=conducir=, (_pres._ =conduzco=, _past abs._
=conduje=), to conduct, lead.
abrà la
puerta que conduce á la tribuna....
VARIANT: =El zaguán, que conduce al
_hall_, sigue a la puerta=.
Todos van 30
con ella; pero ella los conduce a su cubil.
sigue el zaguán, que conduce al _hall_.=
Note the inverted construction.
of_ =concluir=
=conde= _m._ count
=condición= _f._ condition;
_pl._ conditions, terms
=conduce= _3 sing.
El asta y los brazos son de hierro; la redonda base en que se apoya,
de mármol, y la escalinata que á ella conduce, de obscuros y mal
unidos fragmentos de sillerÃa.
Aún testifican la verdad de mi relación algunas informes ruinas que,
cubiertas de jaramago y musgo, se alcanzan á ver sobre su cumbre desde
el camino que conduce á este pueblo.
Aquà tomamos un tren que en ocho horas nos conduce a Guatemala la Nueva,
capital de[42] la república, después de cruzar una fertilÃsima región
montañosa en la que abunda toda suerte de[43] plantas silvestres y
árboles de riquÃsimas maderas.
El más horrible y áspero
De los senderos busca;
Las huellas de unos pies ensangrentados
Sobre la roca dura;
Los despojos de un alma hecha jirones
En las zarzas agudas;
Te dirán el camino
Que conduce á mi cuna.[2]
¿Adónde voy?
Allà se ha generalizado, desde hace
algunos años, la casa de estilo marcadamente parisiense, y de aquÃ
que[99] se la designe con el nombre francés de «petit hôtel.» A la
puerta exterior principal que da a[100] la calle, sigue el zaguán, que
conduce al _hall_,[101] palabra[102] muy corriente en el RÃo de la Plata
desde que los nuevos tipos de edificación han comenzado a reemplazar a
los antiguos.
But a knowledge of Spanish alone will not conduce toward the realization
of the Pan-American ideal, either in the material or moral sense,
unless that knowledge is used as the touchstone toward that deeper and
more vital understanding of the social status, ideals and aspirations of
"the other Americans."
The usual text-book in Spanish dwells upon the achievements, character
and ideals of the Spanish nation and it reveals to the student a
wonderful people and a marvelous field of human activity.
III
Ya hacÃa largo rato que los pacÃficos habitantes de Toledo habÃan
cerrado con llave y cerrojo las pesadas puertas de sus antiguos
caserones; la campana gorda de la catedral anunciaba la hora de la
queda, y en lo alto del alcázar, convertido en cuartel, se oÃa el último
toque de silencio de los clarines, cuando diez ó doce oficiales que poco
á poco habÃan ido reuniéndose en el Zocodover, tomaron el camino que
conduce desde aquel punto al convento en que se alojaba el capitán,
animados más con la esperanza de apurar las prometidas botellas, que con
el deseo de conocer la maravillosa escultura.
III
Ya hacÃa largo rato que los pacÃficos habitantes de Toledo habÃan
cerrado con llave y cerrojo las pesadas puertas de sus antiguos
caserones; la campana gorda de la catedral anunciaba la hora de la
queda, y en lo alto del alcázar, convertido en cuartel, se oÃa el
ultimo toque de silencio de los clarines, cuando diez ó doce oficiales
que poco á poco habÃan ido reuniéndose en el Zocodover, tomaron el
camino que conduce desde aquel punto al convento en que se alojaba el
capitán, animados más con la esperanza de apurar las prometidas
botellas, que con el deseo de conocer la-maravillosa escultura.
--Porque esa trocha, prosiguió el montero, conduce á la fuente de los
Alamos; la fuente de los Ãlamos, en cuyas aguas habita un espÃritu del
mal.
1433) being a most dangerous claimant of the crown of Aragon.]
à la derecha del tortuoso sendero que conduce á este punto, remontando
la corriente del rÃo, y siguiendo sus curvas y frondosas márgenes, se
encuentra una cruz.
