Todo permanecÃa á su alrededor sumido en una profunda calma.
calma, _f._, calm, composure, calmness, tranquillity, silence; con --,
calmly, with composure.
con más educación...!--dijo con mucha calma el polizonte,
dando un puñetazo en el pecho á cada interlocutor.
Sobre el corazòn la mano
Me he puesto, porque no suene
Su latido, y de la noche
Turbe la calma solemne.
IV
Para el alma nutrida de pesares,
para el transido corazón, acaso
es el asilo de la paz suprema,
del reposo y la calma en Eldorado.
El cura se paró igualmente; pero con ánimo tan sereno, que al mirar al
que le amenazaba, su rostro sólo expresaba la más completa calma, y la
más pura dignidad.
Ni una hoja
susurraba;
no se oÃa
una pisada,
todo mudo,
todo en calma,
todo en sueño
menos _tú_ y _yo_ (¡cuál me agito al unir las dos palabras!)
menos tú y yo.
Con gran calma saca todo lo necesario de su estuche; sienta al forastero
en una silla, y sin el menor miedo pero con mucho cuidado termina el
muchacho felizmente la operación.
Mudo, trémulo, en la sombra por mirar haciendo empeños,
quedé allÃ, cual antes nadie los soñó, forjando sueños;
más profundo era el silencio, y la calma no acusaba
ruido alguno...
Del lento y triste sonido
cada toque, cada nota
en el vago viento flota
como doliente gemido,
y de la noche en la calma
el melancólico són,
siente estremecida el alma
cual solemne admonición.
A vast region in northern and central Asia,
which forms part of the Russian empire, and which has by far the
lowest winter temperatures of the known world.]
--Calma, señores, calma, interrumpió el anfitrión; calma, que á todo.
Entonces ocurre lo que no
puede referirse; la señora pierde la calma y quiere arañar al clero; el
fabricante se subleva porque le ha pisado la señora un juanete; ruge el
carabinero y se asustan los sacerdotes hasta que se restablece la calma
y cada cual busca el medio de descansar mejor.
Esto se
prolonga mas de lo que pensamos y he escrito á Gaspar y á Valera que
solo pagó la mitad del importe del cuadro Gaspar he sabido que salio
ayer para Aguas Buenas y tardará en recibir mi carta Valera espero
enviará ese pico pero suele gastar una calma desesperante en este
apuro recurro una vez mas á vd.
Una noche sintió pasos muy quedos cerca de su cama; luego
un aliento helado sobre el rostro, al par que una voz sepulcral
murmuraba en las tinieblas: «¡Qué frÃo tengo!» Encendió la vela creyendo
que serÃa la criada que en el mismo cuarto dormÃa; pero al ver á ésta
reposando tranquila, se puso á rezar con toda calma por el ánima cuya
visita acababa de recibir.
EL JABALÃ Y LA ZORRA
Sus horribles colmillos aguzaba
Un Jabalà en el tronco de una encina,
La Zorra, que vecina
Del animal cerdoso se miraba,
Le dice: «Extraño el verte,
Siendo tú en paz, señor de la bellota,
Cuando ningún contrario te alborota,
Que tus armas afiles de esa suerte.»
La fiera respondió: «Tenga entendido
Que en la paz se prepara el buen guerrero,
Asà como en la calma el marinero,
_Y que vale por dos el prevenido_.»
à TODO HAY QUIEN GANE
Juan, que es pescador de caña,
Se pasa el dÃa pescando,
Y Pedro lo está mirando
Con una sonrisa extraña.
La primera que pasa es Irene, la dama
brillante de palidez extraña, venida de allá, de los marea lejanos; la
segunda es Eulalia, la dulce Eulalia, de cabellos de oro y ojos de
violeta, que dirige al Cielo su mirada; la tercera es Leonora, llamada
asà por los ángeles, joven y radiosa en el Edén distante; la otra es
Francés, la amada que calma las penas con su recuerdo; la otra es
Ulalume, cuya sombra yerra en la nebulosa región de Weir, cerca del
sombrÃo lago de Auber; la otra Helen, la que fué vista por la primera
vez a la luz de perla de la Luna; la otra Annie, la de los ósculos y las
caricias y oraciones por el adorado; la otra Annabel Lee, que amó con un
amor envidia de los serafines del Cielo; la otra Isabel, la de los
amantes coloquios en la claridad lunar; Ligeia, en fin, meditabunda,
envuelta en un velo de extraterrestre esplendor...
Dije entonces al momento: «Ya otros antes se han marchado,
y la aurora al despuntar,
él también se irá volando cual mis sueños han volado.»
Dijo el cuervo:»¡Nunca más!»
