templo habÃan rechinado sobre sus goznes para
cerrarse detrás del último toledano, cuando de entre las sombras, y
pálido, tan pálido como la estatua de la tumba en que se apoyo un
instante mientras dominaba su emoción, se adelantó un hombre que vino
deslizándose con el mayor sigilo hasta la verja del crucero.
52,
note 1.]
En esta situación de ánimo, la más insignificante novedad que viniese
á romper la monótona quietud de aquellos dÃas eternos é iguales, era
acogida con avidez entre los ociosos; asà es que la promoción al grado
inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento
estratégico de una columna volante, la salida de un correo de
gabinete, ó la llegada de una fuerza cualquiera á la ciudad,
convertÃanse en tema fecundo de conversación y objeto de toda clase de
comentarios, hasta tanto que otro incidente venÃa á sustituirle,[1]
sirviendo de base á nuevas quejas, crÃticas y suposiciones.
13,
note 1.]
Ya enzarzado en lo más espeso y fragoso del monte, llevando del
diestro la caballerÃa por entre sendas casi impracticables, ora por
las cumbres para descubrir la salida del laberinto, ora por las
honduras con la idea de cortar terreno, anduve vagando al azar un buen
espacio de tarde hasta que por último, en el fondo de una cortadura
tropecé con un pastor, el cual abrevaba su ganado en el riachuelo que,
después de deslizarse sobre un cauce de piedras de mil colores, salta
y se retuerce allà con un ruido particular que se oye á gran
distancia, en medio del profundo silencio de la naturaleza que en
aquel punto y á aquella hora parece muda ó dormida.
--DifÃcil será que entres.
--En buen hora; ya has cumplido con ese deber; ¿pero es preciso que
entres ahÃ?
Y habÃa disensión entre ellos.
Ningún[31] inglés se ve entre ellos.
murmuró entre dientes el señor
Frutos.
Y sólo veo entre sombras aquellos ojos...
Yo la tomé
entre las manos y la apliqué un beso...
VARIANTS: =Dicho
sea entre paréntesis=; =al pasar=.
La noticia cundió instantáneamente entre la muchedumbre.
VARIANT: =Casi no mantenemos trato alguno
entre nosotros=.
rivalizar, to be rivals; to vie (entre sÃ, with each other).
cantar, to sing, hum, buzz; -- entre dientes, to hum (a song).
algún deporte tÃpico, como lo es entre nosotros el
_baseball_?
El tercero le
componen dos buhardillones independientes entre sÃ.
Apoyó los codos en las rodillas y metió la cabeza entre las
manos.
La mayor parte de las lluvias
caen entre los meses de mayo y octubre.
Apenas regresaron al reino, empezaron los hermanos a altercar entre sÃ.
VARIANT: =Hay una gran diferencia= (or =va un
gran trecho=) =entre ...
En 1871 utilizaron
el canal 765 buques, entre ellos 63 buques de guerra.
Suelen[84] matar a otros animales, sólo con
apretarlos entre las patas.
HabÃa entre ellas mujeres de setenta, de ochenta, y de noventa
años de edad.
se lo figura,
y podrÃa entre tanto sentir debilidad, y no quiero que haya V.
Diciendo esto, el guarda se alejó rápidamente y desapareció entre los
olivos.
La fiebre amarilla hacÃa estragos[266] entre los 5
trabajadores.
Algunas ediciones impresas tenÃan tanto letra itálica y
palabras entre corchetes.
El
rey creÃa que no le era posible reconocer a la princesa entre
sus compañeras.
Nada quedaba de común, sino el corazón, entre los embarcados y la gente
de tierra.
El
sol habÃa descendido por detrás del monte, y se habÃa ocultado entre los
olivos....
El 25
mendigo lo reconoció tan pronto como usted entre
otros veinte.
Asunción permaneció sentada,
con la cabeza baja y ocultando el rostro entre las manos....
La piqueta al hombro,
El sepulturero
Cantando entre dientes
Se perdió á lo lejos.
No eché en saco roto la advertencia: aquella noche misma fuà á
apostarme entre los chopos.
Por el del PacÃfico, un canal entre la costa y el
lago habrÃa completado la ruta por agua.
que se
trata de un _montecristo_, el sombrero más famoso entre todos los
llamados «panamás».
VARIANT: =En cÃrculos comerciales;
entre los entendidos.=
[10] =menos claro,= _less bright_.
Al amanecer del dÃa siguiente, un agente de orden público tropezó con su
cadáver entre la nieve.
Al medio dÃa, la luz del sol cae sobre el bosque como una gasa de oro
que flota entre las ramas.
Al ponerse de pie, el guante
resbaló por entre los anchos pliegues de seda, y cayó en la alfombra.
mirar, to look, look at, gaze at; to see; --se entre si, to look at
each other (_or_ one another).
Mucho tiempo se
mantuvo encerrado entre sus muros de argamasa, como el león en su jaula
de hierro.
Y haciendo un gracioso gesto desapareció entre las 10
cristalinas aguas del rÃo.
La última revolución empezó en 1895 y fué terminada
con una guerra entre España y los Estados Unidos.
muchos criollos
entre los capitanes y patrones de los buques, asà como entre los
oficiales de a bordo.
Por cierto
esas causas son numerosas; pero entre ellas yo señalaré una que no he
oÃdo mencionar nunca.
Puesto que un duelo entre nosotros es imposible, resolvámonos á
encomendar nuestra suerte en sus manos.
el mapa de las vÃas de comunicación
terrestres entre los estados vecinos de la América latina y verá Ud.
El Tajo se retorcÃa gimiendo al pie del mirador entre las rocas sobre
que se asienta la ciudad imperial.
Entonces me mezclé entre la gente, aguardando una ocasión para
colarme dentro sin que me viera el portero.
Ciertos torneos entre argentinos,
uruguayos, brasileños y chilenos han hecho época en los anales
deportivos.
El que saliendo de entre las
sombras de los arcos[1] que rodean la plaza vino á reunÃrsele, Lope de
Sandoval.
en la Sagrada Escritura que
más fácil es que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en
el cielo?
El edificio Produce Exchange, entre sus muros de hierro
y granito, reúne tantas almas cuantas hacen un pueblo...
La proporción entre ese _encaje_ y la moneda
circulante es en ese paÃs más elevada que en ningún otro del mundo.
CHILE
La república de Chile es un paÃs largo y estrecho que está situado entre
los Andes y el Océano PacÃfico.
De tu balcòn las persianas
Cerré ya, porque no entre
El resplandor enojoso
De la aurora, y te despierte ...
las ondas nos llaman con sus
voces incomprensibles, el viento empieza entre los álamos sus himnos
de amor; ven ...
Esa eterna existencia entre extraños es triste en su inmovilidad; cual
la del JudÃo errante en su incesante movimiento.
Estos derechos, _ad
valorem_, como se los llama, varÃan entre el dos y el ochenta por ciento
del valor de los artÃculos.
Se ve el rastro de la
sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos
han flaqueado sus piernas....
sÃ, himself, herself, itself, one's self, themselves; de por --, by
himself, for his own part; entre --, to himself, etc.
Y esto diciendo se arrojó en los
brazos de Alonso, que le estrechó entre los suyos con una fuerza y una
efusión indecibles.
Constanza, herida por su mano, expiraba allà á su vista, revolcándose
en su propia sangre, entre las agudas zarzas del monte.
La ciudad de San Salvador está situada entre
montañas y en el centro de un valle donde prosperan las plantaciones de
Ãndigo.
Éste es Juan de quien tanto os he hablado, á quien acabo de
encontrar en la calle á punto de morirse helado entre la nieve....
De modo, pues, que[52] acabada la lÃnea entre Guatemala y
Méjico, será posible viajar en tren desde el Salvador hasta Nueva York.
Me revolqué mil veces entre las sábanas, presa
de fatal desasosiego, de un terror que el silencio y la soledad hacÃan
más cruel.
Oà un quejido, un grito de rabia, y và salir[6] en seguida
el oso de entre la humareda, dando tumbos[91] a
un lado y a otro.
Debo advertir que éste es el tratamiento que se da, entre la gente del
pueblo de este paÃs, por los yernos y nueras, á las suegras.
El montero exclamó al fin:
--Señores, vosotros lo habéis visto; me he expuesto á morir entre los
pies de su caballo por detenerle.
POESÃAS
LOS DOS CONEJOS
Por entre unas matas,
Seguido de perros,
(No diré corrÃa)
Volaba un conejo.
Finita se quedó al parecer algo chafada: sin duda esperaba otra cosa: y
llegándose vivamente á CurrÃn, le dijo entre dientes:
--¿Y...
En las costas son colosales, y los
diámetros enormes, los troncos derechos, perpendiculares, y dejando
entre sà grandes espacios vacÃos.
Por entre[2] esas ramas flotantes y sombrÃas, pasan algunos rayos
de luz, y uno que otro pájaro atraviesa esas ráfagas, volando perezoso.
Este
rendimiento oscila entre el treinta y el setenta por ciento, según la
clase del textil y las condiciones en que el animal ha vivido.
Por otra parte, si el
comentario histórico es fuente de disensiones entre los propios, ¡cuánto
más no ha de[13] serlo entre los extraños!
Sin embargo entre éstos abundan los italianos, y
sobre todo entre los pilotos, prácticos, contramaestres, y la
tripulación de los buques.
Turbando el profundo silencio que
me rodeaba, habÃa oÃdo como un ruido de hierros, que se removÃan y
chocaban al unirse entre las sombras.
El uniforme y desnudo camino, después de
arrastrarse dos leguas por entre palmitos, hace alto al pie de la
primera elevación de terreno....
Es una de las ciudades más
cosmopolitas del mundo, pues entre sus habitantes se 5
cuentan cerca de 575,000 extranjeros.
Las
relaciones comerciales sólo adquieren incremento entre dos naciones
cuando entrambas mantienen lazos de una interdependencia económica.
Obligado á
escoger entre ambas, me quedarÃa sin las dos, aunque la primera me
parece más temible; y cuando asà lo digo, estudiado lo tengo.
La abadesa del convento de Santa Inés y
la hija de maese Pérez hablaban en voz baja, medio ocultas entre las
sombras del coro de la iglesia.
CapÃtulo 7
1 ¿IGNORÃIS, hermanos, (porque hablo con los que saben la ley) que la
ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive?
entre, between, among, in; por --, between, among, in, through;
mirarse -- sé, to look at each other (_or_ one another); sÃ, to
himself, etc.
prosiguió con acento enérgico y
apasionado; ¿por qué no la tiene el arzobispo en su mitra, el rey en su
corona, ó el diablo entre sus garras?
Hermoso
espectáculo que nos produjo profunda impresión, aunque entre nosotros
fuéramos varios[1] los que habÃamos visto glaciares en los Andes.
Ya no eran más que dos voces, cuyos ecos se confundÃan
entre sÃ; luego quedó una aislada, sosteniendo una nota brillante como
un hilo de luz....
Teobaldo oyó entre aquellas
voces que palpitaban aún en el éter luminoso, la voz de su santa
madre, que pedÃa á Dios por él; pero no oyó la suya.
Sus cabellos eran como el oro; sus
pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban
inquietas unas pupilas que yo habÃa visto...
Una compañÃa chilena y otra peruana tienen vapores
cómodos que transportan pasajeros y tocan en los puertos del PacÃfico,
entre Valparaiso y Panamá.
Cuando era aprendiz asistÃa un dÃa a una conversación
entre su maestro y un parroquiano, en la cual éste mantenÃa que todos
los hombres eran iguales.
Le oyó con interés, desapareció por un momento
entre las ramas de la ribera, y volvió trayendo entre 20
sus manos una hacha de oro.
La cinchada se
juega entre dos ginetes que atan los caballos entre sà con un lazo,
tirando en opuestas direcciones para hacer retroceder al contrario.
MÉJICO
Méjico ocupa casi toda la parte de la América del Norte que está al sur
de los Estados Unidos y entre el golfo de Méjico y el océano PacÃfico.
Todo el mundo se apea
y se confunde entre la multitud; el millonario va expuesto a ser
pisoteado por el pordiosero y despojado de su reloj por el pillo.
diente, _m._, tooth; como que echó los --s en, he was, as it were,
born to (_or_ into); eutre --s, between (my) teeth; cantar entre --s,
to hum (a song).
Nubes de tempestad, que[2] rompe el rayo
Y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
Arrebatado entre la niebla obscura,
¡Llevadme con vosotras!
En
la cima se halla escondido entre los olivares un antiguo castillo, que
labrarÃan{79-2} los moros sobre aquel cerro, porque domina una extensa
llanura.
of_ =servir=
=sesenta= sixty
=setenta= seventy
=sÃ= himself, herself, themselves;
=para sÃ= to himself, etc.;
=entre sÃ= within himself, etc.
Por voluntad de Dios suele brotar de entre esos
poderosos monstruos algún sér de superior naturaleza, que tiende las
alas a la eterna Miranda de lo ideal.
En mi coche penetran varios, y entre ellos una señora con una perra, á
la que trata de ocultar en el seno para no incurrir en las iras de los
empleados....
Ahora bien, una designación
común crea en la mente la presunción de que existen semejanzas estrechas
entre todas las partes que concurren a formar ese todo.
Silbó el aire que habÃa permanecido un momento callado, y las hojas se
lavantaron en confuso remolino, perdiéndose á 10 lejos entre las
tineblas de la noche.
En todos nuestros textos, letra itálica se reproduce entre corchetes
[...], para que se convierte fácilmente el Nuevo Testamento a muchos
diferentes formatos.
Entonces José, tomando la cabeza del tigre entre las dos manos, dijo:
--El tigre iba a matar a Braulio, cuando el señor[9] (señalándome) le
dió este balazo.
Las voces
siguientes han sido tomadas del cuento "Abuelo y Nieto." Nótese la
semejanza asà como la diferencia que existe entre las palabras de ambos
idiomas.
Tiene muchos puertos de mar, y cerca de cien poblaciones
organizadas, entre ellas tres ciudades de mucha
importancia, llamadas San Juan, Ponce y Mayagüez.
Sueltas sus trenzas claras y sedosas,
Y oprimiendo mi mano entre sus manos,
Parece que medita en muchas cosas
Al mirar como juegan sus hermanos....
Advierto que el dulce[12] y las golosinas son muy
apreciadas[13] entre los latinos.[14]
--¿Procede de los frigorÃficos la carne que se consume en las ciudades?
En la corriente,
que pasaba y pasaba sin cesar ante sus extraviados ojos, quebrándose al
pie del mirador entre las rocas sobre que se asienta la ciudad imperial.
Todos ellos se habÃan despedido ya de sus padres, de
sus mujeres, de sus hijos, que desde tierra les dirigÃan, entre
lágrimas, palabras de cariño y de esperanza.
Allà están entre todas, brillantes sobre las listas de
la bandera, las que iluminan el vuelo del águila de América, de esta tu
América formidable, de ojos azules.
En la
corriente, que pasaba y pasaba sin cesar ante sus extraviados ojos,
quebrándose al pie del mirador entre las rocas sobre que se asienta la
ciudad imperial.
Se acercaron a[68] él, le cogieron y le preguntaron: 5
--¿Dónde está el camello, y qué ha hecho usted de
las joyas que habÃa entre la carga?
Yo se los irÃa sacando con una vara
de acebuche si lo pillara entre cuatro paredes, por muy agarrados que
estuvieran.{128-3} ¡Atreverse conmigo, con un religioso!
Se conserva soltero, porque entre su lancha, sus campañas
y sus redes, que teje con mucho primor, nunca le quedó un cuarto de hora
libre para buscar una compañera.
Sólo un punto luminoso seguÃa viendo
tenazmente el desgraciado entre las tinieblas de su congojoso estado:
este punto luminoso era la llegada de su hermano Santiago.
Las lamentaciones y los gemidos, los suspiros
y las lágrimas son apaciguadas entre tanto
por esta horrible palpitación de mi corazón;
¡ah, esta horrible palpitación!
Lucen los dos sus inocentes galas,
Y alegres sueñan en tan dulces lazos:
Él, que cruza sereno entre las balas;
Ella, que arrulla un niño entre sus brazos.
Y el muchacho, dando tormento al rey Leopoldo de Bélgica que apretaba
entre sus dedos, se puso muy cerquita del oÃdo de la niña, y murmuró
suavemente: «SÃ, era algo...
El tráfico de uva es asimismo muy intenso, y en la época de la
vendimia corren trenes especiales entre Buenos Aires y los centros
productores de esa fruta en los Andes.
La comunicación, que imagino existe entre Uds.,
debe engendrar un sentimiento común, un sobrentendido de semejanza,
resultado de la amistad y el conocimiento recÃproco.
Pero el jabalÃ, al que sólo divisaba á intervalos entre
los espesos matorrales, tomaba á desaparecer de su vista para
mostrársele de nuevo fuera del alcance de su armas.
Y en efecto, llevándose el pañuelo á los ojos, ella la primera, con
rostro sereno y risueño se mezclaron agrupadas entre la muchedumbre; y
las perdà muy pronto de vista.
Consideró, con
todo, que tan prodigiosa alhaja tenÃa sobrado precio para uso de diario,
y la guardó en su cajita y la ocultó con cuidado entre sus mas estimados
tesoros.
El
juego de bolos, llamado boliche en Méjico, palitoque en Chile y bochas
en el Plata, es popular entre la gente de los campos en todas las
repúblicas latino-americanas.
Tanto la casa como[16] el
terreno pueden ser abonados[17] al contado, o el pago puede hacerse por
mensualidades,[18] durante un tiempo que varÃa entre cinco y siete años.
Allà ensanchó sus conocimientos, y concibió y
maduró su gran proyecto de atravesar el Atlántico, en
busca de una vÃa que facilitase el comercio entre Ãsia
y Europa.
of_ =entrar=
=entre= between, among;
=entre sÃ= within himself;
=por entre= among
=entregar= to deliver, hand over
=entristecido= saddened
=entró= _3 sing.
Allà sólo pueden
imponerse las mercaderÃas realmente superiores,--entre ellas las ya
mencionadas de metal, madera, cuero y caucho, en que los Estados Unidos
se distinguen.
Entonces vaga entre ellos ese pájaro que llaman
_crepuscular_, porque sale a cazar insectos a la hora en que el lucero
de la tarde[3] centellea entre las ramas de la selva.
Mira, la fuente brota escondida en el seno
de una peña, y cae resbalándose gota á gota por entre las verdes y
flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna.
Existen
a la vez[289] el peso de oro y el de papel, lo cual ocasiona
confusiones en la mente de los que no conocen con
precisión la diferencia que entre ellas existe.
ComÃa lo preciso para no morirse de hambre en alguna taberna de los
barrios bajos, y dormÃa por cuatro cuartos entre mendigos y malhechores
en un desván destinado á este fin.
boca, all of a sudden; unexpectedly; echar
-- de, to lay hands upon, take possession of; entre sus --s, in his
hands; tomar -- en ello, to take it in hand (_or_ a hand in it).
La cumbre de los árboles más
colosales[1] se ilumina con el albor de la mañana, y entonces resaltan
más esas sombras, entre las que se mecen suavemente las ramas de la
selva.
Y los
carabineros, excelentes muchachos que viven entre nosotros y son casi de
la familia, hacÃanse á un lado, comprendiendo la situación y no
queriendo perder á unos pobres.
en
cuenta, además, que hay, como quien dice,[7] indios e indios; es decir,
que entre las razas nativas existen diferencias marcadas que imponen
modalidades y rasgos diferentes.
Más hacia el
sur de la meseta, los bosques son más ralos, sobre todo al este del rÃo
Paraná, y donde se hallan separados entre sà por llanuras cubiertas de
vegetación herbácea.
Pero si brilla y descuella
intelectual y fÃsicamente entre sus compañeros, los hijos de familia de
la fofa aristocracia del lugar miran por encima del hombro al hijo de la
cómica.
La luz, que en un vaso,
ArdÃa en el suelo,
Al muro arrojaba
La sombra del lecho;
Y entre aquella sombra
VeÃase á intervales,
Dibujarse rÃgida
La forma del cuerpo.
Mientras subÃan
el telón seguimos charlando, aunque muy bajito: se habÃa establecido
entre nosotros una gran intimidad, y me abandonó una de sus manos que yo
acariciaba embelesado.
La hierba crecÃa entre las piedras de la mÃsera calle como prueba de su
silencio y abandono, y en muchos sitios se veÃan cenizas arrojadas al
viento y groseros platos de barro rotos.
Éste, que
caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un
farolillo, parecÃa servirle de guÃa por entre aquel laberinto de calles
obscuras, enmarañadas y revueltas.
Éste, que
caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un
farolillo, parecÃa servirle de guÃa por entre aquel laberinto de
calles obscuras, enmarañadas y revueltas.
Pero nadie acertaba á ganar su reino y sus tesoros, que la sangre
continuaba colorando, arrojada á borbotones, la sarta de blancas perlas
que brillaba entre los labios de la princesa.
Por lo demás,[10] la
cosecha que ahora se recoge y exporta desde Santo Domingo aumenta de año
en año,[11] y ha dado ya a ese paÃs un puesto importante entre los
productores de cacao.
CANTOS DE PÃJARO
Tengo yo un pajarillo
Que el dÃa pasa
Cantando entre las flores
De mi ventana;
Y un canto alegre
A todo pasajero
Dedica siempre.
Si al resonar confuso á tus espaldas
Vago rumor,
Crees que por tu nombre te ha llamado
Lejana voz,
Sabe que, entre las sombras que te cercan,
Te llamo yo.
Después de mecerse un instante en ese vago espacio que media entre la
vigilia y el sueño, entornó al fin los ojos, dejó escapar la ballesta
de sus manos y se quedó profundamente dormido.
Antes que eso, le aconsejarÃa
constituir aquà una asociación entre fabricantes de artÃculos semejantes
a los suyos, y reducir de ese modo los gastos de una representación en
el exterior.
Pero el negocio se puso cada vez peor, y _El Socarrao_ hacÃa sus viajes
de tarde en tarde, con mucho cuidado, pues le constaba al patrón que nos
tenÃan entre ojos y deseaban meternos mano.
el largo
feudo, no terminado aún, entre los admiradores de BolÃvar y los que
consideran a San MartÃn como el más grande de los dos.[12] De tales
controversias están llenas las bibliotecas.
Unos paÃses han establecido la escuela intermedia,
entre la primaria y la secundaria; en los otros los cursos del
bachillerato empalman con los de la escuela elemental sin transición
alguna.
En los primeros dÃas de aquella nueva ocupación de Chaviri, acudieron
muchos á verle pescar, entre ellos Pérez, MartÃnez y González, que con
sorna le preguntaban de vez en cuando:
--¿Pican?
Por fin uno de entre ellos empezó a dibujar una vaca
y el mozo que estaba escudriñando lo que hacÃa,
echóse a la calle disparado como una bala, dejándolos
a todos pensativos y atónitos.
Y en efecto, era asÃ: la corza blanca, deseando escapar por el soto,
se habÃa lanzado entre el laberinto de sus árboles, y enredándose en
una red de madreselvas, pugnaba en vano por desasirse.
Pensando en lo que habÃa
de decir á mis colegas cuando me viese entre ellos, y en el modo mejor
de explicarles la causa del fracaso, crucé la plaza del Rey y entré en
la calle de las Infantas.
Luego reflexionaba cuán inciertas son las
cosechas, y que tener tierras de secano es tener siempre el alma entre
los dientes, como los jugadores, siempre arruinados ó en vÃsperas de
arruinarse.
Una tradición en boca del pueblo, que nadie
escucha, y esa gran tumba de héroes sepultada entre olivos, sobre la
cual las simbólicas ramas de éstos estampan por solo epitafio: ¡Paz á
los muertos!
XVI[1]
Si al mecer las azules campanillas
De tu balcón,
Crees que suspirando pasa el viento
Murmurador,
Sabe que, oculto entre las verdes hojas,
Suspiro yo.
Cuenta la historia que apenas quedaba sangre en las venas de Casilda,
porque todos los dÃas coloraba, arrojada á borbotones, la sarta de
blancas perlas que brillaba entre los labios de la princesa.
En el Brasil, Argentina
y Chile hay buenos campos de _golf_, y algunas estancias prestan
atención a la crÃa de jacas para el juego del _polo_, que ha hecho ya
muchos adeptos[6] entre los criollos.
Hubimos de sentarnos de
medio lado, como quien va á arrimar el hombro á la comida, y entablaron
los codos de los convidados Ãntimas relaciones entre sà con la más
fraternal inteligencia del mundo.
bien dije yo que todas estas cosas no eran más que
fantasmagorÃas del diablo, exclamó entonces el montero; pero por
fortuna esta vez ha andado un poco torpe dejándome entre las manos la
mejor presa.
Después de todo,
ese sér trágico, de historia tan extraña y romancesca, dio su primer
vagido entre las coronas marchitas de una comedianta, la cual le dio
vida bajo el imperio del más ardiente amor.
Ese doble término no puede abrazar los
rasgos que distinguen a dichas nacionalidades, y entre esos rasgos que
las distinguen se cuentan precisamente los que más caracterizan sus
progresos recientes.
Estos procurados incidentes, lejos de ofender la sociedad,
supongo yo, como es de suponerse,[8] que estrecharÃan más los vÃnculos
entre las familias, siendo origen y motivo de tal cual[9] matrimonio.
Al principio creà que aquella circunspección procedÃa de considerarse ya
demasiado formales para corretear, y me pareció cómica: pero observando
mejor, me convencà de que algo serio pasaba entre ellas....
Mucho más que anteriormente, Costa Rica se destaca
hoy entre los paÃses visitados por los turistas, pues el
número creciente de viajeros es un medio de anunciar 30
que no tiene rival.
Cuando al otro dÃa los dependientes de la iglesia le encontraron al pie
del altar, tenÃa aún la ajorca de oro entre sus manos, y al verlos
aproximarse exclamó con una estridente carcajada:
--¡Suya, suya!
Cuando al otro dÃa los dependientes de la iglesia le encontraron al
pie del altar, tenÃa aún la ajorca de oro entre sus manos, y al verlos
aproximarse, exclamó con una estridente carcajada:
--¡Suya, suya!
Hecho el cálculo, cogió la ballesta entre los dientes, y arrastrándose
como una culebra por detrás de los lentiscos, fué á situarse obra de
unos cuarenta pasos más lejos del lugar en que antes se encontraba.
Muy escaso y retirado en el Paraguay, entre sus variedades,
figura el que llamaron los guaranÃes, _araguirá_, es decir, _pájaro del
dÃa_ o _de la luz_, con alusión a lo brillante y subido de su rojo
penacho.
Las tres ciudades principales
del interior del paÃs están situadas a una distancia
aproximadamente de 150 millas entre sÃ--Quito al 15
norte, RÃobamba en el centro y Cuenca en el sur.
Apenas se encontró conmigo la propietaria del santo, me
puso verde en una su{185-2} jerigonza salvajina que le servÃa de idioma,
único resabio que le quedaba del tiempo que vivió entre los indios sus
hermanos.
Ideas
ligerÃsimas, sin forma determinada, que unÃan entre sÃ, como un
invisible hilo de luz, la profunda soledad de aquellos lugares, el
alto silencio de la naciente noche y la vaga melancolÃa de mi
espÃritu.
Después de algunos dÃas, unos pescadores, que habÃan echado sus redes
en el rÃo, cogieron entre las mallas los zapatos de TamburÃ, pero los
clavos de que estaba llena la suela destrozaron los hilos de las redes.
Cuando al despuntar la mañana me veÃas tomar la ballesta y dirigirme
al monte, no fué nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la
caza, no; iba á sentarme al borde de la fuente, á buscar en sus ondas
...
Cuando sus servidores llegaron presurosos al punto que la noble dama,
inmóvil y presa de un profundo terror, les señalaba aún con el dedo,
una blanca paloma se levantó de entre las breñas y se remontó á las
nubes.
Los remos habÃan tocado ya el agua, y aun permanecÃa la lancha atracada
á la rampa, y sujeta á ella por un cabo que tenÃa entre sus manos, por
el extremo de tierra, un viejo patrón que contemplaba atónito la escena.
Una pelada roca, á cuyos pies tuercen éstas su curso, y sobre cuya
cima se notan aún remotos vestigios de construcción, señala la antigua
lÃnea divisoria entre el condado de Urgel[1] y el más importante de
sus feudos.
El salitre
se encuentra a poca hondura, generalmente a menos
de dos metros, debajo de un manto de arena salada 10
llamada costra cuyo espesor varÃa entre cincuenta
centÃmetros y cinco metros.
Antes de pasar más adelante, debe saber el lector que, desde tiempo
inmemorial, existe entre los mareantes de la calle Alta y los de la del
Mar, barrios diametralmente opuestos de Santander, una antipatÃa
inextinguible.
Cuando se hubo internado en el pinar, vió de repente salir de entre la
enramada el guarda que traÃa su escopeta, el cual, parándose á corta
distancia, se la echó á la cara, clavando en él sus ardientes y
amenazadores ojos.
Llevaba al chico por delante de la silla y
conversaba con él, mientras mas abajo, en el plan, la vieja Andrea, de
cabeza sobre la ropa, la hacia levantar lavaza y blanquÃsima espuma de
jabon, al restregarla entre sus manos.
Por lo cual, cuando aplicaba la vista hacia el
centro del emparrado, confundÃa las niñas con las flores, y cuando
aplicaba el oÃdo, no distinguÃa entre sà el alegre gorjeo de los pájaros
y la infantil algarabÃa de sus nietos.
Por
cada millón del comercio de este último paÃs con la Argentina, hay que
contar dos entre el Brasil y Alemania, paÃs con el que, a su vez, el
Uruguay comercia en una escala tres veces mayor que lo hace con[33] la
Argentina.
Dos cordilleras
de los Andes se extienden de norte a sur, a 10
través de la república, y entre estas dos montañas se
hallan las mesetas, que son las regiones más densamente
pobladas del Ecuador.
Alonso y Lope, el uno estrujando en silencio entre sus manos el
birrete de terciopelo, cuya pluma arrastraba por la alfombra, y el
otro mordiéndose los labios hasta hacerse brotar la sangre, se
clavaron una mirada tenaz é intensa.
En estos casos, para mantener la integridad de la
reproducción, aún corcheteamos palabras inicialmente itálicas, pero para
indicar la diferencia encerramos entre sÃmbolos relativos <...> las palabras
originalmente entre corchetes.
Se acercan al rÃo, cruzan el puente entre un
redoble de cascos[1]; salen a una planada cubierta de árboles frutales,
en donde el rÃo Blanco y el rÃo Negro se encuentran, se abrazan,
confunden sus aguas en el estrépito de sus ondas.
Una vez allÃ, la bruja permaneció un largo rato inmóvil, con la cara
hundida entre el légamo y el fango del arroyo que corrÃa enrojecido
con la sangre; después, poco á poco, comenzó como á volver en sà y á
agitarse convulsivamente.
Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para
pronunciar algunas palabras, pero sólo exhalaron un suspiro, un
suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una
brisa al morir entre los juncos.
En tanto que las piezas arrojadas á las llamas comenzaban á
enrojecerse, largos y profundos gemidos parecÃan escaparse de la ancha
hoguera, de entre cuyos troncos saltaban[1] como si estuvieran vivas y
sintiesen la acción del fuego.
Entre estos
últimos está el lobo de mar de las costas australes, conocido en el
comercio con el nombre de «lobo de dos pelos» y que en los mercados
europeos obtiene precios que oscilan entre cuatro y seis libras
esterlinas cada uno.
La multitud comenzaba á rebullirse, demostrando su
impaciencia; los caballeros cambiaban entre sà algunas palabras á
media voz, y el arzobispo mando á la sacristÃa uno de sus familiares á
inquirir el por qué no comenzaba la ceremonia.
Uno
de sus rizos caÃa sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues
del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de
sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas
en una joya de oro.
El mate debe ser tomado caliente; sólo asà es agradable al paladar; en
estas condiciones el agua disuelve mayor cantidad de los principios
solubles de la yerba, entre los cuales los hay aromáticos, que dan
sabor agradable a la infusión.
Cierta gracia
insinuante de animalito salvaje que tenÃa le ganaba todas las
voluntades, de modo que habiendo llegado la última, vino á ser la
predilecta entre las cuatro entregadas[Q] de que se componÃa la
servidumbre femenil de la casa.
Sin embargo, entre todos ellos
habÃa dos que más particularmente se distinguÃan por su asiduidad y
rendimiento, dos que al parecer, si no los predilectos de la hermosa,
podrÃan calificarse de los más adelantados en el camino de su corazón.
Eran ellas tan sabias, y logró cimentarlas en tan
buenas costumbres, que llegó a ser[206] desconocido el
engaño entre sus súbditos, y podÃan dejarse las más
ricas joyas colgadas de los árboles sin que nadie se
atreviese a tocarlas.
El
intercambio de la Argentina con todas las repúblicas hispanoamericanas
juntas[31] es menor que el comercio entre la Argentina y Holanda, para
mencionar[32] uno de los paÃses de Europa con el cual el intercambio
argentino es menos activo.
Si en nuestro viaje fluvial hubiéramos llegado a Greytown, en la
desembocadura del San Juan, serÃa fácil[67] pasar a Puerto Limón en
Costa Rica en uno de los pequeños vapores que hacen la travesÃa entre
los puertos marÃtimos y los fluviales.
Un gran
número de edificios modernos, entre los cuales es conveniente
mencionar el magnÃfico teatro que costó un 15
millón de pesos y muchas casas de habitación, le dan
un aire de bienestar y de prosperidad.
Uno
que otro graznido, uno que otro canto interrumpe el silencio del bosque;
porque las aves van en aquella hora a buscar sombra y frescura hasta la
cumbre de los ahuehuetes, y a esconderse del sol entre los ramosos
brazos de aquellos árboles.
