Ni uno solo cruza por aquÃ...
A veces el
camino está esculpido en la roca; otras, penetra por selvas espesÃsimas
o cruza dilatados desiertos de arena.
El más sombrio y triste
De los páramos cruza;
Valle de eternas nieves y de eternas
Melancólicas brumas.
Lucen los dos sus inocentes galas,
Y alegres sueñan en tan dulces lazos:
Él, que cruza sereno entre las balas;
Ella, que arrulla un niño entre sus brazos.
Pero el viajero que azorado cruza
la región no contempla sin espantos
que a los mortales ojos sus misterios
perennemente seguirán sellados,
asà lo quiere la Deidad sombrÃa
que tiene allà su imperio incontrastado.
Llámase _barco de la hora_ el primero, porque en este espacio de tiempo,
y hasta en cuarenta minutos algunos dÃas, si el viento es de popa, cruza
las tres leguas que median entre la antigua villa del Duque de Arcos y
la antigua ciudad de Hércules....
Sucedió á la sopa un cocido surtido de todas las sabrosas impertinencias
de este engorrosÃsimo, aunque buen plato: cruza por aquà la carne; por
allá la verdura; acá los garbanzos; allá el jamón; la gallina por
derecha; por medio el tocino; por izquierda los embuchados de
Extremadura.
--Pero aquel animal que cruza á lo lejos es muy grande y tiene cuatro
patas, y tú me dijiste que el hombre se parecÃa al mono.
¿Y rÃe y llora y aborrece y ama,
Y guarda un rastro del dolor y el gozo,
Semejante al que deja cuando cruza
El cielo un meteoro?
_Idem, canto XIV._]
IX
Más allá hirieron sus oÃdos con un estrépito discordante mil y mil
acentos ásperos y roncos, blasfemias, gritos de venganzas, cantares de
orgias, palabras lúbricas, maldiciones de la desesperación, amenazas
de impotencia y juramentos sacrÃleges de la impiedad.[1]
[Footnote 1: This conception of two distinct places in the other
world to which all good words and all evil words go and echo
eternally seems to be original with Becquer.]
Teobaldo atravesó el segundo cÃrculo con la rapidez que el meteoro
cruza el cielo en una tarde de verano, por no oir su voz que vibraba
allà sonante y atronadora, sobreponiéndose á las otras voces en media
de aquel concierto infernal.
De Cuzco el
ferrocarril nos lleva hasta Puno, sobre el lago Titicaca, a 12,500 pies
de elevación; cruzamos las aguas del lago en un vapor moderno, de mil
toneladas, que nos lleva a Guaqui, en la costa boliviana; y de allÃ
llegamos fácilmente en tren o diligencia a La Paz, teniendo a la vista
el Illimani.
Se acercan al rÃo, cruzan el puente entre un
redoble de cascos[1]; salen a una planada cubierta de árboles frutales,
en donde el rÃo Blanco y el rÃo Negro se encuentran, se abrazan,
confunden sus aguas en el estrépito de sus ondas.
Hay deseos que se
ahogan en nuestra alma de mujer, sin que los revele más que un
suspiro; ideas locas que cruzan por nuestra imaginación, sin que ose
formularlas el labio, fenómenos incomprensibles de nuestra naturaleza
misteriosa, que el hombre no puede ni aún concebir.
Dirá en su patria cuán feliz vive
el hombre aquÃ, y millares de familias cansadas de trabajar en tierras
ingratas ya, y ansiosas de paz y de orden, cruzarán los mares, besarán
el suelo hospitalario que las recibe con los brazos abiertos,
descuajarán unas pocas yugadas de terreno, fabricarán su albergue,
arrojarán los granos en los surcos, y, en breve, nunca más les faltará
el alimento.
Por
la noche, después de comer, como no habÃa peligro de ver á Teresa, la
cruzaba velozmente y sin echar una mirada á la casa.
Iluminada por el rojizo resplandor de la hoguera, y á través del confuso
velo que la embriaguez habÃa puesto delante de su vista, parecÃale que
la marmórea imagen se transformaba á veces en una mujer real; parecÃale
que entreabrÃa los labios como murmurando una oración; que se alzaba su
pecho como oprimido y sollozante; que cruzaba las manos con más fuerza;
que sus mejillas se coloreaban, en fin, como si se ruborizase ante aquel
sacrÃlego y repugnante espectáculo.