Por respuesta tan abrupta como justa sorprendido,
«no hay ya duda alguna--dije--lo que dice es aprendido;
aprendido de algún amo desdichoso a quien la suerte
persiguiera sin cesar,
persiguiera hasta la muerte, hasta el punto de, en su duelo,
sus canciones terminar,
y el clamor de la esperanza con el triste ritornelo
de jamás, ¡y nunca más!»
Mas el cuervo, provocando mi alma triste a la sonrisa
mi sillón rodé hasta el frente al ave, al busto, a la cornisa;
luego, hundiéndome en la seda, fantasÃa y fantasÃa
dime entonces a juntar,
por saber qué pretendÃa aquel pájaro ominoso
de un pasado inmemorial,
aquel hosco, torvo, infausto, cuervo lúgubre y odioso
al graznar: «¡Nunca jamás!»
Quedé aquesto, investigando frente al cuervo en honda calma,
cuyos ojos encendidos me abrasaban pecho y alma.
=calma,= calmness.
=calma=, _f._, calmness.
¡Disfrutas de una calma asombrosa!
=calma=, _f._, calm, self-possession, quiet.
--Calma, señores, calma, interrumpió el anfitrión; calma, que á todo se
proveerá.
¡Que Dios es Dios!» contestó Varmen, con la calma
propia en el momento de las grandes crisis.
¡Qué mundo de venturanza la plácida nota lanza
Su voz como una caricia
o como un suave reproche
desgrana en la calma noche
las perlas de su delicia.
--Yo--replica con mucha calma la vieja;--yo que los he recogido muchas
veces en mi casa, porque tú los dejas desnudos y abandonaos en la calle
cuando te vas á hacer de las tuyas de taberna en taberna...
--à él voy, contestó con calma Esteban, que después de dar una gran
voz acompañada de un silbido para que se agruparan los corderos, que
no perdÃa de vista y comenzaban[1] á desparramarse por el monte, torno
á rascarse la cabeza y prosiguió asÃ:
[Footnote 1: que no perdÃa de vista y comenzaban.
--Sin duda soñaba con las majaderÃas que nos refirió el zagal, exclamó
Garcés restregándose los ojos con mucha calma, y en la firme
persuasión de que cuanto habÃa creÃdo oir no era más que esa vaga
huella del ensueño que queda, al despertar, en la imaginación, como
queda en el oÃdo la última cadencia de una melodÃa después que ha
expirado temblando la última nota.
Todo permanecÃa á su alrededor sumido en una profunda calma.
calma, _f._, calm, composure, calmness, tranquillity, silence; con --,
calmly, with composure.
con más educación...!--dijo con mucha calma el polizonte,
dando un puñetazo en el pecho á cada interlocutor.
Sobre el corazòn la mano
Me he puesto, porque no suene
Su latido, y de la noche
Turbe la calma solemne.
IV
Para el alma nutrida de pesares,
para el transido corazón, acaso
es el asilo de la paz suprema,
del reposo y la calma en Eldorado.
El cura se paró igualmente; pero con ánimo tan sereno, que al mirar al
que le amenazaba, su rostro sólo expresaba la más completa calma, y la
más pura dignidad.
Ni una hoja
susurraba;
no se oÃa
una pisada,
todo mudo,
todo en calma,
todo en sueño
menos _tú_ y _yo_ (¡cuál me agito al unir las dos palabras!)
menos tú y yo.
Con gran calma saca todo lo necesario de su estuche; sienta al forastero
en una silla, y sin el menor miedo pero con mucho cuidado termina el
muchacho felizmente la operación.
Mudo, trémulo, en la sombra por mirar haciendo empeños,
quedé allÃ, cual antes nadie los soñó, forjando sueños;
más profundo era el silencio, y la calma no acusaba
ruido alguno...
Del lento y triste sonido
cada toque, cada nota
en el vago viento flota
como doliente gemido,
y de la noche en la calma
el melancólico són,
siente estremecida el alma
cual solemne admonición.
A vast region in northern and central Asia,
which forms part of the Russian empire, and which has by far the
lowest winter temperatures of the known world.]
--Calma, señores, calma, interrumpió el anfitrión; calma, que á todo.
Entonces ocurre lo que no
puede referirse; la señora pierde la calma y quiere arañar al clero; el
fabricante se subleva porque le ha pisado la señora un juanete; ruge el
carabinero y se asustan los sacerdotes hasta que se restablece la calma
y cada cual busca el medio de descansar mejor.
Esto se
prolonga mas de lo que pensamos y he escrito á Gaspar y á Valera que
solo pagó la mitad del importe del cuadro Gaspar he sabido que salio
ayer para Aguas Buenas y tardará en recibir mi carta Valera espero
enviará ese pico pero suele gastar una calma desesperante en este
apuro recurro una vez mas á vd.
