Me alegro -- que
llegue usted.
Al mismo tiempo llegó un nuevo curioso á ver qué ocurrÃa en aquel grupo,
y habiéndole divisado el revendedor, exclamó:
--¡Me alegro de que llegue V., tÃo Fulano!
--Me alegro.
¡Cuánto me alegro de que estés aquÃ!
=alegrarse (de),= to be glad, happy; =¡cuánto me alegro!= how glad I am!
--Me alegro, hermano, que a quien honradamente
trabaja Dios le ayuda.
Mientras sintamos que se alegra el alma,
Sin que los labios rÃan;
Mientras se llore sin que el llanto acuda
à nublar la pupila;
Mientras el corazón y la cabeza[6]
Batallando prosigan;
Mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesÃa!
Desde que Celinina cayó enferma, sintió el afán de las poéticas fiestas
que más alegran á los niños: las fiestas de Navidad.
Es testigo de la vida toda de la familia, desde que el
niño lo anima con sus juegos hasta que los ancianos alegran sus
postreras horas aspirando su aire embalsamado.
Encima es un interminable ruido de aves que ora sacuden las ramas al
volar pesadamente, como las pavas y _paujÃes_, ora[1] alegran el oÃdo y
la vista como los jilgueros, las diminutas _quinchas_ (colibrÃ), o el
_sol-y-luna_, pájaro de silencioso vuelo, brillante cual mariposa,[2]
llevando en las alas la figura del sol y de la luna en creciente, de
donde le viene su nombre.
20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y
el mundo se alegrará: empero aunque vosotros estaréis tristes, vuestra
tristeza se tornará en gozo.
Allan--cuyo
nombre pasará al porvenir al brillo del nombre del poeta--jamás pudo
imaginarse que el pobre muchacho recitador de versos que alegraba las
veladas de su _home_, fuese más tarde un egregio prÃncipe del Arte.
Allan--cuyo
nombre pasará al porvenir al brillo del nombre del poeta--jamás pudo
imaginarse que el pobre muchacho recitador de versos que alegraba las
veladas de su _home_, fuese más tarde un egregio prÃncipe del Arte.
Cuando le notificaron el cese,
nuestro ciego no experimentó más emoción que la sorpresa; allá en el
fondo casi se alegró, porque le dejaban más horas desocupadas para
concluir su misa.
ya
en el otoño, como regalo de despedida, inclina hacia los niños, que le
alegraron con sus cantos y juegos todo el verano, enormes racimos de su
hermosa fruta; y después, dando sus hojas ya inútiles al viento, se
encoge y se duerme como una marmota....
Cuando los cantos de un poeta han ido más allá del campanario de
la aldea, y vagado en alas de[35] las auras, y han sido repetidos por el
murmurio de los arroyos, y reproducidos por el eco de las colinas, y,
antes que aplaudidos en los palacios del rico, han alegrado las vigilias
en las cabañas de los pobres, y resonado en tierras remotas, entonces
está medio ganado el pleito de la fama.
Coria es
alegre y amiga de toros.
Mi abuelo paterno es siempre feliz y
alegre.
alegre, pleasant, joyful, bright, joyous, merry.
El chico
parecÃa azorado; la niña, alegre con nerviosa alegrÃa.
Sonaron en la calle tambores y zambombas y alegre chasquido de panderos.
Dar el primero una noticia triste ó alegre, era para Alvar la felicidad
suprema.
El trabajador volvÃa alegre á su hogar y á su descanso: oÃase de lejos
el ladrido del perro de campo....
Desde entonces se aficionó 30
al[308] uso de aquella planta, y vivió siempre alegre y
feliz.
TRADUCIDOS
POR
CARLOS ARTURO TORRES
LAS CAMPANAS
I
Por el aire se dilata
alegre campanilleo...
à pesar de su viveza
Y su alegre desaliño,
Cierto sello de tristeza
Marchitaba la pureza
De la sonrisa del niño.
Calixto iba á Sevilla, á ver á su familia, á
darle la alegre nueva, á cobrar en persona su parte de décimo, un
confite de algunos miles de duros.
