despierto, -a, _adj.
Mira: puedes retirarte; pero asà que
apunte la primera luz del alba, no dejes de llamarme, aunque de seguro
estaré despierto.
Mordióse los labios el fraile, y al cabo de un momento dijo al
pastorcillo:
--Pareces muy despierto, y tal vez pudiera yo hacer algo por ti.
Me despierto y
suspiro y vuelvo a dormirme para ensoñar
hasta el dÃa de la verdad, que el oro,--capaz de
tantas locuras,--no podrá jamás comprar.
Mi buen hombre se restregaba los ojos, se palpaba el rostro, el pecho,
los brazos, las manos, para convencerse de que estaba realmente
despierto y en el uso cabal de todos sus sentidos y potencias.
Yo añado que ese sueño estaba
atravesado por un pensamiento huraño, siempre
despierto, de seres que han existido, y que mi
espÃritu no hubiera apercibido jamás si los
hubiera dejado pasar cerca de mi, bajo mi ensoñadora
pupila.
=despierto -a=, awake.
=despierto,= (wide-) awake, clever.
320.) It was in such a mood that he wrote this the most
painful of all his poems.]
LXVIII[1]
No sé lo que he soñado
En la noche pasada;
Triste, muy triste debió ser el sueño,
Pues despierto la angustia me duraba.
ind._
=despierta= _impv.
Fué a su cama, le sacudió y le dijo:
--PrÃncipe, despierta, yo soy tu esposa.
Ya no vais á los montes precedido de la ruidosa jaurÃa, ni el clamor
de vuestras trompas despierta sus ecos.
Andrade esculpe versos en el granito y despierta los ecos de los
cerros andinos haciéndolos vibrar con sus epÃtetos sonoros.
Cuando el viaje de su protector
le lleva a Londres, la escuela del dómine Brondeby es para él como un
lugar fantástico que despierta en su sér extrañas reminiscencias;
después, en la fuerza de su genio, el recuerdo de aquella morada y del
viejo profesor han de hacerle producir una de sus subyugadoras páginas.
Por hacerme partÃcipe de sus costumbres estas
pobres gentes,{174-1} hasta me despierta á mà al mismo tiempo que á
ellas el penetrante é intraducible grito de _¡apuyááá!_{175-1} con que
les llama, á las tres de la mañana en verano y á las cinco en invierno,
para ir á la mar, otro marinero que tiene por esta obligación algunos
gajes.
VenÃa en camisa, sin zapatos, trayendo una vela encendida y
puesta en su palmatoria de cobre, y con esa cara especial del hombre á
quien despiertan en lo mejor de su sueño.
Sus amplias y rectas calles, espléndidamente alumbradas
y limpias, sus sólidos edificios, los muchos bancos que
posee, asà como el movimiento de la gente, despiertan 10
siempre admiración.
Las
risotadas empiezan a ser ruidosas, sobre todo, cuando a otro que se ha
quedado dormido con la boca abierta, le introducen en ella un cabo de
tabaco, sin que lo sienta la vÃctima de _la maldad_; o bien cuando le
ponen un enorme sombrero de tres picos,[5] hecho de un periódico o, lo
atan con un pañuelo a la silla, y en seguida lo despiertan con
urgencia[6] haciendo que el hombre[7] se asuste, trate de levantarse, y
con la brusca sacudida impresa a la silla, caiga con ella boca abajo,[8]
causando grande estrépito; a cuyo ruido todas las mujeres que estaban
dormidas en el cuarto, se despiertan sobresaltadas creyendo nada menos
que[9] los techos se desploman.
¡Qué solemnes pensamientos despiertan esos acentos!
26, note 1.]
En las ráfagas del aire y confundido con los leves rumores de la
noche, creyó percibir un extraño rumor de voces delgadas, dulces y
misteriosas que hablaban entre sÃ, reian ó cantaban cada cual por su
parte y una cosa diferente, formando una algarabia tan ruidosa y
confusa como la de los pájaros que despiertan al primer rayo del sol
entre las frondas de una alameda.
