Hoy adoro á Cristina y quiero unir su suerte á la mÃa, como ya se han
unido nuestras almas.
aún en el sueño veÃa cruzar, perderse y tornar de nuevo una
mujer, una mujer morena y hermosa, que llevaba la joya de oro y de
pedrerÃa; una mujer, sÃ, porque ya no era la Virgen que yo adoro y ante
quien me humillo, era una mujer, otra mujer como yo, que me miraba y se
reÃa mofándose de mÃ.--¿La ves?
aun en el sueño veÃa cruzar, perderse y tornar de nuevo una
mujer, una mujer morena y hermosa, que llevaba la joya de oro y de
pedrerÃa; una mujer, sÃ, porque ya no era la Virgen que yo adoro y
ante quien me humillo, era una mujer, otra mujer como yo, que me
miraba y se reÃa mofándose de mÃ.--¿La ves?
Volverán del amor en tus oÃdos
Las palabras ardientes á sonar;[2]
Tu corazón de su profundo sueño
Tal vez despertará;
Pero mudo y absorto y de rodillas,
Como se adora á Dios ante su altar,
Como yo te he querido...
Volverán del amor en tus oÃdos
Las palabras ardientes á sonar;
Tu corazón de su profundo sueño
Tal vez despertará;
Pero mudo y absorto y de rodillas,
Como se adora á Dios ante su altar,
Como yo te he querido...
Dijo el cuervo: «¡Nunca más!»
«Eh, profeta--dije--o duende,
mas profeta al fin, ya seas
ave o diablo--ya te envÃe
la tormenta, ya te veas
por los ábregos barrido a esta playa,
desolado
pero intrépido a este hogar
por los males devastado,
dime, dime, te lo imploro:
¿Llegaré jamás a hallar
algún bálsamo o consuelo para el mal que triste lloro?»
Dijo el cuervo: «¡Nunca más!»
«Oh, profeta--dije--o diablo--Por ese ancho combo velo
de zafir que nos cobija, por el mismo Dios del Cielo
a quien ambos adoramos, dile a esta alma adolorida,
presa infausta del pesar,
si jamás en otra vida la doncella arrobadora
a mi seno he de estrechar,
la alma virgen a quien llaman los arcángeles Leonora!»
Dijo el cuervo: «¡Nunca más!»
«Esa voz,
oh, cuervo, sea
la señal
de la partida,
grité alzándome:--¡Retorna,
vuelve a tu hórrida guarida,
la plutónica ribera de la noche y de la bruma!...
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos:
porque la salud viene de los JudÃos.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos:
porque la salud viene de los JudÃos.
X
Dejó atrás aquellas regiones y atravesó otras inmensidades llenas de
visiones terribles, que ni él pudo comprender ni yo acierto á
concebir, y llegó al cabo al último cÃrculo[1] de la espiral de los
cielos, donde los serafines[2] adoran al Señor, cubierto el rostro con
las triples alas[3] y postrados á sus pies.
24 Dios es EspÃritu; y los que le adoran, en espÃritu y en verdad es
necesario que adoren.
21 DÃcele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este
monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espÃritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren.
Dijo el cuervo: «¡Nunca más!»
«Eh, profeta--dije--o duende,
mas profeta al fin, ya seas
ave o diablo--ya te envÃe
la tormenta, ya te veas
por los ábregos barrido a esta playa,
desolado
pero intrépido a este hogar
por los males devastado,
dime, dime, te lo imploro:
¿Llegaré jamás a hallar
algún bálsamo o consuelo para el mal que triste lloro?»
Dijo el cuervo: «¡Nunca más!»
«Oh, profeta--dije--o diablo--Por ese ancho combo velo
de zafir que nos cobija, por el mismo Dios del Cielo
a quien ambos adoramos, dile a esta alma adolorida,
presa infausta del pesar,
si jamás en otra vida la doncella arrobadora
a mi seno he de estrechar,
la alma virgen a quien llaman los arcángeles Leonora!»
Dijo el cuervo: «¡Nunca más!»
«Esa voz,
oh, cuervo, sea
la señal
de la partida,
grité alzándome:--¡Retorna,
vuelve a tu hórrida guarida,
la plutónica ribera de la noche y de la bruma!...
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos:
porque la salud viene de los JudÃos.
20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decÃs que en
Jerusalem es el lugar donde es necesario adorar.
=adorar=, to adore.
=adorar,= to adore, worship.
=adorar=, to adore.
=adorar,= to adore, worship.
=venite adoremus= (_Latin_) = =venid y adoremos= (_the beginning words
of a prayer_).
24 Dios es EspÃritu; y los que le adoran, en espÃritu y en verdad es
necesario que adoren.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espÃritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren.
Volverán del amor en tus oÃdos
Las palabras ardientes á sonar;[2]
Tu corazón de su profundo sueño
Tal vez despertará;
Pero mudo y absorto y de rodillas,
Como se adora á Dios ante su altar,
Como yo te he querido...
Volverán del amor en tus oÃdos
Las palabras ardientes á sonar;
Tu corazón de su profundo sueño
Tal vez despertará;
Pero mudo y absorto y de rodillas,
Como se adora á Dios ante su altar,
Como yo te he querido...
=adorar=, to adore.
=adorar,= to adore, worship.
24 Dios es EspÃritu; y los que le adoran, en espÃritu y en verdad es
necesario que adoren.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espÃritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren.