exclamó Teobaldo al oirle; déjame en
paz; ó ya que no he encontrado una sola pieza durante el dÃa, te
suelto mis perros y te cazo como á un jabalà para distraerme.
Celedonio y doña Rita bailaban con mil zapatetas; Jacinto,
abrazado á una silla, valsaba rauda y amorosamente; Pepa herÃa con el
rabo de un cazo la sartén, haciendo desapacible música, y el capataz,
tendido en el suelo, se revolcaba, gritando ó mejor dicho aullando
salvajemente: «¡Viva la Virgen!» Apenas divisaron al marqués, aquellos
locos se lanzaron á él con los brazos abiertos, y sin que fuese poderoso
á evitarlo, lo alzaron en volandas, y cantando y danzando y echándoselo
unos á otros como pelota de goma, lo pasearon por toda la cocina, hasta
que, viéndole furioso, lo dejaron en el suelo; y aun fué peor entonces,
pues la cocinera Pepa, cogiéndole por el talle, quieras no quieras le
arrastró en vertiginosa danza mientras el capataz, presentándole una
botella de vino, se empeñaba en que probase un trago, asegurando que el
licor era exquisito, cosa que él sabÃa á ciencia cierta por haber
trasegado á su estómago casi toda la sangre de la botella.
=cazo=, _m._, dipper, ladle.
a caza, y verá Vd.
VARIANT: =Donde se les da caza= (or =se les caza=).
Aquà en la caza hase mucho calor_; en lugar de: SÃ, chico,
sÃ.
Al otro dÃa fueron a caza y toparon
con unas grullas que estaban todas sobre un pie.
caza, _f._, chase, hunt; andar á -- de, to go in pursuit of; to go
hunting (_or_ seeking); salir de --, to go hunting.
Y cuando
la noche obscurece y voivéis pálido y fatigado al castillo, en balde
busco en la bandolera los despojos de la caza.
bobos,
Que sois de los salones
Comadres de buen tono,
Y andáis por allà á caza
De galantes embrollos;
¡Que historia habéis perdido!
Azuzad
la jaurÃa, dadme el venablo, tocad el _alali_ en vuestras trompas, que
vamos á darle caza á este imbécil, aunque se suba á los retablos de
sus altares.
Me dediqué á la caza, estudié un tanto la botánica, y asà se
pasó un mes, durante el cual llegué á reconciliarme con mi tÃa, con el
pueblo y con sus moradores.
Cuando al despuntar la mañana me veÃas tomar la ballesta y dirigirme
al monte, no fué nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la
caza, no; iba á sentarme al borde de la fuente, á buscar en sus ondas
...
Los puestos de carne venden la de vaca, ternera,
cordero, carnero, cerdo o chancho y, además, grasa y tocino; también
aves, como gallinas, pollos, perdices, pavos, patos, gansos, y a veces
hasta los productos de la caza, como liebres y conejos.
Donde no se les molesta, se acercan a las
habitaciones campestres y no huyen de la gente de a pie[4]; pero donde
se acostumbra darles caza,[5] son en extremo ariscas, y huyen con tanta
velocidad que aun con buenos caballos es dificultoso alcanzarlas.
Por su mano se entretenÃa en afilar en los ratos de ocio las agudas
saetas de su ballesta de marfil; él domaba los potros que habÃa de
montar su señora; él ejercitaba en los ardides de la caza á sus
lebreles favorites y amaestraba á sus halcones, á los cuales compraba
en las ferias de Castilla[1] caperuzas rojas bordadas de oro.
Acometen a los rebaños de ovejas y cabras, y no pocas veces dan
caza a los becerros, cuando los encuentran separados de sus madres, lo
cual hacen[2] juntándose algunos de ellos; porque precipitándose
entonces de improviso sobre el becerro, le rodean con las alas abiertas,
le pican los ojos para que no pueda huir, y le destrozan en un momento.
XI.--LA CAZA Y SUS PRODUCTOS
_Uses of the =Preterite Indicative= and =Imperfect=_
--El interés que mis hermanos[1] y yo demostramos por la caza nos viene
quizá por herencia,[2] pues nuestro padre pasó una gran parte de su vida
en Sud América, cazando animales salvajes que desolló más de una vez con
sus propias manos.[3] Nos decÃa que las selvas allà son muy espesas y
que la lucha entre las especies animales hace su caza difÃcil.
