--¿Por qué te detienes ante esta flor sin perfume y sin belleza?
Y no existen allà las consideraciones sociales; los carruajes de
los ricos se detienen a orillas del pueblo, lo mismo que los coches
simones, lo mismo que los trenes del ferrocarril.
The dukedom of Medinasidonia was created in 1445 by Juan II, and the
best-known duke of this name during the reign of Philip II was
commander of the celebrated Armada (1588).]
Ya se han visto, ya se detienen unos y otros, sin pasar de
sus puestos...
¿En dónde se detienen
Casilda y el médico?
4.--AUGURIOS
La isla de Cuba, entre las dos Américas, a la boca del[1] Golfo
Mejicano, siendo el centinela avanzado del archipiélago, punto
intermediario del comercio en dÃa no lejano[2] en que los pueblos
asiáticos y los pueblos americanos y europeos se comuniquen por caminos
más breves con sus muchos y bellos puertos, sus innumerables riachuelos,
sus campos cubiertos de verdor perenne, sus privilegiados frutos, sus
feraces terrenos, su cielo encantador, su benigno clima; no se detendrá
sin duda en la marcha que ha emprendido.
Engolfado en
sus cavilaciones, andaba ligero unas veces y otras se detenÃa de pronto,
haciendo rayas y figuras en la tierra ó cÃrculos en el aire, como mágico
antiguo, con un palitroque ó báculo que en la mano llevaba.
Su amo se detuvo y le silbó segunda vez.
Al cabo éste se detuvo un instante y le preguntó con voz
alterada.
Pero aun se detuvo un momento, porque aquel diablo de
hombre estaba en todo.
El campesino se detuvo, y rasgándose la oreja dijo para sus adentros:
--¡Canario!
Al llegar ésta al borde del precipicio, se detuvo un instante
sin saber qué partido tomar.
La muchacha, con un brazo en jarras,[3] caÃdo el otro sosteniendo la
falda, avanzó sonriente y magnÃfica, y se detuvo.
Y la cabalgata se detuvo, y enmudecieron las trompas, y los lebreles
dejaron refunfuñando la pista á la voz de los cazadores.
Pero cuando llegaron en su vuelo el
ángel y el alma del niño á cruzar sobre una pobre aldea, aquél se detuvo
y sus ojos buscaron una callejuela solitaria, á cuyos lados se veÃan
algunas mÃseras cabañas.
En aquel instante el corcel se detuvo, flaquearon sus piernas, un
ligero temblor agitó sus contraÃdos músculos, cayó al suelo
desplomado, arrojando por la hinchada nariz cubierta de espuma un caño
de sangre.
SerÃan las seis cuando el carruaje se detuvo á la entrada del pueblo;
bajamos y nos dirigimos á una capilla donde se veneraba á Nuestra Señora
de las Mercedes, á la que la madre de Cristina tenÃa particular
devoción.
En este punto se detuvo el pastor un memento, tendió á su alrededor
una mirada, y prosiguió asÃ:
--¿Siente usted este profundo silencio que reina en todo el monte, que
no suena un guijarro, que no se mueve una hoja, que el aire está
inmóvil y pesa sobre los hombros y parece que aplasta?
Al oir estas palabras el pastor, que caminaba delante de mà para
mostrarme la senda, se detuvo un poco, y fijando en los mÃos sus
asombrados ojos, como para conocer si me burlaba, exclamó con un
acento de buena fe pasmosa:--¡Que no le parezco á usted de edad
bastante para haberla conocido!
Sus camaradas, afectando la mayor gravedad, respondieron á la invitación
con un cómico saludo, y se encaminaron á la capilla mayor precedidos del
héroe de la fiesta, que al llegar á la escalinata se detuvo un
instante, y extendiendo la mano en dirección al sitio que ocupaba la
tumba, les dijo con la finura más exquisita:
--Tengo el placer de presentaros á la dama de mis pensamientos.
En la confusión de su
delirio, y sobre el revuelto oleaje de su pensamiento, flotaba, como el
único objeto salvado de un cataclismo, la idea fija del deseo que no
habÃa sido satisfecho; de aquella codiciada mula y de aquel suspirado
buey, que aun proseguÃan en estado de esperanza.{68-1}
El papá salió medio loco, corrió por las calles; pero en mitad de una de
ellas se detuvo y dijo: «¿Quién piensa ahora en figuras de nacimiento?»
Y corriendo de aquà para allÃ, subió escaleras, y tocó campanillas, y
abrió puertas sin reposar un instante, hasta que hubo juntado siete ú
ocho médicos, y les llevó á su casa.
50, note 2.]
Al llegar á la plaza de éste nombre se detuvo un momento, y volvió á
pasear la mirada á su alrededor.
VI
Casilda y el médico venido de Judea caminaban, caminaban, caminaban por
la tierra de los nazarenos, y al fin se detuvieron á la orilla de un
lago de aguas azules.
95
Todos se detuvieron contrariados.
_Dése el infinitivo de_ se detuvieron, derramándolas, sintió,
hicieron, dió, dijo.
--Una hermosa tarde en que todo parecÃa sonreir á nuestro alrededor,
en que el sol poniente encendÃa el ocaso y arrebolaba las nubes, y de
la tierra ligeramente húmeda se levantaban efluvios de vida y perfumes
de flores, dos amantes se detuvieron á la orilla del agua y al pie del
tronco que nos sostenÃa.
No te detengas[149] en ninguna
parte, para que estés de vuelta[150] antes que tu padre
venga a comer, desde el molino en donde trabaja.