Allà miró la joven esposa con placer
y asombro, porque desde su profundidad vió que la miraba, con labios
entreabiertos y ojos animados, un rostro que alegre sonreÃa.
La tierra dió muestras 15
de gran fecundidad; los árboles se llenaron de
flores y de pájaros, y todo parecÃa renacer a una vida
alegre y nueva.
Nada tan puro como los
aires de aquel convento, situado en el campo á legua y media del más
cercano pueblo, en un cerro ventilado y alegre y en medio de frondosas
arboledas.
CANTOS DE PÃJARO
Tengo yo un pajarillo
Que el dÃa pasa
Cantando entre las flores
De mi ventana;
Y un canto alegre
A todo pasajero
Dedica siempre.
Y el alegre coro se fué cantando, al observar la luna que parecÃa
mirarlas:
Luna lunera,
Cascabelera,
Mete la mano
En la faltriquera;
Saca un ochavo
Para pajuela.
Y sin embargo, esta discorde
algazara sin melodÃa y sin ritmo, más primitiva que la música de los
salvajes, es alegre en aquesta singular noche, y tiene cierto sonsonete
lejano de coro celestial.
Después de haber concluido la comida el ricazo, muy alegre y ufano,
partió con el animal, que al momento de salir pronunció con voz casi
ahogada de disgusto y de cólera estas palabras:
--Miserable, me ha vendido Vd.
Por lo cual, cuando aplicaba la vista hacia el
centro del emparrado, confundÃa las niñas con las flores, y cuando
aplicaba el oÃdo, no distinguÃa entre sà el alegre gorjeo de los pájaros
y la infantil algarabÃa de sus nietos.
en tu clara y brillante onda de
cristal, agua vagabunda, eres un emblema del
esplendor de la belleza, un emblema del corazón
que no se esconde ahora, un emblema de
la alegre fantasÃa de arte en casa de la hija del
viejo Alberto.
El pueblo se prosternó respetuosamente,
y ya no se oÃa sino el canto sagrado, el alegre tañido de las campanas y
el tamboril y el pito de la danza que iba bailando delante del Santo
Sacramento.[1] Entonces empezó a arder un castillo de pólvora,[2]
preparado para la primera estación.
Delante de sus compañeras, más ágil, más linda, más juguetona y alegre
que todas, saltando, corriendo, parándose y tornando á correr, de modo
que parecÃa no tocar el suelo con los pies, iba la corza blanca, cuyo
extraño color destacaba como una fantástica luz sobre el obscuro fondo
de los árboles.
Pensando en esto se afligÃa Pepito, y cada vez que
se le escapaba algún sollozo dirigÃa su vista a[194] la caja
que tenÃa abierta a su lado, y la miraba con infinita
ternura, como si buscase en aquel conjunto de esmaltes
y colores una idea brillante y alegre que serenase su
imaginación.
El rÃo, que desde las musgosas rocas donde tenÃa su nacimiento venÃa
siguiendo las sinuosidades del Moncayo á entrar en la cañada por una
vertiente, deslizábase desde allà bañando el pie de los sauces que
sombreaban su orilla, ó jugueteando con alegre murmullo entre las
piedras rodadas del monte hasta caer en una hondura próxima al lugar
que servÃa de escondrijo al montero.
HacÃale
resplandecer, reflejándose en él, la luna, que poco á poco iba saliendo
del anonadamiento en que la sume el sol; y un barco con sus blancas
velas se deslizaba silencioso sobre su tersa superficie, de tal suerte
que hubiese podido tomarse por una fantasma, si de su centro no hubiese
salido una clara y alegre voz trayendo con una sonrisa la imaginación á
la realidad.
=alegre,= merry, happy.
=alegre=, glad, joyful.
=alegre=, joyful, merry.
=alegre=, joyful, happy, lively, pleasant.
¡Melodiosa y cristalina
suena, suena,
suena, suena, suena, suena
la nota ágil y argentina
con metálico y alegre y lÃmpido retintÃn!
--Después vino la alegre banda de jilgueros á llenar de vida y de
ruidos el bosque con la alborozada y confusa algarabia de sus cantos.