Como á esta sazón notase don DionÃs que entre unas y otras las horas
del calor eran ya pasadas y el vientecillo de la tarde comenzaba á
mover las hojas de los chopos y á refrescar los campos, dió orden á su
comitiva para que aderezasen las caballerÃas que andaban paciendo
sueltas por el inmediato soto; y cuando todo estuvo á punto, hizo seña
á los unos para que soltasen las traÃllas, y á los otros para que
tocasen las trompas, y saliendo en tropel de la chopera, prosiguió
adelante la interrumpida caza.
III
Un dÃa en que salió de caza, y que, como era su costumbre, hizo entrar
á guarecerse de la lluvia á toda su endiablada comitiva de pajes
licenciosos, arqueros desalmados y siervos envilecidos, con perros,
caballos y gerifaltes, en la iglesia de una aldea de sus dominios, un
venerable sacerdote, arrostrando su cólera y sin temer los violentos
arranques de su carácter impetuoso, le conjuro en nombre del cielo y
llevando una hostia consagrada en sus manos, á que abandonase aquel
lugar y fuese á pie y con un bordón de romero á pedir al Papa la
absolución de sus culpas.
Los caballeros arrojaban a manos
llenas[13] cartuchos de confites, y ahà era el gritar y manotear de los
chicuelos, que estaban a[14] los desperdicios, lanzándose en masa sobre
la vereda cuando algún cartucho no llegaba a su destino, empujándose,
pateándose por agarrar la codiciada presa, mientras los jugadores hacÃan
toda clase de esfuerzos para barajar las coronas que en cambio de los
confites les llovÃan, retribuyendo ellos todavÃa el obsequio con cajas
especiales, de antemano destinadas a fulana y a zutana, a quienes las
enviaban por medio de sus sirvientes, no atreviéndose a correr el albur
de que[15] al arrojarlas cayesen entre la turba multa[16] de arrapiezos
que andaban a caza de[17] gangas.
Por las extensas galerÃas que se prolongaban á lo lejos formando un
intrincado laberinto de pilastras esbeltas y ojivas caladas y ligeras
como el encaje, por los espaciosos salones vestidos de tapices, donde
la seda y el oro habÃan representado, con mil colores diversos,
escenas de amor, de caza y de guerra, y adornados con trofeos de armas
y escudos, sobre los cuales vertÃan un mar de chispeante luz un
sinnúmero de lámparas y candelabros de bronce, plata y oro, colgadas
aquéllas de las altÃsimas bóvedas, y enclavados éstos en los gruesos
sillares de los muros; por todas partes á donde se volvÃan los ojos,
se veÃan oscilar y agitarse en distintas direcciones una nube de damas
hermosas con ricas vestiduras, chapadas en oro, redes de perlas
aprisionando sus rizos, joyas de rubÃes llameando sobre su seno,
plumas sujetas en vaporoso cerco á un mango de marfil, colgadas del
puño, y rostrillos de 'blancos encajes, que acariciaban sus mejillas,
ó alegres turbas de galanes con talabartes de terciopelo, justillos de
brocado y calzas de seda, borceguÃes de tafilete, capotillos de mangas
perdidas y caperuza, puñales con pomo de filigrana y estoques de
corte, bruñidos, delgados y ligeros.
=caza=, _f._, hunt.
=caza=, _f._, hunting.
[17] =a caza de,= _in search of_ (_lucky_ "_finds_").
[5] =donde se acostumbra darles caza,= _where they are usually hunted_.
--La caza de los animales nombrados es más activa en el Perú, Bolivia,
Chile y Argentina, asà como también en el Brasil.
36.--EL LLANERO[1]
Sus ocupaciones principales son la crianza y pastoreo de los ganados, la
pesca y la caza; si bien[2] algunos cultivan pequeñas porciones de
terreno para obtener raÃces comestibles.
10, note 1.]