Volverán del amor en tus oÃdos
Las palabras ardientes á sonar;[2]
Tu corazón de su profundo sueño
Tal vez despertará;
Pero mudo y absorto y de rodillas,
Como se adora á Dios ante su altar,
Como yo te he querido...
Volverán del amor en tus oÃdos
Las palabras ardientes á sonar;
Tu corazón de su profundo sueño
Tal vez despertará;
Pero mudo y absorto y de rodillas,
Como se adora á Dios ante su altar,
Como yo te he querido...
Por las mañanas nunca se despertaba hasta que me oÃa toser
ó moverme en la cama.
Pero cuando la noche tendÃa su sudario sobre
ese lugar como sobre todas las cosas, y se agregaba
el mÃstico viento murmurando su melodÃa,
entonces, ¡oh, entonces se despertaba
siempre en mà el terror por ese lago solitario!
Dos mesas de algarrobo indestructibles, que vienen pasando de mano en
mano[1] desde los tiempos en que no habÃa otra madera en San Juan que
los algarrobos de los campos, y algunas sillas de estructura desigual,
flanqueaban la sala, adornando las lisas murallas dos grandes cuadros al
óleo de Santo Domingo y San Vicente Ferrer, de malÃsimo pincel,[2] pero
devotÃsimos y heredados a causa del hábito domÃnico.[3] A poca distancia
de la puerta de entrada, elevaba su copa verdinegra la patriarcal
higuera, que sombreaba aún en mi infancia aquel telar de mi madre, cuyos
golpes y traqueteo de husos, pedales y lanzadera, nos despertaba antes
de salir el sol para anunciarnos que un nuevo dÃa llegaba, y con él, la
necesidad de hacer, por el trabajo, frente[4] a las necesidades.
Por las mañanas nunca se despertaba hasta que me oÃa toser
ó moverme en la cama.
Pero cuando la noche tendÃa su sudario sobre
ese lugar como sobre todas las cosas, y se agregaba
el mÃstico viento murmurando su melodÃa,
entonces, ¡oh, entonces se despertaba
siempre en mà el terror por ese lago solitario!
Dos mesas de algarrobo indestructibles, que vienen pasando de mano en
mano[1] desde los tiempos en que no habÃa otra madera en San Juan que
los algarrobos de los campos, y algunas sillas de estructura desigual,
flanqueaban la sala, adornando las lisas murallas dos grandes cuadros al
óleo de Santo Domingo y San Vicente Ferrer, de malÃsimo pincel,[2] pero
devotÃsimos y heredados a causa del hábito domÃnico.[3] A poca distancia
de la puerta de entrada, elevaba su copa verdinegra la patriarcal
higuera, que sombreaba aún en mi infancia aquel telar de mi madre, cuyos
golpes y traqueteo de husos, pedales y lanzadera, nos despertaba antes
de salir el sol para anunciarnos que un nuevo dÃa llegaba, y con él, la
necesidad de hacer, por el trabajo, frente[4] a las necesidades.
Fué la travesÃa--como al emigrar--plácida y hermosa, y al murmullo de
las olas del Atlántico, Sebastián, libre por vez primera de la diaria
esclavitud del trabajo, sintió que se despertaban en él extraños
anhelos, aspiraciones nuevas, vivas, en que reclamaba su parte alÃcuota
la imaginación.
Y despertó en el cielo.
Este ruido despertó a la niña.
à la mañana siguiente despertó y se echó por el mundo....
Entonces él despertó y dijo:
--¡Ingrata, no has tenido palabra!
of_ =despachar=
=despedida= _f._ farewell
=despertar= to awake
=despertó= _3 sing.
En este momento despertó el prÃncipe, le dió un abrazo y le
dijo:
--¡Ninguna ha de ser mi esposa sino tú!
Si volvÃa á casa más tarde que yo, entraba y se
acostaba con tal cautela, que nunca me despertó; si se retiraba más
temprano, me aguardaba leyendo para que pudiese acostarme sin temor de
hacer ruido.
à la mañana siguiente, el pastor que no quiso «espantar la suerte,» hizo
para el marqués de Torres-Nobles de Fuencar unas migas, y asà pudo este
noble señor comer caliente el primer dÃa que se despertó millonario.