La eterna soledad, el eterno
silencio viven en aquellas regiones, que conducen al misterioso
santuario del Señor.
Yo vengo un
dÃa y otro en tu busca, y ni veo el corcel que te trae á estos
lugares, ni á los servidores que conducen tu litera.
En esta conformidad se encontraban las
cosas en la población donde tuvo lugar el suceso que voy á referir,
cuando, una noche, ya á hora hastante avanzada, envueltos en sus
obscures capotes de guerra y ensordeciendo las estrechas y solitarias
calles que conducen desde la Puerta del Sol[4] á Zocodover,[5] con el
choque de sus armas y el ruidoso golpear de los cascos de sus corceles
que sacaban chispas de los pedernales, entraron en la ciudad hasta
unos cien dragones de aquellos altos, arrogantes y fornidos, de que
todavÃa nos hablan con admiración nuestras abuelas.
En esta conformidad se encontraban las cosas en la población
donde tuvo lugar el suceso que voy á referir, cuando una noche, ya á
hora bastante avanzada, envueltos en sus obscuros capotes de guerra y
ensordeciendo las estrechas y solitarias calles que conducen desde la
Puerta del Sol{145-4} á Zocodover,{145-5} con el choque de sus armas y
el ruidoso golpear de los cascos de sus corceles que sacaban chispas de
los pedernales, entraron en la ciudad hasta unos cien dragones de
aquellos altos, arrogantes y fornidos, de que todavÃa nos hablan con
admiración nuestras abuelas.
28.--EL DÃA DE MUERTOS[1] EN MI PUEBLO
En los hogares del pobre, en las calles y plazas de mi pueblo, en los
senderos que conducen a la huerta y a la montaña, hay, antes de llegar
el dÃa de Muertos, un movimiento inusitado y extraordinario: DirÃase que
se prepara una gran fiesta en la cual deben tomar parte todos los
corazones.
Cuando el más ágil de los lebreles llegó á las
carrascas jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo,
rápido como una saeta, las habÃa salvado de un solo brinco,
perdiéndose entre los matorrales de una trocha, que conducÃa á la
fuente.
Luego, poco á poco fué cesando el ruido y la animación; los vidrios de
colores de las altas ojivas del palacio dejaron de brillar; atravesó
por entre los apiñados grupos la última cabalgata; la gente del pueblo
á su vez comenzó á dispersarse en todas direcciones, perdiéndose entre
las sombras del enmarañado laberinto de calles obscuras, estrechas y
torcidas,[1] y ya no turbaba el profundo silencio de la noche más que
el grito lejano de vela de algún guerrero, el rumor de los pasos de
algún curioso que se retiraba el último, ó el ruido que producÃan las
aldabas de algunas puertas al cerrarse, cuando en lo alto de la
escalinata que conducÃa á la plataforma del palacio apareció un
caballero, el cual, después de tender la vista por todos lados como
buscando á alguien que debÃa esperarle, descendió lentamente hasta la
cuesta del alcázar, por la que se dirigie hacia el Zocodover.
42, note 1.]
En efecto, era asÃ, pues á poco de haberse oÃdo la esquililla,
empezaron á saltar por entre las apiñadas matas de cantueso y tomillo,
y á descender á la orilla opuesta del riachuelo, hasta unos cien
corderos, blancos como la nieve, detrás de los cuales, con su caperuza
calada para libertarse la cabeza de los perpendiculares rayos del sol,
y su atillo al hombro en la punta de un palo, apareció el zagal que
los conducÃa.
Cuando el más ágil de los lebreles llegó á las
carrascas jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo,
rápido como una saeta, las habÃa salvado de un solo brinco,
perdiéndose entre los matorrales de una trocha, que conducÃa á la
fuente.