--Por una parte vuestras continuas excursiones, y por otra el dale que
le das de los cazadores furtivos, que ya con trampa ó con ballesta no
dejan res á vida en veinte jornadas al contorno, habÃan no hace mucho
agotado la caza en estos montes, hasta el extremo de no encontrarse un
venado en ellos ni por un ojo de la cara.
47, note 1).]
LA CORZA BLANCA
I
En un pequeño lugar[1] de Aragón,[1] y allá por los años de mil
trescientos y pico, vivÃa retirado en su torre señorial un famoso
caballero llamado don DionÃs, el cual, después de haber servido á su
rey[3] en la guerra contra infieles, descansaba á la sazón, entregado
al alegre ejercicio de la caza, de las rudas fatigas de los combates.
--¡Pues qué![8] ¿No se elaboran las pieles de los animales que se cazan?
a caza, y verá Vd.
VARIANT: =Donde se les da caza= (or =se les caza=).
Aquà en la caza hase mucho calor_; en lugar de: SÃ, chico,
sÃ.
Al otro dÃa fueron a caza y toparon
con unas grullas que estaban todas sobre un pie.
caza, _f._, chase, hunt; andar á -- de, to go in pursuit of; to go
hunting (_or_ seeking); salir de --, to go hunting.
Y cuando
la noche obscurece y voivéis pálido y fatigado al castillo, en balde
busco en la bandolera los despojos de la caza.
bobos,
Que sois de los salones
Comadres de buen tono,
Y andáis por allà á caza
De galantes embrollos;
¡Que historia habéis perdido!
Azuzad
la jaurÃa, dadme el venablo, tocad el _alali_ en vuestras trompas, que
vamos á darle caza á este imbécil, aunque se suba á los retablos de
sus altares.
Me dediqué á la caza, estudié un tanto la botánica, y asà se
pasó un mes, durante el cual llegué á reconciliarme con mi tÃa, con el
pueblo y con sus moradores.
Cuando al despuntar la mañana me veÃas tomar la ballesta y dirigirme
al monte, no fué nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la
caza, no; iba á sentarme al borde de la fuente, á buscar en sus ondas
...
Los puestos de carne venden la de vaca, ternera,
cordero, carnero, cerdo o chancho y, además, grasa y tocino; también
aves, como gallinas, pollos, perdices, pavos, patos, gansos, y a veces
hasta los productos de la caza, como liebres y conejos.
Donde no se les molesta, se acercan a las
habitaciones campestres y no huyen de la gente de a pie[4]; pero donde
se acostumbra darles caza,[5] son en extremo ariscas, y huyen con tanta
velocidad que aun con buenos caballos es dificultoso alcanzarlas.
Por su mano se entretenÃa en afilar en los ratos de ocio las agudas
saetas de su ballesta de marfil; él domaba los potros que habÃa de
montar su señora; él ejercitaba en los ardides de la caza á sus
lebreles favorites y amaestraba á sus halcones, á los cuales compraba
en las ferias de Castilla[1] caperuzas rojas bordadas de oro.
Acometen a los rebaños de ovejas y cabras, y no pocas veces dan
caza a los becerros, cuando los encuentran separados de sus madres, lo
cual hacen[2] juntándose algunos de ellos; porque precipitándose
entonces de improviso sobre el becerro, le rodean con las alas abiertas,
le pican los ojos para que no pueda huir, y le destrozan en un momento.
XI.--LA CAZA Y SUS PRODUCTOS
_Uses of the =Preterite Indicative= and =Imperfect=_
--El interés que mis hermanos[1] y yo demostramos por la caza nos viene
quizá por herencia,[2] pues nuestro padre pasó una gran parte de su vida
en Sud América, cazando animales salvajes que desolló más de una vez con
sus propias manos.[3] Nos decÃa que las selvas allà son muy espesas y
que la lucha entre las especies animales hace su caza difÃcil.
Como á esta sazón notase don DionÃs que entre unas y otras las horas
del calor eran ya pasadas y el vientecillo de la tarde comenzaba á
mover las hojas de los chopos y á refrescar los campos, dió orden á su
comitiva para que aderezasen las caballerÃas que andaban paciendo
sueltas por el inmediato soto; y cuando todo estuvo á punto, hizo seña
á los unos para que soltasen las traÃllas, y á los otros para que
tocasen las trompas, y saliendo en tropel de la chopera, prosiguió
adelante la interrumpida caza.