La última campaña la hizo en la _Ferrolana_, y con
esta fragata dió la vuelta al mundo, con el cual viaje acabó de
conquistar el prestigio que le iban dando entre sus compañeros sus
muchos conocimientos como marinero, su valor, su buen corazón...
Cuando el más ágil de los lebreles llegó á las
carrascas jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo,
rápido como una saeta, las habÃa salvado de un solo brinco,
perdiéndose entre los matorrales de una trocha, que conducÃa á la
fuente.
El sol habÃa traspuesto la cumbre del monte; las sombras bajaban á
grandes pasos, por su falda; la brisa gemÃa entre los álamos de la
fuente, y la niebla, elevándose poco á poco de la superficie del lago,
comenzaba á envolver las rocas de su margen.
Soñó que en su seno engendraba una serpiente, una serpiente monstruosa
que, arrojando agudos silbidos, y ora arrastrándose entre la menuda
hierba, ora replegándose sobre sà misma para saltar, huyó de su vista,
escondiéndose al fin entre unas zarzas.
Cambiadas[29]
las ideas entre el propietario y el ingeniero o el[30] arquitecto,
éste[31] hace una licitación privada entre constructores,
distribuyendo[32] entre ellos las planillas _de_ especificaciones y de
condiciones que se hayan[33] convenido.
Llámase _barco de la hora_ el primero, porque en este espacio de tiempo,
y hasta en cuarenta minutos algunos dÃas, si el viento es de popa, cruza
las tres leguas que median entre la antigua villa del Duque de Arcos y
la antigua ciudad de Hércules....
Después se sentaba con la jÃcara entre las piernas y
lentamente saboreaba la bebida, interrumpiéndose á ratos para reprender
á las muchachas cuando no hacÃan las cosas como Dios manda, porque no
las toleraba frangolladas, gustándole mucho primor en todo.
El encargado de la sucursal del cosechero de Móstoles oyó aquella misma
mañana un gran ruido hacia la praderita interpuesta entre su ventorrillo
y el rÃo, y al asomarse á la ventana vió que el rÃo acababa de invadir
la pradera y se llevaba las cubas vacÃas.
El negro se defendÃa con el cañón de la escopeta, que despedÃa chispas
en los colmillos del cochino: la caja del fusil estaba hecha añicos.[8]
Pálido, ceniciento, se veÃa el negro entre el verde follaje de las
barrancas, bajo un toldo de ramas entrelazadas.
Desdobláronse silenciosamente las
servilletas, nuevas á la verdad, porque tampoco eran muebles en uso para
todos los dÃas, y fueron izadas por todos aquellos buenos señores á los
ojales de sus fraques como cuerpos intermedios entre las salsas y las
solapas.
Alvar, que llegó á la orilla del Manzanares un poco antes que los dos
más ligeros, vió al tabernero que habÃa anunciado la aparición de la
ballena al pie de un gran ribazo contemplando sus cubas, que
desaparecÃan allá á lo lejos entre los tumbos de la corriente.
A veces los agricultores de un distrito, no pudiendo tener cada uno su
propia[8] trilladora, se asocian entre sÃ,[9] formando sociedades
agrÃcolas cooperativas para comprar una máquina en común.[10]
--¿Se conoce en esas comarcas lo que aquà se llaman _options_?
Cuando llegó á la aldea, ponÃase el sol entre celajes de oro; la campiña
estaba muda, solitaria é impregnada de suavÃsima tristeza; todo lo cual
es parte á sacar chispas de poesÃa de la corteza de un alcornoque, y no
sé si pudo sacar alguna del alma de Sebastián.
El viejo creyó razonable esta observación, y entre él
y su hijo buscaron un fuerte palo, ataron el asno a él, y 15
tomando en hombros una extremidad el padre, y otra
el hijo, fueron trabajosamente cargados con la bestia
con dirección al pueblo.
Las tazas son pequeñas, y es tan
negra la bebida que el recién llegado vacila antes de
probarla, pero la costumbre va apoderándose de él 25
poco a poco y acaba por tomar su café de la misma
manera que las personas entre las cuales vive.
No hay que hablarle, pues, de estos usos sociales, de estos respetos
mutuos, de estas reticencias urbanas, de esa delicadeza de trato, que
establece entre los hombres una preciosa armonÃa, diciendo sólo lo que
debe agradar y callando siempre lo que puede ofender.
No te rÃas.[10] La banana representa en el intercambio
continental americano lo que las especias representaron en un tiempo en
el tráfico entre Europa y Asia: un vÃnculo de amistad y de recÃproco
entendimiento, que facilitó la compenetración de dos civilizaciones.
Solamente pedimos que por respeto del trabajo que
invertimos en dándote este texto (Encontrando, escaneando, y corrigiendo.),
que dejes este aviso y la siguiente introducción (Todo entre [Empieza
] y
[Termina
]) en cualquier copia que publicas sobre el Internet.
Bajo la palma real y entre infinitas flores propias
de los Trópicos, la banda militar congrega a la gente por 20
las noches en la plaza principal de Puerto Limón, pudiendo
contarse entre los concurrentes a ciudadanos de
diferentes nacionalidades.
Renegando entre dientes de la campana y del campanero que la toca,
disponÃame, una vez apagado aquel insólito y temeroso rumor, á coger
nuevamente el hilo del interrumpido sueño, cuando vino á herir mi
imaginación y á ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria.
Al fin, después de tantos dÃas de fatigante
peregrinaje y de ardiente sed,--sed de corrientes
de la ciencia que yace en ti,--yo, hombre
transformado, me arrodillo humildemente entre
tus sombras y bebo del fondo mismo de mi
alma tu grandeza, tu tristeza y tu gloria.
La popa estaba lisa y en los costados ni una
señal del número de filiación y nombre de la matrÃcula, un ser
desconocido que se morÃa entre aquellas otras barcas orgullosas de sus
pomposos nombres, como mueren en el mundo algunos, sin desgarrar el
misterio de su vida.
El héroe en
general, preso entre tanta faja,[8] encajes y faldellÃn, lloraba en
cuanto sentÃa que el cura le echaba la sal en la boca y se dormÃa en
cuanto llegaba de la iglesia, y la madrina le decÃa a su madre: «Usted
me lo entregó judÃo y se lo devuelvo cristiano».
El Tajo[1] se retorcÃa gimiendo al pie del mirador[2] entre las rocas
sobre que se asienta la ciudad imperial.[3] El sol trasponÃa los
montes vecinos, la niebla de la tarde flotaba como un velo de gasa
azul, y solo el monótono ruido del agua interrumpÃa el alto silencio.
La destructora acción de los años, que ha cubierto de orÃn el metal,
ha roto y carcomido la piedra de este monumento, entre cuyas
hendiduras crecen algunas plantas trepadoras que suben enredándose
hasta coronarlo, mientras una vieja y corpulenta encina le sirve de
dosel.
La luna se dejaba ver á
intervalos por entre los jirones de las nubes que volaban en derredor
nuestro, rozando casi con la tierra, y las campanas de Trasmoz[1]
dejaban oir lentamente el toque de oraciones, como el final de la
horrible historia que me acababan de referir.
Además esta rapidez entre las vÃas de 20
comunicación de los paÃses que se hallan en las costas
del PacÃfico, dará gran incremento a[274] las industrias de
ambos hemisferios y estrechará los lazos de unión y
amistad de todos los paÃses panamericanos.
La
mujer no es bizca como su marido, ni morena; pero tiene los cabellos tan
cerdosos como él, y una rubicundez en la cara, entre bermellón y
chocolate, que no hay quien la resista.{163-2} Gasta saya de bayeta
anaranjada, jubón de estameña parda y pañuelo blanco á la cabeza.
Pintar el
efecto desagradable que causó en to do el mundo, serÃa cosa imposible;
baste decir que comenzó á notarse tal bullicio en el templo, que el
asistente se puso de pie y los alguaciles entraron á imponer silencio,
confundiéndose entre las apiñadas olas de la multitud.
El tÃo Traga-santos ya comprendió la filosofÃa de este otro cuentecillo,
pero continuó en su vano empeño de complacer á todos los que le pedÃan
que sirviese de medianero entre ellos y el Santo, porque no tenÃa cara
para negar nada á nadie, y era aficionadÃsimo al ten-con-ten.
Las moribundas lámparas, que brillaban
en el fondo de las naves como estrellas perdidas entre las sombras,
oscilaron á su vista, y oscilaron las estatuas de los sepulcros y las
imágenes del altar, y osciló el templo todo con sus arcadas de granito y
sus machones de sillerÃa.
Las moribundas lámparas, que
brillaban en el fondo de las naves como estrellas perdidas entre las
sombras, oscilaron á su vista, y oscilaron las estatuas de los
sepulcros y las imágenes del altar, y osciló el templo todo con sus
arcadas de granito y sus machones de sillerÃa.
Qué risas, qué esclamaciones, qué agasajos; a nuestros
cigarros correspondia con nidos de perdices que ya con tiempo tenia
vistos entre los boldos y teatinas, y comenzaba a preguntarnos de todo,
de si habria guerra, de si habÃamos concluido la carrera, de si habÃamos
encontrado novia.
Asà corrió muchas horas, atravesó las cañadas del valle y el pedregoso
lecho del rÃo, é internándose en un bosque inmenso, se perdió entre
sus sombrÃas revueltas, siempre fijos los ojos en la codiciada res,
siempre creyendo alcanzarla, siempre viéndose burlado por su agilidad
maravillosa.
Al aparecer éste bajo el macizo arco de la portada de su prisión,
completamente vestido de todas armas y cubierto el rostro con la
visera, un sordo y prolongado murmullo de admiración y de sorpresa se
elevo de entre las compactas masas del pueblo, que se abrÃan con
dificultad para dejarle paso.
En el diálogo entre
Oinos y Agathos pretende sondear el misterio de la divina inteligencia;
asà como en los de Monos y Una y de Eros y Charmion penetra en la
desconocida sombra de la Muerte, produciendo, como pocos, extraños
vislumbres en su concepción del espÃritu en el espacio y en el tiempo.
Aquà una de ellas, blanca como el vellón de un cordero, sacaba su
cabeza rubia entre las verdes y flotantes hojas de una planta
acuática, de la cual parecÃa una flor á medio abrir, cuyo flexible
tallo más bien se adivinaba que se veÃa temblar debajo de los
infinites cÃrculos de luz de las ondas.
Hasta el dÃa en que nació este
sentimiento en el misterio de su alma, nunca habÃa mostrado preferencia
por ninguno de los clérigos que servÃan la parroquia; antes bien juzgaba
con severidad las de sus compañeras, que eran motivo de rivalidades y
discordias entre partidarias del uno ó del otro padre.
Arcos se presenta y se retira alternativamente á los ojos del viajero,
cansado de su ascensión...; hasta que, pasando entre dos altas peñas, se
entra de repente en el pueblo, cuya situación sorprende y admira aún á
los menos sensibles á las bellezas de la naturaleza y á los encantos de
lo pintoresco.
En efecto, cuando los primeros fieles, después de atropellarse por la
escalera, llegaron á la tribuna, vieron--al pobre organista caÃdo de
boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibraba
sordamente, mientras su hija, arrodillada á sus pies, le llamaba en
vano entre suspiros y sollozos.
Los fardos saltaban de la cubierta: caÃan en el agua, donde los recogÃan
los hombres descalzos y las mujeres con la falda entre las piernas; unos
desaparecÃan por aquÃ; otros se iban por allá; fué aquello visto y no
visto, y en poco rato desapareció el cargamento, como si lo hubiera
tragado la arena.
El comercio del Ecuador con Perú y Chile, que casi constituye
la totalidad de su intercambio con Sud América, es cinco veces menor que
el que mantiene con Inglaterra; entre Chile y Estados Unidos se cambian
operaciones comerciales por un monto siete veces mayor que las entre
Chile y su vecino el Perú.
exclamó Lope al ver á su contrario entonces, y en otros dÃas su
mejor amigo, asombrado como él, y como él pálido é inmóvil; Dios no
quiere permitir este combate, porque es una lucha fratricida; porque
un combate entre nosotros ofende al cielo, ante el cual nos hemos
jurado cien veces una amistad eterna.
Neira ya no es temible para los otros y todos sus
esfuerzos se concretan a estrangular a Alegria que se retuerce
desesperadamente en el suelo, mientras sus vigorosos dedos
apretan{197-1} y apretan el pescuezo ensangrentado del traidor, y se
sumen entre las secas fauces que todavia lanzan ronquidos de ira.
El valor del comercio combinado de
exportación e importación entre la isla y los Estados
Unidos ha subido desde 4 millones de pesos en el año 15
1898, época en que se levantó por primera vez en la isla
la bandera norteamericana, hasta más de 83 millones
de pesos en el año de 1915.
IV
¡Noche oscura,
ya Diana
entre turbios nubarrones hundió la faz plateada;
y tú sola
en medio de la avenida
funeraria,
te deslizas
ideal, mÃstica y blanca,
te deslizas y te alejas incorpórea cual fantasma;
sólo flotan tus miradas,
sólo tus ojos perennes,
tus ojos de hondas miradas
fijos quedan!
Ciertamente no eran tales asambleas en muchas ocasiones lo pacÃficas que
es de suponer entre clérigos regulares, y las crónicas de los institutos
religiosos y la tradición de personas ancianas conservan la memoria de
algunas de estas reuniones que terminaron trágicamente como el famoso
Rosario de la Aurora.
Las
espadas que le hieren se hunden entre las piezas de su armadura, y ni
le causan la muerte, ni se retiran teñidas en sangre; el fuego
enrojece su espaldar y su cota, y aún prosigue impávido entre las
llamas, buscando nuevas vÃctimas; desprecia el oro, aborrece la
hermosura, y no le inquieta la ambición.
ULALUME
I
Los cielos cenicientos y sombrÃos,
crespas las hojas, lÃvidas y mustias,
y era una noche del doliente octubre
del tiempo inmemorial entre las brumas,
era en las tristes márgenes del Auber,
el lago tenebroso de aguas mudas,
ante los bosques tétricos del Weir,
la región espectral de la pavura.
Todo en ella sonreÃa: sus hermosos cabellos con los cuales jugaba el
viento, el talle de diosa, el desnudo pie aprisionado en pequeños
zapatos, las lindas manecitas que atraÃan hacia sà la colgante rama para
aspirar las flores, la pura frente, los blancos dientes que asomaban
entre sus labios rojos,--todo en ella era bello.
El rÃo exhalaba su húmeda frescura, que como un bálsamo,
aspiraban los pechos; introducÃa sus olitas mansas entre los mimbrales,
las ramas de los sauces y sobre la tierra, como uñas con las que
quisiera asirse á las orillas, á fin de estancarse en aquellos amenos
parajes, y de no ir á perderse en la amarga inmensidad del mar.
Los habitantes de la aldea, que fueron los primeros en dar la voz de
alarma, y que al aproximarse el terrible animal se habÃan guarecido en
sus chozas, asomaron tÃmidamente la cabeza á los quicios de sus
ventanas; y cuando vieron desaparecer la infernal comitiva por entre
el follaje de la espesura, se santiguaron en silencio.
La nueva se divulgó con la rapidez del pensamiento entre la multitud,
que aguardaba impaciente el resultado-del juicio; y fué tal la alarma,
la revuelta y la vocerÃa, que ya á nadie cupo duda sobre lo que de
pública voz se aseguraba, esto es, que el diablo, á la muerte del
señor del Segre, habÃa heredado los feudos de Bellver.
Como era de esperar, entre los oficiales que, según tenÃan de costumbre,
acudieron al dÃa siguiente á tomar el sol y á charlar un rato en el
Zocodover, no se hizo platillo de otra cosa que de la llegada de los
dragones, cuyo jefe dejamos en el anterior capÃtulo durmiendo á pierna
suelta y descansando de las fatigas de su viaje.
Una tarde en que Chaviri estaba seguro de ser espiado, después de pasar
pacientemente una hora echando su caña en el sitio donde solÃa ponerse
para que las gentes le vieran, miró á su alrededor con gesto receloso,
levantóse, recogió su aparejo, y se fué _rÃo abajo_, donde la orilla
forma un recodo oculto entre espinos y zarzales.
Bajo los pies y por entre la yerba y
hojarasca se deslizan culebras de mil matices, haciéndose notar la
cazadora por su corpulencia y timidez, y la _lomo-de-machete_, de Ãndole
fiera, cuerpo vigoroso, coronada de cresta y armada de una sierra que
eriza sobre el lomo al avistar al hombre, lo que afortunadamente sucede
raras veces.
The even verses
have the same assonance throughout.]
XL[1]
Su mano entre mis manos,
Sus ojos en mis ojos,
La amorosa cabeza
Apoyada en mi hombro,
¡Dios sabe cuántas veces
Con paso perezoso,
Hemos vagado juntos
Bajo los altos olmos,
Que de su casa prestan
Misterio y sombra al pórtico!
Pero el hado, ó los hados (que asà se invocan en singular como
en plural) le obligaban á beber veneno, y Sebastián, hecho un héroe,
entre el asombro de la aldea y las bascas del propio espanto, se informó
de la feona, pidió á la feona, encargó las galas para la feona y avisó
al cura y preparó la ceremonia de los feos desposorios...
Pero éste no era hombre que se entregaba rendido á semejantes
debilidades; asà es que, desprendiéndose de los brazos de su costilla,
cogió entre los suyos al menor de sus hijos, mandó á los otros que le
siguieran, obligó á su mujer á quedarse en casa, y salió de ella
precipitadamente, cerrando detrás de sà la puerta de la escalera.
A Common use of the imperfect indicative
instead of the conditional.]
[Footnote 9: Lo que tiene que = 'the fact is.']
Esto diciendo la buena mujer, que ya conocen nuestros lectores por sus
exabruptos de locuacidad, penetró en Santa Inés, abriéndose según
costumbre, un camino entre la multitud á fuerza de empellones y
codazos.
Pero observé al cabo de pocos dÃas que, aunque tomaba y
soltaba{10-1} con indiferencia distintos trozos de ópera y zarzuela
deshaciéndolos y pulverizándolos{10-2} entre resoplidos y gruñidos, el
pasaje que con más ardor acometÃa y más á menudo, era uno de _Los
Puritanos_: me parece que pertenecÃa al aria de barÃtono en el primer
acto.
Tiende las leves alas,
Cruza las nubes
Y canta junto al cielo
Con voz más dulce:
«Paz á los hombres
Y gloria al que en la altura
Rige los orbes!»
Y yo sigo el ejemplo
Del ave mansa
Que canta entre las flores
De mi ventana,
Porque es sabido
Que poetas y pájaros
Somos lo mismo.
Entre las sombras, á lo lejos, ya subiendo las retorcidas cuestas del
peñón del Segre, ya vagando entre las ruinas del castillo, ya
cerniéndose al parecer en los aires, se veÃan correr, cruzarse,
esconderse y tornar á aparecer para alejarse en distintas direcciones
unas luces misteriosas y fantásticas cuya procedencia nadie sabÃa
explicar.
Cuando el organista bajó de la tribuna, la muchedumbre que se agolpo á
la escalera fué tanta, y tanto su afán por verle y admirarle, que el
asistente temiendo, no sin razón, que le ahogaran entre todos, mando á
algunos de sus ministriles para que, vara en mano, le fueran abriendo
camino hasta llegar al altar mayor, donde el prelado le esperaba.
There is a small square in front of the
cathedral, called to-day the _Plaza de_ (or _del_) _Ayuntamiento_.]
Estaba á punto de rayar el alba, y como algunos de los deudos de doña
Inés, sus hermanos entre ellos, marchaban al otro dÃa con el ejército
real, no era imposible que en las primeras horas de la mañana pudiesen
penetrar en su palacio.
El viaje de siete horas en un
excelente ferrocarril entre Puerto Limón (notable por su actividad
comercial relacionada con el comercio de la banana y del caucho) y la
capital, San José, es excepcionalmente cómodo y se considera a la vez
como[68] uno de los más atrayentes que ofrece la América latina, como
que[69] se realiza _por_ entre montañas.
Nadie osaba tocarle; pero corrÃan mil fábulas acerca de aquel objeto,
causa incesante de hablillas y terrores para los que le miraban
llamear durante el dia, herido por la luz del sol, ó creÃan percibir
en las altas horas de la noche el metálico son de sus piezas, que
chocaban entre sà cuando las movÃa el viento, con un gemido prolongado
y triste.
Como de costumbre, y
exponiéndome, á trueque de examinar á mi gusto los parajes más ásperos
y accidentados, á las fatigas y la incomodidad de perder el camino por
entre aquellas zarzas y peñascales, tomé el más difÃcil, el más dudoso
y más largo, y lo perdà en efecto, á pesar de las minuciosas
instrucciones de que me pertreché á la salida del lugar.
Colocaron dentro á Celinina, sosteniendo su cabeza en
preciosa y blanda almohada, para que no estuviese en postura violenta, y
después que la acomodaron bien en su fúnebre lecho, cruzaron sus
manecitas, atándolas con una cinta, y entre ellas pusiéronle un ramo de
rosas blancas, tan hábilmente hechas por el artista, que parecÃan hijas
del mismo Abril.
Uno de los que
componÃan el tribunal con voz lenta é insegura, le preguntó su nombre,
y todos prestaron el oÃdo con ansiedad para no perder una sola palabra
de su respuesta; pero el guerrero se limitó á encoger sus hombros
ligeramente con un aire de desprecio e insulto, que no pudo menos de
irritar á sus jueces, los que se miraron entre sà sorprendidos.
Yo estaba algunos doscientos pasos camino atrás de donde
nos encontramos en este momento: próximamente serÃa[1] la misma hora,
cuando creà escuchar unos alaridos distantes, y llantos é
imprecaciones que se entremezclaban con voces varoniles y coléricas
que ya se oÃan por un lado, ya por otro, como de pastores que
persiguen un lobo por entre los zarzales.
Este tráfico mercantil de Puerto Rico se dividÃa
entre los Estados Unidos y Europa, hasta el año 1900;
pero con el establecimiento del libre cambio entre esta
isla y los mercados de la Unión va aumentando cada 10
dÃa el comercio entre ambos paÃses, a medida que
disminuye el de Puerto Rico con las naciones del viejo
continente.
En Livingston, doce millas al
norte de Puerto Barrios, el paseo en lanchas hasta el lago Izabal ofrece
la oportunidad de admirar un paisaje incomparable, que, no sé _por
qué_[47] es menos visitado de lo que debiera.[48]
Regresamos a San José, donde podemos tomar uno de los vapores que hacen
el servicio entre los puertos de Guatemala y los de San Salvador.
Convidados
con estas muestras de caballerosa generosidad a
no ceder ni en valor ni en cortesÃa, convinieron entre sÃ
renovar el combate al dÃa siguiente y continuarlo hasta 5
que uno de los dos quedase vencido,[227] prometiendo
ambos no guerrear durante la noche, ni hacer uso de la
artillerÃa, sino solamente de las lanzas y espadas.
It hangs in the cathedral tower surrounded by eight other
bells, and surmounted by two more.]
Renegando entre dientes de la campana y del campanero que la toca,
disponÃame, una vez apagado aquel insólito y temeroso rumor, á coger
nuevamente el hilo del interrumpido sueño, cuando vino á herir mi
imaginación y á ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria.
Dada la naturaleza de este deporte,
los que lo practican son más numerosos entre los militares que entre los
civiles; aunque en realidad los aviadores que actualmente poseen el
grado o cédula de pilotos en el ejército son aficionados que aprendieron
el deporte en las escuelas militares de aviación en esos paÃses, y luego
fueron asimilados como clases u oficiales.
No cabe duda que todo eso del hablar las corzas es pura aprensión de
Esteban, que es un complete mentecato, decÃa entre sà el joven
montero, mientras que jinete en un poderoso alazán, seguÃa paso á paso
el palafrén de Constanza, la cual también parecia mostrarse un tanto
distraÃda y silenciosa, y retirada del tropel de los cazadores, apenas
tomaba parte en la fiesta.
Antes de pasar el Manzanares, oyó hacia aquellos collados y la pradera
interpuesta entre el rÃo y ellos, confuso, interminable y atronador
murmullo de la muchedumbre, y dijo, lleno de piadosa emoción:
--¡Ah, qué bien comprende el gran pueblo madrileño la incomparable dicha
que goza de ser Madrid cuna de San Isidro, y sus campos teatro de los
milagros del santo labrador!
Cada uno alegó sus méritos; yo expuse mis derechos: ya los unos
murmuraban entre sà con ojeadas amenazadoras; ya los otros con voces
descompuestas por la embriaguez habÃan puesto la mano sobre el pomo de
sus puñales para dirimir la cuestión, cuando de repente oÃmos un
extraño crujir de armas, acompañado de pisadas huecas y sonantes, que
de cada vez se hacÃan más distintas.
El rÃo, que desde las musgosas rocas donde tenÃa su nacimiento venÃa
siguiendo las sinuosidades del Moncayo á entrar en la cañada por una
vertiente, deslizábase desde allà bañando el pie de los sauces que
sombreaban su orilla, ó jugueteando con alegre murmullo entre las
piedras rodadas del monte hasta caer en una hondura próxima al lugar
que servÃa de escondrijo al montero.
Al
fin, haciendo un esfuerzo supremo para serenarme, pude leer la sección
de gacetillas, donde hallé una que decÃa:
"=Suceso extraño=
Los enfermeros del Hospital Provincial tienen la costumbre censurable de
servirse de los alienados pacÃficos que hay en aquel manicomio, para
diferentes comisiones, entre ellas, la de transportar los cadáveres á la
sala de autopsias.
Y asÃ, tenga sabido
Que lo importante y raro
No es entender de todo, 230
Sino ser diestro en algo."
_Más vale saber una cosa bien, que muchas mal._
LOS DOS CONEJOS
Por entre unas matas
Seguido de perros 235
(No diré corrÃa)
Volaba un conejo.
VÃstome y vuelvo á olvidar
tan funesto dÃa entre el corto número de gentes que piensan, que viven
sujetas al provechoso yugo de una buena educación libre y desembarazada,
y que fingen acaso estimarse y respetarse mutuamente para no
incomodarse, al paso que las otras hacen ostentación de incomodarse, y
se ofenden y se maltratan, queriéndose y estimándose tal vez
verdaderamente.
LA ROMANZA
¡Oh romanza que gustas cantar, la frente
adormecida y las alas plegadas, entre las hojas
verdes agitadas a lo lejos sobre algún lago
umbrÃo, tú has sido para mà un papagayo de
vivos colores, un pájaro muy familiar; tú
me has enseñado a leer mi alfabeto, a balbucear
todas mis primeras palabras, mientras
que, niño de mirada sagaz, me hundÃa en huraños
bosques.
En tales circunstancias se encontraron algunos
americanos que viajando por España entre Aranjuez
y Bobadilla, tuvieron el infortunio[164] de meterse en
uno de esos trenes mixtos de España en que, descompuesta 10
la locomotora, quedito permaneció el tren, no
obstante los esfuerzos que el maquinista hizo por[165]
arreglar la vieja locomotora que arrastraba el mixto.
El paÃs
puede dividirse en tres zonas, a saber; la seca, que se
extiende desde la costa hasta el pie de los Andes, y en la 5
cual no se puede cultivar cosa alguna sin la ayuda del
riego; las mesetas excesivamente fértiles y saludables
que están situadas entre tres cordilleras de montañas, y
los extendidos y ricos bosques de las faldas orientales de
la cordillera.
Of two adverbs
modifying the same word, the first may drop the ending =mente=.]
=EL JUEZ LADRÓN Y EL LADRÓN JUEZ=
No he querido saber en cuál de nuestras ciudades
hispanoamericanas, habÃa muchos años ha, un juez, el
cual era hombre de ésos que no le piden tanto a Dios,
porque saben ingeniarse maravillosamente para anular
la distancia entre sus manos y las cosas ajenas.
En las casas de modas y en otras tiendas donde se venden artÃculos
relacionados con el vestido de la mujer, no es casualidad el que las
modistas[26] y costureras sean casi siempre francesas; aunque entre las
muchas que se ganan la vida[27] trabajando en estas labores,[28] asÃ
como en los talleres de bordados, encajes y flores artificiales, no
faltan las obreras aprendizas y oficialas criollas.
Después que se hubo desvanecido,
con mucha precaución apartó un poco las ramas, y no sin experimentar
algún sobresalto vió aparecer las corzas que en tropel y salvando los
matorrales con ligereza increÃble unas veces, deteniéndose como á
escuchar otras, jugueteando entre sÃ, ya escondiéndose entre la
espesura, ya saliendo nuevamente á la senda, bajaban del monte con
dirección al remanso del rÃo.
Los
desiguales soplos de la brisa, el graznido de las aves nocturnas y el
rumor de los reptiles, que se deslizaban entre las altas hierbas,
turbaban sólo de vez en cuando el silencio de muerte de aquel lugar
maldecido; los insepultos huesos de sus antiguos moradores blanqueaban
al rayo de la luna, y aún podÃa verse el haz de armas del señor del
Segre, colgado del negro pilar de la sala del festÃn.
El Tuerto, oÃda esta última palabra, tumba de un sopapo á sus pies á la
delincuente, corre á la cama, revuelve las hojas de su jergón, saca de
entre ellas una botellita blanca que contiene un pequeño resto del
delatado contrabando, vuelve con ella hacia su mujer, y arrojándosela á
la cabeza en el momento en que se incorporaba, la derriba de nuevo y
salpica á los chiquillos con el lÃquido pecaminoso.
Satisfizo el buen hombre mi pregunta lo mejor que
pudo, y ya me disponÃa á proseguir mi azarosa jornada, subiendo con
pies y manos y tirando de la caballerÃa como Dios me daba á entender,
por entre unos pedruscos erizados de matorrales y puntas, cuando el
pastor que me veÃa subir desde lejos, me dió una gran voz
advirtiéndome que no tomara la _senda de la tÃa Casca_, si querÃa
llegar sano y salvo á la cumbre.
VARIANT: =Abunda en.=
9.--LA CALANDRIA: EL RUISEÑOR DE AMÉRICA
Uno de los pájaros americanos que por la hermosura de su canto ha
arrebatado la admiración del mundo antiguo, denominado por los
naturalistas, _mimus_ o burlón y polÃgloto (que habla muchas lenguas),
ha recibido entre nosotros el nombre inadecuado de calandria, siendo asÃ
que ni aun[1] pertenece al género de esta alondra, sino al de los
mirlos.
Colocáronme por mucha distinción entre
un niño de cinco años, encaramado en unas almohadas que era preciso
enderezar á cada momento porque las ladeaba la natural turbulencia de mi
joven _á látere_, y entre{138-2} uno de esos hombres que ocupan en el
mundo el espacio y sitio de tres, cuya corpulencia por todos lados se
salÃa de madre de la única silla en que se hallaba sentado, digámoslo
asÃ, como en la punta de una aguja.
Otras veces metÃa la cabeza entre los cuartos delanteros[9] y se daba
a[10] hacer corcovos tan altos, ondulados y bruscos, que no habÃa jinete
que los resistiera.[11] O bien, asustándose de su propia sombra, saltaba
de improviso hacia algún lado desarzonando al jinete o lanzándolo al
suelo en un santiamén.[12]
--_José López Portillo y Rojas_ (MEJICANO)
Chapter Footnotes:
[1] =bello animal= (instead of _hermoso_).
XI.--LA CAZA Y SUS PRODUCTOS
_Uses of the =Preterite Indicative= and =Imperfect=_
--El interés que mis hermanos[1] y yo demostramos por la caza nos viene
quizá por herencia,[2] pues nuestro padre pasó una gran parte de su vida
en Sud América, cazando animales salvajes que desolló más de una vez con
sus propias manos.[3] Nos decÃa que las selvas allà son muy espesas y
que la lucha entre las especies animales hace su caza difÃcil.
Detrás
de la cerca de limón, veo una ancha calle con doble fila de matas de
cocos, naranjas y _caimitos_; por más allá[3] se divisan los cuadros de
cafetos, cargados de blancas flores que imitan el azahar, cortados a la
misma altura y que devuelven hacia la tierra sus copiosas y redondas
ramas; sobresalen entre los cafetos las matas de plátanos, que con sus
hermosos racimos ofrecen abundoso alimento, regalo de una tierra
providencial.
Una vez en la cima, lo que faltaba por hacer fué obra de poco tiempo:
los centinelas salvaron de un solo salto el valladar que separa al
sueño de la muerte;[1] el fuego aplicado con teas de resina al puente
y al rastrillo, se comunicó con la rapidez del relámpago á los muros;
y los escaladores, favorecidos por la confusión y abriéndose paso
entre las llamas, dieron fin con los habitantes de aquella guarida en
un abrir y cerrar de ojos.
Abrà los ojos según
dejo dicho: me incorporé con sumo cuidado, y poniendo atención á
aquel confuso murmullo que cada vez sonaba más próximo, oà en las
ráfagas del aire, como gritos y cantares extraños, carcajadas y tres ó
cuatro voces distintas que hablaban entre sà con un ruido y una
algarabÃa semejante al de las muchachas del lugar, cuando riendo y
bromeando por el camino, vuelven en bandadas de la fuente con sus
cántaros á la cabeza.
à la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se perdÃa entre las espesas
sombras de las naves y dibujaba con gigantescas proporciones sobre el
muro la fantástica sombra del sargento aposentador que iba
precediéndole, recorrió la iglesia de arriba abajo y escudriñó una por
una todas sus desiertas capillas, hasta que una vez hecho cargo del
local, mandó echar pie á tierra á su gente, y hombres y caballos
revueltos, fué acomodándola como mejor pudo.
à la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se perdÃa entre las
espesas sombras de las naves y dibujaba con gigantescas proporciones
sobre el muro la fantástica sombra del sargento aposentador que iba
precediéndole, recorrió la iglesia de arriba abajo y escudriñó una por
una todas sus desiertas capillas, hasta que una vez hecho cargo del
local, mandó echar pie á tierra á su gente, y hombres y caballos
revueltos, fué acomodándola como mejor pudo.