Luego, poco á poco fué cesando el ruido y la animación; los vidrios de
colores de las altas ojivas del palacio dejaron de brillar; atravesó
por entre los apiñados grupos la última cabalgata; la gente del pueblo
á su vez comenzó á dispersarse en todas direcciones, perdiéndose entre
las sombras del enmarañado laberinto de calles obscuras, estrechas y
torcidas,[1] y ya no turbaba el profundo silencio de la noche más que
el grito lejano de vela de algún guerrero, el rumor de los pasos de
algún curioso que se retiraba el último, ó el ruido que producÃan las
aldabas de algunas puertas al cerrarse, cuando en lo alto de la
escalinata que conducÃa á la plataforma del palacio apareció un
caballero, el cual, después de tender la vista por todos lados como
buscando á alguien que debÃa esperarle, descendió lentamente hasta la
cuesta del alcázar, por la que se dirigie hacia el Zocodover.
42, note 1.]
En efecto, era asÃ, pues á poco de haberse oÃdo la esquililla,
empezaron á saltar por entre las apiñadas matas de cantueso y tomillo,
y á descender á la orilla opuesta del riachuelo, hasta unos cien
corderos, blancos como la nieve, detrás de los cuales, con su caperuza
calada para libertarse la cabeza de los perpendiculares rayos del sol,
y su atillo al hombro en la punta de un palo, apareció el zagal que
los conducÃa.
Los cuatro caminos conducÃan a cuatro ciudades muy hermosas, adonde
llegaron los hermanos y cada uno en su ciudad buscó quehacer
inmediatamente.
Después vino con
unas preciosas ovejas, á quien{66-1} conducÃan gallardos pastores, y
luego se hizo acompañar de{66-2} unas lavanderas que lavaban, y de un
choricero que vendÃa chorizos, y de un Rey Mago negro,{66-3} al cual
sucedió otro de barba blanca y corona de oro.
=conduje=, _etc._, _from_ =conducir=.
=conduje=, =-iste=, =-o=, _etc._, _pret.
=conducir=, (_pres._ =conduzco=, _past abs._
=conduje=), to conduct, lead.
Y le condujo hasta sentarle delante del piano.
III
¿Qué hado extraño
(¿fué ventura, fué desgracia?)
me condujo
aquella noche hasta el parque de las rosas que exhalaban
los suspiros perfumados
de su alma?
Todos siguieron, en afanoso tropel, al
flautista, que los guió y condujo a un sitio muy lejano 15
de la ciudad, tan lejano que no habÃa miedo
de que pudiesen volver por sà mismos.
Mientras esto decÃa el montero, Constanza, que asà se llamaba la
hermosa hija de don DionÃs, se habÃa aproximado al grupo de los
cazadores, y como demostrase su curiosidad por conocer la
extraordinaria historia de Esteban, uno de éstos se adelantó hasta el
sitio en donde el zagal daba de beber á su ganado, y le condujo á
presencia de su señor, que para disipar la turbación y el visible
encogimiento del pobre mozo, se apresuro á saludarle por su nombre,
acompañando el saludo con una bondadosa sonrisa.
¿A dónde condujo el hombre los ratones?
Entonces le condujeron ante el Cadà para que lo 10
juzgara; pero después de un examen muy detenido no
resultó nada en contra del[69] derviche.
¿Por qué condujeron los comerciantes al derviche ante el Cad�
Pero, sembramos y tenemos
trigo, y de noche, cuando, regresamos de la era tras del arado podemos
bendecir al AltÃsimo porque nos ha conducido fuera de Rusia, donde
éramos odiados y vivÃamos perseguidos y pobres.
=condujera=, _from_ =conducir=.
5
Buscando un pasaje que condujera al Océano PacÃfico,
el navegante español Juan de SolÃs descubrió el RÃo de
la Plata en 1516.
=condujera=, _from_ =conducir=.
5
Buscando un pasaje que condujera al Océano PacÃfico,
el navegante español Juan de SolÃs descubrió el RÃo de
la Plata en 1516.
abrà la
puerta que conduce á la tribuna....