9.--EN EL TRAPICHE
No hay suceso en los ingenios, enlazado de alguna manera con la vida de
los negros, que no se refiera alegre o tristemente en sus canciones.
--No era mucho más alegre que ahora, cuando sucedió lo que voy á
repetirte: era una mÃsera cabaña donde habitaba la pobreza y la
honradez: la familia se componÃa de dos esposos y de dos niños, hijos de
los mismos; la mayor tenÃa doce años, y durante todo el dÃa iba á
conducir un rebaño de vacas: el niño, débil y enfermizo desde su
nacimiento, tenÃa tu misma edad, seis años....
47, note 1).]
LA CORZA BLANCA
I
En un pequeño lugar[1] de Aragón,[1] y allá por los años de mil
trescientos y pico, vivÃa retirado en su torre señorial un famoso
caballero llamado don DionÃs, el cual, después de haber servido á su
rey[3] en la guerra contra infieles, descansaba á la sazón, entregado
al alegre ejercicio de la caza, de las rudas fatigas de los combates.
25, note 1.]
El carácter, tan pronto retraÃdo y melancólico como bullicioso y
alegre de Constanza, la extraña exaltación de sus ideas, sus
extravagantes caprichos, sus nunca vistas costumbres, hasta la
particularidad de tener los ojos y las cejas negras como la noche,
siendo blanca y rubia como el oro, habÃan contribuido á dar pábulo á
las hablillas de sus convecinos, y aun el mismo Garcés, que tan
intimamente la trataba, habÃa llegado á persuadirse que su señora era
algo especial y no se parecÃa á las demás mujeres.
Los muchachos están alegres cuando hiela y cae la nieve.
Todos los hombres, las mujeres y los niños están alegres.
exclamaron los oficiales á una voz, prorrumpiendo en
alegres exclamaciones.
llaman _pop-corn_
podrÃan ser el emblema de las multitudes alegres y bulliciosas.
Pero los
pobres están muy alegres, porque durante el invierno hace demasiado frÃo
para ellos.
Al cesar el ruido de la pólvora,
volvieron a levantarse y continuaron ágiles y alegres su incansable
danza.
Muy alegres
entregaron el dinero al lugareño, que tan pronto como tuvo el oro en su
bolsillo partió, más contento que unas pascuas.
Lucen los dos sus inocentes galas,
Y alegres sueñan en tan dulces lazos:
Él, que cruza sereno entre las balas;
Ella, que arrulla un niño entre sus brazos.
Y al mismo tiempo decÃan los de Cabezudo, contemplando el cielo muy
alegres:
--¿Qué va á{105-1} que las lluvias nos ponen las botas y jorobamos á los
de Barbaruelo?
ParecÃa que á la barca le habÃan salido patas.{58-1} Estaba ya fuera del
agua y se arrastraba por la arena en medio de aquella multitud que
bullÃa y trabajaba, animándose con alegres gritos:
--¡Qué chasco!
Era de verlos, tan ufanos y alegres, con sus garibaldinas
azules o rojas, pantalón blanco, bota de charol a la granadera,[6]
lujosa faja de seda, y en la cabeza una boina graciosamente achatada
hacia un lado.
Los aztecas vivÃan alegres y contentos hasta la llegada 5
de los españoles los cuales, llenos de codicia por los
metales preciosos, entablaron una lucha sangrienta
contra los aztecas los cuales se defendieron valerosamente
con sus flechas, mientras que los españoles, aunque
muy pocos en proporción, hacÃan uso de cañones y 10
fusiles en sus combates.
Era imposible seguirlas en sus ágiles movimientos, imposible abarcar
con una mirada los infinitos detalles del cuadro que formaban, unas
corriendo, jugando y persiguiéndose con alegres risas por entre el
laberinto de los árboles; otras surcando el agua como un cisne, y
rompiendo la corriente con el levantado seno; otras, en fin,
sumergiéndose en el fondo, donde permanecÃan largo rato para volver á
la superficie, trayendo una de esas flores extrañas que nacen
escondidas en el lecho de las aguas profundas.