Ni el fuego le ataja, ni los peligros le intimidan, ni las
lágrimas le conmueven: Nunca despliega sus labios; pero cuando la
sangre humea en nuestras manos, como cuando los templos se derrumban
calcinados por las llamas: cuando las mujeres huyen espantadas entre
las ruinas, y los niños arrojan gritos de dolor, y los ancianos
perecen á nuestros golpes, contesta con una carcajada de feroz alegrÃa
á los gemidos, á las imprecaciones y á los lamentos.
A MI MADRE
(_Soneto_)
Porque siento que allá arriba, en el cielo, los
ángeles que se hablan dulcemente al oÃdo, no
pueden encontrar entre sus radiantes palabras
de amor una expresión más ferviente que la de
«_madre_», he ahà por qué, desde hace largo
tiempo os llamo con ese nombre querido, a ti
que eres para mà más que una madre y que
llenáis el santuario de mi corazón en el que la
muerte os ha instalado, al libertar el alma de
mi Virginia.
Era Esteban un muchacho de diecinueve á veinte años, fornido, con la
cabeza pequeña y hundida entre los hombros, los ojos pequeños y
azules, la mirada incierta y torpe como la de los albinos, la nariz
roma, los labios gruesos y entreabiertos, la frente calzada, la tez
blanca pero ennegrecida por el sol, y el cabello que le caÃa en parte
sobre los ojos y parte alrededor de la cara, en guedejas ásperas y
rojas semejantes á las crines de un rocÃn colorado.
Cuando el cercano dÃa comenzó á blanquear las altas copas de los
enebros, humeaban aún los calcinados escombros de las desplomadas
torres, y á través de sus anchas brechas, chispeando al herirla la luz
y colgada de uno de los negros pilares de la sala del festÃn, era
fácil divisar la armadura del temido jefe, cuyo cadáver, cubierto de
sangre y polvo, yacÃa entre los desgarrados tapices y las calientes
cenizas, confundido con los de sus obscuros compañeros.
Aquellas gotas que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan
como las notas de un instrumento, se reunen entre los céspedes, y
susurrando, susurrando con un ruido semejante al de las abejas que
zumban en torno de las flores, se alejan por entre las arenas, y
forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen á su
camino, y se repliegan sobre sà mismas, y saltan, y huyen, y corren,
unas veces con risa, otras con suspires, hasta caer en un lago.
Los oficiales se miraron entre sà con expresión entre asombrada é
incrédula; el capitán, sin atender al efecto que su narración producÃa,
continuó de este modo:
--No podéis figuraros nada semejante á aquella nocturna y fantástica
visión que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como
esas vÃrgenes pintadas en los vidrios de colores que habréis visto
alguna vez destacarse á lo lejos, blancas y luminosas, sobre el obscuro
fondo de las catedrales.
Los oficiales se miraron éntre sà con expresion entre asombrada é
incrédula; el capitán, sin atender al efecto que su narración
producÃa, continuó de este modo:
--No podéis figuraros nada semejante á aquella nocturna y fantástica
visión que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como
esas virgenes pintadas en los vidrios de colores que habréis visto
alguna vez destacarse á lo lejos, blancas y luminosas, sobre el
obscuro fondo de las catedrales.
Al instante dos o tres jinetes hienden el grupo que
entre todos han arrinconado en algún ángulo del corralón; colocan sus
cabalgaduras rozándose con un costado del animal, que por huir del que
se acerca, se abre paso entre los otros, y emprende una veloz carrera en
que el jinete le sigue, animándolo con la voz y sin apartarse una lÃnea
hasta dejarlo en otro corral, cuya puerta despejan los que la ocupan
para dar paso al animal, volviendo a cerrarla inmediatamente.
Aquello era el cuento de nunca acabar.[1]
[Footnote 1: Aquello era el cuento de nunca acabar = 'It was a
never-ending story.' One of the sort that seems to reach a climax
only to begin over again.]
En tan angustiosa situación, los vecinos se repartieron entre sà las
piezas de la armadura, que acaso por la centésima vez se encontraba en
sus manos, y rogando[1] al piadoso eremita, que un dÃa los iluminó con
sus consejos, decidiera lo que debÃa hacerse de ella.
One may also say =de anchura=.]
[Note 289: =a la vez=, _at the same time_.]
=EL ESPANTAJO=
¿Hay alguno, entre los que me hacen la gracia[290] de
escuchar este cuento, que no sepa lo que es un _espantajo?_
¿Hay alguien que, al recorrer nuestros cultivados
campos, no haya fijado su atención en esos
artÃsticos maniquÃes, plantados por nuestros ingeniosos 5
guasos, en medio de sus sembradÃos, con el fin de ahuyentar
las aves dañinas?
Un arco rehundido en el muro, en el fondo del
cual se veÃa la imagen del Redentor enclavado en la cruz y con una
calavera al pie; un tosco cobertizo de tablas que lo defendÃa de la
intemperie, y el pequeño farolillo colgado de una cuerda que lo
iluminaba débilmente, vacilando al impulse del aire, formaban todo el
retablo, alrededor del cual colgaban algunos festones de hiedra que
habÃan crecido entre los obscuros y rotos sillares, formando una
especie de pabellón de verdura.
Y como si no fuese bastante el fruto de la
tierra, discurren por entre los cafetales bandadas de gallinas comunes y
de guinea, o pintadas, grandes perdices de este suelo privilegiado; los
ánades, patos y gansos forman en pos de ellas[5] la pesada artillerÃa de
casa y boca[6]; los pavos reales electrizan el aire con los reflejos de
sus espléndidos colores, y los pavos comunes, ruidosos, tartamudos,
llamados aquà _guanajos_, aturden el oÃdo con la redoblada descarga de
sus graznidos.
El dÃa de San Isidro el tÃo Traga-santos cubrÃa de flores aquellas
sagradas ruinas; colocaba sobre ellas una mesita cubierta con un blanco
mantel; en este sencillo é improvisado altar ponÃa, entre dos velas, una
tosca imagen de San Isidro hecha de barro, circunstancia que para él
constituÃa su mayor mérito, pues se la habÃan llevado de Madrid, y
suponÃa que aquel barro procedÃa de la tierra regada con el sudor del
santo labrador, y pasaba casi todo el dÃa rezando entre aquellas ruinas.
Háblannos de Rivera la fábula tejida por la
imaginación del gaucho, tan vivaz como la fantasÃa del árabe del
desierto; la conseja de los abuelos referida al calor del hogar[1]; la
anécdota picante[2] que se oye en las estancias; el chascarrillo agudo
que entre risas vuela, y hasta las leyendas populares chismean más de
un idilio con el chinerÃo campero, y madrigalizan las tenoriadas del
ilustre _Pardejón_.[3]
--_Daniel MartÃnez Vigil_ (URUGUAYO)
Chapter Footnotes:
[A] JOSÉ F.
Cuando la lengua de Castilla se arraigó en la parte meridional de
nuestro continente, sus hijos enriquecieron a la madre patria «no menos
con los tesoros de su suelo que con sus aventajados talentos que
fecundiza el sol ardiente y desarrolla una naturaleza grandiosa y
magnÃfica.» Por entonces[1] el sonido de las liras americanas se perdÃa
entre el grande concierto de las españolas: el hilo de agua,[2] por
decirlo asÃ, se engolfaba sin dejar huella[3] en el mar a cuyo aliento
contribuÃa.
Después de un largo silencio, que solo interrumpia el chirrido de la
hoja al resbalarse sobre la pulimentada madera, el joven exclamó
dirigiéndose á su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de
sus palabras:
--Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces todas las guaridas del
Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo á las fieras, y en
tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez á su
cumbre, dime, ¿has encontrado por acaso una mujer que vive entre sus
rocas?
La formación étnica es todavÃa más complicada, alternando el indio y el
español--que es por sà solo[2] otro mosaico--en los dos primeros
puestos, pero no sin que influyera también en la distribución el negro,
presente aquà y allá,[3] sobre todo en las Antillas; dándose el caso
de[4] la congregación de tres razas bien determinadas y nada comunes
entre sÃ, con el resultado natural de inmensas diferencias según domine
el español como en Chile, el negro como en HaitÃ, o el indio como en
Méjico.
Lo de cierto que pudiera haber en estas
murmuraciones, nadie pudo nunca decirlo, porque la verdad era que don
DionÃs tuvo una vida bastante azarosa en su juventud, y después de
combatir largo tiempo bajo la conducta del monarca aragonés,[2] del
cual recabó entre otras mercedes el feudo del Moncayo,[3] marchóse á
Palestina,[4] en donde anduvo errante algunos años, para volver por
último á encerrarse en su castillo de Veratón,[5] con una hija
pequeña, nacida sin duda en aquellos paÃses remotos.
No obstante, al romper el dÃa, cuando llevé los corderos al agua, á la
orilla de este rÃo, como obra de dos tiros de honda del sitio en que
nos hallamos, y en una umbrÃa de chopos, donde ni á la hora de siesta
se desliza un rayo de sol, encontré huellas recientes de los ciervos,
algunas ramas desgajadas, la corriente un poco turbia, y lo que es más
particular, entre el rastro de las reses las breves huellas de unos
pies[1] pequeñitos como la mitad de la palma de mi mano, sin
ponderación alguna.
III
Niñas de las cercanas aldeas, lÃrios silvestres que crecéis felices al
abrigo de vuestra humildad; si en la mañana del santo Patrono de estos
lugares, al bajar al valle de Montagut á coger tréboles y margaritas
con que embellecer su retablo, venciendo el temor que os inspira el
sombrÃo monasterio que se alza en sus peñas, habéis penetrado en su
claustro mudo y desierto para vagar entre sus abandonadas tumbas, á
cuyos bordes crecen las margaritas más dobles y los jacintos mas
azules, oidme.
El asistente, obedeciendo las órdenes de su capitán, comenzó á
descargar golpes en la sillerÃa del coro, y después que hubo reunido
una gran cantidad de leña que fué apilando al pie de las gradas del
presbiterio, tomó la linterna y se dispuso á hacer un auto de fe con
aquellos fragmentos tallados de riquÃsimas labores entre los que se
veÃan por aquà parte de una columnilla salomónica, por allá la imagen
de un santo abad, el torso de una mujer, ó la disforme cabeza de un
grifo asomado entre hojarasca.
El asistente, obedeciendo las órdenes de su capitán, comenzó á descargar
golpes en la sillerÃa del coro, y después que hubo reunido una gran
cantidad de leña que fué apilando al pie de las gradas del presbiterio,
tomó la linterna y se dispuso á hacer un auto de fe con aquellos
fragmentos tallados de riquÃsimas labores, entre los que se veÃan por
aquà parte de una columnilla salomónica, por allá la imagen de un santo
abad, el torso de una mujer, ó la disforme cabeza de un grifo asomado
entre hojarasca.
Como á esta sazón notase don DionÃs que entre unas y otras las horas
del calor eran ya pasadas y el vientecillo de la tarde comenzaba á
mover las hojas de los chopos y á refrescar los campos, dió orden á su
comitiva para que aderezasen las caballerÃas que andaban paciendo
sueltas por el inmediato soto; y cuando todo estuvo á punto, hizo seña
á los unos para que soltasen las traÃllas, y á los otros para que
tocasen las trompas, y saliendo en tropel de la chopera, prosiguió
adelante la interrumpida caza.
Era imposible seguirlas en sus ágiles movimientos, imposible abarcar
con una mirada los infinitos detalles del cuadro que formaban, unas
corriendo, jugando y persiguiéndose con alegres risas por entre el
laberinto de los árboles; otras surcando el agua como un cisne, y
rompiendo la corriente con el levantado seno; otras, en fin,
sumergiéndose en el fondo, donde permanecÃan largo rato para volver á
la superficie, trayendo una de esas flores extrañas que nacen
escondidas en el lecho de las aguas profundas.
à medida que las libaciones se hacÃan más numerosas y frecuentes, y el
vapor del espumoso _Champagne_ comenzaba á trastornar las cabezas,
crecÃan la animación, el ruido y la algazara de los jóvenes, de los
cuales éstos arrojaban á los monjes de granito adosados en los pilares
los cascos de las botellas vacÃas, y aquéllos cantaban á toda voz
canciones báquicas y escandalosas, mientras los de más allá prorrumpÃan
en carcajadas, batÃan las palmas en señal de aplauso, ó disputaban entre
sà con blasfemias y juramentos.
à medida que las libaciones se hacÃan más numerosas y frecuentes, y el
vapor del espumoso _Champagne_ comenzaba á trastornar las cabezas,
crecÃan la animación, el ruido y la algazara de los jóvenes, de los
cuales éstos arrojaban á los monjes de granito adosados en los pilares
los cascos de las botellas vacÃas, y aquellos cantaban á toda voz
canciones báquicas y escandalosas, mientras los de más allá
prorrumpÃan en carcajadas, batÃan las palmas en señal de aplauso, ó
disputaban entre sà con blasfemias y juramentos.
Bandadas de loros polÃcromos y estridentes, se abaten sobre algún
naranjo, extraviado entre la inculta arboleda; soberbios colibrÃes
zumban sobre los azahares, que a porfÃa[4] compiten con los frutos
maduros; jilgueros y cardenales cantan por allá cerca; algún tucán
precipita su oblicuo vuelo, alto el pico[5] enorme, en que resplandece
el anaranjado más bello; el negro _yacutoro_ muge, inflando su garganta
que adorna roja guirindola; y, en la espesura, amada de[6] las tórtolas,
lanza el pájaro campana su sonoro tañido.
La fiesta religiosa habÃa traÃdo á ella una multitud inmensa de fieles;
pero ya ésta se habÃa dispersado en todas direcciones; ya se habÃan
apagado las luces de las capillas y del altar mayor, y las colosales
puertas del templo habÃan rechinado sobre sus goznes para cerrarse
detrás del último toledano, cuando de entre las sombras, y pálido, tan
pálido como la estatua de la tumba en que se apoyó un instante mientras
dominaba su emoción, se adelantó un hombre que vino deslizándose con el
mayor sigilo hasta la verja del crucero.
A él, en
primer término, se debe el que haya caÃdo en desuso[27] el espÃritu
antiespañol, que no era natural y espontáneo sino simple moda, fomentada
oficialmente cada año por los discursos patrioteros de 20 de julio,[28]
y tal resultado se obtuvo con el establecimiento de las relaciones
diplomáticas con la madre patria, con la propagación de la buena
literatura castellana y con la fundación de las Academias
americanas,[29] que tanto han contribuido a estrechar los lazos de
amistad entre España y las repúblicas hispanoamericanas.
Pasamos por un pasadizo sombrÃo;
y, de pronto, en un cuarto lleno de luz, me encontré entre los brazos[1]
de un hombre pequeño de cuerpo,[2] rostro de iluminado, voz dulce y
dominadora al mismo tiempo y que me decÃa esta única palabra: «¡Hijo!»
Era la hora ya de aparecer ante el público, y me dijo que yo debÃa
acompañarle en la mesa directiva[3]; y cuando me dà cuenta,[4] después
de una rápida presentación a algunas personas, me encontré con ellas y
con Martà en un estrado, frente al numeroso público que saludaba con un
aplauso simpático.
Cada casa[18] de comercio se
ocupa de su ramo; y entre los mercaderes hay toda clase de categorÃas,
desde el acaudalado negociante hasta[19] el humilde vendedor[20] que
apenas es algo más que[21] un pobre buhonero.[22] Pero toda[23] gran
ciudad[24] cuenta con firmas[25] poderosas, organizadas[26] por hombres
de negocio que han mostrado en sus empresas un juicio, una confianza, un
arrojo maravillosos.[27] A muchas de esas compañÃas[28] y sociedades[29]
débese la prosperidad que han alcanzado[30] algunas de las tiendas de
departamentos a que Ud.
BailarÃn más excelente 195
No se ha visto ni verá."
Echó el oso, al oÃr esto,
Sus cuentas allá entre sÃ,
Y con ademán modesto
Hubo de exclamar asÃ: 200
"Cuando me desaprobaba
La mona, llegué a dudar:
Mas ya que el cerdo me alaba
Muy mal debo de bailar."
Guarde para su regalo 205
Esta sentencia un autor:
Si el sabio no aprueba, malo;
Si el necio aplaude, peor.
The mountains of Montagut, which rise to a
height of 3125 teet, are situated in the province of Tarragona,
Spain.]
II
Pastores, que seguÃs con lento paso vuestras ovejas que pacen
derramadas por las colinas y las llanuras; si al conducirlas al borde
del transparente riachuelo que corre, forcejea y salta por entre los
peÃiascos del valle de Montagut en el rigor del verano, y en una
siesta de fuego habéis encontrado la sombra y el reposo al pie de las
derruÃdas arcadas del monasterio, cuyos musgosos pilares besan las
ondas, oidme.
of_ =ponderar=
=ponderar= to praise highly
=poner= to put;
=ponerse= to get, become;
=ponerse en camino= to set out;
=poner en libertad= to set free;
=poner la mesa= to set the table
=poniente= _m._ West
=por= for, by, through, for the sake of, in exchange for;
=por entre= among;
=por allÃ= over there;
=por ciento= per cent;
=por entonces= at that time
=porción= _f._ portion
=porfÃa= _f._ obstinacy;
=obsequiaron a porfÃa= they rivalled each other in showing attentions
=porfiar= to insist
=porfió= _3 sing.
Cuando después de
escuchar las palabras que dejo referidas, me incorporé con prontitud
para sorprender á la persona que las habÃa pronunciado, una corza
blanca como la nieve salió de entre las mismas matas en donde yo
estaba oculto, y dando unos saltos enormes por cima de los carrascales
y los lentiscos, se alejó seguida de una tropa de corzas de su color
natural, y asà estas como la blanca que las iba guiando, no arrojaban
bramidos al huir, sino que se reÃan con unas carcajadas, cuyo eco
jurarÃa que aún me está soñando en los oÃdos en este momento.
No quiero hablar de las infinitas visitas ceremoniosas que antes de la
hora de comer entraron y salieron en aquella casa, entre las cuales no
eran de despreciar todos los empleados de su oficina, con sus señoras y
sus niños, y sus capas, y sus paraguas, y sus chanclos, y sus perritos;
déjome en blanco los necios cumplimientos que dijeron al señor de los
dÃas; no hablo del inmenso cÃrculo con que guarnecÃa la sala el
concurso de tantas personas heterogéneas, que hablaron de que el tiempo
iba á mudar, y de que en invierno suele hacer más frÃo que en verano.
Milton, _Paradise Lost_, book vi.]
* * * * *
I
La noche habÃa cerrado, y el viento gemÃa agitando las hojas de los
árboles, por entre cuyas frondosas ramas se deslizabs un suave rayo de
luna, cuando Teobaldo, incorporándose sobre el codo y restregándose
los ojos como si despertara de un profundo sueño, tendió alrededor una
mirada y se encontró en el mismo bosque donde hirió al jabalÃ, donde
cayó muerto su corcel; donde le dieron aquella fantástica cabalgadura
que le habÃa arrastrado á unas regiones desconocidas y misteriosas.
NOTES:
[Note 246: =cursar la segunda enseñanza=, _to take a high school
course_.]
[Note 247: =graduarse de Doctor=, _to receive the degree of Doctor_.]
[Note 248: =Lo bien que=, _how well_.]
=EL CURA Y EL SACRISTÃN=
El cura de mi parroquia tenÃa costumbre de[249] predicar
semanalmente sobre la obligación de pagar diezmos y
primicias; y como entre los vecinos hacendados del
lugar habÃa algunos inexactos en el cumplimiento de tal
deber, el buen párroco pensó que ello seria tal vez 5
porque su presencia no les harÃa bastante afecto.
Animados con esta esperanza, llegaron, en fin, al pie de la gótica
torre[1] del templo; mas al llegar á aquel punto, un ruido particular
llamó su atención, y deteniéndose en uno de los ángulos, ocultos entre
las sombras de los altos machones que flanquean los muros, vieron, no
sin grande asombro, abrirse el balcón del palacio de su dama, aparecer
en él un hombre que se deslizó hasta el suelo con la ayuda de una
cuerda, y, por último, una forma blanca, doña Inés sin duda, que
inclinándose sobre el calado antepecho, cambió algunas tiernas frases
de despedida con su misterioso galán.
Ya habrá conocido el lector, siendo tan perspicaz como yo le imagino,
que mi amigo Braulio está muy lejos de pertenecer á lo que se llama gran
mundo y sociedad de buen tono; pero no es tampoco un hombre de la clase
inferior, puesto que es un empleado de los de segundo orden, que reune
entre su sueldo y su hacienda cuarenta mil reales de renta;{134-7} que
tiene una cintita atada al ojal y una crucecita á la sombra de la
solapa; que es persona, en fin, cuya clase, familia y comodidades de
ninguna manera se oponen á que tuviese una educación más escogida y
modales más suaves é insinuantes.
En los torneos del Zocodover,[1] en los juegos florales de la corte,
siempre que se les habÃa presentado coyuntura para rivalizar entre sÃ
en gallardÃa ó donaire, la habÃan aprovechado con afán ambos
caballeros, ansiosos de distinguirse á los ojos de su dama; y aquella
noche, impelidos sin duda por un mismo afán, trocando los hierros por
las plumas y las mallas por los brocados y la seda, de pie junto al
sitial donde ella se reclinó un instante después de haber dado una
vuelta por los salones, comenzaron una elegante lucha de frases
enamoradas é ingeniosas, ó epigramas embozados y agudos.
Entre tanto no son sus trastornos, como suele pintarlos la pasión de los
extraños, ininterrumpidos: ha mucho tiempo que, fuera del campo de
batalla, no se derrama en esos pueblos sangre alguna por causas
polÃticas: depuestas las armas, los hombres contienen sus resentimientos
de partido, y se guardan entre sà las consideraciones de la amistad.[3]
El trabajo, escaso antes de la revolución por las trabas sin cuento[4]
que lo agobiaban, se ha desarrollado bajo el amparo de la libertad:
lejos de decaer las grandes ciudades, se mejoran y prosperan: los
caminos de hierro comienzan, y en algunas repúblicas gozan de
importancia.
El ruiseñor lanzaba entre la enramada algunas
notas sueltas, á fin de ensayar su melodiosa garganta para los divinos
nocturnos con que obsequia al mes de las flores; el azahar exhalaba de
su pequeño y puro cáliz su deleitable fragancia, la que unida al canto
del ruiseñor, á la dulzura de la atmósfera, y á la delicada luz de la
luna, hacÃan de aquella sencilla y rústica naturaleza el Edén más
poético; y sobre todo este concierto terrestre, la alta torre de la
iglesia esparcÃa dulce y solemnemente las campanadas de la Oración, y el
campesino que conserva su fe pura como la atmósfera que respira,
descubrÃase la cabeza y rezaba.
En las pampas está la inmensidad, la soledad, el
silencio, la abrumante igualdad de lugar y de tiempo: en las montañas,
el hombre halla horizontes limitados, que hace suyos y toca como si
fueran su propiedad; se siente acompañado por las colinas graciosas de
pendientes circulares y suaves, por los picos rocallosos y salvajes, por
los boscajes aislados y las mesetas de verdura; encuentra la animación
bulliciosa de la naturaleza en todas partes, en las voces del torrente
que se desata furioso entre las rocas de la quebrada, en los ruidos de
las auras que juguetean en las selvas, en los zumbidos del viento que se
choca en las cumbres sinuosas.
It is the ancient Mons _Caunus_, celebrated in history for
the defeat of the Celtiberians in the time of the consul Tiberius
Sempronius Gracchus (governor of Hither Spain from 181 to 178
B.C.).]
Fija la mirada en aquel fantástico ejercito de nubes que parecÃan
correr al asalto de la peña sobre cuyo pico Ãba á morir la bruja, yo
estaba esperando por instantes cuando se abrÃan sus senos para abortar
á la diabólica multitud de espÃritus malignos, comenzando una lucha
horrible al borde del derrumbadero, entre los que estaban allà para
hacer justicia en la bruja y los demonios que, en pago de sus muchos
servicios, vinieran á ayudarla en aquel amargo trance.
Por último, viendo perdida toda esperanza, pidió como última merced
que la dejasen un instante implorar del cielo, antes de morir, el
perdón de sus culpas, y de rodillas al borde de la cortadura como
estaba, la vieja inclinó la cabeza, juntó las manos y comenzó á
murmurar entre dientes qué sé yo qué imprecaciones ininteligibles:
palabras que yo no podÃa oir por la distancia que me separaba de ella,
pero que ni los mismos que estaban á su lado lograron entender; Unos
aseguran que hablaba en latÃn, otros que en una lengua salvaje y
desconocida, no faltando quien pudo comprender que en efecto rezaba,
aunque diciendo las oraciones al revés, como es costumbre de estas
malas mujeres.
Cantos celestes como los que acarician 'los oÃdos en los momentos de
éxtasis; cantos que percibe el espÃritu y no los puede repetir el
labio; notas sueltas de una melodÃa lejana, que suenan á intervalos,
traÃdas en las ráfagas del viento, rumor de hojas que se besan en los
arboles con un murmullo semejante al de la lluvia, trinos de alondras
que se levantan gorjeando de entre las flores como una saeta despedida
á las nubes; estruendo sin nombre, imponente como los rugidos de una
tempestad; coro de serafines sin ritmos ni cadencia, ignota música del
cielo que sólo la imaginación comprende; hÃmnos alados, que parecÃan
remontarse al trono del Señor como una tromba de luz y de sonidos...
Los caballeros arrojaban a manos
llenas[13] cartuchos de confites, y ahà era el gritar y manotear de los
chicuelos, que estaban a[14] los desperdicios, lanzándose en masa sobre
la vereda cuando algún cartucho no llegaba a su destino, empujándose,
pateándose por agarrar la codiciada presa, mientras los jugadores hacÃan
toda clase de esfuerzos para barajar las coronas que en cambio de los
confites les llovÃan, retribuyendo ellos todavÃa el obsequio con cajas
especiales, de antemano destinadas a fulana y a zutana, a quienes las
enviaban por medio de sus sirvientes, no atreviéndose a correr el albur
de que[15] al arrojarlas cayesen entre la turba multa[16] de arrapiezos
que andaban a caza de[17] gangas.
No podÃa caber duda, no: suyos eran aquellos ojos obscuros y
sombreados de largas pestañas, que apenas bastaban á amortiguar la luz
de sus pupilas; suya aquella rubia y abundante cabellera, que después
de coronar su frente se derramaba por su blanco seno y sus redondas
espaldas como una cascada de oro; suyos, en fin, aquel cuello airoso,
que sostenÃa su languida cabeza, ligeramente inclinada como una flor
que se rinde al peso de las gotas de rocÃo, y aquellas voluptuosas
formas que el habÃa soñado tal vez, y aquellas manos semejantes a
manojos de jazmines, y aquellos pies diminutos, comparables sólo con
dos pedazos de nieve que el sol no ha podido derretir, y que á la
mañana blanquean entre la verdura.
Este descubrimiento no dejaba de inquietarla algo, sobre todo teniendo
en cuenta las ruidosas carcajadas que la noche anterior habÃa creÃdo
percibir á lo lejos y en uno de los ángulos de la plaza, cuando
cerraba el balcón y despedia á su amante; pero al mirar aparecer entre
las filas de los combatientes, que pasaban por debajo del estrado
lanzando chispas de fuego de sus brillantes armaduras, y envueltos en
una nube de polvo, los pendones reunidos de las casas de Carrillo y
Sandoval; al ver la significativa sonrisa que al saludar á la reina le
dirigieron los dos antiguos rivales que cabalgaban juntos, todo lo
adivinó, y la púrpura de la vergüenza enrojeció su frente, y brilló en
sus ojos una lágrima de despecho.
sonándome aún las
últimas palabras de aquella temerosa relación, teniendo junto á mi á
aquel hombre que tan de buena fe imploraba la protección divina para
llevar á cabo crÃmenes espantosos, viendo á mis pies el abismo negro y
profundo en donde se revolvÃa el agua entre las tinieblas, imitando
gemidos y lamentos, y en lontananza el castillo tradicional,[1]
coronado de almenas obscuras, que parecÃan fantasmas asomadas á los
muros, sentà una impresión angustiosa, mis cabellos se erizaron
involuntariamente, y la razón, dominada por la fantasÃa, á la que todo
ayudaba, el sitio, la hora y el silencio de la noche, vaciló un punto,
y casi creà que las absurdas consejas de las brujerÃas y los
maleficios pudieran ser posibles.
por, by, for, to, in order to, through, over, on, in, into, along,
about, on account of, from, out of, as, at, among, throughout; allà --
..., back therein...; de-si, by himself; for his own part; -- debajo,
beneath, under; -- decirlo asÃ, so to speak; -- entre, between, among,
in through; -- eso, hence, therefore; -- fin, finally; -- fortuna,
fortunately; -- más que, however much; especially since; although; --
mà mismo, for myself; -- muchos que, however many; poner -- obra, to
carry out, execute; -- sÃ, of itself; of its own accord; -- ser, since
it was; -- tanto, therefore, for that reason, hence; -- la tierra, on
(_or_ along) the ground; -- tres veces, three times; -- lo visto,
evidently, apparently, visibly; -- ...
Son de notarse[54] los rasgos descriptivos que el poeta
ecuatoriano da de BolÃvar, con quien se encuentra antes de empezar la
batalla; la descripción de la pelea entre los dos ejércitos, la cual
trasporta al lector al campo de los combatientes, donde ve a cada
guerrero a la cabeza de los bravos que le han recomendado, embistiendo,
cargando, arrollando, distinguiéndose cada cual en la lid según su valor
y ardimiento,--donde oye el silbido de las balas, el estridor de los
aceros, el grito de los que luchan, el alarido de los que caen, el
atambor que redobla, el clamor de la trompeta que excita a la pelea, y
el relincho de los fogosos corceles--, y ve sangre a torrentes[55] y
montones de cadáveres por donde quiera que vuelve los ojos.
Pero entre esta juventud brillante y deslumbradora, que los ancianos
miraban desfilar con una sonrisa de gozo, sentados en los altos
sitiales de alerce que rodeaban el estrado real llamaba la atención
por su belleza incomparable, una mujer aclamada reina de la hermosura
en todos los torneos y las cortes de amor de la época, cuyos colores
habÃan adoptado por emblema los caballeros más valientes; cuyos
encantos eran asunto de las coplas de los trovadores más versados en
la ciencia del gay saber; á la que se volvÃan con asombro todas las
miradas; por la que suspiraban en secreto todos los corazones,
alrededor de la cual se veÃan agruparse con afán, como vasallos
humildes en torno de su señora, los más ilustres vástagos de la
nobleza toledana, reunida en el sarao de aquella noche.
Luego, poco á poco fué cesando el ruido y la animación; los vidrios de
colores de las altas ojivas del palacio dejaron de brillar; atravesó
por entre los apiñados grupos la última cabalgata; la gente del pueblo
á su vez comenzó á dispersarse en todas direcciones, perdiéndose entre
las sombras del enmarañado laberinto de calles obscuras, estrechas y
torcidas,[1] y ya no turbaba el profundo silencio de la noche más que
el grito lejano de vela de algún guerrero, el rumor de los pasos de
algún curioso que se retiraba el último, ó el ruido que producÃan las
aldabas de algunas puertas al cerrarse, cuando en lo alto de la
escalinata que conducÃa á la plataforma del palacio apareció un
caballero, el cual, después de tender la vista por todos lados como
buscando á alguien que debÃa esperarle, descendió lentamente hasta la
cuesta del alcázar, por la que se dirigie hacia el Zocodover.
Y detrás de este
amontonamiento de saltos, y a la izquierda, y a la derecha,[1] cerca y
lejos, arriba, abajo, allá en las alturas, aquà a los pies, trenzándose
a pechadas con las rocas que, aunque aguantan, retiemblan, otros, y
otros, y otros saltos, cubriendo una superficie de cuatro mil metros:
unos con deslizamientos de culebra, otros con fieros brincos de jaguar,
unos obscuros, resbalando en silencio, otros vistosamente empenachados
de espuma, todos corren en vértigo y al llegar a la arista de los altos
y negros paredones, pierden pie[2] y ruedan al fatal e infinito
derrumbe, y allá abajo, reventados, deshechos, rugientes, siguen su
curso arrastrando en girones su túnica de encaje, mientras del uno al
otro extremo del inmenso anfiteatro de cascadas, entre aquel estruendoso
dislocamiento de violencias, sobre aquel paroxismo, cien arco iris se
tienden como puentes de paz.
NOTES:
[Note 262: =apoderarse de=, _to gain possession of_.]
[Note 263: =soñar en (o con)=, _to dream of_.]
[Note 264: =llevar a cabo=, _to execute, carry out._]
[Note 265: =multiplicar en (o por)=, _to multiply by_.]
[Note 266: =hacer estragos=, _to work havoc_.]
[Note 267: =abusar de=, _to abuse, take advantage of_.]
[Note 268: =valerse de=, _to make use of_.]
[Note 269: =hace poco=, _a short time ago_.]
[Note 270: =llegar a ser=, _to get to be, finally become_.]
[Note 271: =no es de maravillar=, _no wonder_.]
[Note 272: =dar la vuelta=, _to make a round-about trip_.]
[Note 273: =a todas luces=, _in every respect_.]
[Note 274: =dar incremento a=, _to increase_.]