175
Pero él no despertó y al dÃa siguiente la sacaron de allà y
ella se fue otra vez al jardÃn.
--Ahora veo á mi hija Manolita, que sale: también se ha despertado
Paquito...
¿Ó no se habrá despertado y
estará soñando tales absurdos?
Apenas le vió su camarada, salió á su encuentro para saludarle, y con él
se adelantaron casi todos los que á la sazón se encontraban en el
corrillo, en quienes habÃan despertado la curiosidad y la gana de
conocerle los pormenores que ya habÃan oÃdo referir acerca de su
carácter original y extraño.
Apenas le vió su camarada, salió á su encuentro para saludarle, y con
él se adelantaron casi todos los que á la sazón se encontraban en el
corrillo; en quienes habÃan despertado la curiosidad y la gana de
conocerle, los pormenores que ya habÃan oÃdo referir acerca de su
carácter original y extraño.
Le ofenderá Ud.,
no porque con ello despierte Ud.
De tu balcòn las persianas
Cerré ya, porque no entre
El resplandor enojoso
De la aurora, y te despierte ...
Le ofenderá Ud.,
no porque con ello despierte Ud.
De tu balcòn las persianas
Cerré ya, porque no entre
El resplandor enojoso
De la aurora, y te despierte ...
La comarca entera respiró en libertad durante algún tiempo, como si
despertara de una pesadilla.
Milton, _Paradise Lost_, book vi.]
* * * * *
I
La noche habÃa cerrado, y el viento gemÃa agitando las hojas de los
árboles, por entre cuyas frondosas ramas se deslizabs un suave rayo de
luna, cuando Teobaldo, incorporándose sobre el codo y restregándose
los ojos como si despertara de un profundo sueño, tendió alrededor una
mirada y se encontró en el mismo bosque donde hirió al jabalÃ, donde
cayó muerto su corcel; donde le dieron aquella fantástica cabalgadura
que le habÃa arrastrado á unas regiones desconocidas y misteriosas.
La comarca entera respiró en libertad durante algún tiempo, como si
despertara de una pesadilla.
Milton, _Paradise Lost_, book vi.]
* * * * *
I
La noche habÃa cerrado, y el viento gemÃa agitando las hojas de los
árboles, por entre cuyas frondosas ramas se deslizabs un suave rayo de
luna, cuando Teobaldo, incorporándose sobre el codo y restregándose
los ojos como si despertara de un profundo sueño, tendió alrededor una
mirada y se encontró en el mismo bosque donde hirió al jabalÃ, donde
cayó muerto su corcel; donde le dieron aquella fantástica cabalgadura
que le habÃa arrastrado á unas regiones desconocidas y misteriosas.
ind._
=despierta= _impv.
Fué a su cama, le sacudió y le dijo:
--PrÃncipe, despierta, yo soy tu esposa.
Ya no vais á los montes precedido de la ruidosa jaurÃa, ni el clamor
de vuestras trompas despierta sus ecos.
Andrade esculpe versos en el granito y despierta los ecos de los
cerros andinos haciéndolos vibrar con sus epÃtetos sonoros.
Cuando el viaje de su protector
le lleva a Londres, la escuela del dómine Brondeby es para él como un
lugar fantástico que despierta en su sér extrañas reminiscencias;
después, en la fuerza de su genio, el recuerdo de aquella morada y del
viejo profesor han de hacerle producir una de sus subyugadoras páginas.
Por hacerme partÃcipe de sus costumbres estas
pobres gentes,{174-1} hasta me despierta á mà al mismo tiempo que á
ellas el penetrante é intraducible grito de _¡apuyááá!_{175-1} con que
les llama, á las tres de la mañana en verano y á las cinco en invierno,
para ir á la mar, otro marinero que tiene por esta obligación algunos
gajes.
Le ofenderá Ud.,
no porque con ello despierte Ud.
De tu balcòn las persianas
Cerré ya, porque no entre
El resplandor enojoso
De la aurora, y te despierte ...