Iluminada por el rojizo resplandor de la hoguera, y á través del
confuso velo que la embriaguez habÃa puesto delante de su vista,
parecÃale que la marmórea imagen se transformaba áveces en una mujer
real; parecÃale que entreabrÃa los labios como murmurando una oración;
que se alzaba su pecho' como oprimido y sollozante; que cruzaba las
manos con más fuerza; que sus mejillas se coloreaban, en fin, como si
se ruborizase ante aquel sacrÃlego y repugnante espectáculo.
Por
la noche, después de comer, como no habÃa peligro de ver á Teresa, la
cruzaba velozmente y sin echar una mirada á la casa.
Iluminada por el rojizo resplandor de la hoguera, y á través del confuso
velo que la embriaguez habÃa puesto delante de su vista, parecÃale que
la marmórea imagen se transformaba á veces en una mujer real; parecÃale
que entreabrÃa los labios como murmurando una oración; que se alzaba su
pecho como oprimido y sollozante; que cruzaba las manos con más fuerza;
que sus mejillas se coloreaban, en fin, como si se ruborizase ante aquel
sacrÃlego y repugnante espectáculo.
Iluminada por el rojizo resplandor de la hoguera, y á través del
confuso velo que la embriaguez habÃa puesto delante de su vista,
parecÃale que la marmórea imagen se transformaba áveces en una mujer
real; parecÃale que entreabrÃa los labios como murmurando una oración;
que se alzaba su pecho' como oprimido y sollozante; que cruzaba las
manos con más fuerza; que sus mejillas se coloreaban, en fin, como si
se ruborizase ante aquel sacrÃlego y repugnante espectáculo.
Los transeuntes que
casualmente cruzaban lo hacÃan apresuradamente, arrebujados en sus capas
y tapándose con el paraguas.
Por
todas partes[138] cruzaban numerosas legiones de estos
animales, pequeños y grandes, desde los más dañinos
hasta los de más desagradable figura.
LAS HOJAS SECAS
El sol se habÃa puesto: las nubes, que cruzaban hechas jirones sobre
mi cabeza, iban á amontonarse unas sobre otras en el horizonte lejano.
Asà es que en los solemnes
dÃas de procesiones y oficios religiosos, cuando los frailes salÃan
juntos en comunidad y cruzaban grave y lentamente {114-2} plazas y
calles precedidos de estandartes, cantores y músicas, admirábase{114-3}
la gente devota de verlos tan lucios, gordos y colorados, á pesar de los
ayunos, maceraciones y cilicios que debÃan de sufrir, atribuyendo sus
esféricas panzas, bermejos rostros y anchos cogotes á la influencia y
acción de la divina gracia, tranquilidad de conciencia y justo galardón
de evangélicas virtudes.
=casualmente=, by chance; =casualmente cruzaban=, happened to pass by.
--Ahora verá Ud.[4] Antes de que se inventaran los procedimientos de
refrigeración que hace posible la exportación de carne helada y
congelada, los criadores sudamericanos sólo se interesaban en la
producción de lana, y a fin de mejorar gradualmente la calidad de ésta,
cruzaban sus ovejas criollas con reproductores merinos.
Pensando en lo que habÃa
de decir á mis colegas cuando me viese entre ellos, y en el modo mejor
de explicarles la causa del fracaso, crucé la plaza del Rey y entré en
la calle de las Infantas.
DREAMLAND
I
En una senda abandonada y triste
que recorren tan sólo ángeles malos,
una extraña Deidad la negra Noche
ha erigido su trono solitario;
allà llegué una vez; crucé atrevido
de Thule ignota los contornos vagos
y al Reino entré que extiende sus confines
fuera del Tiempo y fuera del Espacio.
cruzó la calzada para comprar algunas
provisiones, dejando sola á su hijita en la torre del faro.
Una idea
cruzó por la mente de Pablo, y descolgando la escopeta de la grupa, se
dijo:--Este perro rabia.
Entonces cruzó por mi mente la sospecha de{3-2} que estaban borrachos, y
recobrándome, exclamé con fuerza:
--¡Fuera, canalla!
De Cuzco el
ferrocarril nos lleva hasta Puno, sobre el lago Titicaca, a 12,500 pies
de elevación; cruzamos las aguas del lago en un vapor moderno, de mil
toneladas, que nos lleva a Guaqui, en la costa boliviana; y de allÃ
llegamos fácilmente en tren o diligencia a La Paz, teniendo a la vista
el Illimani.
Acabaron de subir la escalera, cruzaron una extensa galerÃa y se
detuvieron cuchicheando ante la puerta del Padre Prior.