=PUERTO RICO=
La isla de este nombre está situada en la zona tórrida,
al occidente del océano Atlántico, y en el archipiélago
de las Antillas, entre las dos Américas.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en el
altar mayor pendÃan aún de las altas cornisas los rotos jirones del velo
con que le habÃan cubierto los religiosos al abandonar aquel recinto;
diseminados por las naves veÃanse algunos retablos adosados al muro, sin
imágenes en las hornacinas; en el coro se dibujaban con un ribete de luz
los extraños perfiles de la obscura sillerÃa de alerce; en el pavimento,
destrozado en varios puntos, distinguÃanse aún anchas losas sepulcrales
llenas de timbres, escudos y largas inscripciones góticas; y allá á lo
lejos, en el fondo de las silenciosas capillas y á lo largo del crucero,
se destacaban confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é
inmóviles fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de
hinojos sobre el mármol de sus tumbas, parecÃan ser los únicos
habitantes del ruinoso edificio.
Los oficiales del ejército francés, que á juzgar por los actos de
vandalismo con que dejaron en ella triste y perdurable memoria de su
ocupación, de todo tenÃan menos de{149-1} artistas ó arqueólogos, no hay
para qué decir que se fastidiaban soberanamente en la vetusta ciudad de
los Césares.{149-2}
En esta situación de ánimo la más insignificante novedad, que viniese á
romper la monótona quietud de aquellos dÃas eternos é iguales, era
acogida con avidez entre los ociosos; asà es que la promoción al grado
inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento estratégico
de una columna volante, la salida de un correo de gabinete ó la llegada
de una fuerza cualquiera á la ciudad, convertÃanse en tema fecundo de
conversación y objeto de toda clase de comentarios, hasta tanto que otro
incidente venÃa á sustituirle, sirviendo de base á nuevas quejas,
crÃticas y suposiciones.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en
el altar mayor pendÃan aún de las alias cornisas los rotos jirones del
velo con que le habÃan cubierto los religiosos al abandonar aquel
recinto; diseminados por las naves veianse algunos retablos adosados
al muro, sin imágenes en las hornacinas; en el coro se 'dibujaban con
un ribete de luz los extraños perfiles de la obscura sillerÃa de
alerce; en el pavimento, destrozado en varies puntos, distinguÃanse
aún anchas losas sepulcrales llenas de timbres, escudos y largas
inscripciones góticas; y allá á lo lejos, en el fondo de las
silenciosas capillas y á lo largo del crucero, se destacaban
confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é inmóviles
fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de hinojos
sobre el mármol de sus tumbas, parecÃan ser los únicos habitantes del
ruinoso edificio.
Los mozos seguÃan desde lo alto todas sus grotescas
evoluciones, esperando el instante en que se desgarrarÃa el último
jirón de la saya á que estaba sujeta, y rodarÃa dando tumbos, de pico
en pico, hasta el fondo del barranco; pero ella con el ansia de la
muerte y sin cesar de proferir, ora horribles blasfemias, ora palabras
santas mezcladas de maldiciones, se enroscaba en derredor de los
matorrales; sus dedos largos, huesosos y sangrientos, se agarraban
como tenazas á las hendiduras de las rocas, de modo que ayudándose de
las rodillas, de los dientes, de los pies y de las manos, quizás
hubiese conseguido subir hasta el horde, si algunos de los que la
contemplaban y que llegaron á temerlo asÃ, no hubiesen levantado en
alto una piedra gruesa, con la que le dieron tal cantazo en el pecho,
que piedra y bruja bajaron á la vez saltando de escalón en escalón por
entre aquellas puntas calcáreas, afiladas como cuchillos, hasta dar,
por último, en ese arroyo que se ve en lo más profundo del valle....
NOTES:
[Note 338: =tenerse por=, _to consider one's self as_.]
[Note 339: =valerse de=, _to make use of_.]
[Note 340: =tocar a=, _to concern_.]
[Note 341: =ceder el paso a=, _to give way to, "play second fiddle"_.]
[Note 342: =por amor a=, _out of love for_.]
[Note 343: =darse por=, _to consider one's self as_.]
[Note 344: =dado caso de que=, _in case that_.]
[Note 345: =servir de=, _to serve as_.]
[Note 346: =no dormirse en las pajas=, _to be very vigilant, wide
awake_.]
[Note 347: =tener miedo=, _to be afraid_.]
[Note 348: =no pasar el rÃo=, _to succeed, win the day_.]
[Note 349: 4 =¿estás?= _do you understand, are you "on"?_]
[Note 350: =verse en la obligación de=, _to be compelled to_.]
[Note 351: =dar parabienes a=, _to congratulate_.]
[Note 352: =echar de ver=, _to notice_.]
[Note 353: =dar muestra de=, _to give indication of_.]
[Note 354: =poner pies en polvorosa=, _to hurry away, to "dust out"_.]
=MÉJICO=
De todos los paÃses hispanoamericanos, Méjico es sin
duda alguna el más conocido de los norteamericanos,
debido a las relaciones comerciales establecidas entre
éste y los Estados Unidos.
Lo bien que[248] comprendÃa Castelar las condiciones
americanas se ve por el trozo de elocuencia que sigue:
/F
HEROÃSMO AMERICANO EN LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD
F/
Los Estados Unidos han invocado el Dios de la 5
libertad; han aceptado la guerra como un gran castigo
por el pecado nacional de la esclavitud; han hablado a
los dueños de esclavos en el sublime lenguaje de los
antiguos profetas; se han desposeÃdo de sus bienes para
romper sus ergástulas; han dado su pura sangre sajona, 10
su blanca piel por la dignidad y por la libertad de
aquellos negros, menos estimados que los perros; han
ensangrentado el MisisipÃ; han cubierto de ruinas las
llanuras y las montañas de Virginia; han inmolado en la
cruzada de la dignidad y de la igualdad humanas un 15
millón de hombres que, las madres americanas, inclinadas
las frentes sobre el Evangelio, han visto morir en la
tierra, pero renacer en el cielo; y sobre las ruinas de
Richmond, entre el choque de dos mundos, se han
derretido las cadenas de tres millones de esclavos y se 20
ha levantado, como el epÃlogo de un gran poema, que
está aguardando el genio de Homero aumentado por el
genio del Dante, rejuvenecidos ambos por la savia del
Nuevo Mundo; se ha levantado como epÃlogo de este
poema el sacrificio de Lincoln, de ese segundo Cristo de 25
los negros.
=entre=, between, among.
[2] =Por entre,= _Through_.
¿No hay un padre entre
vosotros?
[1] =entre los brazos,= _in the arms_.
--Lo es hasta entre los mismos naturales.
--Café, arroz, frutas y fibras, entre otros.
=entre=, between, among;
=por ----=, among.
_Sabe que, ocul|to^entre las verdes hojas_, p.
[9] =se asocian entre sÃ=, _combine among themselves_.
43 Asà que habÃa disensión entre la gente acerca de él.
=ojo,= eye; =tener entre --s,= to have an eye on, watch.
=diente,= _m._, tooth; =entre --s,= between (one's) teeth.
--Facilita el tráfico entre Bogotá y la costa del PacÃfico.
_Pónganse en la forma debida los verbos entre paréntesis_: 1.
43 Y Jesús respondió, y dÃjoles: No murmuréis entre vosotros.
[8] =entre tanta faja,= _in many_ (_innumerable_) _wrappings_.
=entre=, between, among, amidst, in; =por entre=, into, among.
=mezclar=, to mingle, mix; =mezclar entre=, to mingle in, join.
19 Y volvió á haber disensión entre los JudÃos por estas palabras.
--¿ReconocerÃa su caballo entre otros veinte?--preguntó
el emir.
--Pues oiga usted, tÃo Traga-santos, lo que pasó en Madrid entre D.
--Veo que Nicaragua ofrece fácil tráfico fluvial entre ambas costas.
¿Qué intercambio de productos existe entre Chile y los Estados
Unidos?
--La compañÃa argentina lo hace entre ese paÃs, el Uruguay y el Brasil.
16 Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos á los humildes.
_Cámbiense a la forma debida los verbos encerrados entre
paréntesis_: 1.
--Señor, murmuró, Iñigo entre dientes, es imposible pasar de este
punto.
¿Cómo habÃa decidido el juez la disputa entre el carnicero y el
aceitero?
--¡PÃcaro bellaco!--exclamó entre dientes.--Yo
veré si te escapas ahora.
¿Se ha de ir á los esparcidos entre los Griegos, y á enseñar á
los Griegos?
5 Uno hace diferencia entre dÃa y dÃa; otro juzga [iguales] todos los
dÃas.
=diente=, _m._, tooth; =entre dientes=, in a low voice, between one's
teeth.
=independiente,= independent(ly); =--s entre sÃ,= independent of one
another.
=resoplido,= snorting; =entre --s y gruñidos,= (between) huffing and
puffing.
_Cámbiense a la forma correcta del indicativo los verbos entre
paréntesis_: 1.
_En lugar de los nombres entre paréntesis, pónganse pronombres
personales_: 1.
»Ven á embriagarte con el perfume de las violetas que se abren entre
las sombras.
_Su mano^entre mis manos,
2 6
Sus ojos en mis ojos_, p.
¿Cómo estrechará el canal las relaciones amistosas entre las naciones
panamericanas?
35 Entonces los JudÃos dijeron entre sÃ: ¿A dónde se ha de ir éste que
no le hallemos?
23 Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discÃpulo no
habÃa de morir.
25 Y hubo cuestión entre los discÃpulos de Juan y los JudÃos acerca de
la purificación.
--¿Entran al rÃo los buques que hacen el servicio entre los puertos de
la costa oceánica?
--No; pero algunas de esas repúblicas han celebrado tratados entre sà o
con España y Francia.
--¿Cuál es la relación entre el clima, la topografÃa y las producciones
de la América Central?
--¿Son frecuentes las partidas de _football_, o los concursos atléticos
entre los estudiantes?
52 Entonces los JudÃos contendÃan entre sÃ, diciendo: ¿Cómo puede éste
darnos su carne á comer?
--¿Y qué relación hay entre el valor de la propiedad hipotecada y la
suma prestada por el banco?
=pierna,= limb, leg; =entre las --s,= between her knees; =dormir á --
suelta,= to sleep soundly.
2.{138-2} This repetition of =entre= is unusual, but it makes clear the
meaning of the sentence.
--He oÃdo decir que el intercambio de tabacos entre las repúblicas del
sur disminuye poco a poco.
=decir=, 6, to say;
=---- entre sÃ, para sÃ=, to say to oneself;
=¡no digo yo!= well, I declare!
24 Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre
los Gentiles, como está escrito.
¿De qué otra cosa podÃa provenir aquella tendencia inflamatoria y
pletórica tan común entre los monjes?
_Cópiense las frases siguientes, poniendo al pluscuamperfecto
los verbos encerrados entre paréntesis_: 1.
--No obstante, ese lenguaje común debe ser un vÃnculo entre los pueblos
de las repúblicas hispanoamericanas....
--¿No hay tratados de reciprocidad con respecto a los tÃtulos
profesionales entre esos paÃses y los Estados Unidos?
4 Conviéneme obrar las obras del que me envió, entre tanto que el dÃa
dura: la noche viene, cuando nadie puede obrar.
--Yo creÃa que el comercio de cabotaje entre los paÃses de la América
latina se hacÃa por medio de buques extranjeros.
--¿Ve usted aquel cabezo alto, alto, que parece cortado á pico, y por
entre cuyas penas crecen las aliagas y los zarzales?
12 Y habÃa grande murmullo de él entre la gente: porque unos decÃan:
Bueno es; y otros decÃan: No, antes engaña á las gentes.
--Yo he seguido algún tiempo la corriente del rÃo, hasta que el
vendaval me arranco de entre el légamo y los juncos de la orilla.
=Cuestionario hecho por los alumnos=
Háganse dos discÃpulos preguntas entre sà en castellano sobre el primer
párrafo del cuento.
10
Ocupa una de las situaciones más propias para servir
de[278] punto de escala a la navegación entre los dos
continentes.
--No tanto el de los limpiabotas, quienes prefieren trabajar en puestos
al aire libre, para atraer marchantes entre los transeuntes.
--Advierto también que al sur de la meseta[6] se extiende un gran valle,
entre aquélla y la Sierra Madre del Sur, próximo a la costa.
=114.=--[114.20] =entre sÃ=, 'one from another.'
[114.22] =machacando=, _etc._, refers to the clatter the stork makes
with his beak.
=por,= for, by, through, to, in, for the sake of, on account of (being);
=-- poco,= almost, nearly; =-- entre,= through, in between; =-- ...
5
--Conserva uno, si quieres, para recuerdo,--le
dijo;--pero los restantes es preciso que hoy mismo
los repartas entre tus hermanos.
5
Un dÃa se le cayó la escudilla de barro de entre las
manos, cada vez más temblorosas y débiles, y se hizo
pedazos[96] en el suelo.
--Sà señor; _por_ enero y febrero, o más exactamente, entre diciembre y
abril la navegación en las partes altas del Orinoco está interrumpida.
14 Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
--Y referÃamos con un blando susurro las historias de los silfos que
se columpian en los hilos de oro que cuelgan las arañas entre los
árboles.
--¡Figúrese Ud.![15] Exportadores hay que[16] ponen catálogos y libros
de propaganda entre mercaderÃas sujetas a derechos con arreglo al peso
bruto.
=entre,= between, among; =mirarse -- sÃ,= to look at one another; =--
tanto,= meanwhile; =-- asombrado é incrédulo,= half amazed and half
incredulous.
24 Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no
tendrÃan pecado; mas ahora, y [las] han visto, y me aborrecen á mà y á mi
Padre.
¿Qué habÃa pasado entre los dos amantes para que se arrastrara al fin á
poner por obra una idea que sólo el concebirla habÃa erizado sus
cabellos de horror?
¿Que habÃa pasado entre los dos amantes para que se arrastrara al fin
á poner por obra una idea que sólo el concebirla habÃa erizado sus
cabellos de horror?
--En las noches de luna, cuando su plateada luz resbalaba sobre la
cima de los montes, ¿te acuerdas cómo charlábamos en voz baja entre
las diáfanas sombras?
--SÃ, la reconozco, y veo que en Méjico la meseta corre paralelamente a
la dirección general del paÃs, dejando un borde de cada lado, entre ella
y los océanos.
¡Terrible debÃa ser la pena que hacÃa humedecerse aquellos ojos
acostumbrados á contemplar serenos la muerte todos los dÃas, entre los
abismos del enfurecido mar!
19 Y conoció Jesús que le querÃan preguntar, y dÃjoles: ¿Preguntáis
entre vosotros de esto que dije: Un poquito, y no me veréis, y otra vez un
poquito, y me veréis?
--Ahora me explico[14] el contraste entre la aridez de la parte
occidental del Perú y la fertilidad de las faldas orientales, o sea lo
que allà se llama la Montaña.
--No sabemos, se apresuraron á contestar los otros servidores;
desapareció de entre nosotros cerca de la cañada, y esta es la hora en
que todavÃa no le hemos visto.
_Y^entre^aquella sombra
2 5
VeÃase^á^intérvalos
3 5
Dibujarse rÃgida
2 5
La forma del cuerpo_, p.
7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el
estanque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro
antes de mà ha descendido.
7 Saludad á Andrónico y á Junia, mis parientes, y mis compañeros en la
cautividad, los que son insignes entre los apóstoles; los cuales también
fueron antes de mà en Cristo.
=tanto -a=, as much (many), so much (many); =un tanto=, somewhat; =entre
tanto=, =mientras tanto=, in the meanwhile; =en tanto que=, while; =por
lo tanto=, wherefore, therefore.
¿por qué no la posee otra Virgen?[1] prosiguió con acento
enérgico y apasionado; ¿por qué no la tiene el arzobispo en su mitra,
el rey en su corona, ó el diablo entre sus garras?
17.]
Tal vez serÃa un rayo de sol que serpeó fugitive entre su espuma; tal
vez una de esas flores que flotan entre las algas de su seno, y cuyos
cálices parecen esmeraldas ...
8 DÃcele uno de sus discÃpulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:
9 Un muchacho está aquà que tiene cinco panes de cebada y dos
pececillos; ¿mas qué es esto entre tantos?
--Pero con marina de guerra y todo,[45]--dijo el boliviano,--yo preveo
una dificultad, y es[46] la desproporción entre las importaciones y las
exportaciones de los Estados Unidos.
18 Por lo cual también habÃa venido la gente á recibirle, porque habÃa
oÃdo que él habÃa hecho esta señal;
19 Mas los Fariseos dijeron entre sÃ: ¿Veis que nada aprovecháis?
--Mucho; y se juegan no sólo entre las universidades de un paÃs, o entre
las facultades o escuelas de una misma universidad, sino también entre
_teams_ o equipos de distintos paÃses.
--Pues sábete, ingrata, que en su vida{90-3} este á quien ofendes ha
dejado hueco entre el agravio y la venganza; que eso en la sangre
lo{90-4} tengo, y lo mamé con la leche que me crió.
«¿Habrá otro--entre sà decÃa--
Más pobre y triste que yo?»
Y cuando el rostro volvió
Halló la respuesta viendo
Que iba otro sabio cogiendo
Las hierbas que él arrojó.
8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no
muere: la muerte no se enseñoreará más de él.
--_Salvador Camacho Roldán_ (VENEZOLANO)
=Hernández, José= (1834-1886)
José Hernández,[36] indiscutiblemente es el que posee el cetro de la
poesÃa criolla[37] Argentina entre los clásicos.
54 Por tanto, Jesús ya no andaba manifiestamente entre los JudÃos; mas
fuése de allà á la tierra que está junto al desierto, á una ciudad que se
llama Ephraim: y estábase allà con sus discÃpulos.
35 Entonces Jesús les dice: Aun por un poco estará la luz entre
vosotros: andad entre tanto que tenéis luz, porque no os sorprendan las
tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.
--Hollada bajo el pie de indiferente pasajero, sin cesar arrastrada de
un punto á otro entre el polvo y el fango, me he juzgado dichosa
cuando podÃa reposar un instante en el profundo surco de un camino.
13 Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he
propuesto ir á vosotros (empero hasta ahora he sido estorbado), para tener
también entre vosotros algún fruto, como entre los demás Gentiles.
24 Y dijeron entre ellos: No la partamos, sino echemos suertes sobre
ella, de quién será; para que se cumpliese la Escritura, que dice: Partieron
para sà mis vestidos, Y sobre mi vestidura echaron suertes.
5 Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre
vosotros seáis unánimes según Cristo Jesús;
6 Para que concordes, á una boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo.
--Mucho me lo temo,[49] a menos que[50] esté ya terminada la lÃnea entre
Guatemala y la ciudad de La Unión, en el Salvador; si esto es asÃ,[51]
puede ya hacerse por riel el viaje entre Acajutla y la costa del
Atlántico.
--Pues por mÃ, señor de Lopera, aunque sean más largas que la LetanÃa,
de seguro no lo advertiré, porque vengo reventado y molido; y en
metiéndome entre sábanas, ya pueden echar á vuelo todo un campanario: no
me quitarán el sueño.
(decÃa entretanto el Comandante, leyendo las señas
que le habÃa dado el Capitán general.)--¡à fe que hemos estado
torpes!--Pero ¿á quién se le hubiera ocurrido buscar al capitán de
ladrones entre los migueletes que iban á prenderlo?
3 Digo pues por la gracia que me es dada, á cada cual que está entre
vosotros, que no tenga más alto concepto de sà que el que debe tener, sino que
piense de sà con templanza, conforme á la medida de fe que Dios repartió á
cada uno.
]
Y vió el sol volteando encendido sobre ejes de oro en una atmósfera de
colores y de fuego, y en su foco á los Ãgneos espÃritus[1] que habitan
incólumes entre las llamas, y desde su ardiente seno entonan al
Criador himnos de alegrÃa.
=Resumen=
El discÃpulo se preparará a dar oralmente ante la clase un resumen del
cuento "Abuelo y Nieto."
=Estudio de voces de la misma etimologÃa=
Es de notar la semejanza que existe muchas veces entre palabras
españolas e inglesas.
8, note 1]
Y sin embargo, entre los señores comarcanos murmurábase que la hermosa
castellana de Veratón[1] no era tan limpia de sangre como bella, y que
á pesar de sus trenzas rubias y su tez de alabastro, habÃa tenÃdo por
madre una gitana.
15
Este canal acorta la distancia entre las ciudades
americanas y paÃses europeos con los paÃses y ciudades
del PacÃfico y esto constituye a todas luces[273] una gran
economÃa en tiempo y dinero, pues ya se sabe que el
tiempo es oro.
--Barcos de vapor, es decir, vapores de rÃo para pasajeros y
vapores-correos que hacen el servicio fluvial en el interior de la
Argentina y Paraguay y, además, entre los puertos marÃtimos de las
costas australes argentinas, aun llegando hasta el Brasil.
¡Qué hermoso era ver correr el agua del rÃo que lamÃa las
retorcidas raÃces del añoso tronco que nos sustentaba, aquel agua
limpia y trasparente que copiaba como un espejo el azul del cielo, de
modo que creÃamos vivir suspendidas entre dos abismos azules!
16, note 3.]
El misterioso bandido penetró al fÃn en la sala del concejo, y un
silencio profundo sucedió á los rumores que se elevaran[1] de entre
los circunstantes, al oir resonar bajo las altas bóvedas de aquel
recinto el metálico son de sus acicates de oro.
121, Note 1.]
Exasperados, y no encontrando otra vÃa de salvación, por último, se
pusieron de acuerdo entre sÃ, se encomendaron á la Divina Providencia
y tomaron las armas; pero el señor reunió á sus secuaces, llamó en su
ayuda al diablo, se encaramó á su roca y se preparó á la lucha.
6.--LA CAZA DEL TIGRE
ConocÃase que las mujeres nos contaban y recontaban[1] desde que nos
alcanzaron a ver,[2] y cuando nos acercamos a la casa estaban aún
indecisas entre el susto y la alegrÃa, pues por nuestra demora y los
disparos que habÃan oÃdo suponÃan que habÃamos corrido peligros.
--Tenemos el azúcar blanco o de flor; el azúcar de lustre (que ha sido
molido y pasado por un cedazo); el azúcar moreno, negro o prieto, que
está mezclado con melaza; el azúcar piedra en cristales grandes; el
azúcar refinado; y el azúcar terciado, de color intermedio entre el
azúcar moreno y el blanco.
24 Por lo cual también Dios los entregó á inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de suerte que contaminaron sus cuerpos entre
sà mismos:
25 Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo
á las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos.
8 Digo, pues, que Cristo Jesús fué hecho ministro de la circuncisión por
la verdad de Dios, para confirmar las promesas [hechas] á los padres,
9 Y para que los Gentiles glorifiquen á Dios por la misericordia; como
está escrito: Por tanto yo te confesaré entre los Gentiles, Y cantaré á tu
nombre.
--Me han informado que en la América latina el comercio y la industria
no están tan general y completamente[17] organizados[18] como en los
Estados Unidos, resultando de ello[19] el que se conservan allÃ
ocupaciones que entre nosotros ha tiempo[20] fueron absorbidas por
organizaciones comerciales más vastas.
--¿Qué es éso?[11]
--En Estados Unidos se juega el curso del trigo, operando sobre
mercancÃas a librar[12] y al descubierto[13]; es decir, sin que en
realidad se transfiera mercaderÃa alguna, sino que se está sólo a[14]
las diferencias entre los precios que existan el dÃa fijo y aquéllos a
que se compró y vendió.
[Footnote 1: This poem is composed of hendecasyllabic verses of
the first class, alternating with assonanced heptasyllabic
_versos_ agudos.]
LII[1]
Olas gigantes que os rompéis bramando
En las playas desiertas y remotas,
Envuelto entre la sábana de espumas,
¡Llevadme con vosotras!
29 Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen
hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos;
30 Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á
éstos también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó.
--El caucho de Cartagena que se exporta en panes grandes de cincuenta
kilogramos; el de las Antillas (que comprende el de la América Central)
que se exporta igualmente en panes; el de Guayaquil, que es de tipo poco
uniforme y cuyo color varÃa entre el blanquecino de las clases
superiores, y el oscuro pardo de las más impuras.
2, note 2.]
Ahora que estoy en mi celda tranquilo, escribiendo para ustedes la
relación de estas impresiones extrañas, no puedo menos de maravillarme
y dolerme de que las viejas supersticiones tengan todavÃa tan hondas
raÃces entre las gentes de las aldeas, que den lugar á sucesos
semejantes; pero, ¿por qué no he de confesarlo?
=tanto, -a=, as much, so much;
=---- que=, as much as;
=---- como=, as much as;
=en ---- que=, while;
=---- uno como otro=, both one and the other;
=algún ----=, a little;
=en ----, entre ----=, in the meanwhile;
=por lo ----=, for the same reason, therefore;
=---- cuanto=, as much as;
=---- por ciento=, percentage.
66, note 1.]
Como era de esperar, entre los oficiales que, según tenÃan de
costumbre, acudieron al dÃa siguiente á tomar el sol y á charlar un
rato en el Zocodover, no se hizo platillo de otra cosa que de la
llegada de los dragones, cuyo jefe dejamos en el anterior capÃtulo
durmiendo á pierna suelta y descansando de las fatigas de su viaje.
30
Quedando el Brasil enteramente entre las zonas
templada y tropical, el clima en una región se modifica;
sin embargo, en las numerosas altas mesetas y cadenas
de montañas, asà como también por su extenso sistema
de rÃos, estas dilatadas y fértiles llanuras producen todas
las frutas de los trópicos y contienen ricos y casi impenetrables
bosques.
[Footnote 1: Noche-Buena = 'Christmas eve.' It is impossible to
render in English the play upon the words _Buena_ and _mejor_.]
Esto diciendo, la buena mujer que habÃa servido de cicerone á su
vecina, atravesó el atrio del convento de Santa Inés,[1] y codazo en
éste, empujón en aquel, se internó en el templo, perdiéndose entre la
muchedumbre que se agolpaba en la puerta.
¡Sabes que
mañana son mis dÃas?--Te los deseo muy felices.--Déjate de cumplimientos
entre nosotros; ya sabes que yo soy franco y castellano viejo: el pan
pan, y el vino vino;{133-2} por consiguiente exijo de ti que no vayas á
dármelos; pero estás convidado.--¿à qué?.--à comer conmigo.--No es
posible.--No hay remedio.--No puedo, insisto temblando.--¿No
puedes?--Gracias.--¿Gracias?
26, note 1.]
En las ráfagas del aire y confundido con los leves rumores de la
noche, creyó percibir un extraño rumor de voces delgadas, dulces y
misteriosas que hablaban entre sÃ, reian ó cantaban cada cual por su
parte y una cosa diferente, formando una algarabia tan ruidosa y
confusa como la de los pájaros que despiertan al primer rayo del sol
entre las frondas de una alameda.
42, note 1.]
En efecto, era asÃ, pues á poco de haberse oÃdo la esquililla,
empezaron á saltar por entre las apiñadas matas de cantueso y tomillo,
y á descender á la orilla opuesta del riachuelo, hasta unos cien
corderos, blancos como la nieve, detrás de los cuales, con su caperuza
calada para libertarse la cabeza de los perpendiculares rayos del sol,
y su atillo al hombro en la punta de un palo, apareció el zagal que
los conducÃa.
--Se refiere, prosiguió el montero, á que, según él afirma, y lo jura
y perjura por todo lo más sagrado del mundo, los ciervos que discurren
por estos montes, se han dado de ojo para no dejarle en paz, siendo lo
más gracioso del caso, que en más de una ocasión les ha sorprendido
concertando entre sà las burlas que han de hacerle, y después que
estas burlas se han llevado á término, ha oÃdo las ruidosas carcajadas
con que las celebran.
12.--EN DILIGENCIA
A las tres de la mañana llamó a la puerta de mi cuarto el mozo del hotel
con fuertes golpes y gritando con apremio[1]:
--¡Ya es hora![2]
Echéme a cuestas[3] el vestido a toda prisa, entre grandes bostezos y
dándome al diablo[4] porque el administrador de las diligencias hiciese
salir tan temprano el vehÃculo; y pocos momentos después abrà la puerta
de mi habitación, y me dirigà al comedor a tomar algún refrigerio.
=por=, for, through, between, to, by, along,
on account of, per, for the sake of, in behalf, by means of; about;
=---- tanto= _or_ =---- ende=, for that, for so much;
=---- más que= _or_ =---- mucho que=, in vain;
=---- acá= _or_ =---- allá=, here _or_ there;
=---- si acaso=, if by chance;
=---- entre=, through;
=---- cuanto=, whereas;
=---- tanto=, wherefore;
=---- sÃ=, by himself (herself or itself);
=---- cierto=, indeed;
=---- qué=, why.
15
Pero el señor cura estaba prevenido, y suplió la falta
de elocuencia del predicante momia, acomodándole, por
entre las sotanas, un largo tubo de hoja de lata, de
manera que ocultándose detrás de él, podÃa hablar por
boca de ganso[253] a sus sencillos feligreses, sin que éstos 20
lo echasen de ver.[254]
La plática fué, como siempre, sobre el pago de las
primicias, fulminando terribles amenazas contra los que
no cumpliesen con tal obligación.
--Esa provisión es digna de todo elogio,[19]--dijo mister Smith--En los
Estados Unidos no procedemos asÃ, pues los ferrocarriles se han acogido
a las oportunidades ofrecidas por los diferentes estados, pero no se han
firmado contratos, y en consecuencia el gobierno no se halla facultado
para indagar la situación financiera de los ferrocarriles, salvo en los
casos en que los tribunales declaran no existir relación equitativa
entre los ingresos procedentes de la explotación de un ferrocarril y el
capital invertido.
--En acosar y perseguir á los infelices pastores que se arriesgan por
esa parte de monte, ya haciendo ruido entre las matas, como si fuese
un lobo, ya dando quejidos lastimeros como de criatura, ó
acurrucándose en las quiebras de las rocas que están en el fondo del
precipicio, desde donde llama con su mano amarilla y seca á los que
van por el borde, les clava la mirada de sus ojos de buho, y cuando el
vértigo comienza á desvanecer su cabeza, da un gran salto, se les
agarra á los pies y pugna hasta despeñarlos en la sima....
4.--AUGURIOS
La isla de Cuba, entre las dos Américas, a la boca del[1] Golfo
Mejicano, siendo el centinela avanzado del archipiélago, punto
intermediario del comercio en dÃa no lejano[2] en que los pueblos
asiáticos y los pueblos americanos y europeos se comuniquen por caminos
más breves con sus muchos y bellos puertos, sus innumerables riachuelos,
sus campos cubiertos de verdor perenne, sus privilegiados frutos, sus
feraces terrenos, su cielo encantador, su benigno clima; no se detendrá
sin duda en la marcha que ha emprendido.
52, note 3.]
La fiesta religiosa habÃa traÃdo á ella una multitud inmensa de
fieles; pero ya ésta se habÃa dispersado en todas direcciones; ya se
habÃan apagado las luces de las capillas y del altar mayor, y las
colosales puertas del templo habÃan rechinado sobre sus goznes para
cerrarse detrás del último toledano, cuando de entre las sombras, y
pálido, tan pálido como la estatua de la tumba en que se apoyo un
instante mientras dominaba su emoción, se adelantó un hombre que vino
deslizándose con el mayor sigilo hasta la verja del crucero.
52,
note 1.]
En esta situación de ánimo, la más insignificante novedad que viniese
á romper la monótona quietud de aquellos dÃas eternos é iguales, era
acogida con avidez entre los ociosos; asà es que la promoción al grado
inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento
estratégico de una columna volante, la salida de un correo de
gabinete, ó la llegada de una fuerza cualquiera á la ciudad,
convertÃanse en tema fecundo de conversación y objeto de toda clase de
comentarios, hasta tanto que otro incidente venÃa á sustituirle,[1]
sirviendo de base á nuevas quejas, crÃticas y suposiciones.
13,
note 1.]
Ya enzarzado en lo más espeso y fragoso del monte, llevando del
diestro la caballerÃa por entre sendas casi impracticables, ora por
las cumbres para descubrir la salida del laberinto, ora por las
honduras con la idea de cortar terreno, anduve vagando al azar un buen
espacio de tarde hasta que por último, en el fondo de una cortadura
tropecé con un pastor, el cual abrevaba su ganado en el riachuelo que,
después de deslizarse sobre un cauce de piedras de mil colores, salta
y se retuerce allà con un ruido particular que se oye á gran
distancia, en medio del profundo silencio de la naturaleza que en
aquel punto y á aquella hora parece muda ó dormida.
Eso ocurrÃa antes que los Estados Unidos y Méjico
entraran en el mercado.
9 Yo soy la puerta: el que por mà entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos.
9 Yo soy la puerta: el que por mà entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos.
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no
seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha
acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles;
26 Y luego todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el
Libertador, Que quitará de Jacob la impiedad;
27 Y este es mi pacto con ellos, Cuando quitare sus pecados.
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no
seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha
acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles;
26 Y luego todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el
Libertador, Que quitará de Jacob la impiedad;
27 Y este es mi pacto con ellos, Cuando quitare sus pecados.
entra=; =en
cuanto Ud.
En estos momentos entra Da.
va
á ser el mes que entra.
entra=; =tan pronto como usted entra=.
ya entra en la iglesia el heroe de la función.
EL DISCÃPULO EN LA ESCUELA
El discÃpulo entra en la sala de clase.
of_ =entender=
=entonces= then;
=por entonces= at that time
=entra= _3 sing.
Más tarde dirá de él una buena señora: «Era un
muchacho bonito.»
Cuando entra a West Point hace notar en él un colega, Mr.
por el Amazonas; sigue por
el rÃo Negro, luego remonta este rÃo durante algunos dÃas hasta que
llega al rÃo Casiquiari por donde entra Ud.
Pero agrega: «La materia imparticulada,
o sea Dios en estado de reposo, es en lo que entra en nuestra
comprensión, lo que los hombres llaman espÃritu».
CapÃtulo 10
1 DE cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el
corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador.
El
_chipá_ de los paraguayos es, en realidad, una especie de pan; pero las
roscas y rosquetas de maÃz son bollos muy agradables en cuya preparación
entra la manteca, huevos, leche y azúcar.
LA ARDILLA Y EL CABALLO _Tomás de Iriarte_
ABBREVIATIONS
VOCABULARY
[Illustration: EL RICO EXTREMEÑO Y EL EXTRANJERO]
ELEMENTARY SPANISH READER
EL CUENTO DEL POLLO
Un dÃa un pollo entra en un bosque.
Después que uno es grandecito y piensa en estas cosas le entra a uno
cierto desconsuelo porque eso de que[10] por uno tomen helados, licores
y dulces los demás mientras que el héroe si acaso[11] chupaba el dedo de
la criandera, es cosa triste.
Desde el término de esta navegación el viaje a los Andes se continúa en
mula, ascendiendo la falda hasta el Paso del Arenal, por donde se entra
al alto valle central del Ecuador, que nos lleva en dirección a Quito,
teniendo a la vista el Chimborazo.
Pero hai demasiada sangre para que al traves de ella se sienta y se
mire.{196-1} Los cuchillos se chocan, el corvo entra cada vez hasta la
empuñadura y la sangre corre cerro abajo en un delgado chorro que va
rodeando las piedras y abriéndose paso al traves de las matas.
Arcos se presenta y se retira alternativamente á los ojos del viajero,
cansado de su ascensión...; hasta que, pasando entre dos altas peñas, se
entra de repente en el pueblo, cuya situación sorprende y admira aún á
los menos sensibles á las bellezas de la naturaleza y á los encantos de
lo pintoresco.
Si pregunta su nombre a alguno, y este responde, «soy fulano, para
servir a usted»,[24] él le replica, «para servir a Dios».[25] Si entra
a una pulperÃa y le convida un extraño: «gracias, amigo, a pagar lo que
guste».[26] Cuando da las señas de un paraje cercano, no dice más allá
sino «más allasito»; cuando se despide de los que estima, no dice adiós,
sino «adiosito»; cuando quiere afirmar que no conoce absolutamente nada
de un asunto, dice: «¡no sé cosÃsima ninguna!»
Sobresale también en buscar el lado ridÃculo de las cosas, y sus sátiras
son a veces divertidas, pero las más de las veces sangrientas.
¿Quién entra en la sala de clase?
=mes,= _m._, month; =el -- que entra,= next month.
2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
_Parrón_ vive, y aquà entra lo más
negro de la presente historia.
¿Puede imaginarse la impresión misteriosa y sagrada que produce en el
que entra?
--Eres un niño,--le interrumpÃ;--pero si no deseas más que eso, entra, y
la paz y la felicidad sean contigo.
=entrar (en),= to enter, approach; undertake; =-- en razón,= to listen
to reason; =la entró un cólico,= she was seized with cramps; =mes que
entra= = =próximo mes=.
(contestó _Parrón_ muy lentamente.) Vas á
quedarte en mi poder...--¡Si en todo el mes que entra no me ahorcan, te
ahorco yo á ti, tan cierto como ahorcaron á mi padre!--Si muero para esa
fecha, quedarás libre.
Y habÃa disensión entre ellos.
Ningún[31] inglés se ve entre ellos.
murmuró entre dientes el señor
Frutos.
Y sólo veo entre sombras aquellos ojos...
Yo la tomé
entre las manos y la apliqué un beso...
VARIANTS: =Dicho
sea entre paréntesis=; =al pasar=.
La noticia cundió instantáneamente entre la muchedumbre.
VARIANT: =Casi no mantenemos trato alguno
entre nosotros=.
rivalizar, to be rivals; to vie (entre sÃ, with each other).
cantar, to sing, hum, buzz; -- entre dientes, to hum (a song).
algún deporte tÃpico, como lo es entre nosotros el
_baseball_?
El tercero le
componen dos buhardillones independientes entre sÃ.
Apoyó los codos en las rodillas y metió la cabeza entre las
manos.
La mayor parte de las lluvias
caen entre los meses de mayo y octubre.
Apenas regresaron al reino, empezaron los hermanos a altercar entre sÃ.
VARIANT: =Hay una gran diferencia= (or =va un
gran trecho=) =entre ...
En 1871 utilizaron
el canal 765 buques, entre ellos 63 buques de guerra.
Suelen[84] matar a otros animales, sólo con
apretarlos entre las patas.
HabÃa entre ellas mujeres de setenta, de ochenta, y de noventa
años de edad.
se lo figura,
y podrÃa entre tanto sentir debilidad, y no quiero que haya V.
Diciendo esto, el guarda se alejó rápidamente y desapareció entre los
olivos.
La fiebre amarilla hacÃa estragos[266] entre los 5
trabajadores.
Algunas ediciones impresas tenÃan tanto letra itálica y
palabras entre corchetes.
El
rey creÃa que no le era posible reconocer a la princesa entre
sus compañeras.
Nada quedaba de común, sino el corazón, entre los embarcados y la gente
de tierra.
El
sol habÃa descendido por detrás del monte, y se habÃa ocultado entre los
olivos....
El 25
mendigo lo reconoció tan pronto como usted entre
otros veinte.
Asunción permaneció sentada,
con la cabeza baja y ocultando el rostro entre las manos....
La piqueta al hombro,
El sepulturero
Cantando entre dientes
Se perdió á lo lejos.
No eché en saco roto la advertencia: aquella noche misma fuà á
apostarme entre los chopos.
Por el del PacÃfico, un canal entre la costa y el
lago habrÃa completado la ruta por agua.
que se
trata de un _montecristo_, el sombrero más famoso entre todos los
llamados «panamás».
VARIANT: =En cÃrculos comerciales;
entre los entendidos.=
[10] =menos claro,= _less bright_.
Al amanecer del dÃa siguiente, un agente de orden público tropezó con su
cadáver entre la nieve.
Al medio dÃa, la luz del sol cae sobre el bosque como una gasa de oro
que flota entre las ramas.
Al ponerse de pie, el guante
resbaló por entre los anchos pliegues de seda, y cayó en la alfombra.
mirar, to look, look at, gaze at; to see; --se entre si, to look at
each other (_or_ one another).
Mucho tiempo se
mantuvo encerrado entre sus muros de argamasa, como el león en su jaula
de hierro.
Y haciendo un gracioso gesto desapareció entre las 10
cristalinas aguas del rÃo.
La última revolución empezó en 1895 y fué terminada
con una guerra entre España y los Estados Unidos.
muchos criollos
entre los capitanes y patrones de los buques, asà como entre los
oficiales de a bordo.
Por cierto
esas causas son numerosas; pero entre ellas yo señalaré una que no he
oÃdo mencionar nunca.
Puesto que un duelo entre nosotros es imposible, resolvámonos á
encomendar nuestra suerte en sus manos.
el mapa de las vÃas de comunicación
terrestres entre los estados vecinos de la América latina y verá Ud.
El Tajo se retorcÃa gimiendo al pie del mirador entre las rocas sobre
que se asienta la ciudad imperial.
Entonces me mezclé entre la gente, aguardando una ocasión para
colarme dentro sin que me viera el portero.
Ciertos torneos entre argentinos,
uruguayos, brasileños y chilenos han hecho época en los anales
deportivos.
El que saliendo de entre las
sombras de los arcos[1] que rodean la plaza vino á reunÃrsele, Lope de
Sandoval.
en la Sagrada Escritura que
más fácil es que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en
el cielo?
El edificio Produce Exchange, entre sus muros de hierro
y granito, reúne tantas almas cuantas hacen un pueblo...
La proporción entre ese _encaje_ y la moneda
circulante es en ese paÃs más elevada que en ningún otro del mundo.
CHILE
La república de Chile es un paÃs largo y estrecho que está situado entre
los Andes y el Océano PacÃfico.
De tu balcòn las persianas
Cerré ya, porque no entre
El resplandor enojoso
De la aurora, y te despierte ...
las ondas nos llaman con sus
voces incomprensibles, el viento empieza entre los álamos sus himnos
de amor; ven ...
Esa eterna existencia entre extraños es triste en su inmovilidad; cual
la del JudÃo errante en su incesante movimiento.
Estos derechos, _ad
valorem_, como se los llama, varÃan entre el dos y el ochenta por ciento
del valor de los artÃculos.
Se ve el rastro de la
sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos
han flaqueado sus piernas....
sÃ, himself, herself, itself, one's self, themselves; de por --, by
himself, for his own part; entre --, to himself, etc.
Y esto diciendo se arrojó en los
brazos de Alonso, que le estrechó entre los suyos con una fuerza y una
efusión indecibles.
Constanza, herida por su mano, expiraba allà á su vista, revolcándose
en su propia sangre, entre las agudas zarzas del monte.
La ciudad de San Salvador está situada entre
montañas y en el centro de un valle donde prosperan las plantaciones de
Ãndigo.
Éste es Juan de quien tanto os he hablado, á quien acabo de
encontrar en la calle á punto de morirse helado entre la nieve....
De modo, pues, que[52] acabada la lÃnea entre Guatemala y
Méjico, será posible viajar en tren desde el Salvador hasta Nueva York.
Me revolqué mil veces entre las sábanas, presa
de fatal desasosiego, de un terror que el silencio y la soledad hacÃan
más cruel.
Oà un quejido, un grito de rabia, y và salir[6] en seguida
el oso de entre la humareda, dando tumbos[91] a
un lado y a otro.
Debo advertir que éste es el tratamiento que se da, entre la gente del
pueblo de este paÃs, por los yernos y nueras, á las suegras.
El montero exclamó al fin:
--Señores, vosotros lo habéis visto; me he expuesto á morir entre los
pies de su caballo por detenerle.
POESÃAS
LOS DOS CONEJOS
Por entre unas matas,
Seguido de perros,
(No diré corrÃa)
Volaba un conejo.
Finita se quedó al parecer algo chafada: sin duda esperaba otra cosa: y
llegándose vivamente á CurrÃn, le dijo entre dientes:
--¿Y...
En las costas son colosales, y los
diámetros enormes, los troncos derechos, perpendiculares, y dejando
entre sà grandes espacios vacÃos.
Por entre[2] esas ramas flotantes y sombrÃas, pasan algunos rayos
de luz, y uno que otro pájaro atraviesa esas ráfagas, volando perezoso.
Este
rendimiento oscila entre el treinta y el setenta por ciento, según la
clase del textil y las condiciones en que el animal ha vivido.
Por otra parte, si el
comentario histórico es fuente de disensiones entre los propios, ¡cuánto
más no ha de[13] serlo entre los extraños!
Sin embargo entre éstos abundan los italianos, y
sobre todo entre los pilotos, prácticos, contramaestres, y la
tripulación de los buques.
Turbando el profundo silencio que
me rodeaba, habÃa oÃdo como un ruido de hierros, que se removÃan y
chocaban al unirse entre las sombras.
El uniforme y desnudo camino, después de
arrastrarse dos leguas por entre palmitos, hace alto al pie de la
primera elevación de terreno....
Es una de las ciudades más
cosmopolitas del mundo, pues entre sus habitantes se 5
cuentan cerca de 575,000 extranjeros.
Las
relaciones comerciales sólo adquieren incremento entre dos naciones
cuando entrambas mantienen lazos de una interdependencia económica.
Obligado á
escoger entre ambas, me quedarÃa sin las dos, aunque la primera me
parece más temible; y cuando asà lo digo, estudiado lo tengo.
La abadesa del convento de Santa Inés y
la hija de maese Pérez hablaban en voz baja, medio ocultas entre las
sombras del coro de la iglesia.
CapÃtulo 7
1 ¿IGNORÃIS, hermanos, (porque hablo con los que saben la ley) que la
ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive?
entre, between, among, in; por --, between, among, in, through;
mirarse -- sé, to look at each other (_or_ one another); sÃ, to
himself, etc.
prosiguió con acento enérgico y
apasionado; ¿por qué no la tiene el arzobispo en su mitra, el rey en su
corona, ó el diablo entre sus garras?
Hermoso
espectáculo que nos produjo profunda impresión, aunque entre nosotros
fuéramos varios[1] los que habÃamos visto glaciares en los Andes.
Ya no eran más que dos voces, cuyos ecos se confundÃan
entre sÃ; luego quedó una aislada, sosteniendo una nota brillante como
un hilo de luz....
Teobaldo oyó entre aquellas
voces que palpitaban aún en el éter luminoso, la voz de su santa
madre, que pedÃa á Dios por él; pero no oyó la suya.
Sus cabellos eran como el oro; sus
pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban
inquietas unas pupilas que yo habÃa visto...
Una compañÃa chilena y otra peruana tienen vapores
cómodos que transportan pasajeros y tocan en los puertos del PacÃfico,
entre Valparaiso y Panamá.
Cuando era aprendiz asistÃa un dÃa a una conversación
entre su maestro y un parroquiano, en la cual éste mantenÃa que todos
los hombres eran iguales.
Le oyó con interés, desapareció por un momento
entre las ramas de la ribera, y volvió trayendo entre 20
sus manos una hacha de oro.
La cinchada se
juega entre dos ginetes que atan los caballos entre sà con un lazo,
tirando en opuestas direcciones para hacer retroceder al contrario.
MÉJICO
Méjico ocupa casi toda la parte de la América del Norte que está al sur
de los Estados Unidos y entre el golfo de Méjico y el océano PacÃfico.
Todo el mundo se apea
y se confunde entre la multitud; el millonario va expuesto a ser
pisoteado por el pordiosero y despojado de su reloj por el pillo.
diente, _m._, tooth; como que echó los --s en, he was, as it were,
born to (_or_ into); eutre --s, between (my) teeth; cantar entre --s,
to hum (a song).
Nubes de tempestad, que[2] rompe el rayo
Y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
Arrebatado entre la niebla obscura,
¡Llevadme con vosotras!
En
la cima se halla escondido entre los olivares un antiguo castillo, que
labrarÃan{79-2} los moros sobre aquel cerro, porque domina una extensa
llanura.
of_ =servir=
=sesenta= sixty
=setenta= seventy
=sÃ= himself, herself, themselves;
=para sÃ= to himself, etc.;
=entre sÃ= within himself, etc.
Por voluntad de Dios suele brotar de entre esos
poderosos monstruos algún sér de superior naturaleza, que tiende las
alas a la eterna Miranda de lo ideal.
En mi coche penetran varios, y entre ellos una señora con una perra, á
la que trata de ocultar en el seno para no incurrir en las iras de los
empleados....
Ahora bien, una designación
común crea en la mente la presunción de que existen semejanzas estrechas
entre todas las partes que concurren a formar ese todo.
Silbó el aire que habÃa permanecido un momento callado, y las hojas se
lavantaron en confuso remolino, perdiéndose á 10 lejos entre las
tineblas de la noche.
En todos nuestros textos, letra itálica se reproduce entre corchetes
[...], para que se convierte fácilmente el Nuevo Testamento a muchos
diferentes formatos.
Entonces José, tomando la cabeza del tigre entre las dos manos, dijo:
--El tigre iba a matar a Braulio, cuando el señor[9] (señalándome) le
dió este balazo.
Las voces
siguientes han sido tomadas del cuento "Abuelo y Nieto." Nótese la
semejanza asà como la diferencia que existe entre las palabras de ambos
idiomas.
Tiene muchos puertos de mar, y cerca de cien poblaciones
organizadas, entre ellas tres ciudades de mucha
importancia, llamadas San Juan, Ponce y Mayagüez.
Sueltas sus trenzas claras y sedosas,
Y oprimiendo mi mano entre sus manos,
Parece que medita en muchas cosas
Al mirar como juegan sus hermanos....
Advierto que el dulce[12] y las golosinas son muy
apreciadas[13] entre los latinos.[14]
--¿Procede de los frigorÃficos la carne que se consume en las ciudades?
En la corriente,
que pasaba y pasaba sin cesar ante sus extraviados ojos, quebrándose al
pie del mirador entre las rocas sobre que se asienta la ciudad imperial.
Todos ellos se habÃan despedido ya de sus padres, de
sus mujeres, de sus hijos, que desde tierra les dirigÃan, entre
lágrimas, palabras de cariño y de esperanza.
Allà están entre todas, brillantes sobre las listas de
la bandera, las que iluminan el vuelo del águila de América, de esta tu
América formidable, de ojos azules.
En la
corriente, que pasaba y pasaba sin cesar ante sus extraviados ojos,
quebrándose al pie del mirador entre las rocas sobre que se asienta la
ciudad imperial.
Se acercaron a[68] él, le cogieron y le preguntaron: 5
--¿Dónde está el camello, y qué ha hecho usted de
las joyas que habÃa entre la carga?
Yo se los irÃa sacando con una vara
de acebuche si lo pillara entre cuatro paredes, por muy agarrados que
estuvieran.{128-3} ¡Atreverse conmigo, con un religioso!
Se conserva soltero, porque entre su lancha, sus campañas
y sus redes, que teje con mucho primor, nunca le quedó un cuarto de hora
libre para buscar una compañera.
Sólo un punto luminoso seguÃa viendo
tenazmente el desgraciado entre las tinieblas de su congojoso estado:
este punto luminoso era la llegada de su hermano Santiago.
Las lamentaciones y los gemidos, los suspiros
y las lágrimas son apaciguadas entre tanto
por esta horrible palpitación de mi corazón;
¡ah, esta horrible palpitación!
Lucen los dos sus inocentes galas,
Y alegres sueñan en tan dulces lazos:
Él, que cruza sereno entre las balas;
Ella, que arrulla un niño entre sus brazos.
Y el muchacho, dando tormento al rey Leopoldo de Bélgica que apretaba
entre sus dedos, se puso muy cerquita del oÃdo de la niña, y murmuró
suavemente: «SÃ, era algo...
El tráfico de uva es asimismo muy intenso, y en la época de la
vendimia corren trenes especiales entre Buenos Aires y los centros
productores de esa fruta en los Andes.
La comunicación, que imagino existe entre Uds.,
debe engendrar un sentimiento común, un sobrentendido de semejanza,
resultado de la amistad y el conocimiento recÃproco.
Pero el jabalÃ, al que sólo divisaba á intervalos entre
los espesos matorrales, tomaba á desaparecer de su vista para
mostrársele de nuevo fuera del alcance de su armas.
Y en efecto, llevándose el pañuelo á los ojos, ella la primera, con
rostro sereno y risueño se mezclaron agrupadas entre la muchedumbre; y
las perdà muy pronto de vista.
Consideró, con
todo, que tan prodigiosa alhaja tenÃa sobrado precio para uso de diario,
y la guardó en su cajita y la ocultó con cuidado entre sus mas estimados
tesoros.
El
juego de bolos, llamado boliche en Méjico, palitoque en Chile y bochas
en el Plata, es popular entre la gente de los campos en todas las
repúblicas latino-americanas.
Tanto la casa como[16] el
terreno pueden ser abonados[17] al contado, o el pago puede hacerse por
mensualidades,[18] durante un tiempo que varÃa entre cinco y siete años.
Allà ensanchó sus conocimientos, y concibió y
maduró su gran proyecto de atravesar el Atlántico, en
busca de una vÃa que facilitase el comercio entre Ãsia
y Europa.
of_ =entrar=
=entre= between, among;
=entre sÃ= within himself;
=por entre= among
=entregar= to deliver, hand over
=entristecido= saddened
=entró= _3 sing.
Allà sólo pueden
imponerse las mercaderÃas realmente superiores,--entre ellas las ya
mencionadas de metal, madera, cuero y caucho, en que los Estados Unidos
se distinguen.
Entonces vaga entre ellos ese pájaro que llaman
_crepuscular_, porque sale a cazar insectos a la hora en que el lucero
de la tarde[3] centellea entre las ramas de la selva.
Mira, la fuente brota escondida en el seno
de una peña, y cae resbalándose gota á gota por entre las verdes y
flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna.
Existen
a la vez[289] el peso de oro y el de papel, lo cual ocasiona
confusiones en la mente de los que no conocen con
precisión la diferencia que entre ellas existe.
ComÃa lo preciso para no morirse de hambre en alguna taberna de los
barrios bajos, y dormÃa por cuatro cuartos entre mendigos y malhechores
en un desván destinado á este fin.
boca, all of a sudden; unexpectedly; echar
-- de, to lay hands upon, take possession of; entre sus --s, in his
hands; tomar -- en ello, to take it in hand (_or_ a hand in it).
La cumbre de los árboles más
colosales[1] se ilumina con el albor de la mañana, y entonces resaltan
más esas sombras, entre las que se mecen suavemente las ramas de la
selva.
Y los
carabineros, excelentes muchachos que viven entre nosotros y son casi de
la familia, hacÃanse á un lado, comprendiendo la situación y no
queriendo perder á unos pobres.
en
cuenta, además, que hay, como quien dice,[7] indios e indios; es decir,
que entre las razas nativas existen diferencias marcadas que imponen
modalidades y rasgos diferentes.
Más hacia el
sur de la meseta, los bosques son más ralos, sobre todo al este del rÃo
Paraná, y donde se hallan separados entre sà por llanuras cubiertas de
vegetación herbácea.
Pero si brilla y descuella
intelectual y fÃsicamente entre sus compañeros, los hijos de familia de
la fofa aristocracia del lugar miran por encima del hombro al hijo de la
cómica.
La luz, que en un vaso,
ArdÃa en el suelo,
Al muro arrojaba
La sombra del lecho;
Y entre aquella sombra
VeÃase á intervales,
Dibujarse rÃgida
La forma del cuerpo.
Mientras subÃan
el telón seguimos charlando, aunque muy bajito: se habÃa establecido
entre nosotros una gran intimidad, y me abandonó una de sus manos que yo
acariciaba embelesado.
La hierba crecÃa entre las piedras de la mÃsera calle como prueba de su
silencio y abandono, y en muchos sitios se veÃan cenizas arrojadas al
viento y groseros platos de barro rotos.
Éste, que
caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un
farolillo, parecÃa servirle de guÃa por entre aquel laberinto de calles
obscuras, enmarañadas y revueltas.
Éste, que
caminaba á pie delante de su interlocutor, llevando en la mano un
farolillo, parecÃa servirle de guÃa por entre aquel laberinto de
calles obscuras, enmarañadas y revueltas.
Pero nadie acertaba á ganar su reino y sus tesoros, que la sangre
continuaba colorando, arrojada á borbotones, la sarta de blancas perlas
que brillaba entre los labios de la princesa.
Por lo demás,[10] la
cosecha que ahora se recoge y exporta desde Santo Domingo aumenta de año
en año,[11] y ha dado ya a ese paÃs un puesto importante entre los
productores de cacao.
CANTOS DE PÃJARO
Tengo yo un pajarillo
Que el dÃa pasa
Cantando entre las flores
De mi ventana;
Y un canto alegre
A todo pasajero
Dedica siempre.
Si al resonar confuso á tus espaldas
Vago rumor,
Crees que por tu nombre te ha llamado
Lejana voz,
Sabe que, entre las sombras que te cercan,
Te llamo yo.
Después de mecerse un instante en ese vago espacio que media entre la
vigilia y el sueño, entornó al fin los ojos, dejó escapar la ballesta
de sus manos y se quedó profundamente dormido.
Antes que eso, le aconsejarÃa
constituir aquà una asociación entre fabricantes de artÃculos semejantes
a los suyos, y reducir de ese modo los gastos de una representación en
el exterior.
Pero el negocio se puso cada vez peor, y _El Socarrao_ hacÃa sus viajes
de tarde en tarde, con mucho cuidado, pues le constaba al patrón que nos
tenÃan entre ojos y deseaban meternos mano.
el largo
feudo, no terminado aún, entre los admiradores de BolÃvar y los que
consideran a San MartÃn como el más grande de los dos.[12] De tales
controversias están llenas las bibliotecas.
Unos paÃses han establecido la escuela intermedia,
entre la primaria y la secundaria; en los otros los cursos del
bachillerato empalman con los de la escuela elemental sin transición
alguna.
En los primeros dÃas de aquella nueva ocupación de Chaviri, acudieron
muchos á verle pescar, entre ellos Pérez, MartÃnez y González, que con
sorna le preguntaban de vez en cuando:
--¿Pican?
Por fin uno de entre ellos empezó a dibujar una vaca
y el mozo que estaba escudriñando lo que hacÃa,
echóse a la calle disparado como una bala, dejándolos
a todos pensativos y atónitos.
Y en efecto, era asÃ: la corza blanca, deseando escapar por el soto,
se habÃa lanzado entre el laberinto de sus árboles, y enredándose en
una red de madreselvas, pugnaba en vano por desasirse.
Pensando en lo que habÃa
de decir á mis colegas cuando me viese entre ellos, y en el modo mejor
de explicarles la causa del fracaso, crucé la plaza del Rey y entré en
la calle de las Infantas.
Luego reflexionaba cuán inciertas son las
cosechas, y que tener tierras de secano es tener siempre el alma entre
los dientes, como los jugadores, siempre arruinados ó en vÃsperas de
arruinarse.
Una tradición en boca del pueblo, que nadie
escucha, y esa gran tumba de héroes sepultada entre olivos, sobre la
cual las simbólicas ramas de éstos estampan por solo epitafio: ¡Paz á
los muertos!
XVI[1]
Si al mecer las azules campanillas
De tu balcón,
Crees que suspirando pasa el viento
Murmurador,
Sabe que, oculto entre las verdes hojas,
Suspiro yo.
Cuenta la historia que apenas quedaba sangre en las venas de Casilda,
porque todos los dÃas coloraba, arrojada á borbotones, la sarta de
blancas perlas que brillaba entre los labios de la princesa.
En el Brasil, Argentina
y Chile hay buenos campos de _golf_, y algunas estancias prestan
atención a la crÃa de jacas para el juego del _polo_, que ha hecho ya
muchos adeptos[6] entre los criollos.
Hubimos de sentarnos de
medio lado, como quien va á arrimar el hombro á la comida, y entablaron
los codos de los convidados Ãntimas relaciones entre sà con la más
fraternal inteligencia del mundo.
bien dije yo que todas estas cosas no eran más que
fantasmagorÃas del diablo, exclamó entonces el montero; pero por
fortuna esta vez ha andado un poco torpe dejándome entre las manos la
mejor presa.
Después de todo,
ese sér trágico, de historia tan extraña y romancesca, dio su primer
vagido entre las coronas marchitas de una comedianta, la cual le dio
vida bajo el imperio del más ardiente amor.
Ese doble término no puede abrazar los
rasgos que distinguen a dichas nacionalidades, y entre esos rasgos que
las distinguen se cuentan precisamente los que más caracterizan sus
progresos recientes.
Estos procurados incidentes, lejos de ofender la sociedad,
supongo yo, como es de suponerse,[8] que estrecharÃan más los vÃnculos
entre las familias, siendo origen y motivo de tal cual[9] matrimonio.
Al principio creà que aquella circunspección procedÃa de considerarse ya
demasiado formales para corretear, y me pareció cómica: pero observando
mejor, me convencà de que algo serio pasaba entre ellas....
Mucho más que anteriormente, Costa Rica se destaca
hoy entre los paÃses visitados por los turistas, pues el
número creciente de viajeros es un medio de anunciar 30
que no tiene rival.
Cuando al otro dÃa los dependientes de la iglesia le encontraron al pie
del altar, tenÃa aún la ajorca de oro entre sus manos, y al verlos
aproximarse exclamó con una estridente carcajada:
--¡Suya, suya!
Cuando al otro dÃa los dependientes de la iglesia le encontraron al
pie del altar, tenÃa aún la ajorca de oro entre sus manos, y al verlos
aproximarse, exclamó con una estridente carcajada:
--¡Suya, suya!
Hecho el cálculo, cogió la ballesta entre los dientes, y arrastrándose
como una culebra por detrás de los lentiscos, fué á situarse obra de
unos cuarenta pasos más lejos del lugar en que antes se encontraba.
Muy escaso y retirado en el Paraguay, entre sus variedades,
figura el que llamaron los guaranÃes, _araguirá_, es decir, _pájaro del
dÃa_ o _de la luz_, con alusión a lo brillante y subido de su rojo
penacho.
Las tres ciudades principales
del interior del paÃs están situadas a una distancia
aproximadamente de 150 millas entre sÃ--Quito al 15
norte, RÃobamba en el centro y Cuenca en el sur.
Apenas se encontró conmigo la propietaria del santo, me
puso verde en una su{185-2} jerigonza salvajina que le servÃa de idioma,
único resabio que le quedaba del tiempo que vivió entre los indios sus
hermanos.
Ideas
ligerÃsimas, sin forma determinada, que unÃan entre sÃ, como un
invisible hilo de luz, la profunda soledad de aquellos lugares, el
alto silencio de la naciente noche y la vaga melancolÃa de mi
espÃritu.
Después de algunos dÃas, unos pescadores, que habÃan echado sus redes
en el rÃo, cogieron entre las mallas los zapatos de TamburÃ, pero los
clavos de que estaba llena la suela destrozaron los hilos de las redes.
Cuando al despuntar la mañana me veÃas tomar la ballesta y dirigirme
al monte, no fué nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la
caza, no; iba á sentarme al borde de la fuente, á buscar en sus ondas
...
Cuando sus servidores llegaron presurosos al punto que la noble dama,
inmóvil y presa de un profundo terror, les señalaba aún con el dedo,
una blanca paloma se levantó de entre las breñas y se remontó á las
nubes.
Los remos habÃan tocado ya el agua, y aun permanecÃa la lancha atracada
á la rampa, y sujeta á ella por un cabo que tenÃa entre sus manos, por
el extremo de tierra, un viejo patrón que contemplaba atónito la escena.
Una pelada roca, á cuyos pies tuercen éstas su curso, y sobre cuya
cima se notan aún remotos vestigios de construcción, señala la antigua
lÃnea divisoria entre el condado de Urgel[1] y el más importante de
sus feudos.
El salitre
se encuentra a poca hondura, generalmente a menos
de dos metros, debajo de un manto de arena salada 10
llamada costra cuyo espesor varÃa entre cincuenta
centÃmetros y cinco metros.
Antes de pasar más adelante, debe saber el lector que, desde tiempo
inmemorial, existe entre los mareantes de la calle Alta y los de la del
Mar, barrios diametralmente opuestos de Santander, una antipatÃa
inextinguible.
Cuando se hubo internado en el pinar, vió de repente salir de entre la
enramada el guarda que traÃa su escopeta, el cual, parándose á corta
distancia, se la echó á la cara, clavando en él sus ardientes y
amenazadores ojos.
Llevaba al chico por delante de la silla y
conversaba con él, mientras mas abajo, en el plan, la vieja Andrea, de
cabeza sobre la ropa, la hacia levantar lavaza y blanquÃsima espuma de
jabon, al restregarla entre sus manos.
Por lo cual, cuando aplicaba la vista hacia el
centro del emparrado, confundÃa las niñas con las flores, y cuando
aplicaba el oÃdo, no distinguÃa entre sà el alegre gorjeo de los pájaros
y la infantil algarabÃa de sus nietos.
Por
cada millón del comercio de este último paÃs con la Argentina, hay que
contar dos entre el Brasil y Alemania, paÃs con el que, a su vez, el
Uruguay comercia en una escala tres veces mayor que lo hace con[33] la
Argentina.
Dos cordilleras
de los Andes se extienden de norte a sur, a 10
través de la república, y entre estas dos montañas se
hallan las mesetas, que son las regiones más densamente
pobladas del Ecuador.
Alonso y Lope, el uno estrujando en silencio entre sus manos el
birrete de terciopelo, cuya pluma arrastraba por la alfombra, y el
otro mordiéndose los labios hasta hacerse brotar la sangre, se
clavaron una mirada tenaz é intensa.
En estos casos, para mantener la integridad de la
reproducción, aún corcheteamos palabras inicialmente itálicas, pero para
indicar la diferencia encerramos entre sÃmbolos relativos <...> las palabras
originalmente entre corchetes.
Se acercan al rÃo, cruzan el puente entre un
redoble de cascos[1]; salen a una planada cubierta de árboles frutales,
en donde el rÃo Blanco y el rÃo Negro se encuentran, se abrazan,
confunden sus aguas en el estrépito de sus ondas.
Una vez allÃ, la bruja permaneció un largo rato inmóvil, con la cara
hundida entre el légamo y el fango del arroyo que corrÃa enrojecido
con la sangre; después, poco á poco, comenzó como á volver en sà y á
agitarse convulsivamente.
Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para
pronunciar algunas palabras, pero sólo exhalaron un suspiro, un
suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una
brisa al morir entre los juncos.
En tanto que las piezas arrojadas á las llamas comenzaban á
enrojecerse, largos y profundos gemidos parecÃan escaparse de la ancha
hoguera, de entre cuyos troncos saltaban[1] como si estuvieran vivas y
sintiesen la acción del fuego.
Entre estos
últimos está el lobo de mar de las costas australes, conocido en el
comercio con el nombre de «lobo de dos pelos» y que en los mercados
europeos obtiene precios que oscilan entre cuatro y seis libras
esterlinas cada uno.
La multitud comenzaba á rebullirse, demostrando su
impaciencia; los caballeros cambiaban entre sà algunas palabras á
media voz, y el arzobispo mando á la sacristÃa uno de sus familiares á
inquirir el por qué no comenzaba la ceremonia.
Uno
de sus rizos caÃa sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues
del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de
sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas
en una joya de oro.
El mate debe ser tomado caliente; sólo asà es agradable al paladar; en
estas condiciones el agua disuelve mayor cantidad de los principios
solubles de la yerba, entre los cuales los hay aromáticos, que dan
sabor agradable a la infusión.
Cierta gracia
insinuante de animalito salvaje que tenÃa le ganaba todas las
voluntades, de modo que habiendo llegado la última, vino á ser la
predilecta entre las cuatro entregadas[Q] de que se componÃa la
servidumbre femenil de la casa.