III
Un dÃa en que salió de caza, y que, como era su costumbre, hizo entrar
á guarecerse de la lluvia á toda su endiablada comitiva de pajes
licenciosos, arqueros desalmados y siervos envilecidos, con perros,
caballos y gerifaltes, en la iglesia de una aldea de sus dominios, un
venerable sacerdote, arrostrando su cólera y sin temer los violentos
arranques de su carácter impetuoso, le conjuro en nombre del cielo y
llevando una hostia consagrada en sus manos, á que abandonase aquel
lugar y fuese á pie y con un bordón de romero á pedir al Papa la
absolución de sus culpas.
Los caballeros arrojaban a manos
llenas[13] cartuchos de confites, y ahà era el gritar y manotear de los
chicuelos, que estaban a[14] los desperdicios, lanzándose en masa sobre
la vereda cuando algún cartucho no llegaba a su destino, empujándose,
pateándose por agarrar la codiciada presa, mientras los jugadores hacÃan
toda clase de esfuerzos para barajar las coronas que en cambio de los
confites les llovÃan, retribuyendo ellos todavÃa el obsequio con cajas
especiales, de antemano destinadas a fulana y a zutana, a quienes las
enviaban por medio de sus sirvientes, no atreviéndose a correr el albur
de que[15] al arrojarlas cayesen entre la turba multa[16] de arrapiezos
que andaban a caza de[17] gangas.
Por las extensas galerÃas que se prolongaban á lo lejos formando un
intrincado laberinto de pilastras esbeltas y ojivas caladas y ligeras
como el encaje, por los espaciosos salones vestidos de tapices, donde
la seda y el oro habÃan representado, con mil colores diversos,
escenas de amor, de caza y de guerra, y adornados con trofeos de armas
y escudos, sobre los cuales vertÃan un mar de chispeante luz un
sinnúmero de lámparas y candelabros de bronce, plata y oro, colgadas
aquéllas de las altÃsimas bóvedas, y enclavados éstos en los gruesos
sillares de los muros; por todas partes á donde se volvÃan los ojos,
se veÃan oscilar y agitarse en distintas direcciones una nube de damas
hermosas con ricas vestiduras, chapadas en oro, redes de perlas
aprisionando sus rizos, joyas de rubÃes llameando sobre su seno,
plumas sujetas en vaporoso cerco á un mango de marfil, colgadas del
puño, y rostrillos de 'blancos encajes, que acariciaban sus mejillas,
ó alegres turbas de galanes con talabartes de terciopelo, justillos de
brocado y calzas de seda, borceguÃes de tafilete, capotillos de mangas
perdidas y caperuza, puñales con pomo de filigrana y estoques de
corte, bruñidos, delgados y ligeros.
=caza=, _f._, hunt.
=caza=, _f._, hunting.
[17] =a caza de,= _in search of_ (_lucky_ "_finds_").
[5] =donde se acostumbra darles caza,= _where they are usually hunted_.
--La caza de los animales nombrados es más activa en el Perú, Bolivia,
Chile y Argentina, asà como también en el Brasil.
36.--EL LLANERO[1]
Sus ocupaciones principales son la crianza y pastoreo de los ganados, la
pesca y la caza; si bien[2] algunos cultivan pequeñas porciones de
terreno para obtener raÃces comestibles.
10, note 1.]
--Por una parte vuestras continuas excursiones, y por otra el dale que
le das de los cazadores furtivos, que ya con trampa ó con ballesta no
dejan res á vida en veinte jornadas al contorno, habÃan no hace mucho
agotado la caza en estos montes, hasta el extremo de no encontrarse un
venado en ellos ni por un ojo de la cara.
47, note 1).]
LA CORZA BLANCA
I
En un pequeño lugar[1] de Aragón,[1] y allá por los años de mil
trescientos y pico, vivÃa retirado en su torre señorial un famoso
caballero llamado don DionÃs, el cual, después de haber servido á su
rey[3] en la guerra contra infieles, descansaba á la sazón, entregado
al alegre ejercicio de la caza, de las rudas fatigas de los combates.