Colocaron dentro á Celinina, sosteniendo su cabeza en
preciosa y blanda almohada, para que no estuviese en postura violenta, y
después que la acomodaron bien en su fúnebre lecho, cruzaron sus
manecitas, atándolas con una cinta, y entre ellas pusiéronle un ramo de
rosas blancas, tan hábilmente hechas por el artista, que parecÃan hijas
del mismo Abril.
Miraculous tales are
related of several of the images of Christ in Toledo, of the _Cristo
de la Luz_, of the _Cristo de la Vega_, and others, as well as of
the image we have to deal with here.]
Los caballeros, después de saludar respetuosamente la imagen de
Cristo, quitándose los birretes y murmurando en voz baja una corta
oración, reconocieron el terreno con una ojeada, echaron á tierra sus
mantos, y apercibiéndose mutuamente para el combate y dándose la señal
con un leve movimiento de cabeza, cruzaron los estoques.
no ha dejado de observar, sin duda, que a consecuencia de la guerra,
gran parte de los tÃtulos de esas mismas empresas han cruzado el océano.
Le complacà y penetramos en un
patio cuadrado, con las tapias blanqueadas, y en el que se observaban
algunas cruces de piedra ó de madera, leyéndose sobre lápidas mortuorias
varias inscripciones un tanto confusas.
En los anchurosos patios, alrededor de inmensas hogueras, y
diseminados sin orden ni concierto, se veÃa una abigarrada multitud de
pajes, soldados, ballesteros y gente menuda, quienes, éstos aderezando
sus corceles y sus armas y disponiendolos para el combate; aquéllos
saludando con gritos ó blasfemias las inesperadas vueltas de la
fortuna, personificad a en los dados del cubilete, los otros
repitiendo en coro el refrán de un romance de guerra, que entonaba un
juglar acompañado de la guzla; los de más allá comprando á un romero
conchas,[2] cruces y cintas tocadas en el sepulcro de Santiago,[3] ó
riendo con locas carcajadas de los chistes de un bufón, ó ensayando en
los clarines el aire bélico para entrar en la pelea, propio de sus
señores, ó refiriendo antiguas historias de caballerÃas ó aventuras de
amor, ó milagros recientemente acaecidos, formaban un infernal y
atronador conjunto imposible de pintar con palabras.
Ni uno solo cruza por aquÃ...
A veces el
camino está esculpido en la roca; otras, penetra por selvas espesÃsimas
o cruza dilatados desiertos de arena.
El más sombrio y triste
De los páramos cruza;
Valle de eternas nieves y de eternas
Melancólicas brumas.
Lucen los dos sus inocentes galas,
Y alegres sueñan en tan dulces lazos:
Él, que cruza sereno entre las balas;
Ella, que arrulla un niño entre sus brazos.
Pero el viajero que azorado cruza
la región no contempla sin espantos
que a los mortales ojos sus misterios
perennemente seguirán sellados,
asà lo quiere la Deidad sombrÃa
que tiene allà su imperio incontrastado.
Llámase _barco de la hora_ el primero, porque en este espacio de tiempo,
y hasta en cuarenta minutos algunos dÃas, si el viento es de popa, cruza
las tres leguas que median entre la antigua villa del Duque de Arcos y
la antigua ciudad de Hércules....
Sucedió á la sopa un cocido surtido de todas las sabrosas impertinencias
de este engorrosÃsimo, aunque buen plato: cruza por aquà la carne; por
allá la verdura; acá los garbanzos; allá el jamón; la gallina por
derecha; por medio el tocino; por izquierda los embuchados de
Extremadura.
--Pero aquel animal que cruza á lo lejos es muy grande y tiene cuatro
patas, y tú me dijiste que el hombre se parecÃa al mono.
¿Y rÃe y llora y aborrece y ama,
Y guarda un rastro del dolor y el gozo,
Semejante al que deja cuando cruza
El cielo un meteoro?
_Idem, canto XIV._]
IX
Más allá hirieron sus oÃdos con un estrépito discordante mil y mil
acentos ásperos y roncos, blasfemias, gritos de venganzas, cantares de
orgias, palabras lúbricas, maldiciones de la desesperación, amenazas
de impotencia y juramentos sacrÃleges de la impiedad.[1]
[Footnote 1: This conception of two distinct places in the other
world to which all good words and all evil words go and echo
eternally seems to be original with Becquer.]
Teobaldo atravesó el segundo cÃrculo con la rapidez que el meteoro
cruza el cielo en una tarde de verano, por no oir su voz que vibraba
allà sonante y atronadora, sobreponiéndose á las otras voces en media
de aquel concierto infernal.