Sin embargo, entre todos ellos
habÃa dos que más particularmente se distinguÃan por su asiduidad y
rendimiento, dos que al parecer, si no los predilectos de la hermosa,
podrÃan calificarse de los más adelantados en el camino de su corazón.
Eran ellas tan sabias, y logró cimentarlas en tan
buenas costumbres, que llegó a ser[206] desconocido el
engaño entre sus súbditos, y podÃan dejarse las más
ricas joyas colgadas de los árboles sin que nadie se
atreviese a tocarlas.
El
intercambio de la Argentina con todas las repúblicas hispanoamericanas
juntas[31] es menor que el comercio entre la Argentina y Holanda, para
mencionar[32] uno de los paÃses de Europa con el cual el intercambio
argentino es menos activo.
Si en nuestro viaje fluvial hubiéramos llegado a Greytown, en la
desembocadura del San Juan, serÃa fácil[67] pasar a Puerto Limón en
Costa Rica en uno de los pequeños vapores que hacen la travesÃa entre
los puertos marÃtimos y los fluviales.
Un gran
número de edificios modernos, entre los cuales es conveniente
mencionar el magnÃfico teatro que costó un 15
millón de pesos y muchas casas de habitación, le dan
un aire de bienestar y de prosperidad.
Uno
que otro graznido, uno que otro canto interrumpe el silencio del bosque;
porque las aves van en aquella hora a buscar sombra y frescura hasta la
cumbre de los ahuehuetes, y a esconderse del sol entre los ramosos
brazos de aquellos árboles.
La última campaña la hizo en la _Ferrolana_, y con
esta fragata dió la vuelta al mundo, con el cual viaje acabó de
conquistar el prestigio que le iban dando entre sus compañeros sus
muchos conocimientos como marinero, su valor, su buen corazón...
Cuando el más ágil de los lebreles llegó á las
carrascas jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo,
rápido como una saeta, las habÃa salvado de un solo brinco,
perdiéndose entre los matorrales de una trocha, que conducÃa á la
fuente.
El sol habÃa traspuesto la cumbre del monte; las sombras bajaban á
grandes pasos, por su falda; la brisa gemÃa entre los álamos de la
fuente, y la niebla, elevándose poco á poco de la superficie del lago,
comenzaba á envolver las rocas de su margen.
Soñó que en su seno engendraba una serpiente, una serpiente monstruosa
que, arrojando agudos silbidos, y ora arrastrándose entre la menuda
hierba, ora replegándose sobre sà misma para saltar, huyó de su vista,
escondiéndose al fin entre unas zarzas.
Cambiadas[29]
las ideas entre el propietario y el ingeniero o el[30] arquitecto,
éste[31] hace una licitación privada entre constructores,
distribuyendo[32] entre ellos las planillas _de_ especificaciones y de
condiciones que se hayan[33] convenido.
Llámase _barco de la hora_ el primero, porque en este espacio de tiempo,
y hasta en cuarenta minutos algunos dÃas, si el viento es de popa, cruza
las tres leguas que median entre la antigua villa del Duque de Arcos y
la antigua ciudad de Hércules....
Después se sentaba con la jÃcara entre las piernas y
lentamente saboreaba la bebida, interrumpiéndose á ratos para reprender
á las muchachas cuando no hacÃan las cosas como Dios manda, porque no
las toleraba frangolladas, gustándole mucho primor en todo.
El encargado de la sucursal del cosechero de Móstoles oyó aquella misma
mañana un gran ruido hacia la praderita interpuesta entre su ventorrillo
y el rÃo, y al asomarse á la ventana vió que el rÃo acababa de invadir
la pradera y se llevaba las cubas vacÃas.
El negro se defendÃa con el cañón de la escopeta, que despedÃa chispas
en los colmillos del cochino: la caja del fusil estaba hecha añicos.[8]
Pálido, ceniciento, se veÃa el negro entre el verde follaje de las
barrancas, bajo un toldo de ramas entrelazadas.
Desdobláronse silenciosamente las
servilletas, nuevas á la verdad, porque tampoco eran muebles en uso para
todos los dÃas, y fueron izadas por todos aquellos buenos señores á los
ojales de sus fraques como cuerpos intermedios entre las salsas y las
solapas.
Alvar, que llegó á la orilla del Manzanares un poco antes que los dos
más ligeros, vió al tabernero que habÃa anunciado la aparición de la
ballena al pie de un gran ribazo contemplando sus cubas, que
desaparecÃan allá á lo lejos entre los tumbos de la corriente.
A veces los agricultores de un distrito, no pudiendo tener cada uno su
propia[8] trilladora, se asocian entre sÃ,[9] formando sociedades
agrÃcolas cooperativas para comprar una máquina en común.[10]
--¿Se conoce en esas comarcas lo que aquà se llaman _options_?
Cuando llegó á la aldea, ponÃase el sol entre celajes de oro; la campiña
estaba muda, solitaria é impregnada de suavÃsima tristeza; todo lo cual
es parte á sacar chispas de poesÃa de la corteza de un alcornoque, y no
sé si pudo sacar alguna del alma de Sebastián.
El viejo creyó razonable esta observación, y entre él
y su hijo buscaron un fuerte palo, ataron el asno a él, y 15
tomando en hombros una extremidad el padre, y otra
el hijo, fueron trabajosamente cargados con la bestia
con dirección al pueblo.
Las tazas son pequeñas, y es tan
negra la bebida que el recién llegado vacila antes de
probarla, pero la costumbre va apoderándose de él 25
poco a poco y acaba por tomar su café de la misma
manera que las personas entre las cuales vive.
No hay que hablarle, pues, de estos usos sociales, de estos respetos
mutuos, de estas reticencias urbanas, de esa delicadeza de trato, que
establece entre los hombres una preciosa armonÃa, diciendo sólo lo que
debe agradar y callando siempre lo que puede ofender.
No te rÃas.[10] La banana representa en el intercambio
continental americano lo que las especias representaron en un tiempo en
el tráfico entre Europa y Asia: un vÃnculo de amistad y de recÃproco
entendimiento, que facilitó la compenetración de dos civilizaciones.
Solamente pedimos que por respeto del trabajo que
invertimos en dándote este texto (Encontrando, escaneando, y corrigiendo.),
que dejes este aviso y la siguiente introducción (Todo entre [Empieza
] y
[Termina
]) en cualquier copia que publicas sobre el Internet.
Bajo la palma real y entre infinitas flores propias
de los Trópicos, la banda militar congrega a la gente por 20
las noches en la plaza principal de Puerto Limón, pudiendo
contarse entre los concurrentes a ciudadanos de
diferentes nacionalidades.
Renegando entre dientes de la campana y del campanero que la toca,
disponÃame, una vez apagado aquel insólito y temeroso rumor, á coger
nuevamente el hilo del interrumpido sueño, cuando vino á herir mi
imaginación y á ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria.
Al fin, después de tantos dÃas de fatigante
peregrinaje y de ardiente sed,--sed de corrientes
de la ciencia que yace en ti,--yo, hombre
transformado, me arrodillo humildemente entre
tus sombras y bebo del fondo mismo de mi
alma tu grandeza, tu tristeza y tu gloria.
La popa estaba lisa y en los costados ni una
señal del número de filiación y nombre de la matrÃcula, un ser
desconocido que se morÃa entre aquellas otras barcas orgullosas de sus
pomposos nombres, como mueren en el mundo algunos, sin desgarrar el
misterio de su vida.
El héroe en
general, preso entre tanta faja,[8] encajes y faldellÃn, lloraba en
cuanto sentÃa que el cura le echaba la sal en la boca y se dormÃa en
cuanto llegaba de la iglesia, y la madrina le decÃa a su madre: «Usted
me lo entregó judÃo y se lo devuelvo cristiano».
El Tajo[1] se retorcÃa gimiendo al pie del mirador[2] entre las rocas
sobre que se asienta la ciudad imperial.[3] El sol trasponÃa los
montes vecinos, la niebla de la tarde flotaba como un velo de gasa
azul, y solo el monótono ruido del agua interrumpÃa el alto silencio.
La destructora acción de los años, que ha cubierto de orÃn el metal,
ha roto y carcomido la piedra de este monumento, entre cuyas
hendiduras crecen algunas plantas trepadoras que suben enredándose
hasta coronarlo, mientras una vieja y corpulenta encina le sirve de
dosel.
La luna se dejaba ver á
intervalos por entre los jirones de las nubes que volaban en derredor
nuestro, rozando casi con la tierra, y las campanas de Trasmoz[1]
dejaban oir lentamente el toque de oraciones, como el final de la
horrible historia que me acababan de referir.
Además esta rapidez entre las vÃas de 20
comunicación de los paÃses que se hallan en las costas
del PacÃfico, dará gran incremento a[274] las industrias de
ambos hemisferios y estrechará los lazos de unión y
amistad de todos los paÃses panamericanos.
La
mujer no es bizca como su marido, ni morena; pero tiene los cabellos tan
cerdosos como él, y una rubicundez en la cara, entre bermellón y
chocolate, que no hay quien la resista.{163-2} Gasta saya de bayeta
anaranjada, jubón de estameña parda y pañuelo blanco á la cabeza.
Pintar el
efecto desagradable que causó en to do el mundo, serÃa cosa imposible;
baste decir que comenzó á notarse tal bullicio en el templo, que el
asistente se puso de pie y los alguaciles entraron á imponer silencio,
confundiéndose entre las apiñadas olas de la multitud.
El tÃo Traga-santos ya comprendió la filosofÃa de este otro cuentecillo,
pero continuó en su vano empeño de complacer á todos los que le pedÃan
que sirviese de medianero entre ellos y el Santo, porque no tenÃa cara
para negar nada á nadie, y era aficionadÃsimo al ten-con-ten.
Las moribundas lámparas, que brillaban
en el fondo de las naves como estrellas perdidas entre las sombras,
oscilaron á su vista, y oscilaron las estatuas de los sepulcros y las
imágenes del altar, y osciló el templo todo con sus arcadas de granito y
sus machones de sillerÃa.
Las moribundas lámparas, que
brillaban en el fondo de las naves como estrellas perdidas entre las
sombras, oscilaron á su vista, y oscilaron las estatuas de los
sepulcros y las imágenes del altar, y osciló el templo todo con sus
arcadas de granito y sus machones de sillerÃa.
Qué risas, qué esclamaciones, qué agasajos; a nuestros
cigarros correspondia con nidos de perdices que ya con tiempo tenia
vistos entre los boldos y teatinas, y comenzaba a preguntarnos de todo,
de si habria guerra, de si habÃamos concluido la carrera, de si habÃamos
encontrado novia.
Asà corrió muchas horas, atravesó las cañadas del valle y el pedregoso
lecho del rÃo, é internándose en un bosque inmenso, se perdió entre
sus sombrÃas revueltas, siempre fijos los ojos en la codiciada res,
siempre creyendo alcanzarla, siempre viéndose burlado por su agilidad
maravillosa.
Al aparecer éste bajo el macizo arco de la portada de su prisión,
completamente vestido de todas armas y cubierto el rostro con la
visera, un sordo y prolongado murmullo de admiración y de sorpresa se
elevo de entre las compactas masas del pueblo, que se abrÃan con
dificultad para dejarle paso.
En el diálogo entre
Oinos y Agathos pretende sondear el misterio de la divina inteligencia;
asà como en los de Monos y Una y de Eros y Charmion penetra en la
desconocida sombra de la Muerte, produciendo, como pocos, extraños
vislumbres en su concepción del espÃritu en el espacio y en el tiempo.
Aquà una de ellas, blanca como el vellón de un cordero, sacaba su
cabeza rubia entre las verdes y flotantes hojas de una planta
acuática, de la cual parecÃa una flor á medio abrir, cuyo flexible
tallo más bien se adivinaba que se veÃa temblar debajo de los
infinites cÃrculos de luz de las ondas.
Hasta el dÃa en que nació este
sentimiento en el misterio de su alma, nunca habÃa mostrado preferencia
por ninguno de los clérigos que servÃan la parroquia; antes bien juzgaba
con severidad las de sus compañeras, que eran motivo de rivalidades y
discordias entre partidarias del uno ó del otro padre.
Arcos se presenta y se retira alternativamente á los ojos del viajero,
cansado de su ascensión...; hasta que, pasando entre dos altas peñas, se
entra de repente en el pueblo, cuya situación sorprende y admira aún á
los menos sensibles á las bellezas de la naturaleza y á los encantos de
lo pintoresco.
En efecto, cuando los primeros fieles, después de atropellarse por la
escalera, llegaron á la tribuna, vieron--al pobre organista caÃdo de
boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibraba
sordamente, mientras su hija, arrodillada á sus pies, le llamaba en
vano entre suspiros y sollozos.
Los fardos saltaban de la cubierta: caÃan en el agua, donde los recogÃan
los hombres descalzos y las mujeres con la falda entre las piernas; unos
desaparecÃan por aquÃ; otros se iban por allá; fué aquello visto y no
visto, y en poco rato desapareció el cargamento, como si lo hubiera
tragado la arena.
El comercio del Ecuador con Perú y Chile, que casi constituye
la totalidad de su intercambio con Sud América, es cinco veces menor que
el que mantiene con Inglaterra; entre Chile y Estados Unidos se cambian
operaciones comerciales por un monto siete veces mayor que las entre
Chile y su vecino el Perú.
exclamó Lope al ver á su contrario entonces, y en otros dÃas su
mejor amigo, asombrado como él, y como él pálido é inmóvil; Dios no
quiere permitir este combate, porque es una lucha fratricida; porque
un combate entre nosotros ofende al cielo, ante el cual nos hemos
jurado cien veces una amistad eterna.
Neira ya no es temible para los otros y todos sus
esfuerzos se concretan a estrangular a Alegria que se retuerce
desesperadamente en el suelo, mientras sus vigorosos dedos
apretan{197-1} y apretan el pescuezo ensangrentado del traidor, y se
sumen entre las secas fauces que todavia lanzan ronquidos de ira.
El valor del comercio combinado de
exportación e importación entre la isla y los Estados
Unidos ha subido desde 4 millones de pesos en el año 15
1898, época en que se levantó por primera vez en la isla
la bandera norteamericana, hasta más de 83 millones
de pesos en el año de 1915.
IV
¡Noche oscura,
ya Diana
entre turbios nubarrones hundió la faz plateada;
y tú sola
en medio de la avenida
funeraria,
te deslizas
ideal, mÃstica y blanca,
te deslizas y te alejas incorpórea cual fantasma;
sólo flotan tus miradas,
sólo tus ojos perennes,
tus ojos de hondas miradas
fijos quedan!
Ciertamente no eran tales asambleas en muchas ocasiones lo pacÃficas que
es de suponer entre clérigos regulares, y las crónicas de los institutos
religiosos y la tradición de personas ancianas conservan la memoria de
algunas de estas reuniones que terminaron trágicamente como el famoso
Rosario de la Aurora.
Las
espadas que le hieren se hunden entre las piezas de su armadura, y ni
le causan la muerte, ni se retiran teñidas en sangre; el fuego
enrojece su espaldar y su cota, y aún prosigue impávido entre las
llamas, buscando nuevas vÃctimas; desprecia el oro, aborrece la
hermosura, y no le inquieta la ambición.
ULALUME
I
Los cielos cenicientos y sombrÃos,
crespas las hojas, lÃvidas y mustias,
y era una noche del doliente octubre
del tiempo inmemorial entre las brumas,
era en las tristes márgenes del Auber,
el lago tenebroso de aguas mudas,
ante los bosques tétricos del Weir,
la región espectral de la pavura.
Todo en ella sonreÃa: sus hermosos cabellos con los cuales jugaba el
viento, el talle de diosa, el desnudo pie aprisionado en pequeños
zapatos, las lindas manecitas que atraÃan hacia sà la colgante rama para
aspirar las flores, la pura frente, los blancos dientes que asomaban
entre sus labios rojos,--todo en ella era bello.
El rÃo exhalaba su húmeda frescura, que como un bálsamo,
aspiraban los pechos; introducÃa sus olitas mansas entre los mimbrales,
las ramas de los sauces y sobre la tierra, como uñas con las que
quisiera asirse á las orillas, á fin de estancarse en aquellos amenos
parajes, y de no ir á perderse en la amarga inmensidad del mar.
Los habitantes de la aldea, que fueron los primeros en dar la voz de
alarma, y que al aproximarse el terrible animal se habÃan guarecido en
sus chozas, asomaron tÃmidamente la cabeza á los quicios de sus
ventanas; y cuando vieron desaparecer la infernal comitiva por entre
el follaje de la espesura, se santiguaron en silencio.
La nueva se divulgó con la rapidez del pensamiento entre la multitud,
que aguardaba impaciente el resultado-del juicio; y fué tal la alarma,
la revuelta y la vocerÃa, que ya á nadie cupo duda sobre lo que de
pública voz se aseguraba, esto es, que el diablo, á la muerte del
señor del Segre, habÃa heredado los feudos de Bellver.
Como era de esperar, entre los oficiales que, según tenÃan de costumbre,
acudieron al dÃa siguiente á tomar el sol y á charlar un rato en el
Zocodover, no se hizo platillo de otra cosa que de la llegada de los
dragones, cuyo jefe dejamos en el anterior capÃtulo durmiendo á pierna
suelta y descansando de las fatigas de su viaje.
Una tarde en que Chaviri estaba seguro de ser espiado, después de pasar
pacientemente una hora echando su caña en el sitio donde solÃa ponerse
para que las gentes le vieran, miró á su alrededor con gesto receloso,
levantóse, recogió su aparejo, y se fué _rÃo abajo_, donde la orilla
forma un recodo oculto entre espinos y zarzales.
Bajo los pies y por entre la yerba y
hojarasca se deslizan culebras de mil matices, haciéndose notar la
cazadora por su corpulencia y timidez, y la _lomo-de-machete_, de Ãndole
fiera, cuerpo vigoroso, coronada de cresta y armada de una sierra que
eriza sobre el lomo al avistar al hombre, lo que afortunadamente sucede
raras veces.
The even verses
have the same assonance throughout.]
XL[1]
Su mano entre mis manos,
Sus ojos en mis ojos,
La amorosa cabeza
Apoyada en mi hombro,
¡Dios sabe cuántas veces
Con paso perezoso,
Hemos vagado juntos
Bajo los altos olmos,
Que de su casa prestan
Misterio y sombra al pórtico!
Pero el hado, ó los hados (que asà se invocan en singular como
en plural) le obligaban á beber veneno, y Sebastián, hecho un héroe,
entre el asombro de la aldea y las bascas del propio espanto, se informó
de la feona, pidió á la feona, encargó las galas para la feona y avisó
al cura y preparó la ceremonia de los feos desposorios...
Pero éste no era hombre que se entregaba rendido á semejantes
debilidades; asà es que, desprendiéndose de los brazos de su costilla,
cogió entre los suyos al menor de sus hijos, mandó á los otros que le
siguieran, obligó á su mujer á quedarse en casa, y salió de ella
precipitadamente, cerrando detrás de sà la puerta de la escalera.
A Common use of the imperfect indicative
instead of the conditional.]
[Footnote 9: Lo que tiene que = 'the fact is.']
Esto diciendo la buena mujer, que ya conocen nuestros lectores por sus
exabruptos de locuacidad, penetró en Santa Inés, abriéndose según
costumbre, un camino entre la multitud á fuerza de empellones y
codazos.
Pero observé al cabo de pocos dÃas que, aunque tomaba y
soltaba{10-1} con indiferencia distintos trozos de ópera y zarzuela
deshaciéndolos y pulverizándolos{10-2} entre resoplidos y gruñidos, el
pasaje que con más ardor acometÃa y más á menudo, era uno de _Los
Puritanos_: me parece que pertenecÃa al aria de barÃtono en el primer
acto.
Tiende las leves alas,
Cruza las nubes
Y canta junto al cielo
Con voz más dulce:
«Paz á los hombres
Y gloria al que en la altura
Rige los orbes!»
Y yo sigo el ejemplo
Del ave mansa
Que canta entre las flores
De mi ventana,
Porque es sabido
Que poetas y pájaros
Somos lo mismo.
Entre las sombras, á lo lejos, ya subiendo las retorcidas cuestas del
peñón del Segre, ya vagando entre las ruinas del castillo, ya
cerniéndose al parecer en los aires, se veÃan correr, cruzarse,
esconderse y tornar á aparecer para alejarse en distintas direcciones
unas luces misteriosas y fantásticas cuya procedencia nadie sabÃa
explicar.
Cuando el organista bajó de la tribuna, la muchedumbre que se agolpo á
la escalera fué tanta, y tanto su afán por verle y admirarle, que el
asistente temiendo, no sin razón, que le ahogaran entre todos, mando á
algunos de sus ministriles para que, vara en mano, le fueran abriendo
camino hasta llegar al altar mayor, donde el prelado le esperaba.
There is a small square in front of the
cathedral, called to-day the _Plaza de_ (or _del_) _Ayuntamiento_.]
Estaba á punto de rayar el alba, y como algunos de los deudos de doña
Inés, sus hermanos entre ellos, marchaban al otro dÃa con el ejército
real, no era imposible que en las primeras horas de la mañana pudiesen
penetrar en su palacio.
El viaje de siete horas en un
excelente ferrocarril entre Puerto Limón (notable por su actividad
comercial relacionada con el comercio de la banana y del caucho) y la
capital, San José, es excepcionalmente cómodo y se considera a la vez
como[68] uno de los más atrayentes que ofrece la América latina, como
que[69] se realiza _por_ entre montañas.
Nadie osaba tocarle; pero corrÃan mil fábulas acerca de aquel objeto,
causa incesante de hablillas y terrores para los que le miraban
llamear durante el dia, herido por la luz del sol, ó creÃan percibir
en las altas horas de la noche el metálico son de sus piezas, que
chocaban entre sà cuando las movÃa el viento, con un gemido prolongado
y triste.
Como de costumbre, y
exponiéndome, á trueque de examinar á mi gusto los parajes más ásperos
y accidentados, á las fatigas y la incomodidad de perder el camino por
entre aquellas zarzas y peñascales, tomé el más difÃcil, el más dudoso
y más largo, y lo perdà en efecto, á pesar de las minuciosas
instrucciones de que me pertreché á la salida del lugar.
Colocaron dentro á Celinina, sosteniendo su cabeza en
preciosa y blanda almohada, para que no estuviese en postura violenta, y
después que la acomodaron bien en su fúnebre lecho, cruzaron sus
manecitas, atándolas con una cinta, y entre ellas pusiéronle un ramo de
rosas blancas, tan hábilmente hechas por el artista, que parecÃan hijas
del mismo Abril.
Uno de los que
componÃan el tribunal con voz lenta é insegura, le preguntó su nombre,
y todos prestaron el oÃdo con ansiedad para no perder una sola palabra
de su respuesta; pero el guerrero se limitó á encoger sus hombros
ligeramente con un aire de desprecio e insulto, que no pudo menos de
irritar á sus jueces, los que se miraron entre sà sorprendidos.
Yo estaba algunos doscientos pasos camino atrás de donde
nos encontramos en este momento: próximamente serÃa[1] la misma hora,
cuando creà escuchar unos alaridos distantes, y llantos é
imprecaciones que se entremezclaban con voces varoniles y coléricas
que ya se oÃan por un lado, ya por otro, como de pastores que
persiguen un lobo por entre los zarzales.
Este tráfico mercantil de Puerto Rico se dividÃa
entre los Estados Unidos y Europa, hasta el año 1900;
pero con el establecimiento del libre cambio entre esta
isla y los mercados de la Unión va aumentando cada 10
dÃa el comercio entre ambos paÃses, a medida que
disminuye el de Puerto Rico con las naciones del viejo
continente.
En Livingston, doce millas al
norte de Puerto Barrios, el paseo en lanchas hasta el lago Izabal ofrece
la oportunidad de admirar un paisaje incomparable, que, no sé _por
qué_[47] es menos visitado de lo que debiera.[48]
Regresamos a San José, donde podemos tomar uno de los vapores que hacen
el servicio entre los puertos de Guatemala y los de San Salvador.
Convidados
con estas muestras de caballerosa generosidad a
no ceder ni en valor ni en cortesÃa, convinieron entre sÃ
renovar el combate al dÃa siguiente y continuarlo hasta 5
que uno de los dos quedase vencido,[227] prometiendo
ambos no guerrear durante la noche, ni hacer uso de la
artillerÃa, sino solamente de las lanzas y espadas.
It hangs in the cathedral tower surrounded by eight other
bells, and surmounted by two more.]
Renegando entre dientes de la campana y del campanero que la toca,
disponÃame, una vez apagado aquel insólito y temeroso rumor, á coger
nuevamente el hilo del interrumpido sueño, cuando vino á herir mi
imaginación y á ofrecerse ante mis ojos una cosa extraordinaria.
Dada la naturaleza de este deporte,
los que lo practican son más numerosos entre los militares que entre los
civiles; aunque en realidad los aviadores que actualmente poseen el
grado o cédula de pilotos en el ejército son aficionados que aprendieron
el deporte en las escuelas militares de aviación en esos paÃses, y luego
fueron asimilados como clases u oficiales.
No cabe duda que todo eso del hablar las corzas es pura aprensión de
Esteban, que es un complete mentecato, decÃa entre sà el joven
montero, mientras que jinete en un poderoso alazán, seguÃa paso á paso
el palafrén de Constanza, la cual también parecia mostrarse un tanto
distraÃda y silenciosa, y retirada del tropel de los cazadores, apenas
tomaba parte en la fiesta.
Antes de pasar el Manzanares, oyó hacia aquellos collados y la pradera
interpuesta entre el rÃo y ellos, confuso, interminable y atronador
murmullo de la muchedumbre, y dijo, lleno de piadosa emoción:
--¡Ah, qué bien comprende el gran pueblo madrileño la incomparable dicha
que goza de ser Madrid cuna de San Isidro, y sus campos teatro de los
milagros del santo labrador!
Cada uno alegó sus méritos; yo expuse mis derechos: ya los unos
murmuraban entre sà con ojeadas amenazadoras; ya los otros con voces
descompuestas por la embriaguez habÃan puesto la mano sobre el pomo de
sus puñales para dirimir la cuestión, cuando de repente oÃmos un
extraño crujir de armas, acompañado de pisadas huecas y sonantes, que
de cada vez se hacÃan más distintas.
El rÃo, que desde las musgosas rocas donde tenÃa su nacimiento venÃa
siguiendo las sinuosidades del Moncayo á entrar en la cañada por una
vertiente, deslizábase desde allà bañando el pie de los sauces que
sombreaban su orilla, ó jugueteando con alegre murmullo entre las
piedras rodadas del monte hasta caer en una hondura próxima al lugar
que servÃa de escondrijo al montero.
Al
fin, haciendo un esfuerzo supremo para serenarme, pude leer la sección
de gacetillas, donde hallé una que decÃa:
"=Suceso extraño=
Los enfermeros del Hospital Provincial tienen la costumbre censurable de
servirse de los alienados pacÃficos que hay en aquel manicomio, para
diferentes comisiones, entre ellas, la de transportar los cadáveres á la
sala de autopsias.
Y asÃ, tenga sabido
Que lo importante y raro
No es entender de todo, 230
Sino ser diestro en algo."
_Más vale saber una cosa bien, que muchas mal._
LOS DOS CONEJOS
Por entre unas matas
Seguido de perros 235
(No diré corrÃa)
Volaba un conejo.
VÃstome y vuelvo á olvidar
tan funesto dÃa entre el corto número de gentes que piensan, que viven
sujetas al provechoso yugo de una buena educación libre y desembarazada,
y que fingen acaso estimarse y respetarse mutuamente para no
incomodarse, al paso que las otras hacen ostentación de incomodarse, y
se ofenden y se maltratan, queriéndose y estimándose tal vez
verdaderamente.
LA ROMANZA
¡Oh romanza que gustas cantar, la frente
adormecida y las alas plegadas, entre las hojas
verdes agitadas a lo lejos sobre algún lago
umbrÃo, tú has sido para mà un papagayo de
vivos colores, un pájaro muy familiar; tú
me has enseñado a leer mi alfabeto, a balbucear
todas mis primeras palabras, mientras
que, niño de mirada sagaz, me hundÃa en huraños
bosques.
En tales circunstancias se encontraron algunos
americanos que viajando por España entre Aranjuez
y Bobadilla, tuvieron el infortunio[164] de meterse en
uno de esos trenes mixtos de España en que, descompuesta 10
la locomotora, quedito permaneció el tren, no
obstante los esfuerzos que el maquinista hizo por[165]
arreglar la vieja locomotora que arrastraba el mixto.
El paÃs
puede dividirse en tres zonas, a saber; la seca, que se
extiende desde la costa hasta el pie de los Andes, y en la 5
cual no se puede cultivar cosa alguna sin la ayuda del
riego; las mesetas excesivamente fértiles y saludables
que están situadas entre tres cordilleras de montañas, y
los extendidos y ricos bosques de las faldas orientales de
la cordillera.
Of two adverbs
modifying the same word, the first may drop the ending =mente=.]
=EL JUEZ LADRÓN Y EL LADRÓN JUEZ=
No he querido saber en cuál de nuestras ciudades
hispanoamericanas, habÃa muchos años ha, un juez, el
cual era hombre de ésos que no le piden tanto a Dios,
porque saben ingeniarse maravillosamente para anular
la distancia entre sus manos y las cosas ajenas.
En las casas de modas y en otras tiendas donde se venden artÃculos
relacionados con el vestido de la mujer, no es casualidad el que las
modistas[26] y costureras sean casi siempre francesas; aunque entre las
muchas que se ganan la vida[27] trabajando en estas labores,[28] asÃ
como en los talleres de bordados, encajes y flores artificiales, no
faltan las obreras aprendizas y oficialas criollas.
Después que se hubo desvanecido,
con mucha precaución apartó un poco las ramas, y no sin experimentar
algún sobresalto vió aparecer las corzas que en tropel y salvando los
matorrales con ligereza increÃble unas veces, deteniéndose como á
escuchar otras, jugueteando entre sÃ, ya escondiéndose entre la
espesura, ya saliendo nuevamente á la senda, bajaban del monte con
dirección al remanso del rÃo.
Los
desiguales soplos de la brisa, el graznido de las aves nocturnas y el
rumor de los reptiles, que se deslizaban entre las altas hierbas,
turbaban sólo de vez en cuando el silencio de muerte de aquel lugar
maldecido; los insepultos huesos de sus antiguos moradores blanqueaban
al rayo de la luna, y aún podÃa verse el haz de armas del señor del
Segre, colgado del negro pilar de la sala del festÃn.
El Tuerto, oÃda esta última palabra, tumba de un sopapo á sus pies á la
delincuente, corre á la cama, revuelve las hojas de su jergón, saca de
entre ellas una botellita blanca que contiene un pequeño resto del
delatado contrabando, vuelve con ella hacia su mujer, y arrojándosela á
la cabeza en el momento en que se incorporaba, la derriba de nuevo y
salpica á los chiquillos con el lÃquido pecaminoso.
Satisfizo el buen hombre mi pregunta lo mejor que
pudo, y ya me disponÃa á proseguir mi azarosa jornada, subiendo con
pies y manos y tirando de la caballerÃa como Dios me daba á entender,
por entre unos pedruscos erizados de matorrales y puntas, cuando el
pastor que me veÃa subir desde lejos, me dió una gran voz
advirtiéndome que no tomara la _senda de la tÃa Casca_, si querÃa
llegar sano y salvo á la cumbre.
VARIANT: =Abunda en.=
9.--LA CALANDRIA: EL RUISEÑOR DE AMÉRICA
Uno de los pájaros americanos que por la hermosura de su canto ha
arrebatado la admiración del mundo antiguo, denominado por los
naturalistas, _mimus_ o burlón y polÃgloto (que habla muchas lenguas),
ha recibido entre nosotros el nombre inadecuado de calandria, siendo asÃ
que ni aun[1] pertenece al género de esta alondra, sino al de los
mirlos.
Colocáronme por mucha distinción entre
un niño de cinco años, encaramado en unas almohadas que era preciso
enderezar á cada momento porque las ladeaba la natural turbulencia de mi
joven _á látere_, y entre{138-2} uno de esos hombres que ocupan en el
mundo el espacio y sitio de tres, cuya corpulencia por todos lados se
salÃa de madre de la única silla en que se hallaba sentado, digámoslo
asÃ, como en la punta de una aguja.
Otras veces metÃa la cabeza entre los cuartos delanteros[9] y se daba
a[10] hacer corcovos tan altos, ondulados y bruscos, que no habÃa jinete
que los resistiera.[11] O bien, asustándose de su propia sombra, saltaba
de improviso hacia algún lado desarzonando al jinete o lanzándolo al
suelo en un santiamén.[12]
--_José López Portillo y Rojas_ (MEJICANO)
Chapter Footnotes:
[1] =bello animal= (instead of _hermoso_).
XI.--LA CAZA Y SUS PRODUCTOS
_Uses of the =Preterite Indicative= and =Imperfect=_
--El interés que mis hermanos[1] y yo demostramos por la caza nos viene
quizá por herencia,[2] pues nuestro padre pasó una gran parte de su vida
en Sud América, cazando animales salvajes que desolló más de una vez con
sus propias manos.[3] Nos decÃa que las selvas allà son muy espesas y
que la lucha entre las especies animales hace su caza difÃcil.
Detrás
de la cerca de limón, veo una ancha calle con doble fila de matas de
cocos, naranjas y _caimitos_; por más allá[3] se divisan los cuadros de
cafetos, cargados de blancas flores que imitan el azahar, cortados a la
misma altura y que devuelven hacia la tierra sus copiosas y redondas
ramas; sobresalen entre los cafetos las matas de plátanos, que con sus
hermosos racimos ofrecen abundoso alimento, regalo de una tierra
providencial.