Una noche sintió pasos muy quedos cerca de su cama; luego
un aliento helado sobre el rostro, al par que una voz sepulcral
murmuraba en las tinieblas: «¡Qué frÃo tengo!» Encendió la vela creyendo
que serÃa la criada que en el mismo cuarto dormÃa; pero al ver á ésta
reposando tranquila, se puso á rezar con toda calma por el ánima cuya
visita acababa de recibir.
EL JABALÃ Y LA ZORRA
Sus horribles colmillos aguzaba
Un Jabalà en el tronco de una encina,
La Zorra, que vecina
Del animal cerdoso se miraba,
Le dice: «Extraño el verte,
Siendo tú en paz, señor de la bellota,
Cuando ningún contrario te alborota,
Que tus armas afiles de esa suerte.»
La fiera respondió: «Tenga entendido
Que en la paz se prepara el buen guerrero,
Asà como en la calma el marinero,
_Y que vale por dos el prevenido_.»
à TODO HAY QUIEN GANE
Juan, que es pescador de caña,
Se pasa el dÃa pescando,
Y Pedro lo está mirando
Con una sonrisa extraña.
La primera que pasa es Irene, la dama
brillante de palidez extraña, venida de allá, de los marea lejanos; la
segunda es Eulalia, la dulce Eulalia, de cabellos de oro y ojos de
violeta, que dirige al Cielo su mirada; la tercera es Leonora, llamada
asà por los ángeles, joven y radiosa en el Edén distante; la otra es
Francés, la amada que calma las penas con su recuerdo; la otra es
Ulalume, cuya sombra yerra en la nebulosa región de Weir, cerca del
sombrÃo lago de Auber; la otra Helen, la que fué vista por la primera
vez a la luz de perla de la Luna; la otra Annie, la de los ósculos y las
caricias y oraciones por el adorado; la otra Annabel Lee, que amó con un
amor envidia de los serafines del Cielo; la otra Isabel, la de los
amantes coloquios en la claridad lunar; Ligeia, en fin, meditabunda,
envuelta en un velo de extraterrestre esplendor...
Dije entonces al momento: «Ya otros antes se han marchado,
y la aurora al despuntar,
él también se irá volando cual mis sueños han volado.»
Dijo el cuervo:»¡Nunca más!»
Por respuesta tan abrupta como justa sorprendido,
«no hay ya duda alguna--dije--lo que dice es aprendido;
aprendido de algún amo desdichoso a quien la suerte
persiguiera sin cesar,
persiguiera hasta la muerte, hasta el punto de, en su duelo,
sus canciones terminar,
y el clamor de la esperanza con el triste ritornelo
de jamás, ¡y nunca más!»
Mas el cuervo, provocando mi alma triste a la sonrisa
mi sillón rodé hasta el frente al ave, al busto, a la cornisa;
luego, hundiéndome en la seda, fantasÃa y fantasÃa
dime entonces a juntar,
por saber qué pretendÃa aquel pájaro ominoso
de un pasado inmemorial,
aquel hosco, torvo, infausto, cuervo lúgubre y odioso
al graznar: «¡Nunca jamás!»
Quedé aquesto, investigando frente al cuervo en honda calma,
cuyos ojos encendidos me abrasaban pecho y alma.
=calma,= calmness.
=calma=, _f._, calmness.
¡Disfrutas de una calma asombrosa!
=calma=, _f._, calm, self-possession, quiet.
--Calma, señores, calma, interrumpió el anfitrión; calma, que á todo se
proveerá.
¡Que Dios es Dios!» contestó Varmen, con la calma
propia en el momento de las grandes crisis.
¡Qué mundo de venturanza la plácida nota lanza
Su voz como una caricia
o como un suave reproche
desgrana en la calma noche
las perlas de su delicia.
--Yo--replica con mucha calma la vieja;--yo que los he recogido muchas
veces en mi casa, porque tú los dejas desnudos y abandonaos en la calle
cuando te vas á hacer de las tuyas de taberna en taberna...
--à él voy, contestó con calma Esteban, que después de dar una gran
voz acompañada de un silbido para que se agruparan los corderos, que
no perdÃa de vista y comenzaban[1] á desparramarse por el monte, torno
á rascarse la cabeza y prosiguió asÃ:
[Footnote 1: que no perdÃa de vista y comenzaban.
--Sin duda soñaba con las majaderÃas que nos refirió el zagal, exclamó
Garcés restregándose los ojos con mucha calma, y en la firme
persuasión de que cuanto habÃa creÃdo oir no era más que esa vaga
huella del ensueño que queda, al despertar, en la imaginación, como
queda en el oÃdo la última cadencia de una melodÃa después que ha
expirado temblando la última nota.