Valles angostos, erizados de colosales
fragmentos de granito que las tempestades habian arrancado de la
cumbre de las montañas, alegres campiñas, cubiertas de un tapiz de
verdura y sembradas de blancos caserÃos; desiertos sin lÃmites, donde
hervÃan las arenas calcinadas por los rayos de un sol de fuego; vastas
soledades, llanuras inmensas, regiones de eternas nieves, donde los
gigantescos témpanos asemejaban, destacándose sobre un cielo gris y
obscuro, blancos fantasmas que extendÃan sus brazos para asirle por
los cabellos al pasar; todo esto, y mil y mil otras cosas que yo no
podré deciros, vió en su fantástica carrera, hasta tanto que envuelto
en una niebla obscura; dejó de percibir el ruido que producÃan los
cascos del caballo al herir la tierra.
Por las extensas galerÃas que se prolongaban á lo lejos formando un
intrincado laberinto de pilastras esbeltas y ojivas caladas y ligeras
como el encaje, por los espaciosos salones vestidos de tapices, donde
la seda y el oro habÃan representado, con mil colores diversos,
escenas de amor, de caza y de guerra, y adornados con trofeos de armas
y escudos, sobre los cuales vertÃan un mar de chispeante luz un
sinnúmero de lámparas y candelabros de bronce, plata y oro, colgadas
aquéllas de las altÃsimas bóvedas, y enclavados éstos en los gruesos
sillares de los muros; por todas partes á donde se volvÃan los ojos,
se veÃan oscilar y agitarse en distintas direcciones una nube de damas
hermosas con ricas vestiduras, chapadas en oro, redes de perlas
aprisionando sus rizos, joyas de rubÃes llameando sobre su seno,
plumas sujetas en vaporoso cerco á un mango de marfil, colgadas del
puño, y rostrillos de 'blancos encajes, que acariciaban sus mejillas,
ó alegres turbas de galanes con talabartes de terciopelo, justillos de
brocado y calzas de seda, borceguÃes de tafilete, capotillos de mangas
perdidas y caperuza, puñales con pomo de filigrana y estoques de
corte, bruñidos, delgados y ligeros.
¿Cuándo están alegres los pobres?
¿Cuándo están alegres
los muchachos?
¡Oid el himno que entonan todos esos susurros,
todos esos sonidos que no comprendemos, y que en diferentes tonos, ya
graves, ya alegres, ya dulces, ya austeros, difunden el aire, el agua,
el fuego, las plantas, todo lo que creemos inanimado.
Coria es
alegre y amiga de toros.
Mi abuelo paterno es siempre feliz y
alegre.
alegre, pleasant, joyful, bright, joyous, merry.
El chico
parecÃa azorado; la niña, alegre con nerviosa alegrÃa.
Sonaron en la calle tambores y zambombas y alegre chasquido de panderos.
Dar el primero una noticia triste ó alegre, era para Alvar la felicidad
suprema.
El trabajador volvÃa alegre á su hogar y á su descanso: oÃase de lejos
el ladrido del perro de campo....
Desde entonces se aficionó 30
al[308] uso de aquella planta, y vivió siempre alegre y
feliz.
TRADUCIDOS
POR
CARLOS ARTURO TORRES
LAS CAMPANAS
I
Por el aire se dilata
alegre campanilleo...
à pesar de su viveza
Y su alegre desaliño,
Cierto sello de tristeza
Marchitaba la pureza
De la sonrisa del niño.
Calixto iba á Sevilla, á ver á su familia, á
darle la alegre nueva, á cobrar en persona su parte de décimo, un
confite de algunos miles de duros.
Allà miró la joven esposa con placer
y asombro, porque desde su profundidad vió que la miraba, con labios
entreabiertos y ojos animados, un rostro que alegre sonreÃa.
La tierra dió muestras 15
de gran fecundidad; los árboles se llenaron de
flores y de pájaros, y todo parecÃa renacer a una vida
alegre y nueva.
Nada tan puro como los
aires de aquel convento, situado en el campo á legua y media del más
cercano pueblo, en un cerro ventilado y alegre y en medio de frondosas
arboledas.
CANTOS DE PÃJARO
Tengo yo un pajarillo
Que el dÃa pasa
Cantando entre las flores
De mi ventana;
Y un canto alegre
A todo pasajero
Dedica siempre.
Y el alegre coro se fué cantando, al observar la luna que parecÃa
mirarlas:
Luna lunera,
Cascabelera,
Mete la mano
En la faltriquera;
Saca un ochavo
Para pajuela.
Y sin embargo, esta discorde
algazara sin melodÃa y sin ritmo, más primitiva que la música de los
salvajes, es alegre en aquesta singular noche, y tiene cierto sonsonete
lejano de coro celestial.
Después de haber concluido la comida el ricazo, muy alegre y ufano,
partió con el animal, que al momento de salir pronunció con voz casi
ahogada de disgusto y de cólera estas palabras:
--Miserable, me ha vendido Vd.
Por lo cual, cuando aplicaba la vista hacia el
centro del emparrado, confundÃa las niñas con las flores, y cuando
aplicaba el oÃdo, no distinguÃa entre sà el alegre gorjeo de los pájaros
y la infantil algarabÃa de sus nietos.
en tu clara y brillante onda de
cristal, agua vagabunda, eres un emblema del
esplendor de la belleza, un emblema del corazón
que no se esconde ahora, un emblema de
la alegre fantasÃa de arte en casa de la hija del
viejo Alberto.
El pueblo se prosternó respetuosamente,
y ya no se oÃa sino el canto sagrado, el alegre tañido de las campanas y
el tamboril y el pito de la danza que iba bailando delante del Santo
Sacramento.[1] Entonces empezó a arder un castillo de pólvora,[2]
preparado para la primera estación.
Delante de sus compañeras, más ágil, más linda, más juguetona y alegre
que todas, saltando, corriendo, parándose y tornando á correr, de modo
que parecÃa no tocar el suelo con los pies, iba la corza blanca, cuyo
extraño color destacaba como una fantástica luz sobre el obscuro fondo
de los árboles.
Pensando en esto se afligÃa Pepito, y cada vez que
se le escapaba algún sollozo dirigÃa su vista a[194] la caja
que tenÃa abierta a su lado, y la miraba con infinita
ternura, como si buscase en aquel conjunto de esmaltes
y colores una idea brillante y alegre que serenase su
imaginación.
El rÃo, que desde las musgosas rocas donde tenÃa su nacimiento venÃa
siguiendo las sinuosidades del Moncayo á entrar en la cañada por una
vertiente, deslizábase desde allà bañando el pie de los sauces que
sombreaban su orilla, ó jugueteando con alegre murmullo entre las
piedras rodadas del monte hasta caer en una hondura próxima al lugar
que servÃa de escondrijo al montero.
HacÃale
resplandecer, reflejándose en él, la luna, que poco á poco iba saliendo
del anonadamiento en que la sume el sol; y un barco con sus blancas
velas se deslizaba silencioso sobre su tersa superficie, de tal suerte
que hubiese podido tomarse por una fantasma, si de su centro no hubiese
salido una clara y alegre voz trayendo con una sonrisa la imaginación á
la realidad.
=alegre,= merry, happy.
=alegre=, glad, joyful.
=alegre=, joyful, merry.
=alegre=, joyful, happy, lively, pleasant.
¡Melodiosa y cristalina
suena, suena,
suena, suena, suena, suena
la nota ágil y argentina
con metálico y alegre y lÃmpido retintÃn!
--Después vino la alegre banda de jilgueros á llenar de vida y de
ruidos el bosque con la alborozada y confusa algarabia de sus cantos.
9.--EN EL TRAPICHE
No hay suceso en los ingenios, enlazado de alguna manera con la vida de
los negros, que no se refiera alegre o tristemente en sus canciones.
--No era mucho más alegre que ahora, cuando sucedió lo que voy á
repetirte: era una mÃsera cabaña donde habitaba la pobreza y la
honradez: la familia se componÃa de dos esposos y de dos niños, hijos de
los mismos; la mayor tenÃa doce años, y durante todo el dÃa iba á
conducir un rebaño de vacas: el niño, débil y enfermizo desde su
nacimiento, tenÃa tu misma edad, seis años....
47, note 1).]
LA CORZA BLANCA
I
En un pequeño lugar[1] de Aragón,[1] y allá por los años de mil
trescientos y pico, vivÃa retirado en su torre señorial un famoso
caballero llamado don DionÃs, el cual, después de haber servido á su
rey[3] en la guerra contra infieles, descansaba á la sazón, entregado
al alegre ejercicio de la caza, de las rudas fatigas de los combates.
25, note 1.]
El carácter, tan pronto retraÃdo y melancólico como bullicioso y
alegre de Constanza, la extraña exaltación de sus ideas, sus
extravagantes caprichos, sus nunca vistas costumbres, hasta la
particularidad de tener los ojos y las cejas negras como la noche,
siendo blanca y rubia como el oro, habÃan contribuido á dar pábulo á
las hablillas de sus convecinos, y aun el mismo Garcés, que tan
intimamente la trataba, habÃa llegado á persuadirse que su señora era
algo especial y no se parecÃa á las demás mujeres.
Mientras sintamos que se alegra el alma,
Sin que los labios rÃan;
Mientras se llore sin que el llanto acuda
à nublar la pupila;
Mientras el corazón y la cabeza[6]
Batallando prosigan;
Mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesÃa!
Coria es
alegre y amiga de toros.
Mi abuelo paterno es siempre feliz y
alegre.
alegre, pleasant, joyful, bright, joyous, merry.
El chico
parecÃa azorado; la niña, alegre con nerviosa alegrÃa.
Sonaron en la calle tambores y zambombas y alegre chasquido de panderos.
Dar el primero una noticia triste ó alegre, era para Alvar la felicidad
suprema.
El trabajador volvÃa alegre á su hogar y á su descanso: oÃase de lejos
el ladrido del perro de campo....
Desde entonces se aficionó 30
al[308] uso de aquella planta, y vivió siempre alegre y
feliz.
TRADUCIDOS
POR
CARLOS ARTURO TORRES
LAS CAMPANAS
I
Por el aire se dilata
alegre campanilleo...
à pesar de su viveza
Y su alegre desaliño,
Cierto sello de tristeza
Marchitaba la pureza
De la sonrisa del niño.
Calixto iba á Sevilla, á ver á su familia, á
darle la alegre nueva, á cobrar en persona su parte de décimo, un
confite de algunos miles de duros.
Allà miró la joven esposa con placer
y asombro, porque desde su profundidad vió que la miraba, con labios
entreabiertos y ojos animados, un rostro que alegre sonreÃa.
La tierra dió muestras 15
de gran fecundidad; los árboles se llenaron de
flores y de pájaros, y todo parecÃa renacer a una vida
alegre y nueva.
Nada tan puro como los
aires de aquel convento, situado en el campo á legua y media del más
cercano pueblo, en un cerro ventilado y alegre y en medio de frondosas
arboledas.
CANTOS DE PÃJARO
Tengo yo un pajarillo
Que el dÃa pasa
Cantando entre las flores
De mi ventana;
Y un canto alegre
A todo pasajero
Dedica siempre.
Y el alegre coro se fué cantando, al observar la luna que parecÃa
mirarlas:
Luna lunera,
Cascabelera,
Mete la mano
En la faltriquera;
Saca un ochavo
Para pajuela.
Y sin embargo, esta discorde
algazara sin melodÃa y sin ritmo, más primitiva que la música de los
salvajes, es alegre en aquesta singular noche, y tiene cierto sonsonete
lejano de coro celestial.
Después de haber concluido la comida el ricazo, muy alegre y ufano,
partió con el animal, que al momento de salir pronunció con voz casi
ahogada de disgusto y de cólera estas palabras:
--Miserable, me ha vendido Vd.