Una vez en la cima, lo que faltaba por hacer fué obra de poco tiempo:
los centinelas salvaron de un solo salto el valladar que separa al
sueño de la muerte;[1] el fuego aplicado con teas de resina al puente
y al rastrillo, se comunicó con la rapidez del relámpago á los muros;
y los escaladores, favorecidos por la confusión y abriéndose paso
entre las llamas, dieron fin con los habitantes de aquella guarida en
un abrir y cerrar de ojos.
Abrà los ojos según
dejo dicho: me incorporé con sumo cuidado, y poniendo atención á
aquel confuso murmullo que cada vez sonaba más próximo, oà en las
ráfagas del aire, como gritos y cantares extraños, carcajadas y tres ó
cuatro voces distintas que hablaban entre sà con un ruido y una
algarabÃa semejante al de las muchachas del lugar, cuando riendo y
bromeando por el camino, vuelven en bandadas de la fuente con sus
cántaros á la cabeza.
à la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se perdÃa entre las espesas
sombras de las naves y dibujaba con gigantescas proporciones sobre el
muro la fantástica sombra del sargento aposentador que iba
precediéndole, recorrió la iglesia de arriba abajo y escudriñó una por
una todas sus desiertas capillas, hasta que una vez hecho cargo del
local, mandó echar pie á tierra á su gente, y hombres y caballos
revueltos, fué acomodándola como mejor pudo.
à la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se perdÃa entre las
espesas sombras de las naves y dibujaba con gigantescas proporciones
sobre el muro la fantástica sombra del sargento aposentador que iba
precediéndole, recorrió la iglesia de arriba abajo y escudriñó una por
una todas sus desiertas capillas, hasta que una vez hecho cargo del
local, mandó echar pie á tierra á su gente, y hombres y caballos
revueltos, fué acomodándola como mejor pudo.
Ni el fuego le ataja, ni los peligros le intimidan, ni las
lágrimas le conmueven: Nunca despliega sus labios; pero cuando la
sangre humea en nuestras manos, como cuando los templos se derrumban
calcinados por las llamas: cuando las mujeres huyen espantadas entre
las ruinas, y los niños arrojan gritos de dolor, y los ancianos
perecen á nuestros golpes, contesta con una carcajada de feroz alegrÃa
á los gemidos, á las imprecaciones y á los lamentos.
A MI MADRE
(_Soneto_)
Porque siento que allá arriba, en el cielo, los
ángeles que se hablan dulcemente al oÃdo, no
pueden encontrar entre sus radiantes palabras
de amor una expresión más ferviente que la de
«_madre_», he ahà por qué, desde hace largo
tiempo os llamo con ese nombre querido, a ti
que eres para mà más que una madre y que
llenáis el santuario de mi corazón en el que la
muerte os ha instalado, al libertar el alma de
mi Virginia.
Era Esteban un muchacho de diecinueve á veinte años, fornido, con la
cabeza pequeña y hundida entre los hombros, los ojos pequeños y
azules, la mirada incierta y torpe como la de los albinos, la nariz
roma, los labios gruesos y entreabiertos, la frente calzada, la tez
blanca pero ennegrecida por el sol, y el cabello que le caÃa en parte
sobre los ojos y parte alrededor de la cara, en guedejas ásperas y
rojas semejantes á las crines de un rocÃn colorado.
Cuando el cercano dÃa comenzó á blanquear las altas copas de los
enebros, humeaban aún los calcinados escombros de las desplomadas
torres, y á través de sus anchas brechas, chispeando al herirla la luz
y colgada de uno de los negros pilares de la sala del festÃn, era
fácil divisar la armadura del temido jefe, cuyo cadáver, cubierto de
sangre y polvo, yacÃa entre los desgarrados tapices y las calientes
cenizas, confundido con los de sus obscuros compañeros.
Aquellas gotas que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan
como las notas de un instrumento, se reunen entre los céspedes, y
susurrando, susurrando con un ruido semejante al de las abejas que
zumban en torno de las flores, se alejan por entre las arenas, y
forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen á su
camino, y se repliegan sobre sà mismas, y saltan, y huyen, y corren,
unas veces con risa, otras con suspires, hasta caer en un lago.
Los oficiales se miraron entre sà con expresión entre asombrada é
incrédula; el capitán, sin atender al efecto que su narración producÃa,
continuó de este modo:
--No podéis figuraros nada semejante á aquella nocturna y fantástica
visión que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como
esas vÃrgenes pintadas en los vidrios de colores que habréis visto
alguna vez destacarse á lo lejos, blancas y luminosas, sobre el obscuro
fondo de las catedrales.
Los oficiales se miraron éntre sà con expresion entre asombrada é
incrédula; el capitán, sin atender al efecto que su narración
producÃa, continuó de este modo:
--No podéis figuraros nada semejante á aquella nocturna y fantástica
visión que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como
esas virgenes pintadas en los vidrios de colores que habréis visto
alguna vez destacarse á lo lejos, blancas y luminosas, sobre el
obscuro fondo de las catedrales.
Al instante dos o tres jinetes hienden el grupo que
entre todos han arrinconado en algún ángulo del corralón; colocan sus
cabalgaduras rozándose con un costado del animal, que por huir del que
se acerca, se abre paso entre los otros, y emprende una veloz carrera en
que el jinete le sigue, animándolo con la voz y sin apartarse una lÃnea
hasta dejarlo en otro corral, cuya puerta despejan los que la ocupan
para dar paso al animal, volviendo a cerrarla inmediatamente.
Aquello era el cuento de nunca acabar.[1]
[Footnote 1: Aquello era el cuento de nunca acabar = 'It was a
never-ending story.' One of the sort that seems to reach a climax
only to begin over again.]
En tan angustiosa situación, los vecinos se repartieron entre sà las
piezas de la armadura, que acaso por la centésima vez se encontraba en
sus manos, y rogando[1] al piadoso eremita, que un dÃa los iluminó con
sus consejos, decidiera lo que debÃa hacerse de ella.
One may also say =de anchura=.]
[Note 289: =a la vez=, _at the same time_.]
=EL ESPANTAJO=
¿Hay alguno, entre los que me hacen la gracia[290] de
escuchar este cuento, que no sepa lo que es un _espantajo?_
¿Hay alguien que, al recorrer nuestros cultivados
campos, no haya fijado su atención en esos
artÃsticos maniquÃes, plantados por nuestros ingeniosos 5
guasos, en medio de sus sembradÃos, con el fin de ahuyentar
las aves dañinas?
Un arco rehundido en el muro, en el fondo del
cual se veÃa la imagen del Redentor enclavado en la cruz y con una
calavera al pie; un tosco cobertizo de tablas que lo defendÃa de la
intemperie, y el pequeño farolillo colgado de una cuerda que lo
iluminaba débilmente, vacilando al impulse del aire, formaban todo el
retablo, alrededor del cual colgaban algunos festones de hiedra que
habÃan crecido entre los obscuros y rotos sillares, formando una
especie de pabellón de verdura.
Y como si no fuese bastante el fruto de la
tierra, discurren por entre los cafetales bandadas de gallinas comunes y
de guinea, o pintadas, grandes perdices de este suelo privilegiado; los
ánades, patos y gansos forman en pos de ellas[5] la pesada artillerÃa de
casa y boca[6]; los pavos reales electrizan el aire con los reflejos de
sus espléndidos colores, y los pavos comunes, ruidosos, tartamudos,
llamados aquà _guanajos_, aturden el oÃdo con la redoblada descarga de
sus graznidos.
El dÃa de San Isidro el tÃo Traga-santos cubrÃa de flores aquellas
sagradas ruinas; colocaba sobre ellas una mesita cubierta con un blanco
mantel; en este sencillo é improvisado altar ponÃa, entre dos velas, una
tosca imagen de San Isidro hecha de barro, circunstancia que para él
constituÃa su mayor mérito, pues se la habÃan llevado de Madrid, y
suponÃa que aquel barro procedÃa de la tierra regada con el sudor del
santo labrador, y pasaba casi todo el dÃa rezando entre aquellas ruinas.
Háblannos de Rivera la fábula tejida por la
imaginación del gaucho, tan vivaz como la fantasÃa del árabe del
desierto; la conseja de los abuelos referida al calor del hogar[1]; la
anécdota picante[2] que se oye en las estancias; el chascarrillo agudo
que entre risas vuela, y hasta las leyendas populares chismean más de
un idilio con el chinerÃo campero, y madrigalizan las tenoriadas del
ilustre _Pardejón_.[3]
--_Daniel MartÃnez Vigil_ (URUGUAYO)
Chapter Footnotes:
[A] JOSÉ F.
Cuando la lengua de Castilla se arraigó en la parte meridional de
nuestro continente, sus hijos enriquecieron a la madre patria «no menos
con los tesoros de su suelo que con sus aventajados talentos que
fecundiza el sol ardiente y desarrolla una naturaleza grandiosa y
magnÃfica.» Por entonces[1] el sonido de las liras americanas se perdÃa
entre el grande concierto de las españolas: el hilo de agua,[2] por
decirlo asÃ, se engolfaba sin dejar huella[3] en el mar a cuyo aliento
contribuÃa.
Después de un largo silencio, que solo interrumpia el chirrido de la
hoja al resbalarse sobre la pulimentada madera, el joven exclamó
dirigiéndose á su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de
sus palabras:
--Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces todas las guaridas del
Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo á las fieras, y en
tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez á su
cumbre, dime, ¿has encontrado por acaso una mujer que vive entre sus
rocas?
La formación étnica es todavÃa más complicada, alternando el indio y el
español--que es por sà solo[2] otro mosaico--en los dos primeros
puestos, pero no sin que influyera también en la distribución el negro,
presente aquà y allá,[3] sobre todo en las Antillas; dándose el caso
de[4] la congregación de tres razas bien determinadas y nada comunes
entre sÃ, con el resultado natural de inmensas diferencias según domine
el español como en Chile, el negro como en HaitÃ, o el indio como en
Méjico.
Lo de cierto que pudiera haber en estas
murmuraciones, nadie pudo nunca decirlo, porque la verdad era que don
DionÃs tuvo una vida bastante azarosa en su juventud, y después de
combatir largo tiempo bajo la conducta del monarca aragonés,[2] del
cual recabó entre otras mercedes el feudo del Moncayo,[3] marchóse á
Palestina,[4] en donde anduvo errante algunos años, para volver por
último á encerrarse en su castillo de Veratón,[5] con una hija
pequeña, nacida sin duda en aquellos paÃses remotos.
No obstante, al romper el dÃa, cuando llevé los corderos al agua, á la
orilla de este rÃo, como obra de dos tiros de honda del sitio en que
nos hallamos, y en una umbrÃa de chopos, donde ni á la hora de siesta
se desliza un rayo de sol, encontré huellas recientes de los ciervos,
algunas ramas desgajadas, la corriente un poco turbia, y lo que es más
particular, entre el rastro de las reses las breves huellas de unos
pies[1] pequeñitos como la mitad de la palma de mi mano, sin
ponderación alguna.
III
Niñas de las cercanas aldeas, lÃrios silvestres que crecéis felices al
abrigo de vuestra humildad; si en la mañana del santo Patrono de estos
lugares, al bajar al valle de Montagut á coger tréboles y margaritas
con que embellecer su retablo, venciendo el temor que os inspira el
sombrÃo monasterio que se alza en sus peñas, habéis penetrado en su
claustro mudo y desierto para vagar entre sus abandonadas tumbas, á
cuyos bordes crecen las margaritas más dobles y los jacintos mas
azules, oidme.
El asistente, obedeciendo las órdenes de su capitán, comenzó á
descargar golpes en la sillerÃa del coro, y después que hubo reunido
una gran cantidad de leña que fué apilando al pie de las gradas del
presbiterio, tomó la linterna y se dispuso á hacer un auto de fe con
aquellos fragmentos tallados de riquÃsimas labores entre los que se
veÃan por aquà parte de una columnilla salomónica, por allá la imagen
de un santo abad, el torso de una mujer, ó la disforme cabeza de un
grifo asomado entre hojarasca.
El asistente, obedeciendo las órdenes de su capitán, comenzó á descargar
golpes en la sillerÃa del coro, y después que hubo reunido una gran
cantidad de leña que fué apilando al pie de las gradas del presbiterio,
tomó la linterna y se dispuso á hacer un auto de fe con aquellos
fragmentos tallados de riquÃsimas labores, entre los que se veÃan por
aquà parte de una columnilla salomónica, por allá la imagen de un santo
abad, el torso de una mujer, ó la disforme cabeza de un grifo asomado
entre hojarasca.
Como á esta sazón notase don DionÃs que entre unas y otras las horas
del calor eran ya pasadas y el vientecillo de la tarde comenzaba á
mover las hojas de los chopos y á refrescar los campos, dió orden á su
comitiva para que aderezasen las caballerÃas que andaban paciendo
sueltas por el inmediato soto; y cuando todo estuvo á punto, hizo seña
á los unos para que soltasen las traÃllas, y á los otros para que
tocasen las trompas, y saliendo en tropel de la chopera, prosiguió
adelante la interrumpida caza.
Era imposible seguirlas en sus ágiles movimientos, imposible abarcar
con una mirada los infinitos detalles del cuadro que formaban, unas
corriendo, jugando y persiguiéndose con alegres risas por entre el
laberinto de los árboles; otras surcando el agua como un cisne, y
rompiendo la corriente con el levantado seno; otras, en fin,
sumergiéndose en el fondo, donde permanecÃan largo rato para volver á
la superficie, trayendo una de esas flores extrañas que nacen
escondidas en el lecho de las aguas profundas.
à medida que las libaciones se hacÃan más numerosas y frecuentes, y el
vapor del espumoso _Champagne_ comenzaba á trastornar las cabezas,
crecÃan la animación, el ruido y la algazara de los jóvenes, de los
cuales éstos arrojaban á los monjes de granito adosados en los pilares
los cascos de las botellas vacÃas, y aquéllos cantaban á toda voz
canciones báquicas y escandalosas, mientras los de más allá prorrumpÃan
en carcajadas, batÃan las palmas en señal de aplauso, ó disputaban entre
sà con blasfemias y juramentos.
à medida que las libaciones se hacÃan más numerosas y frecuentes, y el
vapor del espumoso _Champagne_ comenzaba á trastornar las cabezas,
crecÃan la animación, el ruido y la algazara de los jóvenes, de los
cuales éstos arrojaban á los monjes de granito adosados en los pilares
los cascos de las botellas vacÃas, y aquellos cantaban á toda voz
canciones báquicas y escandalosas, mientras los de más allá
prorrumpÃan en carcajadas, batÃan las palmas en señal de aplauso, ó
disputaban entre sà con blasfemias y juramentos.
Bandadas de loros polÃcromos y estridentes, se abaten sobre algún
naranjo, extraviado entre la inculta arboleda; soberbios colibrÃes
zumban sobre los azahares, que a porfÃa[4] compiten con los frutos
maduros; jilgueros y cardenales cantan por allá cerca; algún tucán
precipita su oblicuo vuelo, alto el pico[5] enorme, en que resplandece
el anaranjado más bello; el negro _yacutoro_ muge, inflando su garganta
que adorna roja guirindola; y, en la espesura, amada de[6] las tórtolas,
lanza el pájaro campana su sonoro tañido.
La fiesta religiosa habÃa traÃdo á ella una multitud inmensa de fieles;
pero ya ésta se habÃa dispersado en todas direcciones; ya se habÃan
apagado las luces de las capillas y del altar mayor, y las colosales
puertas del templo habÃan rechinado sobre sus goznes para cerrarse
detrás del último toledano, cuando de entre las sombras, y pálido, tan
pálido como la estatua de la tumba en que se apoyó un instante mientras
dominaba su emoción, se adelantó un hombre que vino deslizándose con el
mayor sigilo hasta la verja del crucero.
A él, en
primer término, se debe el que haya caÃdo en desuso[27] el espÃritu
antiespañol, que no era natural y espontáneo sino simple moda, fomentada
oficialmente cada año por los discursos patrioteros de 20 de julio,[28]
y tal resultado se obtuvo con el establecimiento de las relaciones
diplomáticas con la madre patria, con la propagación de la buena
literatura castellana y con la fundación de las Academias
americanas,[29] que tanto han contribuido a estrechar los lazos de
amistad entre España y las repúblicas hispanoamericanas.
Pasamos por un pasadizo sombrÃo;
y, de pronto, en un cuarto lleno de luz, me encontré entre los brazos[1]
de un hombre pequeño de cuerpo,[2] rostro de iluminado, voz dulce y
dominadora al mismo tiempo y que me decÃa esta única palabra: «¡Hijo!»
Era la hora ya de aparecer ante el público, y me dijo que yo debÃa
acompañarle en la mesa directiva[3]; y cuando me dà cuenta,[4] después
de una rápida presentación a algunas personas, me encontré con ellas y
con Martà en un estrado, frente al numeroso público que saludaba con un
aplauso simpático.
Cada casa[18] de comercio se
ocupa de su ramo; y entre los mercaderes hay toda clase de categorÃas,
desde el acaudalado negociante hasta[19] el humilde vendedor[20] que
apenas es algo más que[21] un pobre buhonero.[22] Pero toda[23] gran
ciudad[24] cuenta con firmas[25] poderosas, organizadas[26] por hombres
de negocio que han mostrado en sus empresas un juicio, una confianza, un
arrojo maravillosos.[27] A muchas de esas compañÃas[28] y sociedades[29]
débese la prosperidad que han alcanzado[30] algunas de las tiendas de
departamentos a que Ud.
BailarÃn más excelente 195
No se ha visto ni verá."
Echó el oso, al oÃr esto,
Sus cuentas allá entre sÃ,
Y con ademán modesto
Hubo de exclamar asÃ: 200
"Cuando me desaprobaba
La mona, llegué a dudar:
Mas ya que el cerdo me alaba
Muy mal debo de bailar."
Guarde para su regalo 205
Esta sentencia un autor:
Si el sabio no aprueba, malo;
Si el necio aplaude, peor.
The mountains of Montagut, which rise to a
height of 3125 teet, are situated in the province of Tarragona,
Spain.]
II
Pastores, que seguÃs con lento paso vuestras ovejas que pacen
derramadas por las colinas y las llanuras; si al conducirlas al borde
del transparente riachuelo que corre, forcejea y salta por entre los
peÃiascos del valle de Montagut en el rigor del verano, y en una
siesta de fuego habéis encontrado la sombra y el reposo al pie de las
derruÃdas arcadas del monasterio, cuyos musgosos pilares besan las
ondas, oidme.
of_ =ponderar=
=ponderar= to praise highly
=poner= to put;
=ponerse= to get, become;
=ponerse en camino= to set out;
=poner en libertad= to set free;
=poner la mesa= to set the table
=poniente= _m._ West
=por= for, by, through, for the sake of, in exchange for;
=por entre= among;
=por allÃ= over there;
=por ciento= per cent;
=por entonces= at that time
=porción= _f._ portion
=porfÃa= _f._ obstinacy;
=obsequiaron a porfÃa= they rivalled each other in showing attentions
=porfiar= to insist
=porfió= _3 sing.
Cuando después de
escuchar las palabras que dejo referidas, me incorporé con prontitud
para sorprender á la persona que las habÃa pronunciado, una corza
blanca como la nieve salió de entre las mismas matas en donde yo
estaba oculto, y dando unos saltos enormes por cima de los carrascales
y los lentiscos, se alejó seguida de una tropa de corzas de su color
natural, y asà estas como la blanca que las iba guiando, no arrojaban
bramidos al huir, sino que se reÃan con unas carcajadas, cuyo eco
jurarÃa que aún me está soñando en los oÃdos en este momento.
No quiero hablar de las infinitas visitas ceremoniosas que antes de la
hora de comer entraron y salieron en aquella casa, entre las cuales no
eran de despreciar todos los empleados de su oficina, con sus señoras y
sus niños, y sus capas, y sus paraguas, y sus chanclos, y sus perritos;
déjome en blanco los necios cumplimientos que dijeron al señor de los
dÃas; no hablo del inmenso cÃrculo con que guarnecÃa la sala el
concurso de tantas personas heterogéneas, que hablaron de que el tiempo
iba á mudar, y de que en invierno suele hacer más frÃo que en verano.
Milton, _Paradise Lost_, book vi.]
* * * * *
I
La noche habÃa cerrado, y el viento gemÃa agitando las hojas de los
árboles, por entre cuyas frondosas ramas se deslizabs un suave rayo de
luna, cuando Teobaldo, incorporándose sobre el codo y restregándose
los ojos como si despertara de un profundo sueño, tendió alrededor una
mirada y se encontró en el mismo bosque donde hirió al jabalÃ, donde
cayó muerto su corcel; donde le dieron aquella fantástica cabalgadura
que le habÃa arrastrado á unas regiones desconocidas y misteriosas.
NOTES:
[Note 246: =cursar la segunda enseñanza=, _to take a high school
course_.]
[Note 247: =graduarse de Doctor=, _to receive the degree of Doctor_.]
[Note 248: =Lo bien que=, _how well_.]
=EL CURA Y EL SACRISTÃN=
El cura de mi parroquia tenÃa costumbre de[249] predicar
semanalmente sobre la obligación de pagar diezmos y
primicias; y como entre los vecinos hacendados del
lugar habÃa algunos inexactos en el cumplimiento de tal
deber, el buen párroco pensó que ello seria tal vez 5
porque su presencia no les harÃa bastante afecto.
Animados con esta esperanza, llegaron, en fin, al pie de la gótica
torre[1] del templo; mas al llegar á aquel punto, un ruido particular
llamó su atención, y deteniéndose en uno de los ángulos, ocultos entre
las sombras de los altos machones que flanquean los muros, vieron, no
sin grande asombro, abrirse el balcón del palacio de su dama, aparecer
en él un hombre que se deslizó hasta el suelo con la ayuda de una
cuerda, y, por último, una forma blanca, doña Inés sin duda, que
inclinándose sobre el calado antepecho, cambió algunas tiernas frases
de despedida con su misterioso galán.
Ya habrá conocido el lector, siendo tan perspicaz como yo le imagino,
que mi amigo Braulio está muy lejos de pertenecer á lo que se llama gran
mundo y sociedad de buen tono; pero no es tampoco un hombre de la clase
inferior, puesto que es un empleado de los de segundo orden, que reune
entre su sueldo y su hacienda cuarenta mil reales de renta;{134-7} que
tiene una cintita atada al ojal y una crucecita á la sombra de la
solapa; que es persona, en fin, cuya clase, familia y comodidades de
ninguna manera se oponen á que tuviese una educación más escogida y
modales más suaves é insinuantes.
En los torneos del Zocodover,[1] en los juegos florales de la corte,
siempre que se les habÃa presentado coyuntura para rivalizar entre sÃ
en gallardÃa ó donaire, la habÃan aprovechado con afán ambos
caballeros, ansiosos de distinguirse á los ojos de su dama; y aquella
noche, impelidos sin duda por un mismo afán, trocando los hierros por
las plumas y las mallas por los brocados y la seda, de pie junto al
sitial donde ella se reclinó un instante después de haber dado una
vuelta por los salones, comenzaron una elegante lucha de frases
enamoradas é ingeniosas, ó epigramas embozados y agudos.
Entre tanto no son sus trastornos, como suele pintarlos la pasión de los
extraños, ininterrumpidos: ha mucho tiempo que, fuera del campo de
batalla, no se derrama en esos pueblos sangre alguna por causas
polÃticas: depuestas las armas, los hombres contienen sus resentimientos
de partido, y se guardan entre sà las consideraciones de la amistad.[3]
El trabajo, escaso antes de la revolución por las trabas sin cuento[4]
que lo agobiaban, se ha desarrollado bajo el amparo de la libertad:
lejos de decaer las grandes ciudades, se mejoran y prosperan: los
caminos de hierro comienzan, y en algunas repúblicas gozan de
importancia.
El ruiseñor lanzaba entre la enramada algunas
notas sueltas, á fin de ensayar su melodiosa garganta para los divinos
nocturnos con que obsequia al mes de las flores; el azahar exhalaba de
su pequeño y puro cáliz su deleitable fragancia, la que unida al canto
del ruiseñor, á la dulzura de la atmósfera, y á la delicada luz de la
luna, hacÃan de aquella sencilla y rústica naturaleza el Edén más
poético; y sobre todo este concierto terrestre, la alta torre de la
iglesia esparcÃa dulce y solemnemente las campanadas de la Oración, y el
campesino que conserva su fe pura como la atmósfera que respira,
descubrÃase la cabeza y rezaba.
En las pampas está la inmensidad, la soledad, el
silencio, la abrumante igualdad de lugar y de tiempo: en las montañas,
el hombre halla horizontes limitados, que hace suyos y toca como si
fueran su propiedad; se siente acompañado por las colinas graciosas de
pendientes circulares y suaves, por los picos rocallosos y salvajes, por
los boscajes aislados y las mesetas de verdura; encuentra la animación
bulliciosa de la naturaleza en todas partes, en las voces del torrente
que se desata furioso entre las rocas de la quebrada, en los ruidos de
las auras que juguetean en las selvas, en los zumbidos del viento que se
choca en las cumbres sinuosas.
It is the ancient Mons _Caunus_, celebrated in history for
the defeat of the Celtiberians in the time of the consul Tiberius
Sempronius Gracchus (governor of Hither Spain from 181 to 178
B.C.).]
Fija la mirada en aquel fantástico ejercito de nubes que parecÃan
correr al asalto de la peña sobre cuyo pico Ãba á morir la bruja, yo
estaba esperando por instantes cuando se abrÃan sus senos para abortar
á la diabólica multitud de espÃritus malignos, comenzando una lucha
horrible al borde del derrumbadero, entre los que estaban allà para
hacer justicia en la bruja y los demonios que, en pago de sus muchos
servicios, vinieran á ayudarla en aquel amargo trance.
Por último, viendo perdida toda esperanza, pidió como última merced
que la dejasen un instante implorar del cielo, antes de morir, el
perdón de sus culpas, y de rodillas al borde de la cortadura como
estaba, la vieja inclinó la cabeza, juntó las manos y comenzó á
murmurar entre dientes qué sé yo qué imprecaciones ininteligibles:
palabras que yo no podÃa oir por la distancia que me separaba de ella,
pero que ni los mismos que estaban á su lado lograron entender; Unos
aseguran que hablaba en latÃn, otros que en una lengua salvaje y
desconocida, no faltando quien pudo comprender que en efecto rezaba,
aunque diciendo las oraciones al revés, como es costumbre de estas
malas mujeres.
Cantos celestes como los que acarician 'los oÃdos en los momentos de
éxtasis; cantos que percibe el espÃritu y no los puede repetir el
labio; notas sueltas de una melodÃa lejana, que suenan á intervalos,
traÃdas en las ráfagas del viento, rumor de hojas que se besan en los
arboles con un murmullo semejante al de la lluvia, trinos de alondras
que se levantan gorjeando de entre las flores como una saeta despedida
á las nubes; estruendo sin nombre, imponente como los rugidos de una
tempestad; coro de serafines sin ritmos ni cadencia, ignota música del
cielo que sólo la imaginación comprende; hÃmnos alados, que parecÃan
remontarse al trono del Señor como una tromba de luz y de sonidos...
Los caballeros arrojaban a manos
llenas[13] cartuchos de confites, y ahà era el gritar y manotear de los
chicuelos, que estaban a[14] los desperdicios, lanzándose en masa sobre
la vereda cuando algún cartucho no llegaba a su destino, empujándose,
pateándose por agarrar la codiciada presa, mientras los jugadores hacÃan
toda clase de esfuerzos para barajar las coronas que en cambio de los
confites les llovÃan, retribuyendo ellos todavÃa el obsequio con cajas
especiales, de antemano destinadas a fulana y a zutana, a quienes las
enviaban por medio de sus sirvientes, no atreviéndose a correr el albur
de que[15] al arrojarlas cayesen entre la turba multa[16] de arrapiezos
que andaban a caza de[17] gangas.
No podÃa caber duda, no: suyos eran aquellos ojos obscuros y
sombreados de largas pestañas, que apenas bastaban á amortiguar la luz
de sus pupilas; suya aquella rubia y abundante cabellera, que después
de coronar su frente se derramaba por su blanco seno y sus redondas
espaldas como una cascada de oro; suyos, en fin, aquel cuello airoso,
que sostenÃa su languida cabeza, ligeramente inclinada como una flor
que se rinde al peso de las gotas de rocÃo, y aquellas voluptuosas
formas que el habÃa soñado tal vez, y aquellas manos semejantes a
manojos de jazmines, y aquellos pies diminutos, comparables sólo con
dos pedazos de nieve que el sol no ha podido derretir, y que á la
mañana blanquean entre la verdura.
Este descubrimiento no dejaba de inquietarla algo, sobre todo teniendo
en cuenta las ruidosas carcajadas que la noche anterior habÃa creÃdo
percibir á lo lejos y en uno de los ángulos de la plaza, cuando
cerraba el balcón y despedia á su amante; pero al mirar aparecer entre
las filas de los combatientes, que pasaban por debajo del estrado
lanzando chispas de fuego de sus brillantes armaduras, y envueltos en
una nube de polvo, los pendones reunidos de las casas de Carrillo y
Sandoval; al ver la significativa sonrisa que al saludar á la reina le
dirigieron los dos antiguos rivales que cabalgaban juntos, todo lo
adivinó, y la púrpura de la vergüenza enrojeció su frente, y brilló en
sus ojos una lágrima de despecho.
sonándome aún las
últimas palabras de aquella temerosa relación, teniendo junto á mi á
aquel hombre que tan de buena fe imploraba la protección divina para
llevar á cabo crÃmenes espantosos, viendo á mis pies el abismo negro y
profundo en donde se revolvÃa el agua entre las tinieblas, imitando
gemidos y lamentos, y en lontananza el castillo tradicional,[1]
coronado de almenas obscuras, que parecÃan fantasmas asomadas á los
muros, sentà una impresión angustiosa, mis cabellos se erizaron
involuntariamente, y la razón, dominada por la fantasÃa, á la que todo
ayudaba, el sitio, la hora y el silencio de la noche, vaciló un punto,
y casi creà que las absurdas consejas de las brujerÃas y los
maleficios pudieran ser posibles.
por, by, for, to, in order to, through, over, on, in, into, along,
about, on account of, from, out of, as, at, among, throughout; allà --
..., back therein...; de-si, by himself; for his own part; -- debajo,
beneath, under; -- decirlo asÃ, so to speak; -- entre, between, among,
in through; -- eso, hence, therefore; -- fin, finally; -- fortuna,
fortunately; -- más que, however much; especially since; although; --
mà mismo, for myself; -- muchos que, however many; poner -- obra, to
carry out, execute; -- sÃ, of itself; of its own accord; -- ser, since
it was; -- tanto, therefore, for that reason, hence; -- la tierra, on
(_or_ along) the ground; -- tres veces, three times; -- lo visto,
evidently, apparently, visibly; -- ...
Son de notarse[54] los rasgos descriptivos que el poeta
ecuatoriano da de BolÃvar, con quien se encuentra antes de empezar la
batalla; la descripción de la pelea entre los dos ejércitos, la cual
trasporta al lector al campo de los combatientes, donde ve a cada
guerrero a la cabeza de los bravos que le han recomendado, embistiendo,
cargando, arrollando, distinguiéndose cada cual en la lid según su valor
y ardimiento,--donde oye el silbido de las balas, el estridor de los
aceros, el grito de los que luchan, el alarido de los que caen, el
atambor que redobla, el clamor de la trompeta que excita a la pelea, y
el relincho de los fogosos corceles--, y ve sangre a torrentes[55] y
montones de cadáveres por donde quiera que vuelve los ojos.
Pero entre esta juventud brillante y deslumbradora, que los ancianos
miraban desfilar con una sonrisa de gozo, sentados en los altos
sitiales de alerce que rodeaban el estrado real llamaba la atención
por su belleza incomparable, una mujer aclamada reina de la hermosura
en todos los torneos y las cortes de amor de la época, cuyos colores
habÃan adoptado por emblema los caballeros más valientes; cuyos
encantos eran asunto de las coplas de los trovadores más versados en
la ciencia del gay saber; á la que se volvÃan con asombro todas las
miradas; por la que suspiraban en secreto todos los corazones,
alrededor de la cual se veÃan agruparse con afán, como vasallos
humildes en torno de su señora, los más ilustres vástagos de la
nobleza toledana, reunida en el sarao de aquella noche.
Luego, poco á poco fué cesando el ruido y la animación; los vidrios de
colores de las altas ojivas del palacio dejaron de brillar; atravesó
por entre los apiñados grupos la última cabalgata; la gente del pueblo
á su vez comenzó á dispersarse en todas direcciones, perdiéndose entre
las sombras del enmarañado laberinto de calles obscuras, estrechas y
torcidas,[1] y ya no turbaba el profundo silencio de la noche más que
el grito lejano de vela de algún guerrero, el rumor de los pasos de
algún curioso que se retiraba el último, ó el ruido que producÃan las
aldabas de algunas puertas al cerrarse, cuando en lo alto de la
escalinata que conducÃa á la plataforma del palacio apareció un
caballero, el cual, después de tender la vista por todos lados como
buscando á alguien que debÃa esperarle, descendió lentamente hasta la
cuesta del alcázar, por la que se dirigie hacia el Zocodover.
Y detrás de este
amontonamiento de saltos, y a la izquierda, y a la derecha,[1] cerca y
lejos, arriba, abajo, allá en las alturas, aquà a los pies, trenzándose
a pechadas con las rocas que, aunque aguantan, retiemblan, otros, y
otros, y otros saltos, cubriendo una superficie de cuatro mil metros:
unos con deslizamientos de culebra, otros con fieros brincos de jaguar,
unos obscuros, resbalando en silencio, otros vistosamente empenachados
de espuma, todos corren en vértigo y al llegar a la arista de los altos
y negros paredones, pierden pie[2] y ruedan al fatal e infinito
derrumbe, y allá abajo, reventados, deshechos, rugientes, siguen su
curso arrastrando en girones su túnica de encaje, mientras del uno al
otro extremo del inmenso anfiteatro de cascadas, entre aquel estruendoso
dislocamiento de violencias, sobre aquel paroxismo, cien arco iris se
tienden como puentes de paz.