VARIANT: =El zaguán, que conduce al
_hall_, sigue a la puerta=.
Todos van 30
con ella; pero ella los conduce a su cubil.
sigue el zaguán, que conduce al _hall_.=
Note the inverted construction.
of_ =concluir=
=conde= _m._ count
=condición= _f._ condition;
_pl._ conditions, terms
=conduce= _3 sing.
El asta y los brazos son de hierro; la redonda base en que se apoya,
de mármol, y la escalinata que á ella conduce, de obscuros y mal
unidos fragmentos de sillerÃa.
Aún testifican la verdad de mi relación algunas informes ruinas que,
cubiertas de jaramago y musgo, se alcanzan á ver sobre su cumbre desde
el camino que conduce á este pueblo.
Aquà tomamos un tren que en ocho horas nos conduce a Guatemala la Nueva,
capital de[42] la república, después de cruzar una fertilÃsima región
montañosa en la que abunda toda suerte de[43] plantas silvestres y
árboles de riquÃsimas maderas.
El más horrible y áspero
De los senderos busca;
Las huellas de unos pies ensangrentados
Sobre la roca dura;
Los despojos de un alma hecha jirones
En las zarzas agudas;
Te dirán el camino
Que conduce á mi cuna.[2]
¿Adónde voy?
Allà se ha generalizado, desde hace
algunos años, la casa de estilo marcadamente parisiense, y de aquÃ
que[99] se la designe con el nombre francés de «petit hôtel.» A la
puerta exterior principal que da a[100] la calle, sigue el zaguán, que
conduce al _hall_,[101] palabra[102] muy corriente en el RÃo de la Plata
desde que los nuevos tipos de edificación han comenzado a reemplazar a
los antiguos.
But a knowledge of Spanish alone will not conduce toward the realization
of the Pan-American ideal, either in the material or moral sense,
unless that knowledge is used as the touchstone toward that deeper and
more vital understanding of the social status, ideals and aspirations of
"the other Americans."
The usual text-book in Spanish dwells upon the achievements, character
and ideals of the Spanish nation and it reveals to the student a
wonderful people and a marvelous field of human activity.
III
Ya hacÃa largo rato que los pacÃficos habitantes de Toledo habÃan
cerrado con llave y cerrojo las pesadas puertas de sus antiguos
caserones; la campana gorda de la catedral anunciaba la hora de la
queda, y en lo alto del alcázar, convertido en cuartel, se oÃa el último
toque de silencio de los clarines, cuando diez ó doce oficiales que poco
á poco habÃan ido reuniéndose en el Zocodover, tomaron el camino que
conduce desde aquel punto al convento en que se alojaba el capitán,
animados más con la esperanza de apurar las prometidas botellas, que con
el deseo de conocer la maravillosa escultura.
III
Ya hacÃa largo rato que los pacÃficos habitantes de Toledo habÃan
cerrado con llave y cerrojo las pesadas puertas de sus antiguos
caserones; la campana gorda de la catedral anunciaba la hora de la
queda, y en lo alto del alcázar, convertido en cuartel, se oÃa el
ultimo toque de silencio de los clarines, cuando diez ó doce oficiales
que poco á poco habÃan ido reuniéndose en el Zocodover, tomaron el
camino que conduce desde aquel punto al convento en que se alojaba el
capitán, animados más con la esperanza de apurar las prometidas
botellas, que con el deseo de conocer la-maravillosa escultura.
--Porque esa trocha, prosiguió el montero, conduce á la fuente de los
Alamos; la fuente de los Ãlamos, en cuyas aguas habita un espÃritu del
mal.
1433) being a most dangerous claimant of the crown of Aragon.]
à la derecha del tortuoso sendero que conduce á este punto, remontando
la corriente del rÃo, y siguiendo sus curvas y frondosas márgenes, se
encuentra una cruz.