Por lo cual, cuando aplicaba la vista hacia el
centro del emparrado, confundÃa las niñas con las flores, y cuando
aplicaba el oÃdo, no distinguÃa entre sà el alegre gorjeo de los pájaros
y la infantil algarabÃa de sus nietos.
en tu clara y brillante onda de
cristal, agua vagabunda, eres un emblema del
esplendor de la belleza, un emblema del corazón
que no se esconde ahora, un emblema de
la alegre fantasÃa de arte en casa de la hija del
viejo Alberto.
El pueblo se prosternó respetuosamente,
y ya no se oÃa sino el canto sagrado, el alegre tañido de las campanas y
el tamboril y el pito de la danza que iba bailando delante del Santo
Sacramento.[1] Entonces empezó a arder un castillo de pólvora,[2]
preparado para la primera estación.
Delante de sus compañeras, más ágil, más linda, más juguetona y alegre
que todas, saltando, corriendo, parándose y tornando á correr, de modo
que parecÃa no tocar el suelo con los pies, iba la corza blanca, cuyo
extraño color destacaba como una fantástica luz sobre el obscuro fondo
de los árboles.
Pensando en esto se afligÃa Pepito, y cada vez que
se le escapaba algún sollozo dirigÃa su vista a[194] la caja
que tenÃa abierta a su lado, y la miraba con infinita
ternura, como si buscase en aquel conjunto de esmaltes
y colores una idea brillante y alegre que serenase su
imaginación.
El rÃo, que desde las musgosas rocas donde tenÃa su nacimiento venÃa
siguiendo las sinuosidades del Moncayo á entrar en la cañada por una
vertiente, deslizábase desde allà bañando el pie de los sauces que
sombreaban su orilla, ó jugueteando con alegre murmullo entre las
piedras rodadas del monte hasta caer en una hondura próxima al lugar
que servÃa de escondrijo al montero.
HacÃale
resplandecer, reflejándose en él, la luna, que poco á poco iba saliendo
del anonadamiento en que la sume el sol; y un barco con sus blancas
velas se deslizaba silencioso sobre su tersa superficie, de tal suerte
que hubiese podido tomarse por una fantasma, si de su centro no hubiese
salido una clara y alegre voz trayendo con una sonrisa la imaginación á
la realidad.
=alegre,= merry, happy.
=alegre=, glad, joyful.
=alegre=, joyful, merry.
=alegre=, joyful, happy, lively, pleasant.
¡Melodiosa y cristalina
suena, suena,
suena, suena, suena, suena
la nota ágil y argentina
con metálico y alegre y lÃmpido retintÃn!
--Después vino la alegre banda de jilgueros á llenar de vida y de
ruidos el bosque con la alborozada y confusa algarabia de sus cantos.
9.--EN EL TRAPICHE
No hay suceso en los ingenios, enlazado de alguna manera con la vida de
los negros, que no se refiera alegre o tristemente en sus canciones.
--No era mucho más alegre que ahora, cuando sucedió lo que voy á
repetirte: era una mÃsera cabaña donde habitaba la pobreza y la
honradez: la familia se componÃa de dos esposos y de dos niños, hijos de
los mismos; la mayor tenÃa doce años, y durante todo el dÃa iba á
conducir un rebaño de vacas: el niño, débil y enfermizo desde su
nacimiento, tenÃa tu misma edad, seis años....
47, note 1).]
LA CORZA BLANCA
I
En un pequeño lugar[1] de Aragón,[1] y allá por los años de mil
trescientos y pico, vivÃa retirado en su torre señorial un famoso
caballero llamado don DionÃs, el cual, después de haber servido á su
rey[3] en la guerra contra infieles, descansaba á la sazón, entregado
al alegre ejercicio de la caza, de las rudas fatigas de los combates.
25, note 1.]
El carácter, tan pronto retraÃdo y melancólico como bullicioso y
alegre de Constanza, la extraña exaltación de sus ideas, sus
extravagantes caprichos, sus nunca vistas costumbres, hasta la
particularidad de tener los ojos y las cejas negras como la noche,
siendo blanca y rubia como el oro, habÃan contribuido á dar pábulo á
las hablillas de sus convecinos, y aun el mismo Garcés, que tan
intimamente la trataba, habÃa llegado á persuadirse que su señora era
algo especial y no se parecÃa á las demás mujeres.