NOTES:
[Note 262: =apoderarse de=, _to gain possession of_.]
[Note 263: =soñar en (o con)=, _to dream of_.]
[Note 264: =llevar a cabo=, _to execute, carry out._]
[Note 265: =multiplicar en (o por)=, _to multiply by_.]
[Note 266: =hacer estragos=, _to work havoc_.]
[Note 267: =abusar de=, _to abuse, take advantage of_.]
[Note 268: =valerse de=, _to make use of_.]
[Note 269: =hace poco=, _a short time ago_.]
[Note 270: =llegar a ser=, _to get to be, finally become_.]
[Note 271: =no es de maravillar=, _no wonder_.]
[Note 272: =dar la vuelta=, _to make a round-about trip_.]
[Note 273: =a todas luces=, _in every respect_.]
[Note 274: =dar incremento a=, _to increase_.]
=PUERTO RICO=
La isla de este nombre está situada en la zona tórrida,
al occidente del océano Atlántico, y en el archipiélago
de las Antillas, entre las dos Américas.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en el
altar mayor pendÃan aún de las altas cornisas los rotos jirones del velo
con que le habÃan cubierto los religiosos al abandonar aquel recinto;
diseminados por las naves veÃanse algunos retablos adosados al muro, sin
imágenes en las hornacinas; en el coro se dibujaban con un ribete de luz
los extraños perfiles de la obscura sillerÃa de alerce; en el pavimento,
destrozado en varios puntos, distinguÃanse aún anchas losas sepulcrales
llenas de timbres, escudos y largas inscripciones góticas; y allá á lo
lejos, en el fondo de las silenciosas capillas y á lo largo del crucero,
se destacaban confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é
inmóviles fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de
hinojos sobre el mármol de sus tumbas, parecÃan ser los únicos
habitantes del ruinoso edificio.
Los oficiales del ejército francés, que á juzgar por los actos de
vandalismo con que dejaron en ella triste y perdurable memoria de su
ocupación, de todo tenÃan menos de{149-1} artistas ó arqueólogos, no hay
para qué decir que se fastidiaban soberanamente en la vetusta ciudad de
los Césares.{149-2}
En esta situación de ánimo la más insignificante novedad, que viniese á
romper la monótona quietud de aquellos dÃas eternos é iguales, era
acogida con avidez entre los ociosos; asà es que la promoción al grado
inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento estratégico
de una columna volante, la salida de un correo de gabinete ó la llegada
de una fuerza cualquiera á la ciudad, convertÃanse en tema fecundo de
conversación y objeto de toda clase de comentarios, hasta tanto que otro
incidente venÃa á sustituirle, sirviendo de base á nuevas quejas,
crÃticas y suposiciones.
Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en
el altar mayor pendÃan aún de las alias cornisas los rotos jirones del
velo con que le habÃan cubierto los religiosos al abandonar aquel
recinto; diseminados por las naves veianse algunos retablos adosados
al muro, sin imágenes en las hornacinas; en el coro se 'dibujaban con
un ribete de luz los extraños perfiles de la obscura sillerÃa de
alerce; en el pavimento, destrozado en varies puntos, distinguÃanse
aún anchas losas sepulcrales llenas de timbres, escudos y largas
inscripciones góticas; y allá á lo lejos, en el fondo de las
silenciosas capillas y á lo largo del crucero, se destacaban
confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é inmóviles
fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de hinojos
sobre el mármol de sus tumbas, parecÃan ser los únicos habitantes del
ruinoso edificio.
Los mozos seguÃan desde lo alto todas sus grotescas
evoluciones, esperando el instante en que se desgarrarÃa el último
jirón de la saya á que estaba sujeta, y rodarÃa dando tumbos, de pico
en pico, hasta el fondo del barranco; pero ella con el ansia de la
muerte y sin cesar de proferir, ora horribles blasfemias, ora palabras
santas mezcladas de maldiciones, se enroscaba en derredor de los
matorrales; sus dedos largos, huesosos y sangrientos, se agarraban
como tenazas á las hendiduras de las rocas, de modo que ayudándose de
las rodillas, de los dientes, de los pies y de las manos, quizás
hubiese conseguido subir hasta el horde, si algunos de los que la
contemplaban y que llegaron á temerlo asÃ, no hubiesen levantado en
alto una piedra gruesa, con la que le dieron tal cantazo en el pecho,
que piedra y bruja bajaron á la vez saltando de escalón en escalón por
entre aquellas puntas calcáreas, afiladas como cuchillos, hasta dar,
por último, en ese arroyo que se ve en lo más profundo del valle....
NOTES:
[Note 338: =tenerse por=, _to consider one's self as_.]
[Note 339: =valerse de=, _to make use of_.]
[Note 340: =tocar a=, _to concern_.]
[Note 341: =ceder el paso a=, _to give way to, "play second fiddle"_.]
[Note 342: =por amor a=, _out of love for_.]
[Note 343: =darse por=, _to consider one's self as_.]
[Note 344: =dado caso de que=, _in case that_.]
[Note 345: =servir de=, _to serve as_.]
[Note 346: =no dormirse en las pajas=, _to be very vigilant, wide
awake_.]
[Note 347: =tener miedo=, _to be afraid_.]
[Note 348: =no pasar el rÃo=, _to succeed, win the day_.]
[Note 349: 4 =¿estás?= _do you understand, are you "on"?_]
[Note 350: =verse en la obligación de=, _to be compelled to_.]
[Note 351: =dar parabienes a=, _to congratulate_.]
[Note 352: =echar de ver=, _to notice_.]
[Note 353: =dar muestra de=, _to give indication of_.]
[Note 354: =poner pies en polvorosa=, _to hurry away, to "dust out"_.]
=MÉJICO=
De todos los paÃses hispanoamericanos, Méjico es sin
duda alguna el más conocido de los norteamericanos,
debido a las relaciones comerciales establecidas entre
éste y los Estados Unidos.
Lo bien que[248] comprendÃa Castelar las condiciones
americanas se ve por el trozo de elocuencia que sigue:
/F
HEROÃSMO AMERICANO EN LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD
F/
Los Estados Unidos han invocado el Dios de la 5
libertad; han aceptado la guerra como un gran castigo
por el pecado nacional de la esclavitud; han hablado a
los dueños de esclavos en el sublime lenguaje de los
antiguos profetas; se han desposeÃdo de sus bienes para
romper sus ergástulas; han dado su pura sangre sajona, 10
su blanca piel por la dignidad y por la libertad de
aquellos negros, menos estimados que los perros; han
ensangrentado el MisisipÃ; han cubierto de ruinas las
llanuras y las montañas de Virginia; han inmolado en la
cruzada de la dignidad y de la igualdad humanas un 15
millón de hombres que, las madres americanas, inclinadas
las frentes sobre el Evangelio, han visto morir en la
tierra, pero renacer en el cielo; y sobre las ruinas de
Richmond, entre el choque de dos mundos, se han
derretido las cadenas de tres millones de esclavos y se 20
ha levantado, como el epÃlogo de un gran poema, que
está aguardando el genio de Homero aumentado por el
genio del Dante, rejuvenecidos ambos por la savia del
Nuevo Mundo; se ha levantado como epÃlogo de este
poema el sacrificio de Lincoln, de ese segundo Cristo de 25
los negros.
=entre=, between, among.
[2] =Por entre,= _Through_.
¿No hay un padre entre
vosotros?
[1] =entre los brazos,= _in the arms_.
--Lo es hasta entre los mismos naturales.
--Café, arroz, frutas y fibras, entre otros.
=entre=, between, among;
=por ----=, among.
_Sabe que, ocul|to^entre las verdes hojas_, p.
[9] =se asocian entre sÃ=, _combine among themselves_.
43 Asà que habÃa disensión entre la gente acerca de él.
=ojo,= eye; =tener entre --s,= to have an eye on, watch.
=diente,= _m._, tooth; =entre --s,= between (one's) teeth.
--Facilita el tráfico entre Bogotá y la costa del PacÃfico.
_Pónganse en la forma debida los verbos entre paréntesis_: 1.
43 Y Jesús respondió, y dÃjoles: No murmuréis entre vosotros.
[8] =entre tanta faja,= _in many_ (_innumerable_) _wrappings_.
=entre=, between, among, amidst, in; =por entre=, into, among.
=mezclar=, to mingle, mix; =mezclar entre=, to mingle in, join.
19 Y volvió á haber disensión entre los JudÃos por estas palabras.
--¿ReconocerÃa su caballo entre otros veinte?--preguntó
el emir.
--Pues oiga usted, tÃo Traga-santos, lo que pasó en Madrid entre D.
--Veo que Nicaragua ofrece fácil tráfico fluvial entre ambas costas.
¿Qué intercambio de productos existe entre Chile y los Estados
Unidos?
--La compañÃa argentina lo hace entre ese paÃs, el Uruguay y el Brasil.
16 Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos á los humildes.
_Cámbiense a la forma debida los verbos encerrados entre
paréntesis_: 1.
--Señor, murmuró, Iñigo entre dientes, es imposible pasar de este
punto.
¿Cómo habÃa decidido el juez la disputa entre el carnicero y el
aceitero?
--¡PÃcaro bellaco!--exclamó entre dientes.--Yo
veré si te escapas ahora.
¿Se ha de ir á los esparcidos entre los Griegos, y á enseñar á
los Griegos?
5 Uno hace diferencia entre dÃa y dÃa; otro juzga [iguales] todos los
dÃas.
=diente=, _m._, tooth; =entre dientes=, in a low voice, between one's
teeth.
=independiente,= independent(ly); =--s entre sÃ,= independent of one
another.
=resoplido,= snorting; =entre --s y gruñidos,= (between) huffing and
puffing.
_Cámbiense a la forma correcta del indicativo los verbos entre
paréntesis_: 1.
_En lugar de los nombres entre paréntesis, pónganse pronombres
personales_: 1.
»Ven á embriagarte con el perfume de las violetas que se abren entre
las sombras.
_Su mano^entre mis manos,
2 6
Sus ojos en mis ojos_, p.
¿Cómo estrechará el canal las relaciones amistosas entre las naciones
panamericanas?
35 Entonces los JudÃos dijeron entre sÃ: ¿A dónde se ha de ir éste que
no le hallemos?
23 Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discÃpulo no
habÃa de morir.
25 Y hubo cuestión entre los discÃpulos de Juan y los JudÃos acerca de
la purificación.
--¿Entran al rÃo los buques que hacen el servicio entre los puertos de
la costa oceánica?
--No; pero algunas de esas repúblicas han celebrado tratados entre sà o
con España y Francia.
--¿Cuál es la relación entre el clima, la topografÃa y las producciones
de la América Central?
--¿Son frecuentes las partidas de _football_, o los concursos atléticos
entre los estudiantes?
52 Entonces los JudÃos contendÃan entre sÃ, diciendo: ¿Cómo puede éste
darnos su carne á comer?
--¿Y qué relación hay entre el valor de la propiedad hipotecada y la
suma prestada por el banco?
=pierna,= limb, leg; =entre las --s,= between her knees; =dormir á --
suelta,= to sleep soundly.
2.{138-2} This repetition of =entre= is unusual, but it makes clear the
meaning of the sentence.
--He oÃdo decir que el intercambio de tabacos entre las repúblicas del
sur disminuye poco a poco.
=decir=, 6, to say;
=---- entre sÃ, para sÃ=, to say to oneself;
=¡no digo yo!= well, I declare!
24 Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre
los Gentiles, como está escrito.
¿De qué otra cosa podÃa provenir aquella tendencia inflamatoria y
pletórica tan común entre los monjes?
_Cópiense las frases siguientes, poniendo al pluscuamperfecto
los verbos encerrados entre paréntesis_: 1.
--No obstante, ese lenguaje común debe ser un vÃnculo entre los pueblos
de las repúblicas hispanoamericanas....
--¿No hay tratados de reciprocidad con respecto a los tÃtulos
profesionales entre esos paÃses y los Estados Unidos?
4 Conviéneme obrar las obras del que me envió, entre tanto que el dÃa
dura: la noche viene, cuando nadie puede obrar.
--Yo creÃa que el comercio de cabotaje entre los paÃses de la América
latina se hacÃa por medio de buques extranjeros.
--¿Ve usted aquel cabezo alto, alto, que parece cortado á pico, y por
entre cuyas penas crecen las aliagas y los zarzales?
12 Y habÃa grande murmullo de él entre la gente: porque unos decÃan:
Bueno es; y otros decÃan: No, antes engaña á las gentes.
--Yo he seguido algún tiempo la corriente del rÃo, hasta que el
vendaval me arranco de entre el légamo y los juncos de la orilla.
=Cuestionario hecho por los alumnos=
Háganse dos discÃpulos preguntas entre sà en castellano sobre el primer
párrafo del cuento.
10
Ocupa una de las situaciones más propias para servir
de[278] punto de escala a la navegación entre los dos
continentes.
--No tanto el de los limpiabotas, quienes prefieren trabajar en puestos
al aire libre, para atraer marchantes entre los transeuntes.
--Advierto también que al sur de la meseta[6] se extiende un gran valle,
entre aquélla y la Sierra Madre del Sur, próximo a la costa.
=114.=--[114.20] =entre sÃ=, 'one from another.'
[114.22] =machacando=, _etc._, refers to the clatter the stork makes
with his beak.
=por,= for, by, through, to, in, for the sake of, on account of (being);
=-- poco,= almost, nearly; =-- entre,= through, in between; =-- ...
5
--Conserva uno, si quieres, para recuerdo,--le
dijo;--pero los restantes es preciso que hoy mismo
los repartas entre tus hermanos.
5
Un dÃa se le cayó la escudilla de barro de entre las
manos, cada vez más temblorosas y débiles, y se hizo
pedazos[96] en el suelo.
--Sà señor; _por_ enero y febrero, o más exactamente, entre diciembre y
abril la navegación en las partes altas del Orinoco está interrumpida.
14 Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
--Y referÃamos con un blando susurro las historias de los silfos que
se columpian en los hilos de oro que cuelgan las arañas entre los
árboles.
--¡Figúrese Ud.![15] Exportadores hay que[16] ponen catálogos y libros
de propaganda entre mercaderÃas sujetas a derechos con arreglo al peso
bruto.
=entre,= between, among; =mirarse -- sÃ,= to look at one another; =--
tanto,= meanwhile; =-- asombrado é incrédulo,= half amazed and half
incredulous.
24 Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no
tendrÃan pecado; mas ahora, y [las] han visto, y me aborrecen á mà y á mi
Padre.
¿Qué habÃa pasado entre los dos amantes para que se arrastrara al fin á
poner por obra una idea que sólo el concebirla habÃa erizado sus
cabellos de horror?
¿Que habÃa pasado entre los dos amantes para que se arrastrara al fin
á poner por obra una idea que sólo el concebirla habÃa erizado sus
cabellos de horror?
--En las noches de luna, cuando su plateada luz resbalaba sobre la
cima de los montes, ¿te acuerdas cómo charlábamos en voz baja entre
las diáfanas sombras?
--SÃ, la reconozco, y veo que en Méjico la meseta corre paralelamente a
la dirección general del paÃs, dejando un borde de cada lado, entre ella
y los océanos.
¡Terrible debÃa ser la pena que hacÃa humedecerse aquellos ojos
acostumbrados á contemplar serenos la muerte todos los dÃas, entre los
abismos del enfurecido mar!
19 Y conoció Jesús que le querÃan preguntar, y dÃjoles: ¿Preguntáis
entre vosotros de esto que dije: Un poquito, y no me veréis, y otra vez un
poquito, y me veréis?
--Ahora me explico[14] el contraste entre la aridez de la parte
occidental del Perú y la fertilidad de las faldas orientales, o sea lo
que allà se llama la Montaña.
--No sabemos, se apresuraron á contestar los otros servidores;
desapareció de entre nosotros cerca de la cañada, y esta es la hora en
que todavÃa no le hemos visto.
_Y^entre^aquella sombra
2 5
VeÃase^á^intérvalos
3 5
Dibujarse rÃgida
2 5
La forma del cuerpo_, p.
7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el
estanque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro
antes de mà ha descendido.
7 Saludad á Andrónico y á Junia, mis parientes, y mis compañeros en la
cautividad, los que son insignes entre los apóstoles; los cuales también
fueron antes de mà en Cristo.
=tanto -a=, as much (many), so much (many); =un tanto=, somewhat; =entre
tanto=, =mientras tanto=, in the meanwhile; =en tanto que=, while; =por
lo tanto=, wherefore, therefore.
¿por qué no la posee otra Virgen?[1] prosiguió con acento
enérgico y apasionado; ¿por qué no la tiene el arzobispo en su mitra,
el rey en su corona, ó el diablo entre sus garras?
17.]
Tal vez serÃa un rayo de sol que serpeó fugitive entre su espuma; tal
vez una de esas flores que flotan entre las algas de su seno, y cuyos
cálices parecen esmeraldas ...
8 DÃcele uno de sus discÃpulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:
9 Un muchacho está aquà que tiene cinco panes de cebada y dos
pececillos; ¿mas qué es esto entre tantos?
--Pero con marina de guerra y todo,[45]--dijo el boliviano,--yo preveo
una dificultad, y es[46] la desproporción entre las importaciones y las
exportaciones de los Estados Unidos.
18 Por lo cual también habÃa venido la gente á recibirle, porque habÃa
oÃdo que él habÃa hecho esta señal;
19 Mas los Fariseos dijeron entre sÃ: ¿Veis que nada aprovecháis?
--Mucho; y se juegan no sólo entre las universidades de un paÃs, o entre
las facultades o escuelas de una misma universidad, sino también entre
_teams_ o equipos de distintos paÃses.
--Pues sábete, ingrata, que en su vida{90-3} este á quien ofendes ha
dejado hueco entre el agravio y la venganza; que eso en la sangre
lo{90-4} tengo, y lo mamé con la leche que me crió.
«¿Habrá otro--entre sà decÃa--
Más pobre y triste que yo?»
Y cuando el rostro volvió
Halló la respuesta viendo
Que iba otro sabio cogiendo
Las hierbas que él arrojó.
8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no
muere: la muerte no se enseñoreará más de él.
--_Salvador Camacho Roldán_ (VENEZOLANO)
=Hernández, José= (1834-1886)
José Hernández,[36] indiscutiblemente es el que posee el cetro de la
poesÃa criolla[37] Argentina entre los clásicos.
54 Por tanto, Jesús ya no andaba manifiestamente entre los JudÃos; mas
fuése de allà á la tierra que está junto al desierto, á una ciudad que se
llama Ephraim: y estábase allà con sus discÃpulos.
35 Entonces Jesús les dice: Aun por un poco estará la luz entre
vosotros: andad entre tanto que tenéis luz, porque no os sorprendan las
tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.
--Hollada bajo el pie de indiferente pasajero, sin cesar arrastrada de
un punto á otro entre el polvo y el fango, me he juzgado dichosa
cuando podÃa reposar un instante en el profundo surco de un camino.
13 Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he
propuesto ir á vosotros (empero hasta ahora he sido estorbado), para tener
también entre vosotros algún fruto, como entre los demás Gentiles.
24 Y dijeron entre ellos: No la partamos, sino echemos suertes sobre
ella, de quién será; para que se cumpliese la Escritura, que dice: Partieron
para sà mis vestidos, Y sobre mi vestidura echaron suertes.
5 Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre
vosotros seáis unánimes según Cristo Jesús;
6 Para que concordes, á una boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo.
--Mucho me lo temo,[49] a menos que[50] esté ya terminada la lÃnea entre
Guatemala y la ciudad de La Unión, en el Salvador; si esto es asÃ,[51]
puede ya hacerse por riel el viaje entre Acajutla y la costa del
Atlántico.
--Pues por mÃ, señor de Lopera, aunque sean más largas que la LetanÃa,
de seguro no lo advertiré, porque vengo reventado y molido; y en
metiéndome entre sábanas, ya pueden echar á vuelo todo un campanario: no
me quitarán el sueño.
(decÃa entretanto el Comandante, leyendo las señas
que le habÃa dado el Capitán general.)--¡à fe que hemos estado
torpes!--Pero ¿á quién se le hubiera ocurrido buscar al capitán de
ladrones entre los migueletes que iban á prenderlo?
3 Digo pues por la gracia que me es dada, á cada cual que está entre
vosotros, que no tenga más alto concepto de sà que el que debe tener, sino que
piense de sà con templanza, conforme á la medida de fe que Dios repartió á
cada uno.
]
Y vió el sol volteando encendido sobre ejes de oro en una atmósfera de
colores y de fuego, y en su foco á los Ãgneos espÃritus[1] que habitan
incólumes entre las llamas, y desde su ardiente seno entonan al
Criador himnos de alegrÃa.
=Resumen=
El discÃpulo se preparará a dar oralmente ante la clase un resumen del
cuento "Abuelo y Nieto."
=Estudio de voces de la misma etimologÃa=
Es de notar la semejanza que existe muchas veces entre palabras
españolas e inglesas.
8, note 1]
Y sin embargo, entre los señores comarcanos murmurábase que la hermosa
castellana de Veratón[1] no era tan limpia de sangre como bella, y que
á pesar de sus trenzas rubias y su tez de alabastro, habÃa tenÃdo por
madre una gitana.
15
Este canal acorta la distancia entre las ciudades
americanas y paÃses europeos con los paÃses y ciudades
del PacÃfico y esto constituye a todas luces[273] una gran
economÃa en tiempo y dinero, pues ya se sabe que el
tiempo es oro.
--Barcos de vapor, es decir, vapores de rÃo para pasajeros y
vapores-correos que hacen el servicio fluvial en el interior de la
Argentina y Paraguay y, además, entre los puertos marÃtimos de las
costas australes argentinas, aun llegando hasta el Brasil.
¡Qué hermoso era ver correr el agua del rÃo que lamÃa las
retorcidas raÃces del añoso tronco que nos sustentaba, aquel agua
limpia y trasparente que copiaba como un espejo el azul del cielo, de
modo que creÃamos vivir suspendidas entre dos abismos azules!
16, note 3.]
El misterioso bandido penetró al fÃn en la sala del concejo, y un
silencio profundo sucedió á los rumores que se elevaran[1] de entre
los circunstantes, al oir resonar bajo las altas bóvedas de aquel
recinto el metálico son de sus acicates de oro.
121, Note 1.]
Exasperados, y no encontrando otra vÃa de salvación, por último, se
pusieron de acuerdo entre sÃ, se encomendaron á la Divina Providencia
y tomaron las armas; pero el señor reunió á sus secuaces, llamó en su
ayuda al diablo, se encaramó á su roca y se preparó á la lucha.
6.--LA CAZA DEL TIGRE
ConocÃase que las mujeres nos contaban y recontaban[1] desde que nos
alcanzaron a ver,[2] y cuando nos acercamos a la casa estaban aún
indecisas entre el susto y la alegrÃa, pues por nuestra demora y los
disparos que habÃan oÃdo suponÃan que habÃamos corrido peligros.
--Tenemos el azúcar blanco o de flor; el azúcar de lustre (que ha sido
molido y pasado por un cedazo); el azúcar moreno, negro o prieto, que
está mezclado con melaza; el azúcar piedra en cristales grandes; el
azúcar refinado; y el azúcar terciado, de color intermedio entre el
azúcar moreno y el blanco.
24 Por lo cual también Dios los entregó á inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de suerte que contaminaron sus cuerpos entre
sà mismos:
25 Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo
á las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos.
8 Digo, pues, que Cristo Jesús fué hecho ministro de la circuncisión por
la verdad de Dios, para confirmar las promesas [hechas] á los padres,
9 Y para que los Gentiles glorifiquen á Dios por la misericordia; como
está escrito: Por tanto yo te confesaré entre los Gentiles, Y cantaré á tu
nombre.
--Me han informado que en la América latina el comercio y la industria
no están tan general y completamente[17] organizados[18] como en los
Estados Unidos, resultando de ello[19] el que se conservan allÃ
ocupaciones que entre nosotros ha tiempo[20] fueron absorbidas por
organizaciones comerciales más vastas.
--¿Qué es éso?[11]
--En Estados Unidos se juega el curso del trigo, operando sobre
mercancÃas a librar[12] y al descubierto[13]; es decir, sin que en
realidad se transfiera mercaderÃa alguna, sino que se está sólo a[14]
las diferencias entre los precios que existan el dÃa fijo y aquéllos a
que se compró y vendió.
[Footnote 1: This poem is composed of hendecasyllabic verses of
the first class, alternating with assonanced heptasyllabic
_versos_ agudos.]
LII[1]
Olas gigantes que os rompéis bramando
En las playas desiertas y remotas,
Envuelto entre la sábana de espumas,
¡Llevadme con vosotras!
29 Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen
hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos;
30 Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á
éstos también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó.
--El caucho de Cartagena que se exporta en panes grandes de cincuenta
kilogramos; el de las Antillas (que comprende el de la América Central)
que se exporta igualmente en panes; el de Guayaquil, que es de tipo poco
uniforme y cuyo color varÃa entre el blanquecino de las clases
superiores, y el oscuro pardo de las más impuras.
2, note 2.]
Ahora que estoy en mi celda tranquilo, escribiendo para ustedes la
relación de estas impresiones extrañas, no puedo menos de maravillarme
y dolerme de que las viejas supersticiones tengan todavÃa tan hondas
raÃces entre las gentes de las aldeas, que den lugar á sucesos
semejantes; pero, ¿por qué no he de confesarlo?
=tanto, -a=, as much, so much;
=---- que=, as much as;
=---- como=, as much as;
=en ---- que=, while;
=---- uno como otro=, both one and the other;
=algún ----=, a little;
=en ----, entre ----=, in the meanwhile;
=por lo ----=, for the same reason, therefore;
=---- cuanto=, as much as;
=---- por ciento=, percentage.
66, note 1.]
Como era de esperar, entre los oficiales que, según tenÃan de
costumbre, acudieron al dÃa siguiente á tomar el sol y á charlar un
rato en el Zocodover, no se hizo platillo de otra cosa que de la
llegada de los dragones, cuyo jefe dejamos en el anterior capÃtulo
durmiendo á pierna suelta y descansando de las fatigas de su viaje.
30
Quedando el Brasil enteramente entre las zonas
templada y tropical, el clima en una región se modifica;
sin embargo, en las numerosas altas mesetas y cadenas
de montañas, asà como también por su extenso sistema
de rÃos, estas dilatadas y fértiles llanuras producen todas
las frutas de los trópicos y contienen ricos y casi impenetrables
bosques.
[Footnote 1: Noche-Buena = 'Christmas eve.' It is impossible to
render in English the play upon the words _Buena_ and _mejor_.]
Esto diciendo, la buena mujer que habÃa servido de cicerone á su
vecina, atravesó el atrio del convento de Santa Inés,[1] y codazo en
éste, empujón en aquel, se internó en el templo, perdiéndose entre la
muchedumbre que se agolpaba en la puerta.
¡Sabes que
mañana son mis dÃas?--Te los deseo muy felices.--Déjate de cumplimientos
entre nosotros; ya sabes que yo soy franco y castellano viejo: el pan
pan, y el vino vino;{133-2} por consiguiente exijo de ti que no vayas á
dármelos; pero estás convidado.--¿à qué?.--à comer conmigo.--No es
posible.--No hay remedio.--No puedo, insisto temblando.--¿No
puedes?--Gracias.--¿Gracias?
26, note 1.]
En las ráfagas del aire y confundido con los leves rumores de la
noche, creyó percibir un extraño rumor de voces delgadas, dulces y
misteriosas que hablaban entre sÃ, reian ó cantaban cada cual por su
parte y una cosa diferente, formando una algarabia tan ruidosa y
confusa como la de los pájaros que despiertan al primer rayo del sol
entre las frondas de una alameda.
42, note 1.]
En efecto, era asÃ, pues á poco de haberse oÃdo la esquililla,
empezaron á saltar por entre las apiñadas matas de cantueso y tomillo,
y á descender á la orilla opuesta del riachuelo, hasta unos cien
corderos, blancos como la nieve, detrás de los cuales, con su caperuza
calada para libertarse la cabeza de los perpendiculares rayos del sol,
y su atillo al hombro en la punta de un palo, apareció el zagal que
los conducÃa.
--Se refiere, prosiguió el montero, á que, según él afirma, y lo jura
y perjura por todo lo más sagrado del mundo, los ciervos que discurren
por estos montes, se han dado de ojo para no dejarle en paz, siendo lo
más gracioso del caso, que en más de una ocasión les ha sorprendido
concertando entre sà las burlas que han de hacerle, y después que
estas burlas se han llevado á término, ha oÃdo las ruidosas carcajadas
con que las celebran.
12.--EN DILIGENCIA
A las tres de la mañana llamó a la puerta de mi cuarto el mozo del hotel
con fuertes golpes y gritando con apremio[1]:
--¡Ya es hora![2]
Echéme a cuestas[3] el vestido a toda prisa, entre grandes bostezos y
dándome al diablo[4] porque el administrador de las diligencias hiciese
salir tan temprano el vehÃculo; y pocos momentos después abrà la puerta
de mi habitación, y me dirigà al comedor a tomar algún refrigerio.
=por=, for, through, between, to, by, along,
on account of, per, for the sake of, in behalf, by means of; about;
=---- tanto= _or_ =---- ende=, for that, for so much;
=---- más que= _or_ =---- mucho que=, in vain;
=---- acá= _or_ =---- allá=, here _or_ there;
=---- si acaso=, if by chance;
=---- entre=, through;
=---- cuanto=, whereas;
=---- tanto=, wherefore;
=---- sÃ=, by himself (herself or itself);
=---- cierto=, indeed;
=---- qué=, why.
15
Pero el señor cura estaba prevenido, y suplió la falta
de elocuencia del predicante momia, acomodándole, por
entre las sotanas, un largo tubo de hoja de lata, de
manera que ocultándose detrás de él, podÃa hablar por
boca de ganso[253] a sus sencillos feligreses, sin que éstos 20
lo echasen de ver.[254]
La plática fué, como siempre, sobre el pago de las
primicias, fulminando terribles amenazas contra los que
no cumpliesen con tal obligación.
--Esa provisión es digna de todo elogio,[19]--dijo mister Smith--En los
Estados Unidos no procedemos asÃ, pues los ferrocarriles se han acogido
a las oportunidades ofrecidas por los diferentes estados, pero no se han
firmado contratos, y en consecuencia el gobierno no se halla facultado
para indagar la situación financiera de los ferrocarriles, salvo en los
casos en que los tribunales declaran no existir relación equitativa
entre los ingresos procedentes de la explotación de un ferrocarril y el
capital invertido.
--En acosar y perseguir á los infelices pastores que se arriesgan por
esa parte de monte, ya haciendo ruido entre las matas, como si fuese
un lobo, ya dando quejidos lastimeros como de criatura, ó
acurrucándose en las quiebras de las rocas que están en el fondo del
precipicio, desde donde llama con su mano amarilla y seca á los que
van por el borde, les clava la mirada de sus ojos de buho, y cuando el
vértigo comienza á desvanecer su cabeza, da un gran salto, se les
agarra á los pies y pugna hasta despeñarlos en la sima....
4.--AUGURIOS
La isla de Cuba, entre las dos Américas, a la boca del[1] Golfo
Mejicano, siendo el centinela avanzado del archipiélago, punto
intermediario del comercio en dÃa no lejano[2] en que los pueblos
asiáticos y los pueblos americanos y europeos se comuniquen por caminos
más breves con sus muchos y bellos puertos, sus innumerables riachuelos,
sus campos cubiertos de verdor perenne, sus privilegiados frutos, sus
feraces terrenos, su cielo encantador, su benigno clima; no se detendrá
sin duda en la marcha que ha emprendido.
52, note 3.]
La fiesta religiosa habÃa traÃdo á ella una multitud inmensa de
fieles; pero ya ésta se habÃa dispersado en todas direcciones; ya se
habÃan apagado las luces de las capillas y del altar mayor, y las
colosales puertas del templo habÃan rechinado sobre sus goznes para
cerrarse detrás del último toledano, cuando de entre las sombras, y
pálido, tan pálido como la estatua de la tumba en que se apoyo un
instante mientras dominaba su emoción, se adelantó un hombre que vino
deslizándose con el mayor sigilo hasta la verja del crucero.
52,
note 1.]
En esta situación de ánimo, la más insignificante novedad que viniese
á romper la monótona quietud de aquellos dÃas eternos é iguales, era
acogida con avidez entre los ociosos; asà es que la promoción al grado
inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento
estratégico de una columna volante, la salida de un correo de
gabinete, ó la llegada de una fuerza cualquiera á la ciudad,
convertÃanse en tema fecundo de conversación y objeto de toda clase de
comentarios, hasta tanto que otro incidente venÃa á sustituirle,[1]
sirviendo de base á nuevas quejas, crÃticas y suposiciones.
13,
note 1.]
Ya enzarzado en lo más espeso y fragoso del monte, llevando del
diestro la caballerÃa por entre sendas casi impracticables, ora por
las cumbres para descubrir la salida del laberinto, ora por las
honduras con la idea de cortar terreno, anduve vagando al azar un buen
espacio de tarde hasta que por último, en el fondo de una cortadura
tropecé con un pastor, el cual abrevaba su ganado en el riachuelo que,
después de deslizarse sobre un cauce de piedras de mil colores, salta
y se retuerce allà con un ruido particular que se oye á gran
distancia, en medio del profundo silencio de la naturaleza que en
aquel punto y á aquella hora parece muda ó dormida.
De tu balcòn las persianas
Cerré ya, porque no entre
El resplandor enojoso
De la aurora, y te despierte ...